lunes, 6 de febrero de 2017

Los 62 mejores álbumes de RPI: #61. Buon Vecchio Charlie - Buon Vecchio Charlie (1972)



1. Venite Giù Al Fiume (12:06)
2. Evviva La Contea Di Lane (6:35)
3. All'Uomo Che Raccoglie I Cartoni (15:01)
4. Rosa (4:33)
5. Il Guardiano Della Valle (2:38)

El sonido de la flauta entonando una melodía casi clásica nos da la bienvenida a este buen álbum del primigenio rock progresivo italiano. "Venite Giú al Fiume" es el tema abridor, un estupendo corte de poco más de 12 minutos llenos de una energía progresiva pocas veces vista. De inmediato podemos notar la enorme capacidad interpretativa de los músicos a cargo, que pueden pasar de un beat complejo a uno clásico, y de éste a uno romántico sin problemas. La parte cantada dura muy poco en comparación al resto de la canción, y le da un toque romántico a la canción muy necesario y sustancioso que sólo hace que nos maravillemos más con los inevitables acelerones de la banda. A partir del minuto 6 hasta el final, todo es maravilla. "Evviva la Contea di Lane" es el segundo tema, uno mucho más tranquilo y constante en ritmo,  romántico y dulce que no le cae mal al álbum, y que hacia el final crece en emotividad.

La segunda mitad del álbum se inaugura con "All'uomo Che Raccoglie I Cartoni", el más largo del álbum (15 minutos) y también el más complejo. Su inicio con guitarra clásica es casi engañoso, pues de inmediato entran los instrumentos eléctricos a darle densidad y "progresividad" a la canción. Los estilos dentro de la canción varían de manera favorable, y pasamos de un momento barroco, a otro más rockero, y posteriormente a secciones de jazz deliciosas e impecablemente ejecutadas. Como en el tema inicial, las secciones cantadas son muy románticas y tranquilas, perfectamente mezcladas con las otras más intensas. No se trata de una canción gigante e histórica del género, pero es una composición impecable y perfectamente bien hecha. Los dos temas finales, "Rosa" y "Il Guardiano Della Valle" son temas menores -el primero muy romántico, el segundo más simpático y jugueton- que no se acoplan al resto del álbum pero que, en esencia, no son malas canciones, simplemente se encontraron en el álbum incorrecto.

Mejor tema (según yo): All'Uomo Che Raccoglie I Cartoni"

Los 62 mejores álbumes de RPI: #62. Acqua Fragile - Acqua Frágile (1973)


1. Morning Comes (7:22)
2. Comic Strips (3:56)
3. Science Fiction Suite (5:54)
4. Song From A Picture (4:09)
5. Education Story (4:12)
6. Going Out (2:56)
7. Three Hands Man (8:07)

La lista se inicia con este álbum de una banda italiana cantando en inglés. El sonido del álbum es una clara referencia al Genesis de Peter Gabriel, y esto lo podemos detectar desde el tema abridor. "Morning Comes" es una interesante -aunque no tan bien lograda- pieza de más de siete minutos. Algunos cambios de ritmo y algunas melodías interesantes -sobre todo del minuto 4 en adelante- no es tan mal comienzo para el álbum. El segundo tema es de acuerdo a mi percepción, el mejor logrado de todo el álbum, "Comic Strips" hace que por un pequeño instante nos parezca que escuchamos a Gentle Giant, y a pesar de tener apenas 4 minutos de duración, logra capturar nuestra atención y nos hace disfrutar el efímero y brillante momento musical. Es sin duda el track más memorable de todo el álbum; difícilmente lo sacaremos de nuestra cabeza por un buen rato.

El resto del álbum es bastante irregular, tanto en calidad como en estilo. Pasamos de un interesantísimo y quizás fuera de lugar en el álbum, pero individualmente destellante sonido folk en "Science Fiction Suite", siguiendo con una réplica casi sinvergüenza de Genesis en "Song From A Picture" que termina por ser aburrida y que podría no estar en el álbum sin problemas. "Education Story" tiene un sonido inicial muy interesante, que nos remite nuevamente a Gentle Giant, pero que de imediato cambia al Genesis-imitación antes mencionado; y pierde  mucha esencia a medio camino hasta que termina siendo olvidable. "Going Out" es otro tema bucólico más corto que el resto de los temas, y termina siendo una bocanada de aire fresco para nuestros oídos -cansados de escuchar a la copia de Genesis una y otra vez- al grado que nos puede terminar gustando en verdad. El último tema, de más de ocho minutos, es el irreverente "Three Hands Man", la canción más progresiva del álbum y la que tiene una construcción más compleja; finalmente algo que nos despierta el cerebro y nos reta los oídos, la canción es alucinante y el órgano dominante de los primeros minutos es sencillamente espectacular, hasta el minuto 6:40 la canción cambia radicalmente para tener un final un tanto más calmo y menos excitante, algo que esta canción quizás no merecía.

