viernes, 20 de mayo de 2022

Mis 15 canciones favoritas de Café Tacuba

 


15. "Ojalá que Llueva Café" del Álbum Avalancha de Éxitos (1996)


El huapango mexicano en su esplendor con esta composición original de Juan Luis Guerra. Difícil que no se erice la piel con el poder del verdadero sonido mexicano, ese que no se conoce tanto en el extranjero, y que sí nos representa más como pueblo. 


14. "Volcán" del álbum El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


El sonido misterioso y oscuro con el que inicia esta canción sólo se ve engrandecido cuando la canción va, en sí misma, creciendo y aumentando su nivel emocional. Una vez que estalla, cual volcán, nos deja sólo con los destrozos y el caos de la falsa calma. 


13. "Las Flores" del álbum Re (1994)


Una de las canciones más icónicas de la banda, logra ser romántica sin ser cursi, expresando lo que todos sentimos al estar enamorados de una persona que súbitamente llega a iluminar nuestro mundo. La festividad del ska huapango que conforma la música es el perfecto acompañamiento para este sentimiento tan primal y tan esencial. 


12. "Mediodía" del álbum Cuatro Caminos (2003)


Una de las canciones más genuinamente hermosas de la banda, en donde nos entregan un falso optimismo que no cae en los lugares comunes. La belleza radica en una hermosa melancolía, que percibimos en la música desde las notas iniciales, pero en la letra se nos revela hasta la última línea. 

11. "Volver a Comenzar" del álbum Sino (2007)


Una enorme canción desde cualquier punto de vista. Los 7 minutos de canción se dividen en 3 secciones no cíclicas, la primera casi bailable y con una de las letras más profundas del historial de la banda. La segunda es un puente más tranquilo que conecta con la tercer sección, una suerte de reprise más emotivo de la primer parte. En conjunto, una de las mejores canciones de Café Tacuba, y una de mis preferidas.


10. "Metamorfosis" del álbum Avalancha de Éxitos (1996)


Una ninguneada y olvidada canción de su espectacular álbum de covers. La contrastante letra se ve acompañada de una contrastante música, que acompaña las dos facetas de la protagonista de la canción. De acompañamiento, un increíble arreglo de cuerdas como nunca antes se había escuchado en el rock nacional. 


9. "El Espacio" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Con esta canción entramos ya en terrenos más elevados artísticamente. Esta canción es un deleite de melancolía y belleza combinados con una letra tan vasta como específica. Seas quien seas, esta canción va a tocar tu corazón en más de una manera. 


8. "De Este Lado del Camino" del álbum El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


Qué buena canción es esta. La catársis tan poderosa que inspira esta canción, con su música súper inmersiva y su letra tan expresiva, parece compuesta para uno, sin importar lo que se esté viviendo. Y ese minuto final, es una joya absoluta. 


7. "El Ciclón" del álbum Re (1994)


Inesperadamente, un funk sobre el ciclo de la vida, la naturaleza y lo irrompible que puede resultar ser, más allá de todos los ínfimos esfuerzos que podamos hacer para cambiarlo. Bailable, inteligente y profunda por igual. Una combinación pocas veces vista en cualquier canción de rock. 


6. "El Aparato" del álbum Re (1994)


El sonido de la Jarana en 6/8 (aunque el ritmo de esta canción daría para un análisis teórico musical profundo) nos da inicio a esta canción (y al álbum que pertenece) con una canción espectacular, brillante desde todos sus ángulos. Emotivamente mexicana, y con una peculiar letra que habla sobre la abducción extraterrestre de Pablo, y su esperanza de que sus secuestradores regresen por él. El final de la canción es simplemente espectacular. 


5. "La Locomotora" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Una de las canciones más contundentes de la banda, al menos desde su música. Ese intro con la caja de ritmos marcando un 4/4 sólido, y sobre de él, el contrabajo tocando sus notas más graves con un semitono de distancia entre ellos. Tan oscuro y minimalista que resulta engañoso. Una vez que tenemos más instrumentos, y que entra la voz con una melodía irresistible, tenemos un rock frenético que no para de machacarnos el cerebro con su increíble ingenio. 


