lunes, 25 de septiembre de 2023

25 grandes canciones compuestas por mujeres

 


Derrumbando el mito de que el rock es un sonido masculino y viril, he aquí una pequeña muestra de 25 grandes canciones hechas por mujeres, en su concepción e interpretación. Para ello he considerado temas de mi gusto personal, que son compuestos en su totalidad por mujeres, y cuyo alcance ha trascendido la inocua y vacía popularidad, para adentrarse en el terreno del arte, la profundización musical y lírica, y por supuesto, la capacidad de sacudir las almas y los sentidos de quienes les escuchamos. 


25. "Time Escaping" de Big Thief (compuesta por Adrianne Lenker)


Publicada hace apenas un año, esta hermosa pieza musical (al igual que el álbum del que se extrae) explora sonidos folclóricos, bellamente musicalizados y sutilmente estructurados por un acompañamiento sonoro fabuloso (esas percusiones son maravillosas, aportando como nunca, en la armonía del tema). Empieza muy bonito esta lista. 


24. "China" de Tori Amos (Tori Amos)


A principios de los 90 había sólo una gran referente en cuanto al rock femenino, y ella era Tori Amos, quien con su álbum debut, logró cautivar a miles y miles con su exquisita delicadeza. Con ella en el piano y la voz principal, su álbum debut la colocó en un prestigioso sitio que duró poco, pero abrió el camino para el vendaval de féminas rockeras (y no tan rockeras) que se vendría en años posteriores.


23. "My Mistakes" de Eleanor Friedberger (Eleanor Friedberger)


Con esta optimista y vivaz canción, Eleanor abría su primer álbum, luego de una carrera brillante junto a su hermano en los Fiery Furnaces. A todo amante del pop enérgico le va a encantar este tema (a pesar de la no tan positiva letra) y le va a provocar ganas de moverse al ritmo sencillo y efectivo que sostiene esta bella pieza.  Una excelente canción para empezar el día. 


22. "Every Word" de Belly (Tonya Donelly)


Típica canción alternativa de principios de los 90, en esa mezcla extraña entre grunge, shoegaze y balada, este tema (y el álbum) marcan el inicio del nuevo proyecto de Tonya Donelly una vez que terminó con los Throwing Muses (a quienes veremos más adelante), en un año en el que el rock alternativo liderado por mujeres estaba despuntando. 


21. "White Rabbit" de Jefferson Airplane (Grace Slick)


Si bien, en el rock psicodélico de los 60 había muchas frontwoman en el rock (The Mamas and The Papas, Marianne Faithfull e incluso Nico con The Velvet Underground), pocas de ellas se dedicaban a escribir canciones. Grace Slick era una de ellas, quien compuso este hipnótico y creciente tema para el disco más brillante de la banda, quien además nos regala una de sus mejores interpretaciones vocales, que incrementan el poder del clímax final de la canción. 


20. "Royals" de Lorde (Ella Marija Lani Yelich-O'Connor)


Si bien, técnicamente no es una canción de rock, fácilmente podríamos considerarla como tal por la estructura, ingenio y armonía que está implícita en esta melódica y minimalista canción pop. Lorde es una de esas artistas que hacían buen pop, antes de que el trap invadiera, cual parásito, todos los estilos populares. Como testimonio del buen rumbo que pudo tomar el pop de principios de los 2010s, está esta pequeña joyita. 


19. "Because The Night" de Patti Smith (Patti Smith/Bruce Springsteen)


Ok, aquí hice un poco de trampa, porque el tema está compuesto por Smith en compañía de Bruce Springsteen, pero es que se trata de un excelente tema, y Patti Smith regularmente se apoyaba de sus colegas varones para componer canciones. Y como no había manera de dejarla fuera de esta lista, elegí esta canción que debió ser mucho más popular de lo que fue en su momento. Lejos de su punk poético de sus primeros álbumes, en este tema Smith abraza de lleno el rock melódico, y nos regaló una de sus canciones más accesibles y bellas. 


18. "Expanding Flower Planet" de Deradoorian (Angel Deradoorian)


Qué bello que es el primer disco de Angel Deradoorian, la antigua colaboradora en los Dirty Projectors, y que en esta obra explora los alcances y estética de la world music, con cánticos, instrumentos inusuales, y muchísimas melodías bellas, y armonías deliciosas. Este tema lo elegí al azar, pues prácticamente cualquier canción del álbum hubiese funcionado, por su enorme calidad e infinita belleza. 


17. "Violet" de Hole (Courtney Love)


Espectacular y poderosa, esta canción abiertamente grungera nos deja entrever la enorme capacidad creativa que tenía Courtney Love, y que en este, su mejor álbum con Hole, se explotó en la mayoría de las canciones. Cansada de ser conocida como "la esposa de Kurt Cobain", Love nos dejó constancia que su nombre se puede mencionar por méritos propios. 


16. "Human Of The Year" de Regina Spektor (Regina Spektor)


Hermosa y emotiva canción de Regina Spektor, contenida en mi álbum favorito de ella, el delicioso Far de 2009. La canción se parte hacia el minuto 1:50, con esos "hallelujah" que dan pie a mi sección favorita de la canción, con ella tocando las notas una octava más arriba en su piano, y creciendo en intensidad poco a poco hasta alcanzar el cielo, y repetir el cántico "hallelujah". No es mi canción favorita de ella, pero sí con la que más me identifico. 


15. "More" de The Warning (Alejandra, Daniela y Paulina Villarreal)


Obviamente The Warning no se iba a quedar fuera de mi lista. Se trata de la canción de más reciente publicación en este listado, y la elegí no porque sea mi favorita, sino porque representa una clara evolución en su sonido. Lejos están los ecos metaleros de su segundo álbum. Incluso parecen lejanos los arreglos hardrockeros de su último disco. Aquí se acercan un poco más al pop, a manera de jugueteo desde mi perspectiva, ya que cuando menos lo esperamos, irrumpe el riff de guitarra poderoso y nada sutil. 


14. "Cannonball" de The Breeders (Kim Deal)


Esta es una de esas canciones que, conforme pasan los años, se vuelven más y más icónicas. Injustamente opacada en Pixies, Kim Deal tuvo su revancha con su banda propia, que formó junto a su hermana y unos amigos, y compuso todos los temas de este, su primer álbum, que es una maravilla de principio a fin. Aunque claro, esta canción es la que más popularidad tuvo, todos los cortes del álbum están añejando de manera espectacular. 


13. "I Feel It All" de Feist (Leslie Feist)


Quizás esta sea su canción más conocida, extraída de su álbum más laureado, y las razones son muy evidentes. La canción es bella, melódica (como para bailar en medio de la tormenta) y con arreglos sutiles, cosa característica en la mayoría de las canciones de Feist. Y el álbum es una pequeña maravilla, mi favorito (junto con Metals, su álbum siguiente) y el que más captura el bello sonido folk de la artista canadiense. 


12. "Hate My Way" de Throwing Muses (Kristin Hersh)


Pocos compositores (del género que sea) me han llegado a conmover por igual con la música y la letra de una canción. Kristin Hersh es una de ellas, con esta delicia llena de ira, angustia y desconcierto, característicos de la adolescencia, el tema captura tópicos con los que todos nos identificamos: dudas existenciales, el sentido de la vida, la falta de autoestima y el odio infundado que surge de la frustración de vivir, todo ello barnizado con una sutil cubierta de tristeza disfrazada de agresividad. Una joya. 


11. "Angelica" de Wet Leg (Rhian Teasdale y Hester Chambers)


La frescura de esta canción publicada el año anterior a la creación de esta lista, es una que irrumpe en una época en la que el rock juvenil prácticamente no existe más. Hasta que dos chicas británicas (Rhian Teasdale -la morena- y Hester Chambers -la rubia-) unen sus talentos y, mientras se divierten, crean uno de los álbumes más divertidos, irreverentes y musicalmente exquisitos de los últimos tiempos. 


