jueves, 22 de noviembre de 2018

Discografía de los Beatles: Rubber Soul



A partir de este álbum, la historia no sólo del cuarteto, sino del rock en general, habría de cambiar para siempre. Se habría de reinventar el género en una sub-especie más evolucionada, y de la cual nacerían decenas de descendientes y de la que millares de músicos en todo el mundo se habrían de basar para la realización de sus obras, en algunos casos muy buenas.

La idea del hartazgo por la imagen juvenil e inocente que proyectaba el cuarteto a inicios de 1965, con todo el vendaval de la beatlemanía sobre sus hombros y con el cansancio físico y mental que les producía el grabar dos álbumes, mas una película y centenas de conciertos, todo en el transcurrir de un año, fue lo que motivó a los músicos a reinventarse como escritores y como artistas, y les orilló a buscar nuevos horizontes que les permitiera alcanzar el objetivo que tanto ansiaban: que se les considerara como hombres adultos que, a través de la música, creaban arte.

En esa visión influyó mucho el encuentro que los de Liverpool tuvieron con el mítico poeta de Duluth, Minnesota: el genial Bob Dylan. Había pasado un año de su primer contacto, y la enorme influencia que se infundieron mutuamente ya se había presentado, en el caso de Dylan, con sus dos monumentales álbumes de 1965, "Bringing It All Back Home" y "Highway 61 Revisited", mientras que los Beatles ya se habían manifestado (principalmente Lennon) con algunas canciones de "Help", de mediados de ese mismo año. Y no era para menos, se trataba de las mentes más influyentes en toda la historia del rock.

Así que a mediados de octubre de 1965, los cuatro integrantes, junto con el eterno productor George Martin, entraron a los estudios de Abbey Road para grabar el que, para ellos, debía ser el mejor y más adulto álbum de rock jamás grabado. La banda ya estaba en un punto creativo muy alto, y sin el peso moral de llenar las expectativas de millones de adolescentes, sino las propias, se liberaron y dejaron salir todo ese talento creativo para grabar uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos.

Es cierto que ellos revolucionaron el rock and roll, es cierto que ellos habían inventado el pop en su forma más fina y estilizada, sin embargo, no fue sino hasta que realizaron esta obra de arte que se colocaron como la banda más importante de la época y, eventualmente, de toda la historia. Así de relevante es el trabajo realizado en este disco.

Para empezar, nuevamente regresaron a la fórmula de componer ellos mismos todas las canciones del álbum, en este caso, 14. Y no sólo eso, sino que lo hicieron con una perspectiva distinta a la de su anterior álbum enteramente original, el alegre y vivaz "A Hard Day's Night", en donde aún la diversión e inmadurez eran la médula del trabajo. Aquí no. Aquí se tocan temas mucho más profundos y surrealistas, y el romanticismo estudiantil quedaba atrás como elemento obsoleto.

A pesar de que se le considera como un álbum de folk rock, y a pesar de la clara influencia de Dylan en la música y las letras, el álbum suena muy poco a lo que por aquellos entonces se hacía en Estados Unidos como Folk Rock. Más bien es una extraña mezcla de la instrumentación del folk rock, con la elegancia del pop y la aspereza del rock and roll y sus elementos raíz, como el blues y el country. Si a esto le añadimos la innovación en el uso de algunos instrumentos, como el órgano Hammond o la citara, tenemos como resultado un álbum que, con el paso de más de 53 años, no suena avejentado ni obsoleto, y un álbum en el que muchas bandas y músicos aún se pueden ver reflejados.

La obra inicia con un rock maravilloso, compuesto por McCartney, con una letra un tanto surrealista e irónica, y una instrumentación exquisitamente rockera. Me refiero a "Drive My Car", un divertimento rockero bastante melódico y armónicamente excelso. Es fácil apreciar este último elemento gracias al sistema de grabación en el que se dividían las voces de los instrumentos, escuchándose cada uno en el lado izquierdo y derecho del audio, respectivamente. La primera canción de Lennon es la genial "Norwegian Wood", donde apreciamos la citara de Harrison y la extraña (y métricamente perfecta) letra en la que se nos narra un inusual encuentro entre un chico y una chica, sin elementos románticos ni enamoradizos. La brevedad de la canción sólo nos hace apreciarla más en su simplicidad y su complejidad, una musical y la otra lírica.

Mientras que "You Won't See Me" es una canción de reclamo abierto escrita por McCartney y en donde Ringo y sus percusiones se lucen como nunca antes, y los coros de Harrison y Lennon hacen mucho más que sólo ambientar la canción. Además de los 4 instrumentos habituales, escuchamos un piano (muy recurrente en este álbum) y un Hammond muy discreto, lo cual alimenta la complejidad instrumental que los músicos anhelaban expresar en sus canciones. Siguiendo con letras surrealistas, la segunda canción de Lennon, "Nowhere Man" es un claro ejemplo de esto. La música, en apariencia muy simple, es en realidad un monumento a la exquisitez y la elegancia, con muy pocos elementos melódicos, pero con un ritmo y una armonía tan deliciosas que, a pesar de no entender nada de lo que Lennon, McCartney y Harrison al unísono nos tratan de decir, nos fascinan y atrapan de inmediato.

