jueves, 31 de mayo de 2018
La joya más escondida: Third de Big Star
¿Quién diría que un álbum grabado entre 1974 y 1977, con sólo dos miembros de una banda de cuatro, que además había pasado desapercibida en sus dos álbumes iniciales, se convertiría en un álbum de culto, y una joya musical totalmente desapercibida e ignorada por años? Es el caso de Big Star, una banda infinitamente inspirada en los Beatles, que desde 1972 comenzó su aventura musical con un excelente álbum, llamado "#1 Record", que para su mala fortuna, no se vendió como la compañía disquera lo esperaba. Pero tuvieron una segunda oportunidad a inicios de 1974, con su segundo opus titulado "Radio City" el cual fue un fracaso aún mayor, por lo que la banda decidió desintegrarse, y a excepción de dos integrantes, el guitarrista Alex Chilton y el baterista Jody Stephens, los demás se separaron, en lo que parecía ser un amargo final para una historia en apariencia gris e intrascendente.
Sin embargo, años después, la crítica y la gente redescubre la maravilla escondida en la música melancólica, rocanrolera y artísticamente impecable de esta banda, por lo que deciden publicar algunas canciones rezagadas en una serie de álbumes mal ensamblados desde 1978, hasta que en 1992 finalmente se publicaría la edición definitiva del álbum, casi 20 años después de su grabación, y en ella podemos notar la inmensa calidad, finura y excelsitud musical de lo que pudo ser un álbum histórico de haberse publicado en tiempo y forma adecuados. La obra se tituló "Third/Sister Lovers", y es un álbum supremo de inicio a fin.
Con 19 canciones en total, incluyendo 4 estupendos covers más 15 canciones originales, el resultado sobrepasa lo hecho por la misma banda en sus entregas anteriores. Si hablamos primero de los covers, no se trata de réplicas exactas, sino de profundas adaptaciones con el sello de la banda impreso en cada nota. "Till The End Of The Day" de los Kinks, "Nature Boy" de Eden Ahbez, "Whole Lotta Shakin' Going On" de Jerry Lee Lewis, y sobre todo, la escalofriante y asombrosa adaptación de "Femme Fatale" de Velvet Underground. Estos cuatro covers resumen por si mismos de lo que va el álbum, una mezcla de power pop con melodías profundamente tristes y melancólicas, y una serie de adornos de estudio sobresalientes, como las cuerdas o los metales. En los covers se percibe el enorme talento de los músicos, sin embargo, aún no entramos en materia de sus canciones originales, para evaluarlos como compositores.
De hecho, es Alex Chilton el compositor de las 15 canciones originales de la banda. Empieza con una enérgica y engañosa "Kizza Me", con su dulce voz y con el poderío de las guitarras y las percusiones subiendo y bajando de intensidad, mientras un cello discreto se asoma por momenntos en el fondo. A continuación, "Thank You Friends" es una más sobria y elegante canción de rock, con melodías memorables a lo largo de toda la canción, y con una estructura simple en apariencia, eso si no notamos la belleza de los coros femeninos de fondo, o las esporádicas apariciones de un cuarteto de cuerdas. Con "Big Black Car" entramos de lleno a la parte más triste y melancólica del álbum. El silencio, las tonalidades bajas, las guitarras con ecos y el piano más brillante que nunca, además del "Nothing can hurt me, nothing can touch me" cantado con espeluznante emotividad, hacen de esta una canción suprema en muchos sentidos. De verdad es aquí donde empezamos a dimensionar la calidad del álbum.
Sin embargo, con "Jesus Christ" nos sentimos de nuevo en una canción fina y sobria, que fácilmente pudo publicarse en los noventa por una banda britpopera, lo cual nos indica el nivel de annticipación musical de esta banda, que en nada suena a los setentas. Por su parte, "O Dana" es otra fantástica canción lenta, reflexiva y emotiva, en donde nuevamente el piano es el que embellece a la tristeza, y la hace hasta cierto punto, no tan triste. "Holocaust", con todo y su dramático título, es una lenta y poco lúcida canción (poco lúcida en cuanto a que no brilla tanto en alegría) que sin duda nos sumerge más y más en el ambiente calmo y emotivamente poderoso del álbum. Y para seguir en esa línea, "Kangaroo" es una de las joyas más brillantes del álbum, en donde se tocan terrenos de experimentación musical un tanto lejanos del estilo de la banda, pero totalmente acertados y precisos, para traernos una obra de arte de principio a fin. Es la consolidación del álbum como una obra magistral. Sus sonidos, su tristeza, su emotividad, las percusiones, la voz, todos los elementos son perfectos en esta canción. ¿Cómo algo así de majestuoso pudo pasar tan desapercibido por tantos años?