10. "When You're Gone" de The Cranberries (Dolores O'Riordan)


Mientras que la gran mayoría de los grandes temas de The Cranberries estaban firmados por la dupla de Dolores O'Riordan y Noel Hogan, este tema en particular es exclusivo de la maravillosa vocalista irlandesa. Y casualmente es, a mi parecer, la canción más bella de todo el repertorio cranberriano. Compuesta en un emotivo tiempo de 6/8, y bellamente cantada por la desaparecida O'Riordan, no podía dejar pasar la oportunidad de recordar a una de las figuras femeninas más poderosas del rock. 


9. "Parting Gift" de Fiona Apple (Fiona Apple)


Una de las mujeres más injustamente infravalorada en la escena musical del nuevo siglo, Fiona Apple es, sin temor a equivocarme, la artista más creativa y genial de los últimos 20 años. Con cinco álbumes publicados, dos de ellos en los 90 y los otros 3 en las dos décadas posteriores, puedo decir que ninguno de ellos es malo, pobre o aburrido en ningún sentido. Todos ellos brillantes, todos ellos geniales, aunque mi favorito es con el que la conocí, el Extraordinary Machine de 2005, del cual se extrae esta poderosa y contundente canción a base de piano. 


8. "On Battleship Hill" de PJ Harvey (Polly Jean Harvey)


De todas las artistas en esta lista, PJ Harvey es mi favorita, sin duda. Son tantos discos suyos los que me han cautivado, que me costó elegir una canción para representarla en esta lista. Elegí este bucólico y directo tema, porque fue el primero que atrevesó mis oídos y mi alma cuando lo escuché. Una canción que habla sobre la fealdad del ser humano, sobre los residuos de la guerra, y que se corona con la contundente línea que reza "cruel nature has won again". La cruel naturaleza ha ganado de nuevo. Y mientras la letra es contundente, la música es sutil y delicadamente hermosa. Una combinación perfecta, y una canción imborrable. 


7. "Three Babies" de Sinéad O'Connor (Sinéad O'Connor)


Es cierto que la recientemente desaparecida artista irlandesa Sinéad O'Connor sólo tiene un buen álbum en su haber. Pero también es cierto que ese álbum es el álbum que le hizo ganar la inmortalidad, al menos desde la perspectiva artística. Tristemente, su canción más popular (que no es la mejor) no es de su autoría, por eso decidí honrar su inmensa creatividad con esta, una canción suya, una canción dura, pero bella. El amor de una madre, más que eso, el sacrificio de una madre, bellamente plasmado en la letra y la música de esta pieza que debería ser la canción más recordada de Sinéad. 


6. "God Turned Me Into A Flower" de Weyes Blood (Natalie Mering)


No encuentro palabras para describir esta canción. Había pasado mucho tiempo desde que una canción nueva me había conmovido, removido y renovado en más de un sentido. Esta hermosura de canción lo hizo, lo sigue haciendo cada vez que la escucho, y sigue siendo el constante recordatorio del motivo por el que amo tanto la música y por qué la música me cambia la vida para bien, siempre. Ese es el mayor regalo que un artista, una artista en este caso, te puede dar. 


5. "Fast Car" de Tracy Chapman (Tracy Chapman)


El mejor One Hit Wonder de la historia? Puede serlo sin ningún problema. Cuando te llega la inspiración, cuando los astros se alínean, cuando todo el universo conspira a tu favor, y te regala esos instantes de lucidez y brillantez que cambian tu vida para siempre, y cambian la vida de quienes escuchan tu inspiración, el resultado es una canción como "Fast Car". Una de esas canciones universales que a todos nos llegan, desde la letra y desde la música. 


4. "Hyperballad" de Björk (Björk)


La figura musical femenina más grande de todos los tiempos, a mi parecer. Una compositora e intérprete completísima, que lleva años haciendo arte, y de la que me fue difícil elegir una canción representativa. Decidí elegir la canción que más me cautivó cuando escuché el que creo que es su mejor álbum (el Post de 1995). Una hipnótica y ascendente canción que se podría catalogar como pop, a pesar de sus reminiscencias al dance y al trip hop. 


3. "Dreams" de Fleetwood Mac (Stevie Nicks)


Es la mejor canción en uno de los mejore álbumes de la historia. Es cierto que Stevie Nicks no era la principal compositora de Fleetwood Mac en sus mejores épocas, ya que también estaban Lindsey Buckingham y Christine McVie, pero fue ella quien compuso esta delicia, una breve y dolida canción, con frases contundentes y directas (a su expareja, que casualmente es quien hace la segunda voz en el estribillo) que habría de perdurar por décadas, y que hasta el día de hoy se erige como uno de los pilares del rock popular setentero. 


2. "All I Want" de Joni Mitchell (Joni Mitchell)


Esta canción es la que inaugura el que considero como el mejor álbum hecho jamás por una artista femenina, el delicioso Blue de Joni Mitchell. Ella, con su sensibilidad y su enorme expresividad, creó una auténtica obra de arte, llena de honestidad y emotividad, en un estilo folk principalmente, de corte romántico en un sentido más visceral que amoroso, y después de ella, vinieron todas las demás. La primera, la punta de lanza, la que abrió el camino y quien habría de seguir una carrera musical mucho más rica, pero mucho menos vistosa. 


1. "The Big Sky" de Kate Bush (Kate Bush)


Hay tantos movimientos musicales, tantas artistas, tantas corrientes musicales, tantos arreglos y tantas ideas que no hubieran existido jamás si no hubiese aparecido Kate Bush en escena. Una artista que hacia pop, pero que le metía elementos progresivos, techno, incluso industriales. Estoy seguro que Trent Reznor de los Nine Inch Nails escuchó esta canción en su juventud, y de alguna manera lo influenció. Ese collage de sonidos que se superponen en la segunda mitad de la canción es majestuosa, con voces, percusiones, un piano, dos guitarras muy poderosas, aplausos y sintetizadores que forman una pared de sonido tan caótica como maravillosa. Hay que decirlo, Kate Bush es la mujer más visionaria, innovadora y vanguardista de la historia de la música moderna. 

viernes, 13 de enero de 2023

20 grandes canciones del 2022

 


Luego de lo terriblemente decepcionante que fue toda la década de los 2010's en términos musicales, esta nueva década comienza con nuevos bríos, y con un aire esperanzador en cuanto al panorama mundial del arte sonoro. Es cierto que aún persisten (y persistirán, como en todas las décadas previas) géneros pusilánimes y escatológicos (por decir lo menos) tales como el trap o el reggaetón (así se escribe), con su sima más profunda y hedionda situada en el vulgar y ruin "Motomami" de la infladísima Rosalía, que no hace más que tratar de pulir un producto que en su esencia es inmundo y pretencioso (aunque la mona se vista de seda).


Pero aquí nos centraremos en la otra cara de la moneda, la que nos renueva la ilusión por nueva música de calidad, que pueda valorizar y enaltecer los elementos fundamentales que hacen arte a la música, que la definen desde sus elementos más básicos (es decir, la conjunción de melodía, armonía y ritmo), y que por primera vez en mucho tiempo, me dio material suficiente para generar una lisa de 20 grandes canciones que se publicaron en el fenecido 2022. Empecemos, entonces.


20. "There'd Better Be A Mirrorball" del álbum The Car (Arctic Monkeys)


Unos Arctic Monkeys que están muy lejos del sonido de su debut, en 2006, pero que para nada es algo que se les puede reprochar. El sonido se acerca mucho al jazz, con elementos de soft rock, y con muchísima creatividad al incluir elementos externos a la banda, como son las cuerdas o las orquestaciones. El álbum es bastante consistente, pero esta es mi canción favorita. 


19. "Rich" del álbum The Overload (Yard Act)


Brillante e irónica canción de esta banda debutante en la escena rockera británica. El sonido es bastante reminiscente al post punk de finales de los 70, con una alta dosis de minimalismo, y una letra cargada de un humor negro delicioso, que hace mofa al mismo tiempo que exhibe al capitalismo que reina en la gran mayoría de los países del orbe. 


