15. "Piggies" del álbum The Bealtes (1968)
El tema más "juguetón" de esta lista, y compuesto así de forma intencional, para de alguna manera tratar de contrastar con la incisiva crítica que la letra hace sobre algunos sectores de nuestra sociedad. Musicalmente es muy peculiar, porque se apoya en una serie de instrumentos poco convencionales para el estilo de George, sin embargo, ello pasa por alto cuando apreciamos la perfecta conjunción entre ellos (algo en lo que, seguramente, recibió apoyo por parte de su productor, George Martin). Sin guitarras y sin un sonido rock, la belleza de la canción trasciende estos límites y se complementa perfectamente con su simplicidad.
14. "I Need You" del álbum Help! (1965)
En la época en la que los Beatles estaban a punto de dar su mayor salto de calidad, surgió este álbum, en el que Harrison nos presenta ésta, su segunda composición oficial para la banda. Una composición que se sustenta en las bellas melodías y la dulzura de su letra, dedicada a su entonces pareja, Pattie Boyd. Una canción pop muy simple, muy efectiva, sin alcanzar los niveles de complejidad que ya tenían las canciones de sus pares dentro de la banda, pero sí logrando equipararse a éstas en cuanto a su alcance melódico y emotivo.
13. "Long, long, long" del álbum The Beatles (1968)
Esta es una de las canciones menos conocidas de todo el repertorio Beatle, en parte por su existencia en el único disco doble de la banda, y en parte por su naturaleza oscura y ominosa, que en nada se parece a las típicas canciones destellantes y rebozantes de energía del cuarteto. Pero en ello radica su belleza, es una canción muy dolida, incluso muy pesada, a pesar de que no tiene guitarras eléctricas en ella. El riff es lo más deprimente que le vamos a escuchar a los Beatles, y las melodías carentes de brillo son parte fundamental del ambiente sombrío de la obra. Dentro de todo el abanico de sonidos y experimentaciones que hicieron los Beatles en sus 7 años de existencia, no existe ninguna otra canción como esta.
12. "I Want To Tell You" del álbum Revolver (1966)
De las 3 canciones de Harrison para el fantástico séptimo álbum de la banda, esta es la menos destacada, y eso que es una gran canción. También es la más convencional en muchos sentidos. No tiene tantos experimentos de estudio ni sonidos hinduistas. Incluso parece haber sido compuesta en un piano, a pesar de no ser el instrumento principal de George. Con todo eso, la canción es muy bella, sobre todo en su progresión melódica, con una secuencia de acordes que nos llevan rápidamente de la calma a la tensión, y de ésta a la mini liberación catártica, para después empezar de nuevo el ciclo. Todo esto sin que sea del todo clara la distinción entre secciones de la canción (a excepción del puente).
11. "Savoy Truffle" del álbum The Beatles (1968)
Otra canción bastante peculiar, en donde, entre otras cosas, lo primero que se destaca es el sonido potente de esos metales que acompañan a la canción, y que en momentos específicos aportan una potencia de sonido bastante rockera a la canción. Aparte del repertorio de postres a los que hace referencia la canción en su letra, la música es todo lo opuesto. No es nada dulce, es agria y poderosa. No es un heavy metal, porque su sonido se acerca más al funk naciente de finales de los sesenta. Pero el poder en conjunto de los metales y las guitarras le acercan mucho a ese sonido. Y es maravilloso, sobre todo en el análisis retrospectivo, porque sin ser una de las canciones más atractivas del famoso álbum blanco, sí es una de las más disfrutables y uno de los descubrimientos más satisfactorios que se hacen al escuchar el álbum completo por primera vez.
10. "Old Brown Shoe" del sencillo The Ballad Of John and Yoko (1969)
Una pequeña obra maestra, este viejo zapato café es una de las canciones líricamente más profundas a un nivel mundano, y decir eso en una canción de George Harrison no es cualquier cosa. La canción fue concebida (como se puede ver en el fantástico documental Get Back de Peter Jackson) durante las grabaciones del Let It Be, sin que se llegara a concretar en ese momento. La canción fue compuesta desde un piano, y ello se percibe en el ritmo asincopado característico de la canción, además de que las guitarras brillan en menor medida. Mención aparte se merece la línea de bajo de Paul McCartney, que es el alma rítmica y melódica de la canción, y una de las más disfrutables de cualquier canción de rock en la historia.
9. "Love You To" del álbum Revolver (1966)
El primer acercamiento real de los Beatles con la música de la India se dio a través de esta fantástica y envolvente pieza musical. Luego de ver en vivo a Ravi Shankar, Harrison quedó fascinado con el sonido de un ensamble de música hinduísta, y decidió que así sonaría su siguiente composición. Con un beat inusualmente cambiante, y una adición fantástica de guitarras eléctricas, Harrison logró su primer canción con sonidos de la India, una delirante composición que puede resultar difícil de escuchar en un inicio, pero que con paciencia, se revela como una de las canciones más brillantes del menor de los Beatles.
8. "Think For Yourself" del álbum Rubber Soul (1965)
Esta es la primer gran canción de George para los Beatles, una canción muy distinta a las 3 que había presentado en álbumes anteriores. Aquí la letra es mucho más profunda, mucho más directa y con un análisis personal que nada tenía que ver con el romance o la diversión. La música se aleja de los facilismos melódicos, y con un magnífico riff, un preciso acompañamiento rítmico y una serie de armonías vocales magníficas, se presenta como una de las canciones más maduras del repertorio Beatle hasta ese momento. Los Beatles estaban creciendo, estaban expandiendo sus horizontes artísticos, y Harrison habría de ser parte fundamental de ese crecimiento.
