sábado, 10 de febrero de 2018

Las doce canciones de Randy



El segundo álbum del injustamente muy poco reconocido músico estadounidense Randy Newman, publicado en 1970, tiene por nombre "12 songs", y sí, como bien se puede intuir, el álbum coniene 12 canciones, todas ellas en un estilo de blues y roots rock que tiene elementos de country, R&B y un delicado toque de smooth jazz que hacen del álbum una delicia de principio a fin.

No se trata de una joya del rock, pero sí se trata de uno de esos álbumes que, con muy pocos elementos, nos entregan como resultado una obra exquisita y deliciosa de principio a fin. La música fluye con extrema facilidad por nuestros oídos, haciendo de la experiencia de escucharle un absoluto deleite.

Para una época en la que los músicos de rock buscaban innovar y presentar obras exquisitas y complejas, el buen Randy nos entrega una joyita simple y bella, sin mayores pretensiones que las de disfrutar y hacer disfrutar. De los  temas, sólo "Underneath the harlem moon" (una joyita melancólica) no es compuesta por Newman, las once restantes son enteramente mérito del oriundo de Los Angeles, lo cual desde luego, eleva el nivel del resultado final.

De entre mis favoritas, están "Let's burn the cornfield", "Suzanne" (no es la de Leonard Cohen), "Lucinda", "Rosemary", "Uncle Bob's midnight blues" y esa hermosura llamada "Lover's Prayer". Sin duda este es una de las joyas escondidas más bellas de la música contemporánea, y por alguna razón, casi nadie le otorga el mérito a Newman de resaltar de entre los músicos más importantes de la década de los setentas.

Así que si andan en busca de un álbum simple, uno como para viajar, o como para pasar una velada entrañable a solas o en compañia, o si simplemente quieren disfrutar de la bella música influida por todas las raíces del rock, entonces este álbum les va a dibujar una enorme sonrisa en sus rostros. Vaya joyita.

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