18. "I Don't Wanna Go Out" del álbum Wet Leg (Wet Leg)



Otra divertida canción de una banda debutante británica, sólo que esta vez tenemos una canción mucho más melódica que la anterior, más atmosférica y rica en armonías, muy cercana al new wave de principios de los ochenta, mezclado con la indiferencia indie que caracteriza a las bandas de hoy en día. 


17. "Spitting Off The Edge Of The World" del álbum Cool It Down (Yeah Yeah Yeah's)


Esos Yeah Yeah Yeah's desenfrenados e irreverentes que conocimos hace casi 20 años se han renovado bastante, y para muestra esta exquisita canción. Ahora nos enfrentamos a un delicioso y emotivo dream pop tan majestuoso en sus coros como delicado en sus estrofas. 


16. "Change" del álbum Dragon New Warm Mountain, I Believe In You (Big Thief)


Una canción para disfrutar en la soledad, o con la compañía más exclusiva, para estrechar lazos o rememorar vivencias perdidas. El sonido es un folk country maravilloso (estilo Gram Parsons), que estimula las emociones más profundas e íntimas que se puedan llegar a tener. Un deleite de principio a fin. 


15. "Stevie" del álbum Radiate Like This (Warpaint)


Suave como terciopelo, este bello tema nos acaricia los oídos con su estética que puede ser tan rítmica como el funk, y remitirnos a los mejores años de Air, con menos sintetizadores pero con la misma atmósfera sensual y exquisita. Totalmente recomendable el álbum del que se extrae esta joya. 


14. "Debra" del álbum I Love You Jennifer B (Jockstrap)


¡Vaya canción! En un inicio, parece ser mística, intrigante y misteriosa, pero pronto esa atmósfera se rompe para darnos un noise pop energizante al que no le falta poder, y al que le sobra calidad. Si te gustan los Sleigh Bells, esta canción te encantará (como a mí). 


13. "Morning, Noon And Night" del álbum Fear Of The Dawn (Jack White)


Quizás Jack White sea la única figura dentro del rock que aún trata de innovar, de inventar algo que todavía no exista, y aunque el sonido de esta canción no es algo que se pueda decir único, sí es una canción fascinantemente inusual. Partiendo de la base del blues (acordes inconfundibles), procesado por guitarras, sintetizadores y un ritmo trepidante, tenemos esta maravillosa canción que cierra su espectacular Fear Of The Dawn, uno de los dos álbumes que publicó el artista en 2022.


12. "Easy On Your Own" del álbum Blue Rev (Alvvays)


Exquisito y etéreo tema del mal llamado indie, proveniente de la fría Canadá, país del que es oriundo esta interesante agrupación, y de cuyo cuarto álbum se extrae esta joyita. Es verdad que la canción es muy ligera e inocua, pero eso no evita que se trate de una pequeña delicia para nuestros oídos. 


11. "Buttons" del álbum Gemini Rights (Steve Lacy)


A este sonido hoy en día le llaman R&B, cuando claramente se trata de una mezcla de soul, dream pop, y una pizca de psicodelia. El resultado es esta maravilla, y no hablo sólo de la canción, sino todo el álbum es un deleite. En lo particular, Buttons me hizo sentir tantas cosas increíbles, que debía incluirla, sí o sí, en esta exclusiva lista. 


10. "Goodbye Mr Blue" del álbum Chloë And The Next 20th Century (Father John Misty)


Debo de decir que al escuchar completo este álbum, no me encantó ni me generó prácticamente nada. Su sonido es muy cercano al swing, cosa que, si bien suena elegante, transmite muy poco desde las entrañas. Pero de esta canción me enamoré desde la primer escucha. Más cercana al folk, la canción destaca por su sensibilidad al ritmo de las notas punteadas de la guitarra, y la sensible letra cantada por el ex batería de los Fleet Foxes.


09. "Martirio" del álbum Error (The Warning)


La banda que está reviviendo al rock es orgullosamente mexicana, y ésta canción en particular (la única en español de su último álbum) me parece una pequeña obra maestra que amalgama con perfección la dureza del hard rock con la sensibilidad innata de las regiomontanas (que en este álbum se luce por vez primera). Las dos secciones instrumentales de la canción son estremecedoras. 


08. "More Power" del álbum C'mon You Know (Liam Gallagher)


Lejos de Oasis (en tiempo, no tanto en sonido) el menor de los Gallagher publicó este año uno de los mejores álbumes de rock (C'mon You Know), y a pesar de que "Everything's Electric" fue la canción más sonada de dicho álbum, esta es mi preferida, mucho más emotiva, mucho más certera, e igualmente rockera. 


07. "Hideous" del álbum Hideous Bastard (Oliver Sim)


Impresionante canción que aún no puedo superar, y con la que abre el más reciente álbum (debut, si no mal recuerdo) de Oliver Sim (The XX), en donde no solo la música nos destroza en su belleza y frontalidad, sino que el mismo autor se destroza a sí mismo con una poderosa expresión de sí mismo. Una maldita joya. 


06. "The Only Heartbreaker" del álbum Laurel Hell (Mitski)


En la vena del techno pop ochentero más recalcitrante, surge esta delicia de canción y de álbum. Sí, es cierto que en apariencia es una simple canción pop, pero de alguna manera, la emotividad innata en sus atmósferas permea poco a poco, y se trasciende a la aparente superficialidad de su sonido a primera escucha. Pop de a deveras. 


05. "It's Not Just Me, It's Everybody" del álbum And In The Darkness, Hearts Aglow (Weyes Blood)


Qué maravilloso descubrimiento fue Weyes Blood, con este álbum con un título hermoso, y esta canción con un título igualmente bello. No pude evitar pensar en Joni Mitchell al escuchar esta delicia, que es con la que abre el álbum, y por ende, la primer canción de la que me enamoré dentro de la obra. El resto de canciones son igualmente bellas, pero esta me cautivó. 


04. "Rock Bottom" del álbum This Is A Photograph (Kevin Morby)


Tenía tantas opciones para elegir la canción que ocuparía este sitio, todas ellas del mismo álbum, todas ellas con la misma calidad. Al final me decanté por este jangle rock divertido y fantástico. Si bien, el resto del álbum es más orientado al folk, al country, al rock incluso, esta canción nos recuerda las geniales ocurrencias de Eels o del Beck primigenio. 


03. "Epilogue" del álbum Cub (Wunderhorse)


Una canción simple y efectiva, con una letra sumamente sombría, y con un contraste de sonidos que nos hará amar la canción a la primera escucha. Emotiva al inicio, poderosa al final, genial en todos y cada uno de los segundos que dura esta maravilla de canción. Serotonina auditiva, para quien ocupe.


02. "Pana-vision" del álbum A Light For Attracting Attention (The Smile)


Todo este álbum es genial, de principio a fin, pero esta canción fue la primera que escuché, a días de su publicación, y gracias a una de mis series favoritas de toda la vida. Serie aparte, la canción se mueve grácil y sutilmente en su extraño compás (de 7/8 me parece), y se alimenta de sonidos tan bellos como nutritivos para la armonía total de la pieza. Una obra maestra. 


01. "Basketball Shoes" del álbum Ants From Up There (Black Country, New Road)


Todo lo que tenía que decir de esta obra maestra (la canción y el álbum), ya lo dije en un escrito anterior. Así que esta vez sólo diré que jamás dejaré de amar profundamente a la vida, mi vida, gracias a la música. Y jamás dejaré de amar profundamente a la música, mi música, gracias a canciones como esta. 

jueves, 1 de septiembre de 2022

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Sin lugar a dudas el 2022 está siendo un buen año para la música, especialmente para el rock y sus derivados. Una de las mejores noticias en la escena es la llegada del tercer álbum de estudio de la banda de rock más prometedora del panorama mundial. Y para quienes no sepan, esa banda es mexicana, está conformada por mujeres y ninguna de ellas rebasa los 23 años. Claro que investigar sobre The Warning no debe ser nada difícil, luego de tener tanto éxito viral en plataformas digitales desde hace algunos años. 