4. "Encantamiento Inútil" del álbum Cuatro Caminos (2003)


Los dos acordes de piano con los que inicia esta canción hacen de este uno de los puntos de partida más bellos para cualquier canción. Ya después viene la letra, la música, el dolor, la angustia, la melancolía, y nosotros nos entregamos ante una de las canciones más perfectas jamás hechas en nuestro país. Los coros de Emmanuel del Real son el sonido más hermosamente desgarrador del rock nacional de nuevo milenio. 


3. "El Ave" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Jamás me voy a cansar de alabar lo increíble de la estructura cíclica, circular que tiene esta canción engañosamente optimista. Empezamos desde lo más alto, lo más brillante, hasta sumergirnos en el lodo, en lo más bajo de la humanidad, para después, poco a poco, regresar a la altura, esta vez desde otra perspectiva, para terminar justo donde iniciamos. Es una joya absoluta de una profundidad inagotable, en la que con cada escucha encontraremos algún detalle nuevo y asombroso. 


2. "Trópico de Cáncer" del álbum Re (1994)


Un exquisito Bossa Nova sobre la eterna lucha entre el progreso y la preservación de las raíces culturales, naturales y autóctonas de un pueblo tan rico en tradiciones y tan distante en condiciones de vida como lo es el pueblo mexicano. La lucha del ingeniero Salvador es tan fascinante en su letra, como deliciosa en su música. La refinación y elegancia que los tacubos presentan en esta canción es de un nivel artístico altísimo. 


1. "El Río/El Polen" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Este par de canciones, que están tan hermanadas en concepto como en esencia musical, son el punto más alto de la carrera de la banda (desde mi punto de vista), una dualidad perfecta de introspección, soledad, descanso y una profunda belleza. La delicadeza, la sensibilidad musical, la precisión y exactitud para expresar emociones tan bellas como tristes, son cualidades que ninguna otra banda nacional ha podido alcanzar, ni siquiera los mismos tacubos. 

lunes, 16 de mayo de 2022

La discografía de Café Tacuba, resumida y en orden



De todas las bandas "mainstream" del rock nacional, la más peculiar sin lugar a dudas es Café Tacuba. Por su sonido único, sus experimentos musicales tan poco valorados en nuestro país, y también por la inconsistencia entre su talento, su oratoria y su actitud. Pero quedándonos estrictamente en lo musical, los Tacubos son una de las expresiones musicales más ricas y extensas de nuestro intento de expresión artística rockera. Es por ello que en este texto voy a ordenar sus álbumes de estudio en forma ascendente (considerando la calidad, desde mi punto de vista personal), con una breve justificación por su respectiva asignación.


8. Café Tacuba (1992)


Su primer obra es una expresión musical muy extraña. Ciertamente, y como en muchos casos sucede, la banda expresa mucha inmadurez en su música. Se percibe a veces como que no tienen aún definido el concepto general de la banda. De modo que algunas canciones tienen un corte chusco (tipo Botellita de Jerez), y otras tienen una mayor seriedad. Algunas se fundamentan en obras literarias, y otras parecen escritas con menos de dos dedos de frente. Aún así, el álbum contiene algunos de los temas más icónicos de principios de los 90. Canciones como "Rarotonga" o "Las Persianas", sin llegar a ser grandes canciones, se mantienen en el colectivo de quienes conocieron el rock a principios de los 90. Y a mi modo de ver, las dos mejores canciones del álbum son las contrastantes "María", un bolero con una letra brillante y una ambientación clásica mexicana; y "La Chica Banda", con un alejamiento intencionado de la poesía y la lírica tradicional que, a diferencia de lo sucedido en otras canciones, funciona a la perfección. Las demás canciones van de lo mediano a lo olvidable. 


