martes, 17 de abril de 2018

Rock progresivo anglosajón: #28. "Ommadawn" - Mike Oldfield (1975)



1. Ommadawn Part 1 (19:14)
2. Ommadawn Part 2 (17:07)

Luego del éxito de su obra revelación, el ya reseñado "Tubular Bells", Mike Oldfield tuvo la nada fácil tarea de buscar superar su obra anterior, y tenía que hacerlo de manera contundente para consolidarse como un compositor de altura, y como un músico trascendente e importante en la escena progresiva británica. Así que más allá de intentar replicar su hasta entonces obra magna, decidió embarcarse en un nuevo viaje de descubrimiento y auto descubrimiento musical, que le llevaría a superarse a sí mismo, y a entregarnos una de las obras musicales más maravillosas del rock progresivo setentero.

La obra, que lleva por nombre "Ommadawn", es también una extensa canción dividida en dos partes, pero ahora la música no nos llevará por largos pasajes semi-electrónicos o fundamentados en una obra para piano, sino que esta vez, Oldfield quiso explorar las posibilidades del folk, de la llamada World Music y de sus raíces musicales célticas, por lo que esta vez la música (que no carece de sintetizadores y sonidos electrónicos) es mucho más orgánica y mucho más digerible que en su álbum antecesor.

Si bien, la obra tiene diversos matices y secciones distintas, hay un elemento en común que las une a todas, y ese es el de buscar llegar a la mente de loss escuchas a través de un sonido accesible, más allá de que se trate de suites progresivas, un sonido mucho más melódico y menos denso. Es decir, se alejó de los sonidos a la Tangerine Dream y se acercó mucho más a los sonidos a la Jethro Tull, sin que en ningún momento se llegara a la imitación tanto de la primera como de la segunda banda mencionada. Entonces, estamos ante una obra muy emotiva, y muy digerible. De hecho, este es el álbum ideal para conocer la obra de Oldield, pues su accesibilidad y gracia recibirán nuestros oídos inexpertos con los brazos abiertos, y nos harán enamorarnos de inmediato con cualquiera de los sonidos que estemos escuchando, ya sean folk, celtas, etc.

Incluso hay algunas secciones tanto de la primera como de la segunda mitad, que son bastantes alegres, al grado de ser casi bailables, y otras que son optimistas como pocas veces se ha escuchado en el progresivo (ukulele incluido) en donde no tendremos más remedio que el de sonreír y dejarnos llevar por la belleza de la música.

Entonces, Mike Oldfield nos deja muy claro con esta, su obra maestra, que es un músico con altísimas capacidades no sólo interpretativas, sino creativas, y también nos regala una de las obras progresivas más brillantes y alegres que existieron en la épocca de oro de este género. Un álbum que se debe disfrutar de principio a fin, ya que el músico nos la pone bastante fácil.

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