Y ya entrados en terrenos de excelsitud musical, llega "Stroke It Noel", una breve y hermosísima melodía pop, adornada con un cuarteto de cuerdas que incrementa la delicia para nuestros oídos, y que nos confirma que lo que estamos escuchando es de otro nivel distinto a lo que esperábamos. "For You" es una canción más cercana al estilo de los dos primeros álbumes de la banda, y ello se confirma porque está cantada por uno de los miembros exiliados de la banda, quien antes fungía como segundo compositor y vocalista, el desaparecido Chris Bell. Sin embargo la canción no suena nada fuera de lugar, y ello se debe al estupendo arreglo de cuerdas que la canción presume, y que nos hace acostumbrarnos a un altísimo nivel musical. Así que la banda nos despierta del letargo de tristeza y nos reanima con "You Can't Have Me", una rockera que, luego de haber escuchado canciones tristes y rockeras, nos hace darnos cuenta que el rock de esta y otras canciones, entra también dentro de la atmósfera de tristeza del álbum, algo difícils de lograr con guitarras eléctricas, percusiones poderosas y melodías alegres. Sin embargo, aún sentimos de manera palpable esa melancolía de la música. Seguimos inmersos en ella.
Así que no importa lo que hagan, siempre nos hallaremos en ese hermoso estado de ánimo al cual nos induce la música, especialmente en delicias como "Nightime" que no necesita de muchos elementos musicales para elevarnos, una guitarra y un slide de fondo, más una pandereta que de tanto en tanto suena, todo aderezado con un eco preciso, una lentitud magistral y un arreglo de cuerdas. Mismo caso el de "Blue Moon", la cual nos mantiene en las alturas, esta vez con más dulzura que tristeza, pero con un mismo nivel de emotividad. Ya son tantas canciones tan buenas que estamos olvidando el hecho de que el álbum pasó desapercibido por años.
La parte final del álbum incluye 3 de los cuatro covers antes mencionados, además de 3 canciones originales, siendo la primera de ellas "Take Care", finísima desde el mero inicio de la canción, angelical en sus estrofas y hermosa en términos generales. "Dream Lover" es una casi romántica a base de piano, que puede que luzca menos que las demás canciones, pero que dado su estatus de canción casi cerradora, se acepta y se agradece la lentitud de la canción, sobre todo porque ya estamos en un punto en donde nada nos va a bajar de las nubes, y en donde cada elemento y cada nota sólo nos acerca más y más al cielo. Finalmente, "Downs" es un breve jugueteo que por alguna razón se incluyó en el álbum, cuando evidentemente se trata de un juego de estudio que la banda grabó para fines más recreativos que artísticos, sin embargo, no la haremos a un lado, y la podremos considerar como el suave regreso a tierra, luego de haber estado 50 minutos en las nubes gozando de la angelical y gloriosa música.
Cuando escuché este álbum por primera vez, no cabía en mi comprensión el hecho de que no fuera un álbum más reconocido, que la banda no fuera de las grandes de los setenta, y que casi nadie incluyera esta joya en sus listas de lo mejor de la historia, o que lo incluyeran en puestos tan lejanos de lo mejor. Para mi gusto, se trata de uno de los 100 mejores álbumes de rock de la historia, que debido a sus circunstancias no tuvo los reflectores como algunos otros de esa selección, pero que en cuanto a calidad musical, no desmerece en comparación con alguno de los incluidos del 50 al 100 de la lista.
Es como si un álbum tan importante para el rock, como por ejemplo el "Definitely Maybe" de Oasis, el "Tommy" de The Who, el "Surfer Rosa" de los Pixies o el "Beggars Banquet" de los Rolling Stones, hubieran pasado cerca de 40 años como ignotos, desapercibidos, ignorados y ninguneados, hasta que de repente alguien se dio cuenta de la maravilla escondida detrás del olvido. De esas dimensiones es la calamidad sucedida con esta joya. Un álbum así de grande, no podía perderse en la nada. Si usted es de los que aún no conoce el álbum, o peor aún, no conoce ni a la banda, no se sienta mal, no es el único. Pero eso sí, abra su spotify de inmediato y búsquelos, escúchelos y delétiese con semejante maravilla.
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