jueves, 12 de abril de 2018

Rock progresivo anglosajón: #31. "Animals" - Pink Floyd (1977)



1. Pigs On The Wing Part 1 (1:25)
2. Dogs (17:04)
3. Pigs (Three Different Ones) (11:28)
4. Sheep (10:16)
5. Pigs On The Wing Part 2 (1:25)

Esta vez Pink Floyd nos entrega una joya de álbum, que maneja un concepto de crítica a la sociedad y que quizás sea el más complejo musicalmente hablando de todo su historial progresivo. Basado en la genial obra literaria "Animal Farm" de George Orwell, la banda divide a la sociedad en 3 sectores principales: los representantes de la ley, como policías, fuerzas armadas o jueces (es decir, los perros); los mandatarios y millonarios que controlan a los perros con su poder y exceso de dinero (es decir, los cerdos); y el resto de la sociedad, que vive marginada por lo que los cerdos dictaminan y los perros ejecutan, los que se quejan y no hacen nada, los sumisos y apabullados (es decir, las ovejas).

La obra inicia de manera maravillosa y bucólica, con un breve intro por demás nostálgico y entrañable, titulado "Pigs On The Wing Part 1", con una guitarra como base, y la voz de Roger Waters. A continuación llega la obra máxima del álbum, "Dogs", con su irónica letra, sus largas secciones instrumentales y su emotivísimo cierre. La canción fue compuesta en conjunto por Roger Waters y David Gilmour, aunque este último siempre aseguró que la canción era totalmente de su autoría, lo cual generó rencillas dentro del seno de la banda. Más allá de eso, la canción no tiene ninguna fisura, es emotiva cuando tiene que serlo, experimental cuando tiene que serlo, emotiva cuando tiene que serlo y poderosamente rockera cuando tiene que serlo. No titubean jamás en exponer al máximo todos los elementos que conforman esta monumental obra, y como resultado, tenemos una de las canciones más grandes de todo el progresivo.

El siguiente tema es igual de grandioso, aunque menos épico y emotivo. "Pigs (Three Different Ones)" es una obra rockera, incluso hasta bluesera, pero con un sentido de ironía maravilloso y un cierto minimalismo rockero que nos logra engañar por un momento, hasta que David Gilmour se destapa con ese fantástico y poderoso solo de guitarra con el que cierra el tema. Las letras son fantásticas y satíricas en todo el sentido posible, desde los brillantes "Ha ha, charade you are" hasta los deliciosos "You're nearly a laugh but you're really a cry". Todo encaja a la perfección en esta canción, por lo que habrá que destacarla en su justa medida, con todo y que no satisfaga a los puristas progresivos que buscan beats de 11/8 o instrumentaciones complejas y rebuscadas.

El tercer tema, "Sheep", es aún más enérgico y emotivo que los dos anteriores, con una mayor presencia de los teclados de Rick Wright, y con una letra nuevamente inteligente, en la que los sumisos pasan a ser los alborotadores, y en la que los dominantes terminan buscando refugio, pues ya no ven la salida. Es lo mas cercano a un tema sinfónico en el historial de Pink Floyd, y ello le trae buenos dividendos al álbum, y como parte del cierre del álbum, la emotividad gigantesca del final de la canción contrasta perfectamente con el bucólico tema de clausura, "Pigs On The Wing Part Two", por lo que podemos decir que, de principio a fin, esta obra mantuvo un nivel constante, a pesar de su pefil bajo, y nos regaló uno de los discos progresivos más inteligentes líricamente hablando, y más sencillos musicalmente hablando.

Mención aparte merece la hermosa portada, en la que podemos ver a un cerdito volando sobre la monumental Battersea Power Station, en un atardecer nuboso londinense. La bella portada estuvo a cargo de Storm Thorgerson y su grupo de artistas de diseño, Hipgnosis. Quizás una de las 5 portadas de disco más hermosas de la historia del rock, y un añadido que si bien no altera el nivel musical del álbum, sí enriquece su contexto artístico.

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