jueves, 29 de junio de 2017

La dureza de Van Der Graaf Generator


Ciertamente este es un álbum difícil de escuchar, un álbum atípico, en el que prácticamente no existen las guitarras eléctricas, y en donde los elementos encontrados apelan más a la densidad sonora que a la estética, sin que ello convierta a la música de este álbum en música fea, o inaudible. Es cierto, se requiere de una cierta paciencia para escuchar una a una las cuatro canciones que le conforman.

No será en la primera ni en la segunda escucha que logremos apreciar el arte detrás de esta superficio rocosa y áspera. Es más, a mí me tomó cerca de diez escuchas completas del álbum para hallar todos esos elementos que hacen de éste un estupendo álbum. Y es que los elementos integrados en el álbum nno facilitan la escucha, desde la ya mencionada ausencia de guitarras, pasando por la agresividad en la voz de Peter Hamill, las intrincadas y complejas melodías, los ecos al jazz más oscuro, y desde luego, la extensa duración de los temas (algo común en el rock progresivo).

Pero una vez superado eso, nos encontraremos ante una pieza única, una obra excelsa de principio a fin, y por momentos incluso, deliciosa. La abridora "The Undercover Man" es la pieza que más se acerca a la belleza de todo el álbum, y sí que lo es, aunque en un sentido poco cnvencional. La intensidad con la que cierra el tema es de destaarse, indudablemente. La banda quiso recibirnos con el tema más amable, para capturarnos y n dejarnos huir ante los tenebrosos sonidos de los tres temas siguientes.

"Scorched Earth" intensifica la agresividad, Hamill suena como un dictador que se alegra de la destrucción de la Tierra, mientras que los primeros minutos parecen tener una estructura más o menos convencional, pero esto se pierde rápidamente, y la canción transita por terrenos más ominosos, hasta desembocar en un riff de saxofones y otros metales en 12/8 que además de complejo, suena tan oscuro como esplendoroso, y que marca la mitad del tema. Posterior a esto, la estructura inicial regresa brevemente, y de ahí se comienza a gestar el intensísimo cierre de la canción, que constantemente asciende e incrementa la tensión. Para cerrar, un escalofriante feedback de guitarra (quizás lo único de guitarra que escuchemos en el álbum) nos pondrá la piel de gallina.

A continuación tenemos una de las canciones más difíciles de escuchar de todos los tiempos (bueno, quizás no es para tanto), "Arrow" es un compendio perfecto de la oscuridad y la agresividad de la que tanto se ha hablado. Sí, las percusiones iniciales no suenan tan intensas, y el acompañamiento de metales, si bien es excéntrico, no es tan oscuro como otros momentos del álbum. Pero una vez terminada esta breve introducción, y una vez que escuchamos a un Hamill (quien se debió dañar severamente sus cuerdas vocales luego de grabar esta canción) tan gruñón como gritón, nos damos cuenta que la intención del tema es ahuyentar a quienes tienen oídos sensibles. La canción tiene una estructura hasta cierto punto, simple. Introducción, tres estrofas con tres puentes y tres coros, y el cierre. Los coros son punto y aparte, si de por sí ya era agresiva la canción, los coros añaden tensión con su crescendo poderoso, y su desembocadura casi inaudible. Aún me cuesta trabajo escuchar esta canción completa sin hacer una mueca.

Por último, una canción tétrica aunque no tan agresiva, "The Sleepwalkers" es otra enorme canción, la cual se ve favorecida por ese riff de metales y vientos tan sonoramente accesible, que se repetirá durante la primer mitad de la canción. Lo mismo, la voz de Hamill parece ser más amable, más allá de que la temática lírica es una especie de versión setentera de The Walking Dead. Luego de una suerte de cha cha cha un tanto extraño, pero que increíblemente no suena tan mal, entramos a la intensa segunda mitad de la canción, en donde regresa la agresividad, pero ahora con aires de despedida que le otorgan una atmósfera interesante a la canción. De ahí, el cierre "circular" de los sintetizadores, sella el álbum, y nos deja con un sabor más agradable, sabiendo que hemos soportado un cierto grado de tortura sonora, no por calidad musical, sino por agresividad sonora.

Lo más destacable de este álbum es sin duda su rareza, su excentricidad única, y la manera en que la banda se supo distinguir de muchas otras bandas dentro de la escena no sólo progresiva, sino del rock en general. Ninguna otra banda suena de esta manera, y el hecho de que toda esta energía y originalidad la hayan condensado de manera excepcional en esta joya, la convierte en un objeto de culto y de colección.

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