El álbum se llama Error, pero no es de ninguna manera un errado producto musical, por el contrario, es un sólido y poderoso álbum de rock, en el que se percibe la clara y emocionante evolución de las hermanas Villarreal, luego de sus dos álbumes previos. El sonido, si bien sigue siendo de rock duro, es muy distinto a lo mostrado en su anterior álbum, Queen of the Murder Scene, en donde la ambientación era mucho más oscura y el rock coqueteaba muchísimo con el metal (cómo olvidar joyas pesadísimas como "Dust to Dust", "Dull Knives (Cut Better)" o "Queen of the Murder Scene"). Para este nuevo álbum, el sonido se distancia un buen tanto de esa vena metalera, y se queda en los confines del rock y, si acaso, del hard rock. 

Esto no es ningún demérito para la calidad artística de la obra, ya que se permite explorar mucho más en las melodías y las armonías, especialmente en un par de canciones que ya se mencionarán más adelante. Además, la producción del álbum es impecable, y se da un enorme salto a la calidad y pureza del sonido de las canciones, cosa que lamentablemente en el disco anterior era un punto negativo. Ello hace que las canciones suenen como si estuvieran rodeándonos por completo, con las poderosas armonías entre guitarras y bajo, y siendo salvajemente golpeados por los incesantes beats y redobles de la batería. 

También podemos percibir el enorme avance e innegable aporte de Alejandra en el bajo, que es el sostén de todas las canciones, y que permite que Paulina experimente y se luzca en la batería. La tercer hermana, frontwoman por excelencia, es Daniela, quien se encarga de la guitarra y la voz, una voz que también presenta una evolución considerable en cuanto a expresividad y poderío. 

Pero hablemos de las canciones.

Error abre con "Intro 404", quizás un guiño al famoso error "404 not found" que nos arruinaba tardes de navegación por la red, y que no es más que un anticipo sonoro de algunas figuras que escucharemos a lo largo de la obra. Mera introducción nada más, que nos prepara para el vendaval que viene en la siguiente canción. 

El espectacular riff de bajo nos recibe en "Disciple", propiamente la primer canción del álbum, y una brillante y enérgica recepción para los escuchas. Las voces principales se alternan entre Daniela y Paulina, ambas sonando espectaculares, y de inmediato sale a relucir esa cualidad melódica de la que se habló anteriormente, ya que esta canción será fácilmente inolvidable gracias a la accesibilidad de sus melodías, principalmente en los coros. Además, otra cualidad que tiene esta canción, y que escucharemos en más temas, es la alternancia entre el beat rápido, y el half-beat (ese que propicia el headbanging), en estrofas y en estribillos, alternando de forma tan fluida como natural. Un tema brillante de principio a fin. 

El tercer track es el menos enérgico, pero mucho más emotivo "Choke", en el que cada estrofa suena distinto, y el elemento común es el estribillo, que además tiene una profunda expresividad en la voz de Daniela, quien se desgarra la voz alcanzando una nota que llega tan alto como profundo. Nuevamente tenemos un riff poderoso, quizás más simple que el del tema anterior, pero que sirve para establecer una postura en estilo, y que contrasta a la perfección con la emotividad de la pieza en general. Y lo volveré a repetir, escuchar la línea de bajo a lo largo de toda la canción es un deleite. 

Luego sigue "Animosity", otra de las canciones grandes del álbum. La canción tiene una cualidad que no sabía describir del todo, hasta que escuché en una entrevista que se le describió como "una canción como de intro de anime". Y es que tiene todos los elementos para serlo, entendiéndolo desde luego como una enorme cualidad. Quizás su sonido se acerque un poco al punk, hasta que llegamos al coro, en donde la canción toma un aire completamente distinto, y se vuelve más pesada en ritmo, pero no en ambientación. Sigue siendo una canción muy jovial y enérgica. Quizás mi parte favorita sean los puentes, tanto los que están antes de cada coro ("Get dressed in black and mourn again"), como el que parte al tema por la mitad ("Mayday, mayday, this ship is going down").

Por su parte, "Money" es una satírica y deliciosa canción, en la que el coro es el maravilloso riff de guitarra. Las hermanas se permiten ser juguetonas en este tema, que además se presta a ello, y ello aligera el ambiente general del disco al mismo tiempo que lo enriquece. Quizás el sonido de este tema sea más cercano al del glam metal de los años ochenta, sin llegar al exceso que se llegaba en aquellos años, pero sí con esa cualidad divertida y festiva que aquí se replica a la perfección. Sobra decir que la letra es una crítica incisiva al modelo económico actual (en especial el de Estados Unidos). It's all about the cold hard cash, hon.

"Amour" me sorprendió en más de una manera cuando la escuché por primera vez. La canción, como se puede advenir, es una carta de amor (o desamor?) con una enorme carga de emotividad (nada cursi). Y en ese sentido, la música acompaña de una manera sorprendentemente eficaz. El estilo de la música no es nada meloso, hay guitarras poderosas e incluso el beat es un tanto rápido para el tipo de canción es. Y sin embargo, aún logra ser sumamente emotiva, en gran medida a la forma en la que Daniela hace suyo el tema y lo vocifera de manera espectacularmente expresiva, pero sin dejar de ser sobria. Es una cosa bastante más madura de lo que uno esperaría de una banda con integrantes que apenas rebasan los 20 años de edad. Y, bueno, luego está el pequeño y escalofriante verso cantado en francés, que endulza el oído al mismo tiempo que estremece las emociones de quien escucha.

Los ecos de Muse y Paramore suenan perfectamente amalgamados en la espectacular "Evolve", otro de mis temas preferidos, primero por ser extremadamente rockero (hay que escuchar ese riff tocado en armonía por la guitarra y el bajo, mientras Paulina nos sacude las entrañas con su half beat después del primer estribillo) y segundo por ser la canción más contundente del álbum. Desde la primera vez que la escuché, sabía que se trataba de una enorme canción, especialmente en su segunda mitad, digamos, la mitad más pesada (grito desgarrador de Paulina incluido). Y estaba casi seguro que sería la mejor canción del disco. 

A mucha gente le parece, de hecho, que la mejor canción del álbum es la homónima. "Error" sin duda es una gran canción, pero a mí no me parece que sea contendiente siquiera a mejor canción del álbum. Sin esa expectativa, la canción es una buena, poderosa y por momentos, misteriosa pieza. Un poco en la línea de lo que se mostró con "Choke", con más poder y menos emotividad, y con una identidad propia que le separa (aunque no del todo) de su "hermana". Sin embargo, a mi parecer, a excepción de la intro, me parece que "Error" es la canción menos destacada de la obra. No por mala, sino por no ser tan buena como las demás canciones del álbum. 

Lo que a nadie le queda duda es que "Z" es la canción más peculiar, única y diferente del álbum. El riff de bajo nos recuerda un poco a "Lust for Life" de Iggy Pop, pero la canción en general nada tiene que ver con el tema setentero del ex Stooge. Además, no hay casi cambios de ritmo, no hay estribillo, no hay coros, el puenta suena sumamente desolador, y tiene un solo de guitarra de un estilo que sólo escucharemos en esta canción. Por todas estas características únicas, y claro, por ser una gran canción, se trata de otra de mis favoritas definitivas del álbum. Una canción que no suena a The Warning, pero que ninguna otra banda podría haber compuesto. 

Otra canción que ha tenido gran aceptación es "23", una carta de amor propio cantada por Paulina, quizás a sí misma, con un mensaje tan emotivo como poderoso. Reconozco que, en lo personal, a mí no me ha impactado de la misma manera que a otras personas que adoran la canción. Reconozco que es un gran tema, quizás uno de los mejores del álbum, pero quizás por su naturaleza intimista, o quizás porque ya no me identifico tanto con la problemática planteada en la letra de la canción, no ha tenido tanto impacto en mí. En ello igual influye que musicalmente es relativamente "normal", y aún con su enorme emotividad, mucho del mensaje termina por escapar de mi percepción.