Mejor tema (según yo): Comic Strips

viernes, 3 de febrero de 2017

La música es un bálsamo


A lo largo de mi vida he escuchado a mucha gente decir que la música les gusta, que la aman, y sin embargo no es un elemento de suma importancia en sus vidas. No sé si se trate de una obsesión mía por la música o si de verdad no le dan la importancia que, según yo, se merece. Por ejemplo, hay gente que es capaz de escuchar música sólo por no estar en silencio, o hay gente que la escucha simultáneamente con la televisión, o que puede escuchar una canción que le gusta y entablar una conversación al mismo tiempo.  Yo no puedo.

Yo sé que en la vida hay cosas mucho más importantes que la música: el amor a la familia, la lealtad a la pareja, el bienestar emocional, la educación de los hijos; la música no se puede encontrar por encima de ninguno de estos aspectos de la vida. Sin embargo, la música sí va más allá de ser sólo una distracción, sólo un entretenimiento. La música puede ser una compañera de vida, una aliada, un ente liberador y una forma de comunicación trascendental a niveles espirituales. Lo digo en serio.

Yo no entiendo la vida de aquellas personas que sólo escuchan música para poder bailar, para poder cantar, y nada más. Esas personas que escuchan música pero no la escuchan en realidad. No analizan, no sienten, no se comunican, no la despedazan en micro-elementos y la van reconstruyendo poco a poco, haciéndola propia, descubriéndose a sí mismos en ella, y conociendo un poco del mundo, de las personas y de las emociones que les rodean. Porque la música transmite eso y mucho más.

La música debería prescindir de las letras. Quizás así, y sólo así, se genere una costumbre y una cultura de en verdad escuchar los matices, los instrumentos, la intensidad con que se interpreta y las emociones escondidas en ella. O si tiene letras, que sean un verdadero acompañamiento de la música, que se asocien y se retribuyan calidad artística y no sólo se roben el protagonismo con palabrería fácil y populista. Si se analiza una canción "normal", cualquiera que suene en la radio, y se le quita la letra, se convierte en una canción fría, sin alma, que no transmite absolutamente nada y que, de seguro, aburriría a la gran mayoría de quienes dicen "amar" esa canción.

Entonces no sé qué sentir, porque yo no soy así, y nunca podré serlo. ¿Soy afortunado? ¿O desafortunado? Ciertamente me considero afortunado por entender así las cosas. Nada se compara a la sensación de poner una canción y disfrutarla al máximo, sabiendo que la inspiración del artista viene de más arriba, y sabiendo que de alguna forma, esta canción ha tocado mi alma y la ha estremecido desde sus mismos cimientos. ¿Bailar provoca eso? Lo dudo, el baile es simplemente una expresión rítmica de alegría y/o romanticismo. No abarca la totalidad de sensaciones que puede provocar un canción. ¿Cantar? Lo mismo, son excelentes acompañamientos para disfrutar una canción, pero no basta. La música por fuerza debe cruzar por el cerebro y pasar por una serie de filtros intelectuales, para después sacudir nuestros conocimientos y experiencias; debe entrar al corazón y estremecer nuestra alma llena de alegrías, tristezas, enojos, y una infinidad de sinsabores tan implícitos en el ser y el existir del humano.

La música es, entonces, un verdadero nutriente. Uno que alimenta la mente y el espíritu, y de verdad, uno puede aprender cosas y conocer emociones de las que no se tenía conciencia. Claro, esto depende del contenido musical que se escuche. No es lo mismo escuchar a Plastilina Mosh que a Bob Dylan, o a Lorde que a King Crimson, por ejemplo. Y este es el verdadero meollo del asunto. No se puede imponer un gusto, por la naturaleza misma de éste. Y los gustos suelen ser poco depurados. Esto se sabe cuando a la mayoría de gente se le pregunta cuál es el genero o estilo musical de su agrado, y su flamante respuesta es: "de todo". Dudo que de verdad a alguien le guste "de todo", no conozco a alguien que guste por igual del reggaetón y del krautrock, o del grupero y de la música concreta (musiqué concrete) de Karlheinz Stockhausen. Pero esto es muestra del nivel de inconciencia que se tiene con respecto a la música.

