miércoles, 24 de enero de 2018

Neu! y su inmenso legado.

Michael Rother/Klaus Dinger

Todos sabemos que el origen del último sonido original en la historia del rock, provino de Radiohead, con sus joyas "Ok Computer" (1997) y "Kid A" (2000), y casi todos sabemos que su gran influencia para lograr esto fue el rock progresivo alemán, o krautrock, de la década de los años 70. Ahora bien, quizás no todos saben que el krautrock fue por sí sólo un subgénero con identidad propia, que si bien se emparentaba con el rock progresivo inglés, no necesariamente era una traslación de éste a la cultura e idioma alemán, sino que fue una adaptación de la idea central, modificada y provista de todo el contexto que rodeaba a la Alemania (dividida) de aquél entonces. Es por ello que el krautrock no es sinfónico, no es tan melódico ni es tan virtuoso como el rock progresivo inglés. De hecho hoy en día al krautrock se le asocia más con el art rock y el ambient, que con el mismo progresivo, por lo que quizás sea sano el dejar de emparentar ambas corrientes desde ya.

Ahora bien, muy pocos saben que las principales bandas del Krautrock son, entre algunas otras, Kraftwerk, Can, Neu!, Amon Düül, Faust, Tangerine Dream, etc. El mismo Krautrock evolucionaría hacia la música electrónica y techno de los años 80, por lo que su relación con el rock tiene igual una conexión muy angosta, pero conexión al fin. De todas las bandas que mencioné, son 3 las principales influencias de Radiohead y su sonido maravilloso. Kraftwerk, por un lado, con su aporte electrónico y sus innovaciones tecnológicas, Can, con su irreverencia cerebral y su esquizofrenia controlada, y principalmente Neu!, por su elegancia musical y su frialdad cálida, su emotividad impasible, su paradoja emocional que parece ser robótica y humana por igual.

Neu! era una banda formada en 1971, en Düsseldorf, precisamente por dos ex miembros de Kraftwerk, los genios incomprendidos Michael Rother (1950- ) y Klaus Dinger (1946-2008), ambos multi instrumentistas aunque el primero se especializaba en las guitarras y el segundo en las percusiones. A éste último se le atribuye la invención de un ritmo constante, monótono, aparentemente sin vida pero que transmitía una energía sin igual, al cual se le conoció como "Motorik", y el cual se hace presente desde sus primeras grabaciones. Ambos músicos tenían la idea de revolucionar la música, trascendiendo los elementos bases de ésta (melodía, ritmo y armonía) y trasladándola hacia un plano emocional y futurista que significara una evolución del arte mismo. Sólo hasta 1997 (25 años después) Radiohead los comprendería.

En 1972 publicaron su primer álbum, un homónimo maravilloso e indescriptible. Una obra tan íntima como impersonal, que puede ser tan artificial como natural, y que ejemplifica la paradoja de lo sintético con lo humano, y su estrecha relación. "Hallogalloo" hace gala del antes mencionado Motorik, el cual se mantiene sin cambios mayores por 10 minutos, como si se tratara de una máquina industrial trabajando sin parar, mientras las guitarras hacen efectos que nos regresan del frío acero a la cálida sangre que fluye en nuestro interior, por momentos sublime y por momentos estridente, pero reflejando emociones humanas en su expresión musical más simple. Paradoja sin fin. "Sonderangebot" es un tema transitorio, de sonidos atemorizantes y metálicos, lejos de toda sensibilidad, mientras que "Weißensee" es una auténtica joya de la frialdad sensible. Mucho más lenta que el tema inicial, lo cual la hace mucho más emocional, la guitarra se luce con sonidos más que notas, recordándonos lo solitarios que estamos en este mundo, en el que nuestra cabeza piensa más rápido que lo que pueden expresar nuestros labios, y en el que decimos una cosa mientras en nuestro aislamiento mental ya pensamos 100. Esa hermosa soledad que nos separa de los demás, tan nuestra, tan íntima, tan enferma y tan bella. De repente los silencios incómodos se vuelven cómodos, ya que la canción no tiene letras, y la música nos abraza y nos reconforta ayudándonos a expresar y sentir esas 100 cosas por segundo que no podemos expresar. Una joya finísima.


