lunes, 12 de marzo de 2018

Bon Jovi, o el intermedio justo entre los Beatles y los Rolling Stones.




Desde niño, y gracias a mi hermano mayor, me ha gustado el rock y sus derivados. Él fue quien me enseñó la maravillosa música de los Beatles a mis tiernos 4 años de edad. Además, a través de él conocí a muchas bandas de rock de épocas anteriores a la mía. Una de ellas fue Bon Jovi, aquella banda oriunda de New Jersey que tocaba rock que lo mismo podía sonar duro como popero. Sus canciones más conocidas me las sabía de memoria desde pequeño, además por la antes mencionada intervención fraternal, por la facilidad melódica de sus canciones. Canciones memorables y accesibles, que hoy en día son considerados sí o sí como clásicos del rock, aún para los más puristas.

Y es que ese es el mayor mérito de la banda liderada por el sobrino del exitoso productor Tony Bongiovi, el hacer buenas canciones de rock, que además son melódicas y pegajosas. Es cierto que en su época inicial sólo tuvieron un éxito, la vertiginosa "Runaway" de su álbum debut aparecido en 1984. También es cierto que sus dos primeros álbumes no sólo son olvidables, sino que también se podrían considerar como prescindibles e intrascendentes. Sin embargo, el ingenio de la dupla compositora de la banda, conformada por Jon Bon Jovi y su guitarrista principal Richie Sambora, nos regalaría en su tercer álbum algunas de las canciones ochenteras más memorables, disfrutables, simples y efectivas que se hayan escrito.

Fue en "Slippery When Wet" que el rock duro ochentero se mezcló con las melodías beatlescas y las letras simples pero ingeniosas, para que existieran canciones tan importantes como "You Give Love A Bad Name", "Livin' On A Prayer" y sobre todo "Wanted Dead Or Alive". Por ello, nos resulta imposible no simpatizar con esta música por demás accesible, y bien hecha. Es cierto que es más pop que rock, pero la influencia de los Stones y los Beatles es más que presente en cada uno de los tres temas antes mencionados. Además, no es necesario hacer jazz fusion, thrash metal o post punk, por poner algunos ejemplos, para que la música sea buena o tenga valía. El pop-rock es de hecho el punto de partida para todo lo que hoy conocemos. Y si el pop-rock está bien hecho, entonces las canciones trascienden y siguen gustando a más de 30 años de haber sido publicadas.

Melódicamente, armónicamente y rítmicamente, no escuchamos ningún facilismo, al menos en las 3 canciones que ya se han indicado, los arreglos son simples pero no malos, la estructura de las canciones es netamente rockera y los músicos son suficientemente capaces como para entregarnos música de alta calidad en ejecución y composición. Por donde se le mire, no hay forma de desprestigiar a esta música. Ahora bien, de ese álbum sólo he mencionado a 3 canciones, y no es sólo porque sean las más conocidas, sino porque son las 3 mejores canciones de la época ochentera de la banda. Tanto el resto de ese álbum, como la totalidad del subsecuente "New Jersey" de 1988 son de menor valía. En éste último la música sobrepasa las pretenciones, cae en los facilismos, en la grandilocuencia, la autocomplacencia y la tentación de la fanfarronería del glam metal ochentero, la cual se apodera no sólo de la actitud de los músicos, sino de sus resultados artísticos también. Por lo que esas 3 canciones son todo lo que tenemos como fundamento hasta ahora, entonces, ¿por qué dedicarle un escrito a ua banda que en 4 discos sólo escribió 3 canciones buenas?

Bueno, primero que nada, por el valor emocional que esta banda tiene para mí, porque me sé muchas de sus canciones ochenteras a pesar de reconocer que son excesivas, pobres o intrascendentes. Pero también por lo que vendría después de su decepcionante álbum de 1988 (el año de mi nacimiento, por cierto). La banda sufriría una ruptura más que necesaria, en la que todos se dedicaron a lo suyo, siendo lo más destacable la muy buena banda sonora de Jon Bon Jovi a la película "Young Guns II" de 1990. Esto no sólo marcó el inicio de una nueva era en la banda, sino que significa el segundo de sus méritos como banda a lo largo de tantos años: la rapidez de adaptación a los cambios sufridos por el mundo musical.

En 1991, mientras la banda estaba separada, el rock a nivel mundial sufrió una transformación bestial e irreversible, liderada por el grunge y su maltrecho frontman, Kurt Cobain. Así que todas esas banditas con peinados de señoras y rock fanfarrón tuvieron que afrontar una dura disyuntiva: reinventarse o morir. Y mientras el 99% de esas bandas murieron, Bon Jovi se reinventó. Así que para 1992 publicarían su primer álbum noventero, el fresco y hasta fino "Keep The Faith", de 1992. No iban a subirse al tren del grunge, la banda nunca mostró señas de ser depresivos, ni agresivos. Así que su música se movió a terrenos más coloridos, sin dejar de hacer rock en su totalidad. De ahí se extraen grandes canciones como "Keep The Faith", "In These Arms" o "Bed Of Roses", ésta última una perfecta muestra de la reinvención de la banda, pues aunque fácilmente pudo ser una power ballad, se quedó en una sensible y delicada canción pop. El álbum como tal, entra de pronto a los terrenos del house, el dance y demás sonidos que antes le escuchamos a U2 en su aclamado "Achtung Baby". Así que mientras Def Leppard sacaba un disco aún de glam metal, el cual sonaba avejentado y fuera de lugar, Bon Jovi era una banda nueva, que buscaba seguir ostentando el lugar en lo alto de las listas de popularidad, sin atentar en contra de sí mismos a un nivel musical.

