miércoles, 28 de febrero de 2018

El fantástico viaje musical de Brian Eno.



Una vez que Brian Eno dejó definitivamente a Roxy Music, y se embarcó en su aventura en solitario, le costó trabajo dejar atrás el sonido de Brian Ferry y compañía, y no fue sino hasta la aparición de "Another Green World" de 1975 que lograría crear un sonido propio en su totalidad, y no sólo eso, sino que también sería el inaugurador de un estilo musical muy peculiar, y fuente de inspiración para muchos músicos después de su aparición.

Es cierto que el ambient como tal ya existía desde hace mucho, sin embargo, esta fusión de sonidos de rock, krautrock, electrónico y ambient, filtrados por la original mente del músico inglés, dio como resultado una de las obras más innovadoras y progresistas de la historia del rock. Las influencias van desde los Beatles hasta Karlheinz Stockhausen, pasando por el propio Roxy Music y el sonido glam muy de moda en aquellos días.

Mucho antes de ser conocido por producir álbumes de grandes artistas, Brian Eno forjó una carrera musical excepcional, en la cual una de sus cimas es precisamente este álbum, así que hablemos de él. "Sky Saw" es tan bizarra en su sonido como en su momento lo fue "I Am The Walrus" de los Beatles, aunque ahora se palpa la influencia electro con ese riff de guitarra distorsionado y robotizado, junto con las voces que parecen programadas desde la ultratumba. El bajo, en apariencia intrascendente, es de hecho la base fundamental del sonido creado por Eno, minimalista pero conciso por igual, un tanto funky pero también avant garde. Como complemento, esas cuerdas que rayan en la locura, y las percusiones inconsistentes, confirman un gran inicio para el álbum. A continuación, "Over Fire Island" es la primera de muchas mini suites instrumentales y muy innovadoras. De regreso el bajo minimalista, adornado con sonidos electrónicos que lo mismo pueden evocar memorias que provocar ideas dentro de quien le escucha. La brevedad del tema ayuda a que su mensaje musical sea directo y no se exceda en su intento por trascender (cosa muy común en la época).

El siguiente tema es uno de los más alucinantes, y más considerando la época en la que se grabó. "St. Elmo's Fire" es un jugueteo musical muy divertido e ingenioso. El bajo ahora es sintético, y los adornos sonoros son igualmente sintéticos, sin embargo la canción tiene tanta alma, que pasa de la frialdad, y se convierte en una canción bastante cálida y fácil de escuchar. Los experimentos de Eno son por demás exitosos, pues más que alejar o asustar al escucha, lo atrapan y lo interesan en los aún innovadores sonidos. Muy en la vena de lo que acabamos de escuchar, está "In Dark Trees", otro instrumental que va siempre hacia el frente, que no para en su marcha y que nos expone la sensibilidad del músico para intercalar, dentro de la monotonía rítmica, sonidos emotivos y orgánicos. La música, por más electrónica que suene, jamás es fría e insensible.

"The Big Ship" es otro corte instrumental, esta vez mucho más emotivo que todo lo que hemos escuchado en el álbum, y de hecho este lado emotivo de Brian Eno es el que hace del álbum un grande en la historia. Y ésta es la primer muestra de ello, lo entrañable de las melodías y las armonías nos inunda los oídos de serenidad y calidez. La belleza de este tema no se rompe nunca, y más que ser monótono, es tan bello que quisiéramos que siguiera y siguiera por más tiempo. Sin embargo, nos conviene que termine, pues "I'll Come Running" es otra de las joyas del álbum. Una de las más accesibles en su sonido, pues cuenta con instrumentos más orgánicos, pero sobre todo, nuevamente la parte emotiva del compositor es la que engrandece a esta canción, de verdad que el uso de instrumentos más convencionales, el piano y los solos de guitarra principalmente, le dan a la canción un espíritu único. Además de la accesibilidad de las melodías y lo memorable que resulta ser el coro, de inmediato esta será una de nuestras canciones favoritas.

