jueves, 1 de septiembre de 2022

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Sin lugar a dudas el 2022 está siendo un buen año para la música, especialmente para el rock y sus derivados. Una de las mejores noticias en la escena es la llegada del tercer álbum de estudio de la banda de rock más prometedora del panorama mundial. Y para quienes no sepan, esa banda es mexicana, está conformada por mujeres y ninguna de ellas rebasa los 23 años. Claro que investigar sobre The Warning no debe ser nada difícil, luego de tener tanto éxito viral en plataformas digitales desde hace algunos años. 

El álbum se llama Error, pero no es de ninguna manera un errado producto musical, por el contrario, es un sólido y poderoso álbum de rock, en el que se percibe la clara y emocionante evolución de las hermanas Villarreal, luego de sus dos álbumes previos. El sonido, si bien sigue siendo de rock duro, es muy distinto a lo mostrado en su anterior álbum, Queen of the Murder Scene, en donde la ambientación era mucho más oscura y el rock coqueteaba muchísimo con el metal (cómo olvidar joyas pesadísimas como "Dust to Dust", "Dull Knives (Cut Better)" o "Queen of the Murder Scene"). Para este nuevo álbum, el sonido se distancia un buen tanto de esa vena metalera, y se queda en los confines del rock y, si acaso, del hard rock. 

Esto no es ningún demérito para la calidad artística de la obra, ya que se permite explorar mucho más en las melodías y las armonías, especialmente en un par de canciones que ya se mencionarán más adelante. Además, la producción del álbum es impecable, y se da un enorme salto a la calidad y pureza del sonido de las canciones, cosa que lamentablemente en el disco anterior era un punto negativo. Ello hace que las canciones suenen como si estuvieran rodeándonos por completo, con las poderosas armonías entre guitarras y bajo, y siendo salvajemente golpeados por los incesantes beats y redobles de la batería. 

También podemos percibir el enorme avance e innegable aporte de Alejandra en el bajo, que es el sostén de todas las canciones, y que permite que Paulina experimente y se luzca en la batería. La tercer hermana, frontwoman por excelencia, es Daniela, quien se encarga de la guitarra y la voz, una voz que también presenta una evolución considerable en cuanto a expresividad y poderío. 

Pero hablemos de las canciones.

Error abre con "Intro 404", quizás un guiño al famoso error "404 not found" que nos arruinaba tardes de navegación por la red, y que no es más que un anticipo sonoro de algunas figuras que escucharemos a lo largo de la obra. Mera introducción nada más, que nos prepara para el vendaval que viene en la siguiente canción. 

El espectacular riff de bajo nos recibe en "Disciple", propiamente la primer canción del álbum, y una brillante y enérgica recepción para los escuchas. Las voces principales se alternan entre Daniela y Paulina, ambas sonando espectaculares, y de inmediato sale a relucir esa cualidad melódica de la que se habló anteriormente, ya que esta canción será fácilmente inolvidable gracias a la accesibilidad de sus melodías, principalmente en los coros. Además, otra cualidad que tiene esta canción, y que escucharemos en más temas, es la alternancia entre el beat rápido, y el half-beat (ese que propicia el headbanging), en estrofas y en estribillos, alternando de forma tan fluida como natural. Un tema brillante de principio a fin. 

El tercer track es el menos enérgico, pero mucho más emotivo "Choke", en el que cada estrofa suena distinto, y el elemento común es el estribillo, que además tiene una profunda expresividad en la voz de Daniela, quien se desgarra la voz alcanzando una nota que llega tan alto como profundo. Nuevamente tenemos un riff poderoso, quizás más simple que el del tema anterior, pero que sirve para establecer una postura en estilo, y que contrasta a la perfección con la emotividad de la pieza en general. Y lo volveré a repetir, escuchar la línea de bajo a lo largo de toda la canción es un deleite. 