Hay un mundo vasto de posibilidades que están ahí, esperando a que alguien se interese en ellas, y para mí eso es como un cheque en blanco, porque la cantidad de emociones y momentos trascendentales que me esperan es directamente proporcional a la cantidad de música que se encuentra escondida en el mundo. Y si tan sólo un porcentaje, mayor al actual, de gente se interesara en esto, habría más felicidad repartida en el mundo, y (aunque sé que es un cliché de los más asquerosos) el mundo sería un mejor lugar para vivir.  Bien dice la frase popular: "de lo bueno, poco". Amén.

jueves, 2 de febrero de 2017

Los 62 mejores discos de rock progresivo italiano


Una lista con los que, a mi parecer, son los 62 mejores discos de rock progresivo italiano de la época de oro (1971-1979). Todos tendrán una reseña que subiré en el transcurso de los siguientes meses. Por lo pronto, aquí la lista:

miércoles, 1 de febrero de 2017

El lado desagradable de The Kills


El álbum debut de The Kills se llama Keep On Your Mean Side, de 2003, y es un compendio de canciones de rock que pasan por estilos como el garage, el heavy metal, el punk y el psicodélico, y lo hace de manera estupenda en tan sólo 42 minutos de potente música. Y quizás lo más impresionante es que The Kills está conformado por tan sólo dos personas; la alucinante guitarrista-vocalista estadounidense Alison Mosshart y el multi-instrumentista británico Jamie Hince, ambos compositores de los 12 cortes del álbum.

El plato abre con el sonido de la caja de ritmos de Hince y un poderoso riff garagesco de la inicial "Superstition" (nada que ver con el funky tema de Stevie Wonder), seguida de "Cat Claw", un tema más cercano en influencia a los Kinks de 1965 y sus riffs de 4 cuerdas. "Pull a U" es otro potente tema, aunque más calmo que las anteriores, pero con una figura de guitarra que difícilmente nos quitaremos de la cabeza (junto con la ingeniosa frase "your black magic and your two dollar love"), mientras que "Kissy Kissy" apuesta más a la melodía que a la potencia, sin dejar de ser rockera en esencia, nuevamente nos encontramos con un tema pegajoso y agradable a la primer escucha. "Fried My LIttle Brains" cierra la primer mitad del disco con un sonido más intenso, que nos recuerda a los Stooges del Raw Power que hacían canciones cortas y potentes. "Hand" es un interludio de poco menos de un minuto que da pie a la segunda mitad del álbum.



Curiosamente, la segunda mitad del álbum es mucho más pesada que la primera, y esto se demuestra con el siguiente tema. "Hitched" es una auténtica maravilla de canción, con su riff que parece ir hacia el frente todo el tiempo y con su potente batería que no cesa y no nos da descanso auditivo, afortunadamente. "Black Rooster" es otro potente rock'n'roll maravilloso y vertiginoso, pareciera salido de una mezcla de Chuck Berry de los cincuenta con los Rolling Stones del Main Street, rock'n'roll puro y poderoso. A continuación aparece la versión más psicodélica del álbum, "Wait" es un tema casi acústico, con tintes al Velvet Underground de Nico, y con una melodía estupenda y memorable. El poder y la pesadez siguen con el tema más directo de todo el álbum, el genial "Fuck The People", que es casi un himno rockero al nihilismo y la rebeldía típicas del género, no podemos dejar de cantar, y gritar incluso, su vigoroso coro "Hey! Fuck the people!" a los cuatro vientos alentados por la energía de la música y nuestro yo interior queriendo liberarse de las cadenas del correctismo y confrontando a quien se nos ponga enfrente. Una maravilla.

El álbum cierra con dos cortes de menor intensidad, aunque con la mismao quizás mejor calidad que sus antecesoras. "Monkey 23" es un tema oscuro, sin percusiones pero con una guitarra potente y lapidaria. La letra es tan sencilla que no nos costará ningún trabajo aprenderla y cantarla al unísono con la melodía tan pegajosa que la contiene. Por último "Gypsy Death and You" es el tema más nostálgico e íntimo del álbum, perfecto para cerrar de manera genial el excelente álbum que nos acaba de regalar la proviencia.



Para todos los amantes del rock, de las guitarras disonantes y de la música que podemos cantar como si estuviéramos en concierto en un estadio gigantesco y bailar como si tuviéramos esquizofrenia, este álbum es perfecto para hacernos felices, sacar nuestra energía contenida en la aburrida rutina de una persona normal, y explayar al rockstar que tenemos dentro, encadenado en la cortesía y la educación formal.

Si ustedes son como yo, enciérrense en su cuarto, pongan este álbum a todo volumen, y hagan una auténtica catársis musical al ritmo de las 12 maravillosas canciones. No se van a arrepentir, se los prometo.