7. "Taxman" del álbum Revolver (1966)
Por primera vez un álbum de los Beatles iniciaba con una canción de George, la explosiva e incisiva Taxman. La canción nos habla con una deliciosa ironía de los abusos que el sistema hacendario y de impuestos (incluyendo dos nombres propios) infringía sobre los Beatles, y la sociedad británica en general. Y la música tenía que estar a la par de esta dura crítica. Así que George decidió hacer un rock duro, casi garagero, para enfatizar su mensaje, y a esto le fue añadiendo algunos adornos, algunos brillos que son maravillosos y casi imperceptibles a lo largo de la canción, como panderetas, cencerros o pequeños riffs de guitarra.
6. "The Inner Light" del sencillo Lady Madonna (1968)
La última canción de corte hindú de los Beatles fue la más bella de todas. Sin ser tan lisérgica como "Love You To" ni tan inmersiva como "Within You Without You", esta canción cumple con el requisito estético, y lo cumple con creces. Su simplicidad en estructura se ve compensada por su inmensa belleza melódica y armónica, y ese distintivo por sí solo hace que la canción merezca un puesto muy alto de entre mis favoritas. Es cierto que la letra, en su misticismo, nos dice una verdad profunda e irrefutable, pero si esa verdad se ve acompañada de una música tan esplendorosa y tan maravillosamente hermosa, es mucho más fácil de digerir y de apreciar.
5. "While My Guitar Gently Weeps" del álbum The Beatles (1968)
Todos nos quedamos enganchados a la hermosa denzura que envuelve a esta gran canción. Esa que se siente en su apesumbrado ritmo, que nos hace movernos al lento vaivén de las percusiones, y que nos permite disfrutar mucho más de cerca el sonido de los acompañamientos, y la dulzura de la primera voz, la voz de Harrison, la que nos cuenta el porqué del sollozo de su guitarra. Y también nos permite admirar la potencia de la segunda voz, la voz de Eric Clapton. No la que sale de su boca, sino la que suena en las cuerdas de su guitarra, que de forma incesante, nos acompaña a lo largo de toda la canción, como una voz contrastante, la que aporta el drama y el pesar de la canción, y la que al final, termina por ser la estrella de esta gigantesca canción.
4. "Something" del álbum Abbey Road (1969)
Es justo en la última grabación del cuarteto, en la que las dos mejores canciones del álbum son los dos aportes de George. Esta es la primera de ellas, una canción suave y llena de dulzura cuando tiene que serlo, y también dramática y estridente cuando debe de serlo. Una oda a la atracción que se siente entre dos personas, con sus bemoles, sus vaivenes emocionales, y su apasionante conflicto eterno. Musicalmente es universal, es una obra que jamás se olvidará, jamás dejará de ser vigente, y jamás dejará de gustarle a la gente. Una obra que quedará para la posteridad, como muchas más de los Beatles.
3. "If I Needed Someone" del álbum Rubber Soul (1965)
Una delicia de canción, desde el riff, las melodías, las armonías tanto de los instrumentos (la entrada del bajo de Paul es sublime) como de las voces (las 3 voces al unísono, cantando lo mismo pero no cantándolo igual, es simplemente perfecto), y la temática general de la canción, hacen que sea uno de los momentos musicales que más disfruto en general. Es cierto que la canción nació después de que Harrison escuchase el primer álbum de los Byrds (específicamente el tema "The Bells Of Rhymney"), pero esta canción supera con creces a su fuente de inspiración (que no es poca cosa). Definitivamente, uno de los momentos musicales que más disfruto en la vida.
2. "Within You Without You" del álbum Sergeant Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967)
La única aportación de Harrison al mítico Sargento Pimienta, es una hermosa canción de corte hinduista, en donde tanto lírica como musicalmente es mucho más rica que sus dos hermanas. La letra es simple y sencillamente un camino hacia el autodescubrimiento, y el fin del sufrimiento innecesario. Poca cosa. La música es el ensamble más majestuoso que se haya escuchado en una canción de los Beatles, y además, todo dirigido por el joven George de 23 años, acompañado de una sección de cuerdas que se acopla a la perfección al estilo de la música, y en el que la dirección del productor George Martin fue esencial. En todo momento estaremos escuchando algo distintivo y destacable en la música, ya sea una melodía, una ruptura o una armonía (como en el hermoso interludio instrumental), y ello hace que los 5 minutos que dura la canción se pasen en tan solo un instante, y nos dejen con ganas de más de esta maravillosa música.
1. "Here Comes The Sun" del álbum Abbey Road (1969)
Esta es mi canción favorita de George Harrison con los Beatles, una canción que en su alma pura está la esperanza, el amor a la vida y el regocijo. Emociones que se transmiten no sólo desde la letra, sino desde la música misma, con ese riff exquisito y su consecuente acompañamiento. Incluso la parte media, el llamado puente, que debería ser (de acuerdo al estándar de la canción convencional) la parte que aporte la tensión y la "bronca", termina por resolverse de una forma tan bella y tan efectiva, que no hace que el sentimiento optimista generado por la canción disminuya ni un poquito. Todo en esta canción va hacia arriba, y todo termina por aportar en el mismo regocijo que nos hace sentir esta hermosa pieza musical. No por nada es la canción más escuchada de la banda en Spotify. Una joya absoluta e imperecedera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario