sábado, 8 de diciembre de 2018

Discografía de los Beatles: Revolver



Una vez que revolucionas el mundo musical de una manera irreversible, las cosas cambian para toda la escena, pero, ¿y tú? ¿Qué haces? Esta poderosa y existencial duda se les presentó a los Beatles luego de la publicación, en diciembre de 1965, de su obra maestra Rubber Soul. Sin embargo, para ellos esta duda no significó un problema, y apenas 4 meses después de la publicación del álbum, comenzaron con las grabaciones del que para muchos, no sólo es el mejor álbum de la banda, sino de toda la historia del Rock.

Era evidente que no podían repetir lo hecho en Rubber Soul, esto lo sabían ellos y lo sabía todo el mundo. Tenían que seguir innovando, tenían que mantener el ascenso artístico hasta llevarlo a alturas jamás alcanzadas.

En otras partes del mundo (específicamente, en Estados Unidos) ya se habían producido obras fuera de lo común, con el arte y la innovación como elementos centrales. Por un lado, el ignoto (para la mayoría) debut de Frank Zappa llamado "Freak Out" al cual le falta mayor reconocimiento del que se le da, aún en nuestros días, y por otro lado, la obra maestra de Brian Wilson y sus Beach Boys, "Pet Sounds", obra en la que estuvo trabajando en solitario casi por un año, y que por un breve periodo de tiempo, le colocó en la cima del olimpo musical.

Sin embargo, la nueva obra de los Beatles no se relacionaba en nada con estos dos trabajos, por lo que podemos asumir que no fueron una influencia determinante en su creación. Más bien, ellos ya traían su idea de cómo querían que sonara el álbum, y plasmaron sus creaciones de acuerdo con ese sonido que anhelaban ejecutar.

El resultado es un álbum de rock puro, donde los brillos de folk del álbum anterior están prácticamente desaparecidos, y donde la psicodelia hace su debut en el mainstream del rock británico. La banda buscaba sí o sí experimentar, usar las herramientas de estudio como instrumentos musicales, y añadir sonidos jamás escuchados anteriormente. Además, el estilo de cada compositor se hizo más claro en cada una de sus obras, definiendo de manera más clara los rumbos que cada uno tomaría mas adelante.

La obra da comienzo con un poderoso rock compuesto por Harrison, en el que además se critica duramente a la recaudación de impuestos en la Gran Bretaña. La letra es implacable, y la música es todo lo que se necesita para comenzar un álbum de manera contundente. Las capacidades de composición de George alcanzan su punto más alto con esta maravillosa y poderosa canción de apertura. Por si esto no fuera suficiente para augurar un álbum magno, llega "Eleanor Rigby" con su cuarteto de cuerdas como protagonista principal, para cambiar para siempre la concepción del rock sinfónico, abriendo la posibilidad a la fusión de instrumentos que parecían ser los más ajenos al rock. Desde luego que el dramatismo de la obra es esencial para el desarrollo y culminación de la misma, pero con lo que siempre nos quedaremos será con ese fantástico arreglo de cuerdas.

El tercer tema es de Lennon, y en él el surrealismo se lleva a nuevos horizontes. "I'm Only Sleeping" es el título de esta apología a la pereza, en la que Lennon sólo quiere descansar y dormir, aunque muchos le relacionan al consumo de drogas. Sea como sea, la música es espléndidamente hipnotizante, los experimentos sonoros se acoplan a la perfección al rock ácido que escuchamos, y la temática de la letra es sólo la cereza del pastel. A todo esto, llega la segunda composición de Harrison, la abiertamente hinduísta "Love You To", donde se expone una fusión tan extraña como asombrosa entre la música hindú (del gran Ravi Shankar) y el rock, por lo que escucharemos por igual a las cítaras y las guitarras eléctricas, aunque éstas estarán perfectamente camufladas en la selva de sonidos aturdidores hinduístas. Si bien, años más tarde el propio Harrison despreciaría este, su primer intento real en la música hindú, a mí me parece una auténtica maravilla.

Y de forma drástica pasamos a una de las canciones más bellas del repertorio beatlero, la dulce "Here, There And Everywhere" de McCartney, en la que, de la manera más sutil posible, se nos narra lo que es estar enamorado, con unos coros perfectos de fondo y la música en su estado más pulcro y terso posible. La canción es una auténtica caricia, y sabremos reconocerla como tal sin grandes dificultades. Ringo no podía faltar como protagonista en el álbum, es por ello que Lennon y McCartney (más el segundo que el primero) pensaron en una canción infantilesca y pegajosa para que la cantase el carismático baterista, y así llegó "Yellow Submarine" al álbum, para ser la más conocida y la menos artística de todo el álbum.