Y otra agradable sorpresa en el álbum es la aportación de Harrison en la composición de dos estupendas canciones. La primera de ellas es el quinto track, "Think For Yourself", en la que se percibe un gigantesco salto de calidad y madurez por parte del beatle más joven, si consideramos las dos canciones que compuso para su álbum anterior, que rondaban entre la ingenuidad y la inexperiencia. Aquí no, la canción es un portento del rock como arte, de la lírica como medio de expresión y de la experimentación de ritmos y armonías. No se trata de una experimentación radical, pero el uso de un ritmo inconsistente, y un riff de guitarra muy oscuro y estridente, nos habla de los nuevos horizontes que Harrison buscaba, en aras de competir y agradar a sus dos mentores musicales, y compañeros de banda. La letra es una reprimenda muy seria hacia la codependencia de una persona, y en la que se le dice que piense por sí misma. Un tema que, hasta hoy en día no termina de comprenderse del todo, en especial por las masas. A destacar el uso de palabras poco usuales para aquellos tiempos, pero muy precisas, tales como "left behind", "opaque", "rectify", o frases como "the ruins of the life that you had in mind" o "try thinking more if just for your own sake", en conceptos bastante avanzados y una temática tan inusual como universal.

Mientras tanto, Lennon seguía en la vena surrealista, ahora un paso más allá de lo convencional en "The Word", donde se habla del amor pero no como un tema superfluo y vacuo, sino como una aspiración y una virtud a la que todo hombre debe ansiar alcanzar. La música es fascinante a pesar de la estructura simple de la canción. Las guitarras discretas, el Hammond más estridente que nunca, el piano con notas extrañas, las melodías vocales perfectas y el bajo de fondo con una melodía casi imperceptible, pero absolutamente fascinante. La canción es una de las más innovadoras, y una de las mejores del álbum. Por su parte, "Michelle" recupera algo de la vena romántica que hasta ahora estaba inédita en el álbum, sin embargo, no es un romanticismo juvenil, sino un romanticismo clásico, muy a la europea con elementos preciosistas y una ambientación sutil y delicada. No podía ser de nadie más que de McCartney una composición como esta.

Ringo pondría su granito de arena en una canción country que compuso junto a Lennon y McCartney, llamada "What Goes On", y en donde se muestra quizás la faceta más cercana al folk rock que hacía Dylan en aquellos días. Por el hecho de ser de Ringo, no sólo se perdona la simpleza del tema, sino que se aprecia y agradece el enorme esfuerzo por que la canción no sonara fuera de lugar con respecto a los demás temas del álbum que, si bien no está a la par, tampoco desentona en absoluto. Y si McCartney ya había aportado algo de romanticismo, ahora era el turno de Lennon, con su característico pesimismo y desdén, en la hermosa "Girl", una canción donde se habla de la crueldad que puede tener una mujer hacia un hombre enamorado. Nuevamente la elegancia se hace presente en un tema más adulto que juvenil, y más elaborado que melódico.

"I'm Looking Through You" es una estupenda canción folk de McCartney, en donde se muestra la faceta más profunda de Paul como letrista, y en donde su gracia y talento para las melodías y la emotividad característica de sus obras está más presente que nunca, contrastando la suavidad de las estrofas con la rudeza de los coros guiados por un poderoso órgano Hammond tocado por nada menos que Ringo Starr. Y la calidad musical no da ningún descanso, pues "In My Life" es una de las canciones más emblemáticas de la banda, y una de las más entrañables en toda la historia del rock. La canción, original de Lennon, es una muestra de los alcances musicales que la banda tenía, pudiendo ser tan rockeros como sensibles, y tan experimentales como clásicos. Para mi gusto, se trata de la canción más hermosa de los Beatles.

"Wait" es una de las últimas canciones compuestas en conjunto por Lennon y McCartney, en donde la sección principal es compuesta por el primero, mientras que el puente en crescendo es obra de Paul. De alguna forma mezclaron sus composiciones, y el resultado es esta canción de bajo perfil, pero de amplia envergadura. De hecho, tal inusualidad es dada debido a que la canción se grabó muchos meses antes de las sesiones de "Rubber Soul", pensada para aparecer en el álbum anterior, sin embargo, pensaron que la canción era demasiado seria para un álbum como "Help!", así que la abandonaron temporalmente. El segundo tema original de Harrison para este álbum es la espectacular y deliciosa "If I Needed Someone", nuevamente con un riff de guitarra, pero esta vez mucho más lúcido y destellante que el de "Think For Yourself", y con una base melodía tan maravillosa que seremos incapaces de olvidarla. El nivel que de pronto alcanzó Harrison para este álbum es tan inexplicable como asombroso, y sus dos canciones son auténticos brillos en un álbum plagado de temas revolucionarios y avanzados para su época.

La última canción del álbum es otro country rock, esta vez compuesto por Lennon, en donde los límites de lo racional y lo irracional están más borrosos que nunca. "Run For Your Life" es una auténtica amenaza de muerte que Lennon le hace a una hipotética (o no) pareja si ésta le llegase a ser infiel. Todos sabemos de sobra que una de las (muchas) debilidades de Lennon eran sus celos obsesivos y psicópatas. Todo ello reflejado en un tema demasiado vivaz para la temática que se trata, pero perfecto para cerrar el álbum de manera brillante.

Después de esto, el rock jamás volvería a ser igual. Zappa publicó su "Freak Out", los Beach Boys su "Pet Sounds" y Dylan su "Blonde on Blonde", tres corrientes fundamentales que se desarrollarían en los años siguientes, que tuvieron su origen en estos tres álbumes, y que a su vez, estuvieron fuertemente influenciados no sólo por la música de "Rubber Soul", sino por lo que el álbum en sí representaba: la capacidad de hacer una obra de arte a través de algo que, hasta antes de este álbum, se consideraba un simple medio de diversión y evasión de la realidad. Así es, los Beatles hicieron adulto al rock, y lo convirtieron en una expresión artística, la más prolífica de la segunda mitad del siglo pasado.

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