Su contraparte, la atmosférica "Im Glück", es otra delicia, esta vez sin las percusiones, la canción se mueve sobre las aguas de manera irregular, gracias a su carencia de ritmo explícito, y nos aleja más y más de nuestros semejantes, nos transporta a la cima de una montaña, en donde finalmente podemos meditar y disfrutar del hermoso paisaje musical que ambos músicos nos están pintando con notas en vez de colores. Se culmina aquí un hermoso mini-concepto que nos llevó a la gloria con una elegancia majestuosa y nos regresa suavemente a la realidad de nuestra vida. Los martillos neumáticos y taladros nos despiertan de manera abrupta, para sumergirnos en "Negativland", en la que el Motorik regresa a distintas velocidades. Un tema precursor del rock industrial sin duda, con una base rítmica inamovible (salvo la parte media y final, en la que sólo incrementa su velocidad sin mayor modificación) y una serie de sonidos ambientales que dan a la canción una ambientación mucho menos sensible y más cargada de testosterona que en los dos temas anteriores, la cual termina tan abruptamente como inició. "Lieber Honig" es la última pieza del álbum, una escalofriante acústica con una base de guitarra de dos cuerdas, con una voz que quiere ser dulce pero que resulta ser bastante perturbadora, y que sin la belleza de las guitarras sería un tema de auténtico horror. Los sonidos ambientales regresan para recordarnos que seguimos solos, y que un álbum tan incomprendido como éste, puede ser nuestro único refugio de comprensión dentro de nuestras caóticas, aunque aparentemente apacibles mentes.

Para el año siguiente, 1973, ya tenían grabado su segundo álbum, el irregular aunque innovador "Neu! 2", el cual contiene un mayor número de temas, pero una menor regularidad que demerita al álbum con respecto a su predecesor. La obra inicia con otro Motorik, "Für Immer" de más de 11 minutos de duración, que resulta ser más cálida que su similar del álbum anterior, y que nos auguraría un mejor trabajo. En ése ya se pueden notar las tendencias musicales que Klaus Dinger comenzaba a tener, más lejanas del ambient y el krautrock mismo, y más cercanas al proto-punk y al rock de garage. El segundo tema evidencía más esto, "Spitzenqualität", al ser sólo la batería de Dinger, con sonidos ambientales, pero sin una sola nota de guitarra que aporte calidez y humanidad al tema. La transición conceptual no se había logrado del todo, aunque como tema experimental, puede salvarse. "Gedenkminute (für A + K)" es como su nombre lo indica, un minuto de silencio (de hecho 2), con sólo algunos sonidos ambientales y una tenue voz hacia el final. "Lila Engel" nuevamente suena como un Motorik que coquetea con los ásperos sonidos del garage, como si fusionaran su beat con una composición de los Stooges, por demás interesante aunque no del todo bien logrado. "Neuschnee 78" es un pequeño experimento, una canción acelerada (que aparece más adelante en el álbum, aunque en velocidad normal) que suena de hecho bastante bien, por momentos delicada, y por momentos desenfrenada.


Por otro lado, "Super 16" es un estupendo experimento sonoro, muy cercano al sonido que por aquel entonces desarrollaba Brian Eno, aunque trasladado al contexto de la banda alemana, suena de manera impresionante. Un tema que parece ser de transición pero que termina teniendo una identidad propia que le distingue de las demás obras del álbum. "Neuschnee" es otra estupenda canción, la misma que sonaba acelerada anteriormente, ahora en su velocidad original, parece ser mucho más orgánica y sensible, que realmente podemos llegar a disfrutar. Por momentos al álbum logra en este punto lo que logró majestuosamente en el anterior álbum con los tracks 3 y 4, aunque aquí es en menor medida y sólo por pequeños instantes. "Cassetto" es otro experimento sonoro, un tema bastante distorsionado mediante efectos de sonido, con el cual realmente pasa muy poco. "Super 78" hace lo mismo que "Neuschnee 78", pero con una canción menor, por lo que pasa desapercibida sin problemas, al igual que "Super" en velocidad normal. "Hallo Excentrico" es otro tema distorsionado, que es manejado de mejor manera gracias a sus efectos impredecibles que ciertamente nos dejarán maravillados por un instante. Éste sin duda es el álbum menos logrado de la banda, aunque tiene ciertos momentos destacables.