Caso contrario del tema siguiente, el espectacular "She Said She Said", otra alucinante y grandiosa obra de Lennon, en donde las guitarras y el rock son los protagonistas, más incluso que la extraña y viajada letra. Los diálogos entre voces y guitarras con el argumento musical más sólido e ingenioso de todo el álbum, sin lugar a dudas, y si a eso le añadimos el espectacular trabajo de Ringo en las percusiones, luciéndose mucho más que en el tema anterior, tendremos como resultado la mejor canción de rock (entiéndase rock como el género base de la música sesentera, rock de guitarras, la evolución del rock and roll) de todos los años sesenta.

Paul McCartney dejaría muy clara una cosa en este álbum: lo suyo son las canciones dulces y delicadas, y también las canciones juguetonas y a veces infantilescas. Es el caso de "Good Day Sunshine", un derroche de optimismo, al menos musical, en el que las guitarras no son las protagonistas, sino el efusivo coro, alegre y vivaz, que engalana esta simple y efectiva melodía. Mientras que Lennon seguiría su vena rockera con "And Your Bird Can Sing", con su riff descendente a dos guitarras y su energía inagotable. El alcance rocanrolero de esta canción está al nivel de "She Said She Said" o de "Taxman", y la consolidación del álbum como una muestra guitarrera magistral quedan confirmadas con esta canción.

Cuando Paul terminó con su pareja de toda la vida, Jane Asher, debía plasmarlo en una canción, y esa canción es la hermosísima y dolorosísima "For No One", una canción que apela al dolor sin caer en autoconmisceraciones ni chantajes, pero que sí apela a nuestro lado sensible y empático, porlo que la canción nos hará sentir como si nos hubiese pasado a nosotros. Musicalmente no se puede decir más que es perfecta, sin ninguna falla ni debilidad. Una pequeña obra maestra. "Doctor Robert" es un rock simple, con un interludio celestial que es tan hermoso como breve, y que contrasta de manera magistral con la simplicidad, incluso frialdad, de las estrofas, lo cual enaltece tanto una sección como la otra. Se dice que Lennon la compuso pensando en su primer "dealer", Bob Dylan, sin embargo, eso es sólo un rumor. Lo que sí es cierto es que se trata de una estupenda canción que muchas veces se ignora en las reseñas y revisiones a este álbum.

La última aportación de Harrison es también la más sobria, "I Want To Tell You" es como un adelanto de lo que 30 años después se convertiría en el britpop, por lo que también nos recordará un poco al estilo más serio de los Kinks. A pesar de que no es tan brillante como las otras dos composiciones de Harrison, sí es una gran canción que merece ser más valorada. Mientras que "Got To Get You Into My Life" es un homenaje al soul, con esas maravillosas orquestaciones de metales y la poderosa y emotiva voz de McCartney luciéndose a sus anchas. Es bien sabido que Paul compuso esta canción pensando en la mariguana, por lo que los rumores morbosos se pueden disipar, y simplemente admiremos la majestuosidad de la canción.

La culminación máxima del álbum, y la que lo representa a la perfección, no sólo al álbum, sino a todo el movimiento musical y social que le sucedió, es la abrochadora del álbum. "Tomorrow Never Knows" es un viaje en todo el sentido de la palabra. Los sonidos se mezclan con las melodías, y las armonías son tan aturdidoras como excitantes. El concepto consiste en mezclar la cultura hinduísta con el rock británico, y la ejecución es tan asombrosa como compleja. No sólo son los 4 instrumentos sonando, es una serie de loops que los mismos Beatles (liderados por McCartney, quien prácticamente inventó los loops musicales en el rock) grabaron, recortaron y pegaron en las cintas de grabación, por lo que la definición de collage musical no podía ser más acertada. Además, esto significaba que la canción no podía reproducirse en vivo, con los instrumentos de mediados de los sesenta. Por lo que se trata de la primera canción exclusivamente de estudio de los Beatles, lo cual también inauguró un nuevo tipo de rock. Esta canción fue como una caja de pandora, la cual fue abierta y dejó salir un sinnúmero de posibilidades musicales, las cuales aún en nuestros días no se han explorado en su totalidad. Por lo que la trascendencia de esta canción es casi equiparable a la del álbum en el que se encuentra, y el nivel de infliuencia directa e indirecta que ha tenido a lo largo de 52 años es inagotable.

Así que estamos frente a un monumento al rock, uno de los mejores álbumes de todos los tiempos, una obra sin la cual la música habría sido totalmente diferente, y una de las muestras musicales más asombrosas y adelantadas a su tiempo. 52 años han pasado y la vigencia del álbum sigue tan presente como si hubiese sido publicado en este mismo año. Y lo mejor es que el cuarteto aún tenía algunas obras magistrales más por entregarnos.

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