Luego de estas muestras de belleza, de nuevo un corte instrumental, el breve "Another Green World", otro emotivo jam sintético y delicioso; un brillito como muchos otros que tiene el álbum, que están ahí sólo para deleitarnos y regocijarnos. Posterior a esto, "Sombre Reptiles" nos lleva por terrenos de la innovación otra vez, viajando a donde sea que nos lleve en sus 2 minutos de duración, y conformando un sonido que muchos imitarían después. El último de esta triada de instrumentales es "Little Fishes", una mezcla de belleza con rareza, con una base de piano que es hermosa, pero con adornos sonoros que son extraños e incluso irreverentes. El sentido de esta música va más allá de la comprensión o la estética, el sentido es viajar, dejarse llevar con los sonidos sobrepuestos, y las canciones instrumentales como ésta lo logran de manera perfecta.

Y la grandeza regresa con "Golden Hours", un suave experimento, sin percusiones, pero con una base de sintetizadores tan contundentes que parecen serlo. Y toda experimentación, complementada con melodías beatlescas en la voz y las armonias vocales, son la fórmula perfecta para una excelente canción, una de esas que escuchamos y jamás olvidamos por su perfección. Toda la ambientación de esta canción nos vuelve a llevar muy lejos, a terrenos altos y escondidos, ya sea dentro o fuera de nuestro ser. Un nuevo sonido se estaba inventando. La cereza del pastel es ese cello del final, que se desvanece junto con la canción misma. Genial. Sigamos en nuestro viaje sonoro, ahora con "Becalmed" que, como su título lo indica, nos relaja aun más y nos permite alcanzar estados de profundidad a los que pocas veces llegamos, y a los que sólo la música de esta calidad es capaz de llevarnos. ¿Quién dijo que la música electrónica es fría?

"Zainwul-Lava" es un sutil retorno del paraíso al que nos había llevado el hermoso tema anterior. Ahora es la introspección la protagonista de este viaje, con esta música que se le adelantó 25 años al Post Rock, y que con el mayor minimalismo posible, es capaz de bajarnos suavemente, y acariciar nuestros oídos de manera tersa y sublime, para después elevarnos lentamente, sin que nos demos cuenta, y regresemos a las alturas a las que el álbum nos ha estado llevando. La última canción vocalizada es la bellísima "Everything Merges With The Night", una auténtica joya de principio a fin, que anticipa y engalana el cierre del álbum, y que además lo hace de una manera emotiva y sensible. Mientras el piano se lleva los créditos de la belleza de este tema, para mí, lo más bello que se escucha en esta canción son las guitarras de una cuerda del fondo, que suben y bajan a su antojo, y mientras todo lo demas embellece nuestros minutos, estas guitarras hace de lo bello, sublime, y de lo momentáneo, eterno. Eterna canción en nuestros corazones y nuestras almas.

"Spirits Drifting" es el último tema, un instrumental a base de cuerdas sintéticas y un sonido mucho más oscuro de lo que hubiéramos esperado. Un giro inesperado que no va a arruinar nuestra percepción del álbum, y que por el contrario, nos ayuda a regresar a nuestra realidad luego de haber salido de viaje, metafísicamente hablando. Un cierre adecuado, que nos hará valorar la música que acabamos de escuchar, y nos colmará con deseos de volver a escucharla una y otra vez.

Así que tenemos en nuestras manos un álbum que es mucho más influyente de lo que se le acredita. Ya no digamos artistas, que sobran los influenciados por la música de Brian Eno, sino géneros enteros que tuvieron sus cimientos en álbumes como éste, si no es que en este específicamente. Géneros como el Trip Hop, el Post Rock, el Indie y el Rock electrónico. Así que artistas como Suicide, Radiohead, Portishead, Bjork, Sigur Ros, Kraftwerk, Joy Division, Animal Collective, Cocteau Twins, entre muchísimos otros, deberán de estarle eternamente agradecidos al señor Eno por su enorme aporte a la historia musical.

Aquí, el principal agradecido soy yo, que me deleito cada que quiero con esta joya que quedará para la posteridad como uno de los viajes musicales más emotivos y sublimes de la historia. Amén.

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