"Kool Aid Kids" admito que al principio me pareció indiferente, no me atrapó a primer escucha como muchas otras de las canciones del disco. Sin embargo, a medida que la he escuchado, ha pasado a ser una de mis canciones favoritas. Tiene detalles que se escapan a primer escucha, como por ejemplo una progresión sutil pero sumamente emotiva, que desemboca en la cúspide máxima del estribillo, en donde Daniela canta "we drink it all again", refiriéndose a la bebida nombrada en el título de la canción, y que a su vez, es una manera de catalogar a la juventud insensible y sumergida (perdida¿?) en la tecnología, cada vez más fría e inhumana. Gran canción que me ha parecido un deleite ir descubriendo poco a poco.

Mi parte favorita del álbum es el final del mismo, el cual se inaugura con "Revenant", una espectacular canción "acústica", cantada por Paulina, y hermosamente adornada con las armonías de las guitarras y el bajo. Sin lugar a dudas es la canción más hermosa del álbum, la más sensible y la más cuidada estéticamente. Una faceta que jamás habíamos visto de la banda, y que con enorme placer podemos decir que tiene un potencial gigantesco. A mi parecer, esta canción es el punto más alto de la obra, en cuanto a lo artístico. Creo que no existe una canción más perfecta, más sublime y más majestuosa que esta, en todo el historial de la banda (la cual la convierte en automático en una de las mejores canciones de la historia del rock mexicano). 

Pero los calificativos que aplicaban en "Revenant", podrían perfectamente aplicarse en "Martirio", otra espectacular canción emotiva, que está sostenida en una poderosa base rockera, igual de majestuosa e igual de perfecta. Se trata de la única canción en español del álbum, pero ello pasa a un segundo término cuando apreciamos la música, los sonidos, las voces, el final. Ese gigantesco final de la canción que logra estremecer los sentidos, que resquebraja la dureza de la fachada rockera de la canción, y emula las emociones más sensibles que podemos experimentar. La letra es una delicia, contundente y nada complaciente (ese final, donde dice "Tu vida triste, mártir tonto, di adiós" que me dejó helado la primera vez que lo escuché). Para mí no hay duda que se trata, por muy poquito, de la segunda mejor canción del álbum. Sigo sin superar el vendaval de emociones que me hace sentir esta maravilla. 

El álbum cierra con otra joyita. Paulina con su piano, a solas, abriendo a nosotros su alma y permitiéndonos sentir un poquito del reino de los cielos (los cielos musicales) a través de "Breathe", breve, concisa y desgarradora. Y, por dios, la voz de Paulina, especialmente al final. Su voz. Indescriptible.

Así cierra otro de los grandes álbumes de rock de este maravilloso 2022. Un año que ojalá jamás termine, y que nos entregue más obras de este nivel. 


viernes, 12 de agosto de 2022

El estilo de Billie Eilish: ¿el mejor álbum en 10 años?

 


Para responder la pregunta planteada en el título de este escrito (major clickbait, no hablaré de ningún disco de Billie Eilish- obviamente), probablemente sí lo sea. Y ello considerando desde luego el alcance musical y creativo, pero también considerando lo que representa un álbum de estas dimensiones en nuestros días, ya que vivimos en una época en donde el entorno musical está un tanto a la deriva. Entre los sonidos comerciales acaparando las mentes de todos gracias a su excesiva y nauseabunda repetición en las principales redes sociales de moda (TikTok, mayoritariamente), se deja poco espacio a la música que no entra en esta categoría, y que por ende, no cuenta con la aceptación de los usuarios.


Es por ello que resulta mucho más complicado encontrar música que  no abogue por los sonidos fáciles del momento (llámese trap, reggaetón, hip hop o el mal llamado "indie"), básicamente porque casi nadie quiere hacer música que se salga de ese molde. Es así que, en la terrible década que terminó hace algunos meses, los álbumes mejor valorados por la crítica son de hip hop y sus horrorosos derivados latinos. También es por ello que, incluso en este mismo año, en muchos sitios valoran de manera excesiva un trabajo sumamente mediano y apantallabobos como lo es el "Motomami" de Rosalía. Un disco que hace  años hubiese sido poco más que una mera curiosidad, y que ante la escasez de creatividad, hoy reluce y brilla como si se tratase de una obra magna. 


Pero retomando el sentido de este texto, en febrero de este mismo año se publicó un álbum diferente. Bueno, diferente y no, porque evidentemente, al escucharle, se nos vienen a la mente infinidad de influencias que no son nada discretas. Pero el resultado sí que es diferente, un sonido muy peculiar y maravilloso. Pero para empezar a analizarle, hablemos de la banda.


Black Country,  New Road es el nombre de la agrupación, originaria del centro-este de Inglaterra, y conformada (hasta hace poco) por 7 integrantes, entre los que se incluye un saxofonista (que además interpreta vientos y metales variados) y una violinista, adicionales a los convencionales guitarra, bajo, batería, piano y voz. Desde este detalle ya notamos una semejanza con otra banda, quizás la última gran banda del panorama musical: Arcade Fire, quienes entre sus filas también contaban con una violinista, y quienes también eran 7 integrantes en un inicio (en su mejor época). 


Pero luego tenemos la música, y en ese sentido, ahora debemos hablar del álbum en cuestión. "Ants From Up There" es un álbum que tiene una duración de casi 59 minutos, divididos en 10 canciones (bueno, 9 más un intro). El estilo general de la música es de lo más diverso y rico que podemos encontrar. Para aquellos que tengan un poco de contexto sobre la historia del rock, van a poder escuchar reminiscencias de Arcade Fire (ya mencionado), de Sufjan Stevens, por hablar de influencias más recientes, de Roxy Music, David Bowie, Lou Reed o hasta King Crimson (en la época de Lizard), si nos remitimos al pasado más lejano. Entre los elementos más destacables en el sonido general del álbum, está obviamente la peculiar instrumentación (no es común escuchar un saxofón y un violín dentro de una banda, y menos en nuestros días), pero además están los beats complejos, el dramatismo perfectamente mesurado y deliciosamente expresivo, la duración de algunas canciones, y el sentido conceptual del álbum.


Y menciono un sentido conceptual centrándome exclusivamente en la música. Porque va evolucionando conforme avanzan los temas, y mientras en las dos primeras canciones escuchamos un sonido enérgico y vivaz, el álbum cierra de manera majestuosamente doliente. Creo que ese es uno de los principales aciertos de la música. El rango emocional de las canciones es muy extenso, y nos permite sentir antes de pensar. Nos permite asimilar la música, usarla como un cobertor, y desde ahí analizarla. 


Esto no significa que líricamente, la obra carezca de un concepto integrador. La pesadez emocional con la que cargan de manera inherente las generaciones actuales, provocadas por la masificación de las opiniones a través de las redes sociales, y sucesos sociopolíticos, como el Brexit, la pandemia por Covid-19 o la ineludible crisis financiera derivada de dicha pandemia, son los puntos centrales que motivan las dolientes, desesperanzadoras, y de alguna manera, empáticas e inmersivas letras de las canciones. Esto se ve reflejado principalmente en los temas finales, que son en los que la música acompaña de manera más exacta dichos sentires. 


Pero hablemos de las canciones. La obra inicia con "Intro", un breve jam jazzístico de menos de un minuto, en beat de 5/8 que nos anuncia el estilo que escucharemos a lo largo de la obra. A continuación. "Chaos Space Marine" (primer tema donde se menciona "el estilo de Billie Eilish") confirma el sonido, y añade otro elemento recurrente: las estructuras peculiares en las canciones. El tema contiene 3 secciones principales que sólo aparecen una vez, digamos una estrofa, un coro y un puente, por ponerlo en términos convencionales. Pero entre cambios de ritmo, variaciones en la emotividad y arreglos exquisitos, la canción logra interiorizarse en nuestra mente con suma facilidad. 