7. Jei Beibi (2017)


Su último álbum (hasta la fecha) también es uno de los menos brillantes de la banda. En él se percibe un agotamiento de ideas, un conformismo quizás natural, después de lo conseguido en tantos años de trayectoria. Algunas canciones no son para nada buenas, otras son simpáticas, y unas pocas son realmente buenas canciones. De las primeras, debo decírlo, "Futuro" es quizás una de las canciones más odiosas que haya escuchado de la banda. Y en ese mismo tenor está "Me Gusta tu Manera". Contrastantemente, entre las canciones realmente brillantes podríamos incluir a la emotiva "Diente de León", la dulce y delicadamente bella "El Mundo en que Nací" o la interesantísima "Disolviéndonos". De ahí, las demás canciones son medianamente buenas, pero para nada algo del otro mundo, ni siquiera en el historial de la banda. El sonido del álbum se asemeja más a lo escuchado en Sino, 10 años atrás, y esa semejanza aplica tanto en los aspectos positivos como en los negativos. 


6. Sino (2007)


El inicio de álbum es sensacional. Una canción que empieza desde abajo, suave y tranquila, que va ganando en emotividad y caos hasta llegar al catártico y apoteósico final en donde la fusión con el segundo tema es inevitable. Un inicio esperanzador para una obra musical, que lamentablemente no se honraría en los demás temas. Desde el mismo segundo track, la juguetona pero intrascendente "Tengo Todo", nos damos cuenta que no habrá tanto del genio presentado por la banda en trabajos anteriores. Este álbum quiso representar una cierta evolución de lo presentado en Cuatro Caminos, pero no se logra del todo, ya que la línea musical se desvía constantemente. Es cierto que hay un cierto aire 'indie' que rodea a la mayoría de los temas, pero no en todos los casos funciona, y muchas veces las canciones suenan forzadas en un estilo que ciertamente estaba de moda en aquellos años, pero que no encajaba con la banda. Claro ejemplo de esto son los dos temas más pobres del álbum, "Cierto o Falso", y "De Acuerdo", muy al estilo de los Strokes, y muy lejos de los Tacubos de los que nos enamoramos en los 90. Igualmente tenemos algunas canciones que pecan de exceso de "comodidad sonora", algo que probaron en su tema Eres del disco pasado, y que comercialmente les funcionó, pero musicalmente no tanto. Aquí vemos eso en temas como "Esta Vez" y "Quiero Ver", por lo cual no son tanto de mi agrado. Pero hablemos de las buenas canciones que tiene el álbum, que no son pocas. Ya se mencionó la abridora "Seguir Siendo", y en ese mismo nivel emotivo está la enérgica "53100", además de la divertida y buenvibrosa "Vámonos", la directa y rítmica "El Outsider" o la ultra accesible "Agua". Y un peldaño más arriba están la abrochadora "Gracias", con su ejercicio vocal maravilloso en la primera mitad de la canción, y la energía vibrante e instrumental de la segunda mitad de la misma; la deliciosamente escuchable "Y es que" y sobre todo la genial "Volver a Comenzar", sospechosamente similar en estructura a Paranoid Android de Radiohead, pero con unas texturas y ambientación completamente diferentes. Así tenemos a uno de los buenos álbumes de la banda que, con todo esto, aún está lejos de sus mejores trabajos. 