Luego sigue "Animosity", otra de las canciones grandes del álbum. La canción tiene una cualidad que no sabía describir del todo, hasta que escuché en una entrevista que se le describió como "una canción como de intro de anime". Y es que tiene todos los elementos para serlo, entendiéndolo desde luego como una enorme cualidad. Quizás su sonido se acerque un poco al punk, hasta que llegamos al coro, en donde la canción toma un aire completamente distinto, y se vuelve más pesada en ritmo, pero no en ambientación. Sigue siendo una canción muy jovial y enérgica. Quizás mi parte favorita sean los puentes, tanto los que están antes de cada coro ("Get dressed in black and mourn again"), como el que parte al tema por la mitad ("Mayday, mayday, this ship is going down").

Por su parte, "Money" es una satírica y deliciosa canción, en la que el coro es el maravilloso riff de guitarra. Las hermanas se permiten ser juguetonas en este tema, que además se presta a ello, y ello aligera el ambiente general del disco al mismo tiempo que lo enriquece. Quizás el sonido de este tema sea más cercano al del glam metal de los años ochenta, sin llegar al exceso que se llegaba en aquellos años, pero sí con esa cualidad divertida y festiva que aquí se replica a la perfección. Sobra decir que la letra es una crítica incisiva al modelo económico actual (en especial el de Estados Unidos). It's all about the cold hard cash, hon.

"Amour" me sorprendió en más de una manera cuando la escuché por primera vez. La canción, como se puede advenir, es una carta de amor (o desamor?) con una enorme carga de emotividad (nada cursi). Y en ese sentido, la música acompaña de una manera sorprendentemente eficaz. El estilo de la música no es nada meloso, hay guitarras poderosas e incluso el beat es un tanto rápido para el tipo de canción es. Y sin embargo, aún logra ser sumamente emotiva, en gran medida a la forma en la que Daniela hace suyo el tema y lo vocifera de manera espectacularmente expresiva, pero sin dejar de ser sobria. Es una cosa bastante más madura de lo que uno esperaría de una banda con integrantes que apenas rebasan los 20 años de edad. Y, bueno, luego está el pequeño y escalofriante verso cantado en francés, que endulza el oído al mismo tiempo que estremece las emociones de quien escucha.

Los ecos de Muse y Paramore suenan perfectamente amalgamados en la espectacular "Evolve", otro de mis temas preferidos, primero por ser extremadamente rockero (hay que escuchar ese riff tocado en armonía por la guitarra y el bajo, mientras Paulina nos sacude las entrañas con su half beat después del primer estribillo) y segundo por ser la canción más contundente del álbum. Desde la primera vez que la escuché, sabía que se trataba de una enorme canción, especialmente en su segunda mitad, digamos, la mitad más pesada (grito desgarrador de Paulina incluido). Y estaba casi seguro que sería la mejor canción del disco. 

A mucha gente le parece, de hecho, que la mejor canción del álbum es la homónima. "Error" sin duda es una gran canción, pero a mí no me parece que sea contendiente siquiera a mejor canción del álbum. Sin esa expectativa, la canción es una buena, poderosa y por momentos, misteriosa pieza. Un poco en la línea de lo que se mostró con "Choke", con más poder y menos emotividad, y con una identidad propia que le separa (aunque no del todo) de su "hermana". Sin embargo, a mi parecer, a excepción de la intro, me parece que "Error" es la canción menos destacada de la obra. No por mala, sino por no ser tan buena como las demás canciones del álbum. 

Lo que a nadie le queda duda es que "Z" es la canción más peculiar, única y diferente del álbum. El riff de bajo nos recuerda un poco a "Lust for Life" de Iggy Pop, pero la canción en general nada tiene que ver con el tema setentero del ex Stooge. Además, no hay casi cambios de ritmo, no hay estribillo, no hay coros, el puenta suena sumamente desolador, y tiene un solo de guitarra de un estilo que sólo escucharemos en esta canción. Por todas estas características únicas, y claro, por ser una gran canción, se trata de otra de mis favoritas definitivas del álbum. Una canción que no suena a The Warning, pero que ninguna otra banda podría haber compuesto. 

