jueves, 19 de abril de 2018
Rock progresivo anglosajón: #24. "Pawn Hearts" - Van Der Graaf Generator (1971)
1. Lemmings (11:39)
2. Man-Erg (10:21)
3. A Plague of Lighthouse Keepers (23:04)
a) Eyewitness
b) Pictures / Lighthouse
c) Eyewitness
d) S.H.M.
e) Presence of the Night
f) Kosmos Tours
g) (Custard's) Last Stand
h) The Clot Thickens
i) Land's End
j) We Go Now
El último disco de Van Der Graaf Generator antes de su primera ruptura, es una obra tan surreal como maravillosa. "Pawn Hearts" es un álbum complejo no, lo que le sigue. Si bien la banda ya tenía cimentadas sus bases jazzeras, aquí las mezcla con un poco de psicodelia y rock espacial, para regalarnos una de las obras más complejas e inaccesibles del rock progresivo. Y a pesar de que la agresividad musical sigue siendo uno de los elementos distintivos de la banda, también se entregan mucho a la emotividad, por lo que por momentos lo grotesco pasa a ser dulce, y viceversa. Así que es normal que la primera vez que escuchemos este álbum se nos revuelvan un poco las entrañas, pero conforme le escuchamos podremos descubrir las maravillas que oculta.
La primera canción es, a mi gusto, la menos buena, y vaya, que es muy buena. "Lemmings (Including Cog)" es una extraña canción, con secciones tan bizarras como exóticas, pero tan originales que es un sonido que sólo la banda ha musicalizado, y nadie más. Una vez que lleguemos a lo más parecido a un coro, descubrimos por fin una sección melódica más o menos coherente para nuestros oídos inexpertos en complejidad musical, y nos aferramos a ella a pesar de que la banda, intencionalmente, parece evadirla constantemente. El interludio llamado "Cog" es otro brillante y difícil momento musical. Los metales de David Jackson se retuercen incansablemente, mientras que los sintetizadores de Hugh Banton crean sonidos no aptos para iniciados. Pero la coherencia la mantiene Guy Evans, quien trata de unir las piezas revueltas y darles sentido con las percusiones. Hasta que regresa el coro con Peter Hamill y su voz esquizofrénica, para comenzar el inicio del fin de la canción. Una vez que, lentamente, termina de desvanecerse el tema, la incertidumbre será nuestra primera reacción.
Las cosas bajan de intensidad un poco con "Man-Erg", una canción que resulta ser mucho más emotiva por momentos, aunque también tiene sus despliegues de locura musical. Sin embargo, conforme avanza la canción, nos vamos acercando un poco más al corazón de la banda (sí tiene corazón) y sentimos una cierta calidez que, dadas las circunstancias, buscaremos aferrarnos a ella lo más que podamos. Pero se trata de VDGG, así que la poca accesibilidad que nos da, nos la quita rápidamente. Sin embargo, tras un par de escuchas más a esta canción, nos daremos cuenta que es una joya en bruto, un estilo con el que la banda estaba jugueteando desde el álbum anterior, y que en este más o menos lo perfeccionaron. Pronto encontraremos al bello diamante que se esconde en el pedazo de carbón en bruto que es esta canción.
Para la última canción, la suite "A Plague Of Lighthouse Keepers", la banda creó una serie de mini-canciones, y las fue acoplando en una especie de collage musical, con transiciones muy breves, y con secciones concisas que van de lo bizarro a lo emotivo, por lo que la delicadeza para pasar de una sección a otra no es un elemento en el que la banda haya pensado mucho. Esto le da a la obra una característica singular, que la distingue del resto de las suites progresivas de similares características. Es así que podemos estar en un momento emotivo como "Eyewitness" y pasar a un delicioso jazz-rock en "S.H.M.", y de ahí pasar a la epicidad de "Presence Of The Night" la cual deriva en una emotivísima "(Custard's) Last Stand", la cual se ve grotescamente (en el buen sentido) interrumpida por la revoltura de entrañas que es "The Clot Thickens", y de la misma forma grotesca pasar a emotivo final de la obra.
Así que si, en un género tan complejo como lo es el rock progresivo, buscan algo aún más experimental y extraño, este es el álbum ideal para ustedes. A algunos les entrará más fácil, a los más sensibles de oídos (como yo) les tomará una serie de escuchas y mucha paciencia para descubrir la gran obra que es este difícil álbum. Ello no le resta mérito, el mérito suficiente para estar en el número 24 de nuestra lista.
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