miércoles, 17 de enero de 2018

La última gran joya del progresivo clásico


A finales de los años setenta, la corriente del rock progresivo estaba en plena decadencia, y los nuevos sonidos habían llegado de manera contundente a posicionarse en primerísimo plano de la escena rockera, sonidos como el punk, el post-punk y el new wave. Sin embargo, fue en 1977 que salió a la luz el que a mi parecer es el último gran disco de la década de oro del rock progresivo en inglés. Me refiero al estupendo "A Farewell to Kings" de los canadienses Rush (Geddy Lee en el bajo, teclados y espeluznante voz; Alex Lifeson en la poderosa guitarra y Neil Peart en la virtuosísima batería y las estupendas y poéticas letras), quienes ya nos habían mostrado una faceta progresiva en su anterior "2112" de 1976, pero que con este álbum completaron su transición del hard rock de sus inicios a este hard progressive que los caracterizó en su época más prolífica.

Y es que este álbum está lleno de momentos poderosamente rockeros, temas llenos de contundencia y de guitarras maravillosas, pero a su vez tiene momentos de una sensibilidad única y de una complejidad técnica y un virtuosismo al que sólo los dioses del rock progresivo habían logrado ejecutar. El álbum abre con una deliciosa reminiscencia al barroco bachiano, una bella introducción de poco más de un minuto, que se ve interrumpida por la potente entrada de los instrumentos eléctricos, esto en la homónima "A Farewell to Kings", uno de los mejores temas del plato, el perfecto entremés para esta gran obra. El interludio que comienza en el minuto 3:12 es sólo una pequeña muestra del asombroso virtuosismo de estos 3 geniales músicos.

El segundo tema es un monumento musical, una épica afrenta sonora repleta de maravillosas mini-secciones que van de lo misterioso a lo extrovertido, y de lo sublime a lo estruendoso. "Xanadú" lleva por nombre esta gigantesca obra, que al abrir nos sumerge en un mundo de magia y misterio, estruendosa y espeluznantemente interrumpido por la irrupción de bajo, batería y guitarra, cosa que nos pondrá la piel de gallina por su epicidad inusitada. A esto le sigue el riff principal de la canción, el cual sobra decir es absolutamente memorable, y con ello la fantástica letra de Neil Peart (baterista) inspirada en el afamado y delicioso poema "Kubla Khan". Los 11 minutos que dura la canción son un auténtico viaje sonoro en el cual nos será inevitable sumergirnos, y del cual saldremos airosos y agradecidos, pues sin duda la experiencia auditiva trascenderá a este simple sentido, y alcanzará las fibras más profundas de nuestro ser.

La triada de temas que le suceden a "Xanadú" son 3 temas menores, que complementan el sonido del álbum pero que en términos artísticos, su aporte termina siendo un tanto intrascendente. El primero de ellos es quizás el corte más popular del álbum, la romántica, optimista y cuasi popera "Closer to the Heart", una pequeña y deliciosa canción de poco menos de 3 minutos, que resultará ser bastante disfrutable. "Cinderella Man" es un rock de sepa, que podremos recordar gracias a su intrincado pero estupendo riff (nos tomará un par de escuchas para asimilarlo, de hecho), estructuralmente la canción es un tanto convencional, con las estrofas subidas de tono y los coros más acústicos, cercanos a lo bucólico sin dejar de ser rockeros. Finalmente, "Madrigal" cierra esta triada de temas transitorios, siendo éste quizás el menos brillante de ellos, se trata de una lenta balada que cerca del final parece ponerse intersante, pero que no lo logra del todo.

Con todo esto, parecería que el álbum viene a menos, sin embargo, la banda nos tenía reservada otra joya para cerrar el disco. "Cygnus X-1" es una auténtica mini-novela de ciencia ficción de un inspiradísimo Neil Peart, que nos narra el fallido intento de conquista por parte de la humanidad a un agujero negro (el agujero negro de la constelación Cygnus, el mismísimo Cygnus X-1) en el que un valiente se aventura a explorar el astro resultando en una catástrofe aeroespacial, siendo succionado por el agujero negro y desapareciendo de nuestro plano para siempre. Una poesía sonora. Musicalmente la canción tiene riffs estupendos, largos paisajes musicales (como el del inicio, después del riff principal, que parece que va en una marcha incansable y que nos estremecerá ineludiblemente), y que se acopla perfectamente a las situaciones narradas por Geddy Lee en una de las demostraciones vocales más alucinantes de la historia del progresivo. Cuando se prepara la misión, la música parece ser animada, esperanzadora y llena de ilusión, cuando la misión tiene complicaciones la música pasa al terreno de lo misterioso y oscuro, finalmente cuando la catástrofe se consuma, el acompañamiento sonoro es tan acertado y preciso que nuevamente sentiremos estremecernos, llenos del júbilo de escuchar algo realmente maravilloso. El final de la canción (y del álbum) nos deja tantas dudas y tanta desesperanza como es posible, y esto es algo increíble.

Así es como se cierra el último gran álbum de progresivo clásico en inglés. La última joya de una época que, para bien o para mal, marcó a la historia del rock todo, y a miles de seguidores que, como yo, a décadas de distancia nos seguimos maravillando del inmenso legado que ha quedado a la posteridad.

Tracks:

1. "A Farewell to Kings" 5:51
2. "Xanadu" 11:05
3. "Closer to the Heart" 2:54
4. "Cinderella Man" 4:20
5. "Madrigal" 2:35
6. "Cygnus X-1 Book I: The Voyage 10:25

  • I. Prologue – 0:00 - 5:00
  • II. 1 – 5:01- 5:44
  • III. 2 – 5:45 - 7:12
  • IV. 3 – 7:13" - 10:25

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