Otra canción que ha tenido gran aceptación es "23", una carta de amor propio cantada por Paulina, quizás a sí misma, con un mensaje tan emotivo como poderoso. Reconozco que, en lo personal, a mí no me ha impactado de la misma manera que a otras personas que adoran la canción. Reconozco que es un gran tema, quizás uno de los mejores del álbum, pero quizás por su naturaleza intimista, o quizás porque ya no me identifico tanto con la problemática planteada en la letra de la canción, no ha tenido tanto impacto en mí. En ello igual influye que musicalmente es relativamente "normal", y aún con su enorme emotividad, mucho del mensaje termina por escapar de mi percepción.

"Kool Aid Kids" admito que al principio me pareció indiferente, no me atrapó a primer escucha como muchas otras de las canciones del disco. Sin embargo, a medida que la he escuchado, ha pasado a ser una de mis canciones favoritas. Tiene detalles que se escapan a primer escucha, como por ejemplo una progresión sutil pero sumamente emotiva, que desemboca en la cúspide máxima del estribillo, en donde Daniela canta "we drink it all again", refiriéndose a la bebida nombrada en el título de la canción, y que a su vez, es una manera de catalogar a la juventud insensible y sumergida (perdida¿?) en la tecnología, cada vez más fría e inhumana. Gran canción que me ha parecido un deleite ir descubriendo poco a poco.

Mi parte favorita del álbum es el final del mismo, el cual se inaugura con "Revenant", una espectacular canción "acústica", cantada por Paulina, y hermosamente adornada con las armonías de las guitarras y el bajo. Sin lugar a dudas es la canción más hermosa del álbum, la más sensible y la más cuidada estéticamente. Una faceta que jamás habíamos visto de la banda, y que con enorme placer podemos decir que tiene un potencial gigantesco. A mi parecer, esta canción es el punto más alto de la obra, en cuanto a lo artístico. Creo que no existe una canción más perfecta, más sublime y más majestuosa que esta, en todo el historial de la banda (la cual la convierte en automático en una de las mejores canciones de la historia del rock mexicano). 

Pero los calificativos que aplicaban en "Revenant", podrían perfectamente aplicarse en "Martirio", otra espectacular canción emotiva, que está sostenida en una poderosa base rockera, igual de majestuosa e igual de perfecta. Se trata de la única canción en español del álbum, pero ello pasa a un segundo término cuando apreciamos la música, los sonidos, las voces, el final. Ese gigantesco final de la canción que logra estremecer los sentidos, que resquebraja la dureza de la fachada rockera de la canción, y emula las emociones más sensibles que podemos experimentar. La letra es una delicia, contundente y nada complaciente (ese final, donde dice "Tu vida triste, mártir tonto, di adiós" que me dejó helado la primera vez que lo escuché). Para mí no hay duda que se trata, por muy poquito, de la segunda mejor canción del álbum. Sigo sin superar el vendaval de emociones que me hace sentir esta maravilla. 

El álbum cierra con otra joyita. Paulina con su piano, a solas, abriendo a nosotros su alma y permitiéndonos sentir un poquito del reino de los cielos (los cielos musicales) a través de "Breathe", breve, concisa y desgarradora. Y, por dios, la voz de Paulina, especialmente al final. Su voz. Indescriptible.

Así cierra otro de los grandes álbumes de rock de este maravilloso 2022. Un año que ojalá jamás termine, y que nos entregue más obras de este nivel. 


viernes, 12 de agosto de 2022

El estilo de Billie Eilish: ¿el mejor álbum en 10 años?

 


Para responder la pregunta planteada en el título de este escrito (major clickbait, no hablaré de ningún disco de Billie Eilish- obviamente), probablemente sí lo sea. Y ello considerando desde luego el alcance musical y creativo, pero también considerando lo que representa un álbum de estas dimensiones en nuestros días, ya que vivimos en una época en donde el entorno musical está un tanto a la deriva. Entre los sonidos comerciales acaparando las mentes de todos gracias a su excesiva y nauseabunda repetición en las principales redes sociales de moda (TikTok, mayoritariamente), se deja poco espacio a la música que no entra en esta categoría, y que por ende, no cuenta con la aceptación de los usuarios.


