viernes, 28 de diciembre de 2018
Astral Weeks: Obra maestra.
Luego de que Van Morrison decidiera emprender su carrera musical en solitario, luego de un éxito moderado con su banda Them, específicamente gracias a la reconocida canción titulada "Gloria", nadie esperaba que hiciese más de lo que consiguió con su banda. Su voz era reconocida en el medio musical, así que eso le podría ayudar a conseguir algunos éxitos, y quizás algún top ten en las listas de popularidad. Ello sucedió desde su primer álbum como solista, gracias al gran éxito de "Brown Eyed Girl".
Su música se centraba en el rythm & blues, con un poco de soul y funk. No era nada del otro mundo, pero sí era un sonido ni sólo accesible, sino bien logrado, razón por la que tanto la canción como el álbum tuvieron aceptación entre el público. Así que ello le orilló a planificar y grabar su segundo álbum. Nadie pensaba que este músico irlandés era capaz de hacer uno de los álbumes más bellos y majestuosos de la historia del rock.
Morrison decidió cambiar drásticamente el estilo musical para su segundo álbum, un estilo que sólo se habría de escuchar en esta obra y en ninguna más. No habría guitarras eléctricas, habría una dosis de percusiones muy limitada, y la instrumentación se orientaría más hacia el folk y el jazz, dos sonidos que si bien habían alcanzado su cúspide artística en años anteriores, en 1968 parecían destinados al olvido gracias al rock psicodélico de moda, además de géneros nacientes como el progresivo o el heavy metal.
Aún así, el músico entró al estudio, junto con un contrabajista, un percusionista y algunos otros músicos de estudio, y así se grabó "Astral Weeks", la obra maestra del irlandés, y tambien la obra que casi lo lleva a la ruina. Hoy en día se reconoce como uno de los mejores álbumes de rock de la historia, pero no fue así en su momento. Las bajas ventas y la poca popularidad hicieron que el músico retomara el género de su álbum debut para su siguiente obra, el bello pero no tan brillante "Moondance".
Pero en este álbum todo es maravilla, las 8 canciones tienen su dosis de belleza, de emotividad, de complejidad y de maestría. Con letras poéticas y evocadoras, y con una música que dentro de lo intrincada, resulta ser inmensamente bella y sublime, Morrison logró amalgamar una mezcla perfecta de dolor, amor y poesía, dentro de un jazz folk, a veces inclinado al blues, a veces inclinado al rock. Es cierto que la mayoría de las canciones tienen un barniz de melancolía claramente definido, sin embargo, también las hay experimentales, festivas o románticas.
La obra inicia con el tema homónimo, una canción alegre en su ambientación, que transita a lo largo de 7 minutos en sólo dos notas que se alternan 4 tiempos cada una. Parece simple, sin embargo toda la instrumentación, los arreglos armónicos y los volátiles cambios de animosidad son la esencia de la canción, por lo que las dos notas son sólo el sostén de algo mucho más grande y majestuoso. Y ese sostén es sólo el de la guitarra, pues a partir de ahí, el contrabajo, la guitarra principal, las cuerdas, vientos y demás sonidos que escuchamos están en un constante jugueteo que, como las olas del mar, vienen y van a su antojo, aparecen y desaparecen de forma aleatoria e inesperada, pero sumamente exquisita. La letra es una especie de metáfora sobre el pasado, con un poco de nostalgia y arrepentimiento. Sobra decir que la canción es una maestría de principio a fin, y afortunadamente, no es la única del álbum.
El segundo tema es un experimento folk, con improvisaciones de jazz y una letra igualmente extraña. "Beside You" es una canción difícil de escuchar en primera instancia, en la que el orden está desaparecido, y todo es un caos musical y emocional que puede llegar a desconcertarnos, pero podemos comenzar a comprender las cosas si leemos la letra y vamos sintiendo cada palabra acoplada a la música. Así entendemos que es una canción doliente, y que la música expresa el desconcierto propio e inherente a la pérdida y al dolor. Si se aprecia desde la perspectiva del jazz, encontraremos que es una breve y bella expresión emocional y musical.
"Sweet Thing" es otro monumento de canción, a pesar de su corta duración. La obra es evocadora y esperanzadora por igual, aquí no hay dolor, nostalgia o experimentación. La canción es esperanza, optimismo y romanticismo, todo esto adornado con una música exquisita que funciona como una inyección de energía. Así como la voz de Morrison sube y baja de intensidad sin previo aviso, así mismo lo hace la música, hasta el momento glorioso en que aparece un cuarteto de cuerdas en el fondo, momento en que nos damos cuenta que nos hemos enamorado de una canción por su belleza, y porque nos ha tocado fibras muy específicas. El hecho de que las letras digan cosas como "And I will walk and talk in gardens wet with rain" "I will not remember that i ever felt the pain" "And I will never grow so old again" es lo que nos hace amar la canción y amar a la vida misma a través de ella.