"Concorde" tiene un inicio mucho más calmo, mucho más lento y acompasado (en 3/4), y los cambios de ritmo emocionantes y apabullantes de la canción anterior, aquí no aparecen. En su lugar tenemos un lento y poderoso crescendo, que nos sumerge en el cúmulo de emociones (deprimentes principalmente) hasta que, cerca del final, la canción estalla en una coda majestuosa en la que los instrumentistas se lucen en sus capacidades. Algo similar sucede con "Bread Song", sostenida en un arpeggio de guitarra tan sutil como tenso, que justamente genera un nerviosismo constante, anticipando algo que tarda en llegar, y que cuando llega, no es tal y como pensábamos que sería. Porque dada la experiencia con el tema previo, era lógico esperar un clímax apabullante, que te destrozaría el alma con sus acordes desgarradores, y sin embargo, el clímax es sumamente luminoso, con el mismo beat nervioso pero con acordes mucho más lúcidos y esperanzadores, por lo que la sensación al finalizar la canción es muy distinta a lo percibido en el track anterior.


Luego viene "Good Will Hunting" (segundo tema donde se menciona "el estilo de Billie Eilish"), quizás la canción más accesible del disco, pero no por ello menos buena. La canción es una bocanada de aire fresco, porque nos otorga un lapso de sencillez que no deja de asombrarnos por su belleza, pero nos relaja del reto que representa la escucha de temas mucho más densos y profundos (más allá de su enérgico final). Pronto aprendemos a apreciar esta gran canción, en su naturaleza cuasi popera, y sin problemas se convertirá en una de nuestras preferidas. Inmediatamente después aparece la antítesis de lo que representa esta canción, con "Haldern", una canción con menos brillos, con un perfil mucho más bajo, pero con una profundidad inmensa, que a base de repeticiones, cual rotomartillo, logra adentrarse más y más en nuestro espíritu para indagar sobre aquello que nos aqueja, aquello que nos hace sentir la canción, pero que no identificamos a la primer escucha por lo inmerso que está en nuestro subconsciente. La canción requiere de 3 o 4 escuchas para poder empezar a apreciarla, pero una vez que lo hacemos, nos damos cuenta del inmenso poder oculto que tienen los 5 minutos que dura esta pequeña obra de arte.


Luego viene otro descanso, el último antes del gigantesco cierre del disco. "Mark's Theme" es una breve y deliciosa pieza instrumental, primero a base de metales, y luego sostenida sobre un piano tan sutil como exquisito. La banda sabe que necesitamos esto antes de lo que se avecina. 


"The Place Where He Inserted The Blade" podría ser, sin ningún problema, la canción abrochadora de cualquier disco. Tiene todas las características que debería tener una canción final de álbum. Es emotiva, es catártica, es épica y majestuosa. Sin embargo, las dos canciones que le siguen lo son aún más. Este tema es un jazz de mala muerte, extraído de un oscuro bar en lo profundo de la Nueva Orleans de los años 20 (del siglo pasado).  Ese tipo de jazz que escuchas a media noche con un trago de whisky, con la corbata suelta, la camisa arremangada, los ojos llorosos y un cigarro en la mano derecha. Ese tipo de jazz que aparece involuntaria e inconscientemente en nuestros corazones luego de haber sentido el doloroso embate de la amargura, el desaire, el abandono y la desesperanza. Desde las dos primeras notas de piano, con las que inicia el tema, ya nos duele. A todos nos duele, a todos nos gusta, todos hemos sentido ese dolor, todos hemos pasado por allí, y todos quisimos haber tenido la oportunidad de acompañar nuestra amargura con una delicia de canción, así de precisa y así de oportuna, como lo es esta maravilla. Si aquí hubiese terminado el disco, habría sido un buen dísco.


Luego viene "Snow Globes", con toda la disposición de hacernos pedazos, de destruir la poca cordura que nos queda, con una incesante y creciente sucesión de acordes, que empiezan de la manera más sutil posible, como para que los conozcamos, nos acostumbremos a ellos, y luego se van nutriendo poco  a poco con sonidos, cada uno más letal que el anterior, hasta que llega un punto donde la canción es insostenible en su emotividad, y estalla, al igual que nosotros si estamos prestando atención. Y eso que en ningún momento he hablado de las letras de las canciones, que si las incluimos en la ecuación, no tendríamos escapatoria alguna. Esta, por ejemplo, inicia de manera contundente diciendo "debemos dejar que la pinza haga lo que mejor sabe hacer". Para muchos esta canción puede ser la más incómoda del álbum, y ello se debe a que hace muy bien lo que debería hacer. Se mete en nuestras cabezas y sacude todo lo que se encuentra a su paso. Una cualidad que pocos sabrán apreciar, pero que es inherente a las verdaderas obras de arte. Si el disco hubiese terminado aquí, habría sido un gran álbum.


Pero termina con el siguiente tema, el majestuoso e icónico "Basketball Shoes", una minisuite de casi 13 minutos de duración, con una alta dosis de progresividad, pero sobre todo, con cambios de ritmo tan precisos, que nos llevan de la calma a la tensión, de la paz a la guerra, y de la festividad a la tragedia. Como ya decía, el tema está estructurado en forma de minisuite, lo que significa que son diversas secciones unificadas, cada una con una característica propia, pero dentro del marco conceptual de la misma canción. Por eso inicia con un pesado y doliente ritmo que nos ambienta, para luego cambiar a una enérgica y rítmica sección postpunkera, con riff incluido, que luego da pie al apoteósico y sublime final de la canción. Es difícil hallar un adjetivo que describa correctamente lo que transmite esta canción, siento como si todos los adjetivos que uso se quedan cortos en describir el tamaño de la obra. Es la mejor canción que se ha hecho en muchísimos años, desde mi perspectiva. Creo que no he escuchado una canción de este nivel desde que Sigur Rós cerró su obra maestra con "Popplagid", en 2002. Es un cierre perfecto para un álbum perfecto de principio a fin.


Entonces, ¿es este el mejor álbum en 10 años? Yo creo que sin duda. Incluso más años. Un disco que al fin representa a la nueva generación, escondida tras las pantallas de sus dispositivos móviles, y enmascaradas en su perfil de redes sociales. El valor de Black Country, New Road es dar la cara por su generación, con una obra que, sin desvirtuar los valores esenciales de la musicalidad, como sí lo hacen la mayoría de sus contemporáneos, desnuda la naturaleza de la debilidad de esta generación señaladora y correctísima. Y eso es lo más sano que puede ocurrirle a la juventud de nuestros días. 


"Oh, in my bedsheets now wet, of Charlie, I pray to forget

All I've been forms the drone, we sing the rest,

Oh, your generous loan to me, your crippling interest"

miércoles, 22 de junio de 2022

La Radiografía (o sea, la discografía de Radiohead)

 


Presentada en orden ascendente, usando como único criterio mi percepción de cada obra.

9. Pablo Honey (1993)


El primer álbum de Radiohead es el que menos suena a Radiohead, e irónicamente, es el que contiene el sonido de Radiohead con el que la mayoría de la gente lo asocia. Todo, claro, debido al éxito descomunal de "Creep", segundo track del álbum. Y efectivamente, el sonido general de la obra se asemeja mucho a este icónico tema: el grunge desolador, depresivo, guitarrero y altamente digerible para una generación juvenil desubicada (como lo son todas). Actualmente, los fans "cerebrales" de la banda odian este álbum. La banda misma odia este álbum. Pero si nos ponemos en el contexto adecuado (considerando a una banda de chicos que quieren encajar, con un primer álbum alineado al mainstream, sin experiencia, criterio ni expectativas, dada su naturaleza de novatos), y sobre todo, si olvidamos por un momento lo que la banda haría en años posteriores, podemos llegar a valorar algunas de las canciones. Por ejemplo, la abridora "You" es un buen tema, una canción bastante destacable si la comparamos con el grueso de bandas de rock de la época. Mismo caso para temas como "Stop Whispering", "Anyone Can Play Guitar", "Prove Yourself" o "Thinking About You". Por su parte, la ya mencionada "Creep", con todo y que está demasiado explotada y a muchos fans "únicos e irrepetibles" esto les escuece, con todo y que se le acusó de plagio (de manera excesivamente rigurosa, si me preguntan), y con todo y el desagrado que genera el que les guste a las personas que también escuchan "de todo", no deja de ser una canción icónica, universal e inmortal. 