Para 1975, los dos integrantes de la banda ya tenían diferencias conceptuales y musicales muy marcadas, por lo que grabarían lo que sería su último álbum en esa década, el excelente "Neu 75", en el que dedicarían un lado del disco original (recordemos que antes los discos venían con lado A y lado B) para cada uno de los compositores, por lo que el primer lado sería compuesto por Michael Rother, con el estilo que le conocimos a la banda en su primer álbum, mientras que el segundo lado sería para Klaus Dinger, y su estilo más rockero, punketo y agresivo. Esto aparentemente derivaría en un álbum incongruente, pero irónicamente el álbum se siente más completo y redondeado que su anterior entrega. Con respecto al lado B, es decir los 3 últimos tracks compuestos por Klaus Dinger, podemos decir que son innovadores, irreverentes y poderosamente rockeros, además de contener letras y partes cantadas (por Dinger, quien asumió el rol de guitarrista principal) y de tener a 2 bateristas, sí, 2 bateristas simultáneos para estas 3 canciones. "Hero" abre esta sección del álbum, siendo una canción con lejanas reminiscencias al viejo Neu!, pero con muchas más guitarras. "E-Musik" es una interesante obra, que nuevamente nos recuerda al trabajo de Brian Eno, y que parece ser la mejor canción de esta tríada de obras rockeras, trascendiendo un poquito al rock como tal, y trasladándonos a paisajes musicales bastante interesantes. "After Eight", por último, es una canción de rock, muy similar a "Hero", que no logra destacar mucho.


Pero pasemos a la parte realmente interesante del álbum, la parte que hace que sea una joyita escondida, los primeros 3 tracks de Michael Rother, al estilo clásico de Neu! Comenzamos de manera sublime con "Isi", unas notas suaves de piano, un Motorik menos agresivo, una ambientación deliciosa de sintetizadores y pianos que nos enamoran de inmediato, llenos de optimismo y esperanza, que nos transportan a un lugar más idílico y nos hacen viajar felizmente hacia él. Todo ese optimismo cambia con "Seeland", una fantástica suite sonora, perfectamente ambientada, triste, nostálgica, memorable y hermosa. La base de bajo y batería parece tener un bajo perfil, sin embrago son la base de la inmensa belleza de la obra, la cual se ve perfectamente aderezada con las guitarras sonando maravillosamente, con angustia, con melancolía, con ese sonido adelantado 25 años a su época. Una joya de principio a fin. Por último, la no menos hermosa "Leb' Wohl", otra obra magna, esta vez con una base de piano, efectos de sonido entrañables y grises (por ponerles un color), y 9 minutos de inmensa melancolía, intimidad y una finura musical a la que sólo puedo describir como exquisita. Aún lo escucho, y sigo sin creer la inmensa belleza de esta música, y sigo sin creer que tenga 43 años de haber sido creada.

Por lo que el legado de Neu! va mucho más allá del krautrock, o del mismo Radiohead, su legado se escucha y se palpa aún hoy, a casi medio siglo de distancia, en una época en la que apenas estamos apreciando el valor de la emotividad musical, en una época en donde aún se preponderan valores musicales menores e intrascendentes, y en la que algunos artistas (St Vincent, Sufjan Stevens, Dirty Projectors, entre otros) comienzan a explotar la inmensa mina de oro resguardada en los sonidos creados por un dueto alemán de la época del muro de Berlín, de la Alemania Federal aliada con el capitalismo, y la Alemania Democrática aliada con el comunismo. Un dueto con una creatividad incomprendida y un legado bastante subvalorado e injusto con su impacto en el arte mismo de nuestros tiempos.

Klaus Dinger/Michael Rother

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