5. Avalancha de Éxitos (1996)


Uno de los clásicos de la banda, que no está más arriba en la lista por dos razones concretas (bueno, tres): Primero, no son obras originales, sino covers. Segundo, son sólo 8 canciones. Tercero, el tema final. Sin embargo, este último punto es altamente debatible, porque es algo que afecta a mi percepción del álbum, y no es una crítica apegada a nada concreto, más que mi gusto particular. Lo que sí se acerca a la objetividad es decir que los 8 temas que conforman esta breve obra musical son brillantes de principio a fin. No hay un solo tema flojo, aburrido, mal hecho, ni fuera de lugar. Quizás la menos atractiva para ciertas personas sea la instrumental "Perfidia", que a mi parecer es una delicia. Aunque en Spotify, la canción menos escuchada es "No Me Comprendes", aunque creo que es una de las canciones más exquisitas en el repertorio de la banda, una canción suave (no suave tipo "soft", sino suave tipo "smooth"), sabrosona en ritmo, y rica en instrumentos, sonidos y armonías. Un deleite. Todos están familiarizados con el slang chilango en "Chilanga Banda" (valga la redundancia),  las deliciosas melodías de "Cómo Te Extraño" o la majestuosidad del haupango mexicano en "Ojalá Que Llueva Café". Un poco menos conocida es la energía latinrockera en "No Controles", o la excentricidad semi-industrial de "Alármala de Tos". Sin embargo, la única canción que no he mencionado es mi favorita del álbum. La dualidad de la increíble "Metamorfosis", que como su título anticipa, es un tema que tiene dos caras, tanto en su letra como en su música. Una faceta de bondad y otra de maldad, ambas acompañadas de un exquisito arreglo de cuerdas que no resalta en todo momento, pero sí lo hace en momentos puntuales de la canción, y lo hace de manera brillante. Con este álbum nos enfrentamos por primera vez (en esta lista) ante la historia pura del rock nacional. 


4. El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


A mi parecer, este álbum es el último genuinamente tacubo. Un álbum oscuro, con momentos sombríos y también momentos brillantes. No todas las canciones del álbum son obras maestras, pero sí creo que no hay canciones malas en este disco. Aunque sí tiene cambios abruptos en las emociones transmitidas a lo largo de la obra, por lo que fácilmente podríamos dividirla en 3 partes. La primera parte contiene 2 temas interesantes y un tema gigantesco. Las abridoras son "Pájaros", un collage de sintetizadores, guitarras y voces que crean una atmósfera atractiva para iniciar un álbum como debe de ser, y "Andamios", otro tema deliciosamente atmosférico, tipo dream pop, aunque con más guitarras y menos sintetizadores (a excepción del regreso de la caja de ritmos, que ya se le extrañaba). "De Este Lado del Camino" es una canción majestuosa desde su mero inicio. Una letra poderosa, un crescendo musical y emotivo desgarrador, y una construcción ambiental de sonidos sintetizados que sólo incrementan el etéreo paisaje musical que cubre a la canción hasta llegar al maravilloso cierre de la canción, en donde caemos en cuenta del tamaño de canción que acabamos de escuchar. Con "Espuma" se abre el segundo tercio del álbum, quizás el de menor sustancia musical, en donde las cosas se aligeran un poco con temas un tanto más mundanos. "Olita de Altamar" es un homenaje a la música andina con muchos sintetizadores de por medio, y "Aprovéchate" es otro homenaje, esta vez al rock chileno de finales de los 80. No son malas canciones, pero tampoco están a la altura de las 3 iniciales. Caso contrario de "Zopilotes", otra gran canción que abre la última parte del álbum, una sección un tanto más oscura, con sonidos más siniestros y atmósferas más densas. En "Yo Busco" tenemos una canción musicalmente un poco más accesible, pero en la letra tenemos un mensaje mucho más denso. Si esta canción hubiese estado en su álbum siguiente, hubiese encajado mejor (y hubiese sido la mejor del plato). "Tan Mal" es otra canción muy pesada por momentos. Pesada en su ambientación, en las emociones que transmite, en el arreglo de ciertos instrumentos. Es como un tema de Post Punk adaptado al estilo de los tacubos. Finalmente, se cierra el álbum con otra canción de las grandes. "Volcán" repite un poco la fórmula de "De Este Lado del Camino", en empezar suave e ir creciendo gradualmente hasta estallar en el clímax final. Aunque este tema tiene una carga nostálgica mucho más notoria, y en ese sentido, es más turbia que la otra mencionada. Quizás sea el último gran álbum de Café Tacuba, y como tal, no desmerece ante los puntos más altos de su obra. 