Por si eso no fuera suficiente, viene otra cumbre del álbum. "Cyprus Avenue" viene cargada con mucha emotividad, cosa que se incrementa gracias a la estructura bluesera de la canción, a pesar de que instrumentalmente se acerca más al jazz. También ayuda muchísimo la aparición del clavecín como instrumento protagonista, el cual no sólo embellece a la canción, sino se adueña de ella casi a la par de la potente voz de Morrison. La canción inicia con una suavidad pasmosa, pero de a poco se incrementa la intensidad hasta alcanzar un clímax musical y emocional altísimo y excepcional del cual no podemos ni queremos escaparnos, y que nos tiene tan sumergidos en su mística, al punto de llevarnos a las lágrimas si nos dejamos llevar de lleno por la música sin distracciones. De hecho, la canción quizás sea la más prolífica y excelsa de todo el álbum, y eso no es poca cosa.
Al buen estilo del jazz de las grandes bandas, se alza "The Way Young Lovers Do", para hacernos olvidar un poco de la melancolía de la canción anterior, y regresarnos el alma al cuerpo, luego de su excursión por las alturas musicales de la avenida Cyprus. La canción tiene mucha energía y mucha alegría, razón por la que es la canción más breve de todo el álbum: Morrison no nos quería poner muy contentos porque las dos canciones siguientes nos regresan al azul, a la tristeza y la emotividad. Antes de pasar a ello, y aún en el tema actual, la perfecta inclusión de los metales también es un guiño al soul de aquellos años, del estilo de Jackie Wilson. Todo un homenaje a la música negra por donde se le vea.
Ahora sí, "Madame George" es la canción más extensa del álbum, y también una de las más grandes en el sentido musical y artístico. Si bien no es tan explícitamente desgarradora como "Cyprus Avenue", sí alcanza por momentos la emotividad de ésta, y el hecho de que sea más extensa, nos permite alargar de cierta forma la agonía. La intimacía y el bajo perfil también son elementos clave en esta canción, que se va desarrollando lentamente. De a poco aparece un violoncello, una flauta, y la música se va enriqueciendo, alimentando de esta manera la carga emocional que justo al final estalla con suma elegancia y porte. De ahí que cueste un poco más apreciar de primera instancia la belleza de la obra, que está ahí, pero no a la vista de todos. La letra es igual de sublime, triste y melancólica, parece conminarnos a despedirnos de Madame George, pero también nos habla del amor y de la vida en Irlanda. The love that loves to love.
Y "Ballerina" no se queda atrás, en cuanto a emotividad y a calidad musical. De hecho creo que es la canción más triste de todo el álbum, pero también es la que tiene mayores aires de epicidad, gracias a la progresión de las melodías, y a las armonías perfectamente balanceadas y logradas con los instrumentos empleados. Las notas que se suceden una a otra son como un transporte que nos va llevando por las emociones que Morrison desea que sintamos al escuchar la canción, y dado que estamos dispuestos a dejarnos llevar, apreciaremos y admiraremos cada uno de estos paisajes musicales y líricos que nos narra esta maravilla de canción. Si bien, como decía anteriormente, es una canción muy triste, en su letra también es una especie de poema, una oda romántica a una mujer que, grácilmente, baila (en sentido figurado) frente a los ojos enamorados del autor, en una especie de muestra inalcanzable, de esas que todos los hombres hemos conocido por lo menos una vez en nuestras vidas. Si logramos entender la letra en su extraño acento irlandés, nos apropiaremos de la canción en su totalidad, dada la universalidad de su letra. Así que en todo sentido, la canción es monumental.
Para cerrar, "Slim Slow Slider" es un epílogo en toda la regla: es breve, es conciso y es recopilatorio en cuanto a la temática del álbum. De cierta manera será una reminiscencia, en lo musical, a "Beside You", pero con mucha más carga emocional, y con una natural ambientación de despedida. Si bien no es memorable, sí nos permite dar un cierre en nuestras mentes, nuestros oídos y nuestros corazones, luego del esplendoroso despliegue emocional del resto del álbum, por lo que su presencia es más que necesaria y agradecida en el álbum.
Es así que, inesperadamente, se grabó uno de los álbumes más importantes del rock, y uno de los menos valorados en su momento. Hoy en día, Van Morrison es una leyenda viviente, y en gran parte, es gracias al trabajo magistral que hizo en la composición e interpretación de esta obra maestra. Bien se dice, que las mejores cosas vienen disfrazadas de las cosas menos vistosas. Es el caso de "Astral Weeks", un álbum de folk jazz que tiene en su interior muchas más cosas que ofrecer, más enriquecedoras y duraderas que lo que aparenta.
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