miércoles, 25 de abril de 2018

Rock progresivo anglosajón: #12. "Moonmadness" - Camel (1976)


1. Aristillus (1:59)
2. Song Within a Song (7:18)
3. Chord Change (6:48)
4. Spirit of the Water (2:09)
5. Another Night (7:00)
6. Air Born (5:04)
7. Lunar Sea (9:14)

La  última gran obra de Camel en la década de los setenta es una delicia de principio a fin. Aquí no hay epicidad ni complejidad ni mucho menos excesos. Todo lo opuesto, aquí hay sencillez, hermosura, delicadeza y sensibilidad. Todo el álbum gira en torno a estas cualidades, y los 7 temas que le conforman son perfectos cada uno a su manera. Quizás el único punto que luce menos son las voces, pero las escucharemos tan poco en el álbum que ni nos daremos cuenta de tal detalle.

La obra inicia de inmediato con una joyita electrónica al 100%, "Aristillus" es una breve exposición de las capacidades de Peter Bardens al frente de los teclados y sintetizadores, por lo que de inmediato disfrutaremos con esta pequeña delicia. El segundo tema es una de las mayores muestras de sensibilidad y belleza en el rock progresivo, "Song Within A Song" es una maravilla completa. Las voces suenan poco, y están a cargo de Andy Latimer (guitarras) y Doug Ferguson (bajo), y la música que les respalda es tan deliciosa que tomará protagonismo por encima de las voces mismas. Todas y cada una de las secciones que le conforman se sustentan en la belleza musical y en el deleite del escucha. Incluso cerca del final, cuando se acelera y parece perderse dicha cualidad, la banda no tarda en hacernos estremecer con las explosiones rockeras que más que catastróficas son hermosas, y que nos llevarán al borde de las lágrimas una vez que la canción termine.

"Chord Change" es una belleza instrumental en la que Latimer nos muestra la enorme sensibilidad que tiene en la guitarra, con esos solos que deseamos que sean interminables. Además, la canción tiene algunos cambios de ritmo precisos y perfectos, por lo que sus casi 7 minutos de duración se nos pasarán muy rápido. "Spirit Of The Water" es una breve y calma canción, cantada por Bardens y con una sección de vientos bella y emotiva. El arreglo que le hicieron a la voz le ayuda bastante, por lo que no será una molestia el escucharle, por el contrario, se sumará como un instrumento más y como un elemento determinante para la melancolía explícita de la canción.

Las dos canciones siguientes son dos grandes obras, muy sólidas y bellas y con características muy únicas y destacables dentro del repertorio de la banda. La primera de ellas es "Another Night", una extraña y muy rítmica canción, en la que nuevamente las voces sufren un arreglo que las compone, y las adecúa al extraño estilo de la canción. Aún más extraños son los coros, que nos regresan un poco a la sensibilidad mostrada en el resto del álbum, aunque la canción es esencialmente rockera, y deliciosamente extraña. La segunda es otra gran muestra de belleza, "Air Born" es etérea desde un inicio, y nos hace flotar tanto en las secciones cantadas, como en el increíblemente hermoso interludio, en el que la guitarra suena diferente, hermosa pero diferente, y ello nos transporta aun más arriba de lo que ya estábamos.

Por último, la canción que cierra el álbum es la poderosa "Lunar Sea", otra instrumental y mucho más vertiginosa que el resto del álbum. Ello podrá desconcertarnos en un inicio, pero una vez que hace acto de presencia la guitarra de Latimer, allá en lo más alto de la canción, nos damos cuenta que el elemento belleza está ahí, presente y potente. Luego de esto, un rítmico y melódico interludio en el que el mini-Moog de Bardens se luce al máximo, mientras los otros tres músicos le hacen segunda con un delicioso ritmo constante de fondo. Cuando la aceleración regresa, ya estamos seguros que estamos ante la canción más grande del álbum, así que nos preparamos para escuchar el delirante y poderoso final de la obra, que se desvanece de a poco y nos vuela los sesos de una manera tan gozosa, que nos quedaremos completamente satisfechos por ello.

Luego de "Moonmadness", Camel publicó un par de álbumes semi-progresivos intrascendentes, para luego seguir la senda comercial del pop fácil ochentero, y perderse en la nada, hasta su último brillito, llamado "Rajaz" y publiado en 1999, una obra que parecía el regreso de la banda, pero que sólo fue un oasis. De cualquier manera, este álbum es el último gran álbum de la banda, y uno de los más hermosos en todo el rock progresivo.

1 comentario:

Iván Gibaja dijo...

Uno de mis álbumes favoritos de toda la vida. Aunque para mí, Camel saco varias obras maestras después, léase Stationary Traveler, Nude, Dust And Dreams... Un grupazo infravalorado, para mí a la altura de cualquier dios progresivo. Saludos.