3. Cuatro Caminos (2003)


El gran cambio de dirección artística que tuvo la banda, lo dio con este álbum, uno de los más brillantes no sólo de la banda, no sólo del rock nacional, sino de todo el rock hispanohablante. La banda empezó a hacer rock de una manera mucho más tradicional. Es decir, cambiaron la caja de ritmos por una batería convencional. Metieron más guitarras. Las canciones tenían estructuras más convencionales. Las instrumentaciones no eran tan variadas. La principal influencia de la banda venía del rock británico de aquellos años. El Café Tacuba que todos conocemos hoy en día, nació en este álbum. Y antes no era así, era otro ente mucho más folclórico y arriesgado. Pero hablemos de las canciones. Son 14 en total, todas ellas de muy alta calidad. Si tuviera que hacer tiers, serían 3. Primero, el tier de las canciones buenas, en donde entrarían "Cero y Uno", "Camino y Vereda", "Eres", "Recuerdo Prestado" y "Tomar el Fresco". Todas ellas grandes canciones, sólidas, con momentos brillantes y una consistencia ejemplar. Luego estaría el tier de las canciones brillantes, en donde estarían joyas como "Eo (El Sonidero)" y su sabrosura, "¿Qué Pasará?" con su poder guitarrero y sus arreglos ingeniosos, "Soy o Estoy" y su letra produnda, "Puntos Cardinales" y su exquisito ambiente pop, "Desperté" y su romanticismo inagotable, y "Hoy Es" con su aire esperanzador. Finalmente, el tier más alto es el de las canciones geniales, en donde 3 canciones alcanzan este rango. "Mediodía" es la emotividad hecha canción, un grito que comienza como un suspiro mientras se va llenando de aire, de alma y de alegría, hasta que no puede más y estalla en sí misma. "Encantamiento Inútil" está sin problemas entre las 5 mejores canciones de Café Tacuba en toda su historia, un oscuro tema cargado de una melancolía que no trata de hacernos sentir bien, sino de simplemente hacernos sentir. Y finalmente, "Hola Adiós" es otro tema oscuro y maravilloso, esta vez con un elemento minimalista en su estructura, y un romanticismo exquisito en su música. La créme del rock mexicano pocas veces alcanzó la altura de este álbum, el más brillantemente convencional de Café Tacuba. 


2. Re (1994)


Le decían "del álbum blanco del rock hispanohablante". No sé si alcance ese estatus, pero lo que sí alcanza es el estatus de uno de los 5 mejores discos de rock latinoamericano de todos los tiempos. Y lo hace por tratarse de una obra única, una amalgama de sonidos, estilos, influencias, que dicen lo mismo del pasado que del presente (el presente de 1994) y que en sí mismas representan una visión al futuro. Es uno de esos álbumes en los que no sabes qué esperar a continuación. Una característica que se pudiera tomar como una debilidad, claro. El álbum no tiene consistencia, no tiene un concepto musical definido, es ambiguo en el sentido de la esencia musical. Pero por el contrario, esa es su mayor virtud, una virtud que sólo en un álbum así se  le puede llamar virtud. La experiencia de escuchar las 20 canciones que conforman la obra es una experiencia única, inigualable, irrepetible, emocionante y que pocos álbumes de la escena del rock mundial podrán conseguir. Además, es un álbum esencialmente mexicano. El crisol de sonidos del que se alimenta la inagotable creatividad de las canciones proviene del ambiente musical popular de nuestro país. Por lo que la virtud se duplica. Para el extranjero, es una visión a México, no en su tradición ni en su historia, pero sí en su cultura y en su esencia. De alguna manera, estas canciones nos representan, ya sea en su letra, en su música, en su contexto o en su espíritu. Canciones como el jarocho de "El Aparato", el ranchero de "La Ingrata", el bolero de "Esa Noche", el apego a las raíces en "Ixtepec", la banda sinaloense de "El Fin de la Infancia", el exquisito sonido de los tríos en "Madrugal", el sabor costeño de "La Negrita", la conexión con las colonias populares de "El Tlatoani del Barrio" o el ska con inicio huapango de "Las Flores". Todas ellas monumentos en sí mismos de lo que somos como mexicanos en más de un sentido. Incluso las canciones con sonidos no autóctonos, como el funk de "El Ciclón", el metal de "El Borrego", la delicia del bossa nova en "Trópico de Cáncer", el pop de "El Metro", el grunge en "La Pinta", el mambo en "El Puñal y El Corazón" o el disco setentero en "El Baile y El Salón" resultan ser obras majestuosas que representan nuestras raíces de maneras mucho más ambiguas. Así que, 59 minutos y 20 canciones después, habremos conocido un pedacito de México a través de un álbum que le honra de la forma más artística posible. 