La aparición posterir de un disco recopilatorio (que siempre vivirá en mis memorias como un dador de algunos de los momentos más felices de mi infancia) llamado "Crossroads" en 1994 hacía pensar que la banda ya había agotado su fuente de creatividad. Con él apareció un sencillo efectivo (aunque muy meloso, para mi gusto) que se llamaba "Always", mucho más popero que rockero, pero que logró nuevamente colarse en la memoria colectiva por muchos años después de su aparición. Sin embargo éste también era un espejismo, pues la banda se encontraba planeando xel que resultaría ser su mejor álbum, el más oscuro y hasta furibundo de toda su carrera, además de ser el que me motivó para hacer este escrito.


Fue en 1995 que publicaron "These Days", un álbum a mi parecer infravalorado, que tuvo éxitos comerciales pero trascendió más por su calidad artística que por su nivel de popularidad. Un álbum menos accesible, más rasposo y rockero, acogiendo las raíces del género y adoptándolas para hacer por primera vez música más rockera que popera. Y por alguna razón, nadie recuerda este álbum, y si acaso una canción es la que más o menos se recuerda (en México sólo se recuerda por su lamentable versión en español). Pero bueno, más allá de eso, el álbum marca el pico creativo más alto de la banda. Tan sólo para empezar, "Hey God" empieza con las notas más oscuras que se le hayan escuchado a la banda, pesadas y lentas.

Sin llegar a ser un álbum histórico, ni una obra maestra, sí puedo decir que de las 14 canciones que le conforman, por lo menos 8 son de una calidad altísima, superando el nivel artístico de cualquier otra cosa que haya hecho la banda en su historia, nivel que jamás volverían a alcanzar. La ya mencionada "Hey God", un potente reclamo al creador con la voz de Jon sonando más rockera que nunca. La deliciosa y muy stoniana "Somethig For The Pain", con un riff maravilloso y unas armonías vocales perfectas, incluso experimentales en algún punto de la canción, pero tomando mucho de las raíces del rock. La anti-romántica y con toques de soul y R&B "This Ain't A Love Song", que fue la más popular del álbum y que, como decía, tiene un nivel de emotividad cercano al de mejor soul de los años 60. Qué decir de "These Days", es la más entrañable de todas las canciones del álbum, y quizás la mejor en el historial de la banda, quizás. En sus más de 6 minutos de duración nos encontramos con una perfecta mezcla de rock y pop, de Stones y Beatles, y mientras las melodías son deliciosas y las guitarras y los solos son poderosos, la emotividad de la canción nos hace sentir infinidad de cosas.

Otra enorme canción es "Lie To Me", más oscura que su antecesora, incluso por momentos deprimente, lo cual es también algo nuevo que la banda supo explotar muy bien, dando resultados mejores a los esperados. Y si antes decía que quizás la canción homónima era la mejor de la banda en su historia, es porque también ese lugar lo podría tomar la impresionante "My Guitar Lies Bleeding In My Arms", una gigantesca muestra del blues más emotivo que se haya escuchado en muchos años, que además nuevamente contiene una letra desesperanzadora, más real y cruda, perfectamente acoplada con la fascinante música que de principio a fin no tiene falla alguna. Por su parte, "Hearts Breaking Even" es otro soul/R&B maravilloso y por demás disfrutable. La emotividad de la banda está alcanzando niveles altísimos, y con ello la música también se eleva. Otra vez, los Rollling Stones hacen acto de presencia en esta maravillosa canción, adornada con melodías beatlescas y reitero, un alma gigantesca. El buen Sam Cooke, el gran Otis Redding y la diosa Aretha dejaron un legado gigantesco, presente en esta delicia.

La última de las enormes canciones del álbum, a mi gusto, es la pop-rockera "If That's What It Takes", muy a la McCartney, llena de melodías accesibles y un alma rockera, tal y como el resto del álbum. Las demás canciones que no mencioné, no son malas en absoluto, sólo que al lado de las 8 grandes canciones del álbum, sí se ensombrecen un poco. Pero por mucho, este álbum es el mayor legado artístico de la banda, un rescate al rock verdadero que jamás habían hecho y que jamás volverían a hacer, una mezcla perfecta entre Beatles y Rolling Stones. Hacer eso no debe ser nada fácil.

Posterior a esto, la banda sufriría una segunda separación, la cual les ayudó para regresar con más fuerza que nunca, con su poperísimo, aunque destacable álbum de 2000 llamado "Crush", del cual se extrae la canción más famosa de la banda, "It´s My Life". Sin embargo el alma rockera se había ido, y ya jamás regresaría, por lo que el buen pop del disco no trascendió más allá de su estandarte de canción, y sus niveles de ventas en aquel año.

Y es con ello que muere la historia de Bon Jovi, algunos álbumes posteriores confirmaron la debacle inexorable de la banda, como la de cualquier otra. Muchos puristas desprestigian su trabajo, lleno de altibajos, pero con una joya de la que nadie se acuerda, y que está ahí, para recordarnos que la verdadera década gloriosa de la banda no fueron los años 80, sino los magistrales 90. A mí me gusta la banda desde niño, pero también con los ojos y el conocimiento de años de escuchar música, he redescubierto el verdadero valor de esta banda, y he encontrado la joya que quedará para la posteridad como su mejor trabajo, casualmente el más rockero y con mayores referencias a las raíces del rock. ¿Coincidencia?

"...I'll send this songs to you wherever you are, as my guitar lies bleeding in my arms..."

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