viernes, 25 de mayo de 2018

Maggot Brain: el funk en su mejor versión.



El funk es un género derivado del soul y del rock and roll, que se hizo popular en los años 70, y es originalmente un género liderado por bandas afroamericanas que, al igual que en décadas anteriores, generalmente marcaban las tendencias musicales que después adoptarían los músicos blancos de rock and roll. Ya había sucedido con el blues, el jazz, el rythm and blues y el propio soul. Ahora la tendencia era el funk, un género digamos, más sensual, pero con un menor nivel artístico y una mayor sobreexposición de las tendencias afroamericanas que, desde entonces hasta el día de hoy, imperan en la música hecha por los intérpretes de dicha raza.

El funk se podría decir que fue el principio del fin de la época de oro de la música negra, pues a pesar de tener algunos buenos álbumes y músicos entre sus filas, la mayoría lo utilizó para expresar de manera más abierta lo crudo de su sexualidad sin tapujos ni restricciones. Tanto así que el funk derivaría en 2 corrientes musicales mucho más lamentables: la música disco y el rap. Algo sucedió con el funk que comenzó bien con Marvin Gaye y Stevie Wonder, y terminó mal con Gloria Gaynor, Donna Summer y Public Enemy.

Pero este escrito no es para lamentarse por ello, sino para destacar el que, a mi parecer, es el disco de funk más artístico, delicioso y esencial. Publicado en 1971, "Maggot Brain" del sexteto  (más su ensamble coral de 8 personas) norteamericano Funkadelic, es un estupendo álbum de funk rock. Las ligeras mezclas de rock ácido con el naciente funk, además de la correcta adopción de éste último género, hacen del álbum una delicia de principio a fin. Y no se trata de engañarse a uno mismo, este mismo funk es del que hablé en el párrafo anterior. Pero como todo, la moneda tiene dos caras, y así como una de ellas representa la debacle de la música negra, la otra representa joyas musicales abiertamente funkeras.

La obra inicia con la homónima "Maggot Brain", una exposición maravillosa de funk psicodélico, de más de 10 minutos de duración, y con unos solos de guitarra excelsos y enormemente sensibles. Es cierto que el funk, tal y como lo conocemos, no aparece del todo en este primer tema, cosa que podría confundirnos sobre el verdadero contenido musical del álbum, sin embargo, consideremos a este tema inicial como una estupenda suite introductoria, más que una reprsentación de la médula del álbum. Las cosas se ponen en orden con la fantástica "Can You Get To That", una canción que ahora sí es abiertamente funk, con todos los elementos que a éste le corresponden, como la sensualidad, los coros femeninos, el ritmo cachondo, pero a parte de eso hay una enorme creatividad detrás, un sentido musical estupendo que es el pegamento que une a todos los elementos, y que hace de las características antes mencionadas un mero adorno musical y no la esencia de la canción. Por lo que, desde la primera vez que la escuchemos nos quedaremos con ganas de más de esta música.

Y la banda nos complace, pues "Hit It And Quit It" es otra estupenda canción, con su riff que grita ¡funk! a los cuatro vientos, además con una frescura que, de haberse adoptado generalmente en el género, la historia habría sido completamente diferente. La cuna rockandrollera está presente y perfectamente mostrada como un predecesor natural del funk, demostrándonos que la banda sabía de dónde venía el sonido nuevo, y cuales eran sus orígenes reales, homenajeándolos en esta gran canción, y no renegando de ellos como la mayoría de músicos de funk. Por su parte, "You And Your Folks, Me And My Folks" es un funk a base de piano, por lo que su sonido de inmediato nos remitirá a los clásicos setenteros de Stevie Wonder, sólo que con un poco más de sentido artístico y una concepción musical más trascendente que la de sólo provocar el baile. La simpleza de sus letras nos demuestra la importancia que la propia banda le daba a la música.

Con "Super Stupid" regresa la mezcla de funk y rock, y sin duda nos vendrá a la mente Jimi Hendrix cuando escuchemos las primeras notas del riff y de la voz en esta gran canción. Nuevamente la banda adopta al rock como la fuente y la raíz de su género principal, cosa que de inmediato se ve reflejada en la enorme calidad de la canción. Mientras que "Back In Our Minds" es quizás el funk más delicioso que haya escuchado, todo encaja perfectamente, y se nos muestra el alcance que pudo tener este género de haberse hecho de manera adecuada, y no como se hizo finalmente. La grandeza de este breve tema radica en su simplicidad, su suavidad (smoothness) y su ligereza.

El álbum culmina con otra extensa canción, "Wars Of Armaggedon", como para dar cierre al concepto, de la misma manera en la que se abrió, con la diferencia de que en esta canción la mezcla de funk y psicodelia es mucho más homogenea, por lo que suena mucho más genuino que en el tema inicial. Las experimentaciones están presentes de la misma manera, pero de alguna manera, el estilo suena mucho más redondeado en este tema, y por ello, nos quedaremos con una sensación de satisfacción una vez terminado el álbum.

Cuando surge un nuevo movimiento musical, se debe adoptar con dos bases fundamentales: primero, la de comprender en su totalidad el estilo y sonido que debe tener, y segundo, comprender cuáles son los fundamentos musicales que derivaron hasta el surgimiento de dicho movimiento. Funkadelic comprendió estos dos preceptos y los integró de manera estupenda en su "Maggot Brain", es por ello que la música suena original, genuina y consistente. Reitero, de haberse seguido esta línea en la música negra, la historia actual sería muy diferente.

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