El álbum debut de The Kills se llama Keep On Your Mean Side, de 2003, y es un compendio de canciones de rock que pasan por estilos como el garage, el heavy metal, el punk y el psicodélico, y lo hace de manera estupenda en tan sólo 42 minutos de potente música. Y quizás lo más impresionante es que The Kills está conformado por tan sólo dos personas; la alucinante guitarrista-vocalista estadounidense Alison Mosshart y el multi-instrumentista británico Jamie Hince, ambos compositores de los 12 cortes del álbum.
El plato abre con el sonido de la caja de ritmos de Hince y un poderoso riff garagesco de la inicial "Superstition" (nada que ver con el funky tema de Stevie Wonder), seguida de "Cat Claw", un tema más cercano en influencia a los Kinks de 1965 y sus riffs de 4 cuerdas. "Pull a U" es otro potente tema, aunque más calmo que las anteriores, pero con una figura de guitarra que difícilmente nos quitaremos de la cabeza (junto con la ingeniosa frase "your black magic and your two dollar love"), mientras que "Kissy Kissy" apuesta más a la melodía que a la potencia, sin dejar de ser rockera en esencia, nuevamente nos encontramos con un tema pegajoso y agradable a la primer escucha. "Fried My LIttle Brains" cierra la primer mitad del disco con un sonido más intenso, que nos recuerda a los Stooges del Raw Power que hacían canciones cortas y potentes. "Hand" es un interludio de poco menos de un minuto que da pie a la segunda mitad del álbum.
Curiosamente, la segunda mitad del álbum es mucho más pesada que la primera, y esto se demuestra con el siguiente tema. "Hitched" es una auténtica maravilla de canción, con su riff que parece ir hacia el frente todo el tiempo y con su potente batería que no cesa y no nos da descanso auditivo, afortunadamente. "Black Rooster" es otro potente rock'n'roll maravilloso y vertiginoso, pareciera salido de una mezcla de Chuck Berry de los cincuenta con los Rolling Stones del Main Street, rock'n'roll puro y poderoso. A continuación aparece la versión más psicodélica del álbum, "Wait" es un tema casi acústico, con tintes al Velvet Underground de Nico, y con una melodía estupenda y memorable. El poder y la pesadez siguen con el tema más directo de todo el álbum, el genial "Fuck The People", que es casi un himno rockero al nihilismo y la rebeldía típicas del género, no podemos dejar de cantar, y gritar incluso, su vigoroso coro "Hey! Fuck the people!" a los cuatro vientos alentados por la energía de la música y nuestro yo interior queriendo liberarse de las cadenas del correctismo y confrontando a quien se nos ponga enfrente. Una maravilla.
El álbum cierra con dos cortes de menor intensidad, aunque con la mismao quizás mejor calidad que sus antecesoras. "Monkey 23" es un tema oscuro, sin percusiones pero con una guitarra potente y lapidaria. La letra es tan sencilla que no nos costará ningún trabajo aprenderla y cantarla al unísono con la melodía tan pegajosa que la contiene. Por último "Gypsy Death and You" es el tema más nostálgico e íntimo del álbum, perfecto para cerrar de manera genial el excelente álbum que nos acaba de regalar la proviencia.
Para todos los amantes del rock, de las guitarras disonantes y de la música que podemos cantar como si estuviéramos en concierto en un estadio gigantesco y bailar como si tuviéramos esquizofrenia, este álbum es perfecto para hacernos felices, sacar nuestra energía contenida en la aburrida rutina de una persona normal, y explayar al rockstar que tenemos dentro, encadenado en la cortesía y la educación formal.
Si ustedes son como yo, enciérrense en su cuarto, pongan este álbum a todo volumen, y hagan una auténtica catársis musical al ritmo de las 12 maravillosas canciones. No se van a arrepentir, se los prometo.
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