1. Revés / Yo Soy (1999)


El disco experimental. El disco desconocido. El que no está en plataformas. El que les hizo perder su contrato con EMI. El disco de culto. El mejor disco de rock mexicano de la historia. La banda tenía en mente un proyecto que los directivos no les dejaron desarrollar. Y aún así entregaron un trabajo increíble, que la gente de más poder en la industria se encargó de enterrar y hacer olvidar. El álbum es un fantasma. No existe en ningún formato. Es como si jamás hubiese existido. Sin embargo, lo más importante es lo que siempre prevalece, y en este caso, por más campañas de desprestigio gracias a su bajísimo nivel de ventas, la música prevaleció. Y ciertamente, no es música para cualquiera, sobre todo si consideramos que se trata de un álbum doble, del cual el primer disco es instrumental, experimental y carente de accesibilidad musical. Incluso las canciones tienen títulos raros, números, iniciales, o incluso sin título. Son 13 canciones en este primer disco, que se escuchan con gran asombro para quienes realmente escuchan música. Para quienes no, después de una canción ya se habrán aburrido. Quizás el tema más conocido de esta mitad sea "13", porque es la que más cercana está a lo que se podría denominar como medianamente accesible. Pero hay joyas como "9" en su ambiente autóctono-industrial, "11" con su beat de 5/8 que juega con nuestra orientación musical, "5" con sus geniales y abruptos cambios, "10" y su asombroso collage de sonidos, "5.1" como una exquisita reinterpretación a vientos y cuerdas de "5", o "M.C." en colaboración con el Kronos Quartet (que no es poca cosa). Sin embargo, el brillo máximo lo hallamos en el disco 2, el que tiene canciones más convencionales, y que todas en conjunto conforman una obra redonda, maravillosamente intimista y profundamente doliente. Aquí la experimentación con ritmos ya no está presente, y más bien se trata de hacer un viaje de introspección para encontrarnos dentro de los densos y melancólicos sonidos que la banda desarrolla en los 15 temas que le conforman. Es por ello que podemos encontrarnos con temas tan macabros como "Dos Niños", "El Padre"o "La Locomotora", una auténtica obra maestra del rock esta última. Pero también podemos encontrarnos con canciones de profunda belleza, como esa maravillosa dualidad que conforman "El Río" y "El Polen", en uno de los momentos más sublimes de todo el rock de los 90, además de delicias como "El Espacio", "Árboles Frutales" o "Lento". Mención aparte se merece el enorme portento de canción que es "El Ave", en tema único con una estructura tan peculiar como genial, y un trasfondo oculto en una fachada alegre y optimista. Una obra maestra de canción (de la que ya hice una breve reseña aquí). En resumidas cuentas, este álbum es el punto más alto de sofisticación, emotividad y creatividad que haya tenido cualquier banda de rock nacional en sus 64 años de existencia.