8. The King of Limbs (2011)


Aquí nos situamos en el extremo diametralmente opuesto. La banda ya está consolidada, ya desarrolló un sonido excepcional, ya se volvió uno de los hitos del rock neomilenario, y finalmente la curva desciende e inevitablemente tienen que flaquear después de tantos años de obras geniales. Desciende al nivel de Radiohead, claro. Lo que significa que este álbum no es un bodrio, ni mucho menos. Simple y sencillamente, suena demasiado a Radiohead, y quizás este es el mayor pecado de la banda en la última década. Aunque siendo estrictos, este álbum suena, la primer mitad a Thom Yorke y la segunda mitad a Radiohead. Hay que tomar en cuenta que algunos años atrás, Thom Yorke (líder de la banda) publicó su primer disco solista, y su sonido se asemeja demasiado a los 4 primeros cortes de esta obra, tanto que pareciera que fueron temas desechados de aquella obra para ser incluidos en esta. Las otras 4 canciones (porque sí, el álbum se compone de sólo 8 temas) suenan al Radiohead que escuchamos 4 años atrás, en su álbum previo. Esta repetición de sonidos, nada sutil, le hace ser uno de los álbumes menos brillantes de la banda. Aunque es innegable la calidad musical en temas como "Morning Mr. Magpie", "Little By Little", "Codex" o "Give Up The Ghost".


7. A Moon Shaped Pool (2016)


Este es el último álbum de Radiohead que se ha publicado, al menos el último con material original. Y es otro álbum con muy buenas canciones, pero con muy poca trascendencia. Tanto que podríamos decir que es tan sólo un ligero paso hacia adelante con respecto a lo presentado en The King Of Limbs. Y este ligero paso adelante se debe a que la música, en su estructura, es mucho más orgánica. Se utiliza una mayor cantidad de instrumentos "acústicos" en vez de sus versiones ya sea eléctricas o sintetizadas (sin que lleguen a desaparecer del todo). Y ello hace que la música fluya de manera más natural, y a pesar de que la complejidad de algunas canciones está al nivel de lo presentado en obras previas, resulta más fácil procesarlas e interiorizarlas gracias al sonido natural de los instrumentos. Pero más allá de eso, la música sigue sonando, para bien y para mal, a Radiohead y solo a Radiohead. Esto significa que, mientras todas las cualidades musicales que han hecho destacar a la banda están presentes, también se refugian en pocos elementos, arreglos y/o recursos distintos a los ya utilizados anteriormente. Por lo cual no se ofrece nada nuevo, nada innovador, nada destellante, y lamentablemente Radiohead nos tuvo acostumbrados, por muchísimos años, que cada álbum nuevo sería una nueva sorpresa, un nuevo sonido, y un destrozadero de cerebros alrededor del mundo. Supongo que todos debemos acostumbrarnos al hecho de que esos días ya jamás regresarán. 


6. Hail To The Thief (2003)


Es importante puntualizar que, aunque en esta lista, la diferencia es de solo un puesto entre A Moon Shaped Pool y este disco, musicalmente la diferencia es mucho mayor. Este álbum es una obra mucho mayor, desde el número de canciones, hasta la calidad intrínseca de éstas. Podemos decir que en este disco se reunieron los sonidos de sus 4 álbumes previos, y se sazonaron con una pizca de paranoia política. De modo que podemos encontrar fantásticos temas guitarreros, como la espectacular "2+2=5" o la psicodélica y brillante "There, There", así como temas extremadamente electrónicos como "The Gloaming" o la desconcertante "Backdrifts", e incluso temas deliciosamente acústicos como la hermosa "Sail To The Moon" o la esquizofrénica "Go To Sleep". El resto de las canciones se encuentro dentro de los tres vértices que conforman los 3 estilos mencionados, ya sea más cerca o más lejos de ellos, pero sin salirse de las aristas musicales. Con este álbum sucedieron, principalmente, dos cosas que afectarían positivamente al sonido de la banda, al menos en su álbum siguiente. Primero, la reconciliación de la banda con la versión noventera de sí misma, cosa que les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Segundo, terminaban contrato con su casa discográfica, lo cual significaba que su siguiente álbum lo tendrían que publicar de manera independiente, cosa que, coincidentemente, también les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Si en la discografía de Radiohead tuviéramos que ubicar a un álbum "bisagra", uno que unificara a la banda en sus sonidos y momentos más significativos, definitivamente ese sería Hail To The Thief. 


5. The Bends (1995)


En 1995 estaba ocurriendo un suceso mediático sin precedentes en Inglaterra. La famosa "batalla del Britpop" entre Oasis y Blur. Un suceso que era tan sólo la cima de todo un movimiento musical de resurgimiento del rock británico. Por supuesto que Radiohead no era ajeno a este movimiento, y sin llegar a formar parte del mainstream al que pertenecían otras bandas, sí publicaron un álbum que musicalmente se plantó como uno de los mejores del género. The Bends es Radiohead siendo lo más típicamente británico que pudo llegar a ser la banda. Es un álbum guitarrero, con canciones simples y melódicas, y sin embargo, no desmerece de ninguna manera con los otros "grandes" de la discografía de la banda. Y ello se debe a que, en esencia, son excelentes compositores de canciones. Es cierto que posterior a este álbum, su rumbo musical se dirigiría hacia la experimentación y el distanciamiento (¿alienación?) musical con respecto al ya mencionado mainstream. Pero con esta obra demuestran que, en términos convencionales, pueden hacer canciones increíbles y memorables. Quizás las menos destacada sean "Bones" y "Bullet Proof... I Wish I Was", pero para nada son malas canciones. Es simplemente que las demás canciones son realmente buenas. Canciones como "Planet Telex", "The Bends", "Just", "My Iron Lung" o "Black Star" son indudablemente canciones que son tan fáciles de digerir como difíciles de olvidar por su calidad. Un poquito más arriba quizás, estén "High & Dry", "(Nice Dream)" o "Street Spirit (Fade Out)", canciones que demuestran una mayor capacidad de expresión emotiva (curiosamente son las "baladas" del álbum) y un alcance melódico inusual. Y la cereza del pastel, una de las canciones más desoladoramente bellas y desgarradoramente tristes de la historia del rock (a ese grado), que marcaría la pauta del sonido que haría histórico a Radiohead, la hermosísima "Fake Plastic Trees", un himno a la melancolía y al dolor, tan universal y tan humano, que resulta ser escalofriante. 


