martes, 17 de abril de 2018

Rock progresivo anglosajón: #29. "Mirage" - Camel (1974)



1. Freefall (5:47)
2. Supertwister (3:20)
3. Nimrodel / The Procession / The White Rider (9:12)
4. Earthrise (6:42)
5. Lady Fantasy (12:46)

El segundo álbum de Camel, y primer clásico de la banda, es una muestra de crecimiento musical, luego de la inconsistencia de su debut homónimo un año antes. Si bien en este álbum la banda está a un 90% de su capacidad y de encontrar su sonido real, también es cierto que los pasajes musicales y las bellas melodías que engalanan a este álbum sólo podrían haber sido compuestas por la dupla creativa de la banda, el guitarrista y vocalista Andy Latimer y el tecladista Peter Bardens. Además de los dos compositores, la banda la completaban Doug Ferguson en el bajo y Andy Ward en las percusiones.

La obra tiene bastantes momentos rockeros que no suenan del todo a Camel, como el inicio de "Freefall", la canción abridora del álbum, o algunas secciones de "Lady Fantasy", la canción más extensa dentro del plato. Aunque la mayor característica de esta peculiar banda progresiva sí está presente: el uso de bellas y memorables melodías a lo largo de las canciones. Esta habilidad de Latimer, de crear melodías simples pero efectivas, y que además sonaban maravillosamente en el estilo de la banda, es una de las mayores cualidades y uno de los signos más distintivos de la agrupación.

Como ya decíamos, la obra inicia con "Freefall", un rock un tanto extraño, que de inicio suena a todo menos a Camel, pero que posteriormente se compone, conforme avanzan los minutos, hasta llegar a la sección central de la canción, que está adornada con una bella melodía de guitarra y una emotividad espléndida. Como dato curioso, el vocalista de esta canción no es Latimer, sino Bardens, cosa que de inmediato se nota cuando suena la voz principal. No suena a Camel. La segunda canción, "Supertwister", es una instrumental y breve pieza, en la que aparece por primera vez en el álbum la mítica flauta de Latimer, y que además está sustentado en una base rítmica y melódica bastante delicada y disfrutable. Que si la canción dura poco, es un hecho, pero afortunadamente, la siguiente obra nos hará olvidar este hecho.

Sin duda, la canción más grande del álbum, y la mejor en todos sentidos, es "Nimrodel/The Procession/The White Rider", una deliciosa suite inspirada en la magna obra de J.R.R. Tolkien, "El Señor De Los Anillos", y que está fragmentada en 5 secciones principales (aunque el título mencione sólo 3). La primera es la breve introducción, bastante medieval en su sonido, y que con ello nos induce de manera adecuada a la temática central de la canción; posterior a esto sigue la primer sección cantada, una bastante etérea, rozando los fundamentos de lo que después se conocería como Dream Pop, pero con un trasfondo progresivo innegable. La voz de Latimer (que no era el vocalista progresivo más virtuoso, ni cerca) suena bastante acorde con la música, es decir, suave, evocadora y etérea. A continuación viene el interludio instrumental, y el clímax absoluto de la canción; todo lo que antes era calma y paz ahora es guerra y vértigo. El despliegue musical de esta sección es simplemente asombroso, y como cereza para este pastel está la melodía deliciosa y memorable que engalana no sólo a la canción, sino al álbum mismo. La segunda sección cantada es más melódica y menos atmosférica, con claras alusiones a Gandalf en su letra, y con un diálogo musical en el que Latimer canta y su guitarra le contesta bellamente. Por último, el epílogo, la sección final regresa el ambiente denso de la música, y suavemente nos guía hasta el emotivo final, para así cerrar una monstruosidad de obra progresiva.

"Earhrise" es una canción bella y vertiginosa por igual, esto debido a que las secciones inicial y final son de una emotividad plena y estremecedora, mientras que la sección central es de un aceleradísimo rock progresivo, con los sitetizadores a plenitud y una sección rítmica tan precisa como puede serlo. Además, un elemento que le añade misterio e intimidad a la obra es que es totalmente instrumental. Por último, "Lady Fantasy" es la canción abrochadora, una enorme suite con momentos muy interesantes y otros que no lo son tanto. Sobre todo las secciones más "rockeras" no suenan del todo al estilo de la banda, por lo que parece que no son parte de este álbum. Sin embargo también tiene secciones deliciosas, como la segunda, con un riff de guitarra bastante bello y memorable; o el mítico interludio a tres voces en el que, sólo con un fondo de sintetizadores, las voces suenan gloriosas y emotivas a más no poder.

Posteriormente la banda publicaría un par de álbumes mucho más grandes que este, sin embargo, la piedra fundamental del sonido de la banda se cimentó en este álbum, y a pesar de su ligera irregularidad, pertenece a uno de los obligados no sólo de los amantes del progresivo, sino del rock en general.

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