4. In Rainbows (2007)


Para efectos de esta lista, sólo estoy considerando el disco principal de In Rainbows (ya que posteriormente apareció el disk 2, como un complemento a la obra, sin realmente aparecer originalmente en ella). Y tomando esto en consideración, nos encontramos solamente con 10 canciones. 10 temas breves (sólo dos de ellos exceden los 5 minutos), que no parecen prometer mucho a simple vista. Escuchamos la primer canción, la rítmica e interesante "15 Step" que ciertamente nos remite a los mejores momentos de la banda, así que el inicio cumple. El segundo track es la inquietante "Bodysnatchers", un enérgico tema que serviría de inspiración a miles de bandas que imitarían el sonido de esta canción por los siguientes 5 años, que también resulta ser una buena canción. Pero no estamos listos para lo que nos espera a partir del tercer track, llegamos inocentes y desprevenidos a abordar la siguiente canción, sin saber que por los próximos 6 temas la banda se va a encargar de desarmarnos, desproveernos de toda defensa, y exponernos a la más bella dosis de crudeza musical, que al mismo tiempo que nos va a asombrar, nos va a despedazar inmisericordemente. "Nude" es la primer embestida, una que lentamente nos advierte lo que sigue, hermosa, doliente, única. "Weird Fishes" es un frenesí que no se aleja de la tónica presentada en la canción previa, solo que mucho más revolucionada, y por ende, mucho más directa. Para este punto ya estamos totalmente indefensos, así que "All I Need", de menos a más, nos entierra la estocada definitiva, una que no podremos resistir porque es tan dulce, tan atractiva, tan sutil, que soportamos el dolor a pesar de todo. "Faust Arp", con todo y su brevedad, será la siguiente tortura (una tortura bellísima, no olvidemos), sobre todo gracias a su peculiar sección de cuerdas, colocadas justo encima de la voz de Thom Yorke y la dulce guitarra de Johnny Greenwood. Ya no tendremos nada que hacer ante la desolación de "Reckoner", edulcorada e inquietante, sabremos apreciar su cruel sinceridad, a pesar de sonar tan hermosa. Si esto no fuera poco, recibimos la inmensa dosis de melancolía que nos regala "House Of Cards" y no habrá manera de evitar sentir con las notas y los acordes de esta triste y bella canción. El descanso llega con "Jigsaw Falling Into Place" (mi canción menos favorita del disco, por cierto), y encaramos el final en "Videotape", que justamente nos habla del final de todo, de un modo tan brutal y tan bello como ha sido todo el álbum. In Rainbows es un viaje que requiere valentía, un viaje que sin duda va a doler, pero que también disfrutaremos en cada nota y en cada herida abierta. 


3. Amnesiac (2001)


Surgido casi por accidente, como una colección de remanentes de su obra anterior, Amnesiac tiene tanta fuerza, tanta identidad y tanta belleza que se sostiene por sí mismo como uno de los mejores álbumes de rock de la historia (no es exageración). Es cierto que las canciones que aparecen aquí, fueron pensadas para otro álbum, pero se les dio un arreglo tan particular, que en ningún momento suena como los restos de otra obra, aunque sea su obra "hermana" (siempre me pareció inquietante el pensar qué hubiera pasado si Kid A/Amnesiac hubieran sido publicados como un álbum doble). Aquí tenemos canciones que, a pesar de ser del mismo estilo (rock electrónico), tienen un barniz de sensibilidad diferente, mucho más cálido y emotivo que lo presentado en el álbum previo. El álbum abre con  "Packt Like Sardiness in a Crushd Tin Box", una canción enteramente electrónica que nos hace ver por dónde va el sonido del álbum (aunque no sea del todo cierto). De ahí podemos distinguir a las canciones por su nivel de experimentación, como "Pulk/ Pull Revolving Doors" y su beat hipnótico que sostiene una serie de sonidos tan ininteligibles como fascinantes, o "Dollars And Cents", un exquisito homenaje al krautrock pero con un arreglo de cuerdas sombrío e igualmente bello. Mientras que por otro lado, tenemos a las canciones bellas (que son la mayoría), como "Morning Bell Amnesiac", "Knives Out" (con un video surrealista dirigido ni más ni menos que por Michel Gondry), "I Might Be Wrong" con su ritmo bailable, "Life In A Glass House" con su hiriente sonido bluesero de mala muerte, o "Pyramid Song" y su fantástica y fantasiosa letra. Pero si de emotividad hablamos, hay 2 canciones que inevitablemente llegan directo al alma, y que son capaces de llevarnos (al menos a mí sí) a las lágrimas cuando conectamos con ellas. Me refiero a la breve "You And Whose Army", con una estructura tan simple y un levantón hacia el final de la canción (cuando entra el piano) que sí o sí te rompe el alma, y "Like Spinning Plates", tan experimental como sublime, construida sobre un efecto backwards, tan fría y tan punzante, tan bella y tan agónica, no he escuchado una canción como esta en ningún otro punto de la historia musical. 


2. Kid A (2000)


Este es el álbum que revolucionó a Radiohead y que cambió la industria de la música en más de un sentido. Fue todo un suceso, Radiohead había dejado las guitarras, había abandonado el cálido y cómodo asiento del rock de guitarras, y se había aventurado en el mundo de la música electrónica experimental. La banda perdió a muchos seguidores, y se ganó a unos cuantos nuevos. En términos económicos, fue la mayor pérdida que cualquier banda podría imaginar, un movimiento tan arriesgado que les costó muchísimo más de lo que cualquier banda está dispuesta a arriesgar. Pero artísticamente hablando, fue un movimiento genial, fue una expresión sublime de la búsqueda del arte, de la innovación al costo que sea. Fue por este cambio tan abrupto que Radiohead es una de las bandas más grandes de la historia del rock, uno de los gigantes del nuevo siglo, si no es que el más grande de todos, la última banda legendaria. Con 22 años de distancia, puedo decir que aún me asombra el sonido de esta obra maestra. Nada es orgánico ( en el estricto sentido de la palabra), todo es sintético y frío. Un sonido tan acorde con el cambio de siglo, con el cambio de milenio. En 10 canciones Radiohead revolucionó su mundo, y el mundo de todo aquel amante del rock. Y es que a pesar de no ser estrictamente rock, por el tipo de instrumentos que utilizaron para grabar las canciones, el ambiente y la estructura de las canciones aún pertenece al rock, tanto como el metal o el folk. Sin embargo esto era nuevo. Nadie jamás había presentado música así. Evidentemente las influencias musicales son muy claras: Can, Neu, Kraftwerk, Faust, Tangerine Dream, entre muchas otras bandas alemanas de los 70s. Pero Radiohead hizo lo que nadie ha vuelto a hacer, y quizás nadie vuelva a hacer, al menos dentro del mundo del rock: crear un sonido nuevo, un sonido original, un sonido que nadie jamás había escuchado antes. Muchos dicen que este es el mejor álbum de Radiohead, y en pos de la objetividad, diré que tienen razón. Es el mejor disco de Radiohead, desde cualquier ángulo que se le vea.


1. OK Computer (1997)


Es cierto que Kid A es el álbum que marcó el cambio definitivo en Radiohead, pero es en esta obra en donde se empieza a gestar ese cambio. Ok Computer es, "técnicamente", un disco de guitarras, una continuación a The Bends. Pero en el fondo, percibimos un añadido. En esta obra desaparecen los power chords y aparecen las emociones profundas. La melancolía y la alienación formaron parte inherente a la composición de las canciones. En todos los temas sentimos esa profunda tristeza, más allá de si estamos escuchando la peculiaridad rítmica de la genial "Airbag", la hermosura "McCartniana" de "Karma Police", el estruendo cuasi-punkero de "Electioneering" o la suavidad engañosa de "No Surprises", en todos los temas está presente como un elemento ineludible la melancolía, el dolor, el abrumador fantasma de la desolación y la desesperanza. Evidentemente las canciones son mucho más orgánicas que en Kid A, y eso las hace sentir mucho más sinceras con este fantasma que las acompaña en todo momento. En ese sentido, esto es lo más parecido a un álbum conceptual de Radiohead en todo su historial. Y no porque las letras o la temática esté interconectada a lo largo de los 12 tracks. Sino porque todas las canciones están hermanadas en el espíritu de la tristeza profunda. Y es elemento, tan sutil y tan poderoso a la vez, es lo que multiplica la inconmesurable belleza de la obra. Quizás no es tan innovador como otras obras, quizás no es tan espectacular, tan arriesgado o tan contundente en su mensaje. Pero sí es la semilla que deriva en todo ello. Incluso las canciones menos laureadas, como "Subterranean Homesick Alien", "Climbing Up The Walls", "Lucky" o "The Tourist" son de una enorme belleza potenciada por el elemento ineludible ya mencionado. Ni qué decir de las canciones más reconocidas, como "Exit Music (For a Film)", "Let Down" o "No Surprises". Y luego están las obras maestras, "Paranoid Android" y "Karma Police", dos de las canciones más icónicas y geniales del rock británico. Este álbum es mi favorito de Radiohead, tanto por aspectos subjetivos (fue el primer disco que escuché completo de Radiohead) como por aspectos objetivos.