Es por ello que resulta mucho más complicado encontrar música que  no abogue por los sonidos fáciles del momento (llámese trap, reggaetón, hip hop o el mal llamado "indie"), básicamente porque casi nadie quiere hacer música que se salga de ese molde. Es así que, en la terrible década que terminó hace algunos meses, los álbumes mejor valorados por la crítica son de hip hop y sus horrorosos derivados latinos. También es por ello que, incluso en este mismo año, en muchos sitios valoran de manera excesiva un trabajo sumamente mediano y apantallabobos como lo es el "Motomami" de Rosalía. Un disco que hace  años hubiese sido poco más que una mera curiosidad, y que ante la escasez de creatividad, hoy reluce y brilla como si se tratase de una obra magna. 


Pero retomando el sentido de este texto, en febrero de este mismo año se publicó un álbum diferente. Bueno, diferente y no, porque evidentemente, al escucharle, se nos vienen a la mente infinidad de influencias que no son nada discretas. Pero el resultado sí que es diferente, un sonido muy peculiar y maravilloso. Pero para empezar a analizarle, hablemos de la banda.


Black Country,  New Road es el nombre de la agrupación, originaria del centro-este de Inglaterra, y conformada (hasta hace poco) por 7 integrantes, entre los que se incluye un saxofonista (que además interpreta vientos y metales variados) y una violinista, adicionales a los convencionales guitarra, bajo, batería, piano y voz. Desde este detalle ya notamos una semejanza con otra banda, quizás la última gran banda del panorama musical: Arcade Fire, quienes entre sus filas también contaban con una violinista, y quienes también eran 7 integrantes en un inicio (en su mejor época). 


Pero luego tenemos la música, y en ese sentido, ahora debemos hablar del álbum en cuestión. "Ants From Up There" es un álbum que tiene una duración de casi 59 minutos, divididos en 10 canciones (bueno, 9 más un intro). El estilo general de la música es de lo más diverso y rico que podemos encontrar. Para aquellos que tengan un poco de contexto sobre la historia del rock, van a poder escuchar reminiscencias de Arcade Fire (ya mencionado), de Sufjan Stevens, por hablar de influencias más recientes, de Roxy Music, David Bowie, Lou Reed o hasta King Crimson (en la época de Lizard), si nos remitimos al pasado más lejano. Entre los elementos más destacables en el sonido general del álbum, está obviamente la peculiar instrumentación (no es común escuchar un saxofón y un violín dentro de una banda, y menos en nuestros días), pero además están los beats complejos, el dramatismo perfectamente mesurado y deliciosamente expresivo, la duración de algunas canciones, y el sentido conceptual del álbum.


Y menciono un sentido conceptual centrándome exclusivamente en la música. Porque va evolucionando conforme avanzan los temas, y mientras en las dos primeras canciones escuchamos un sonido enérgico y vivaz, el álbum cierra de manera majestuosamente doliente. Creo que ese es uno de los principales aciertos de la música. El rango emocional de las canciones es muy extenso, y nos permite sentir antes de pensar. Nos permite asimilar la música, usarla como un cobertor, y desde ahí analizarla. 


Esto no significa que líricamente, la obra carezca de un concepto integrador. La pesadez emocional con la que cargan de manera inherente las generaciones actuales, provocadas por la masificación de las opiniones a través de las redes sociales, y sucesos sociopolíticos, como el Brexit, la pandemia por Covid-19 o la ineludible crisis financiera derivada de dicha pandemia, son los puntos centrales que motivan las dolientes, desesperanzadoras, y de alguna manera, empáticas e inmersivas letras de las canciones. Esto se ve reflejado principalmente en los temas finales, que son en los que la música acompaña de manera más exacta dichos sentires. 


Pero hablemos de las canciones. La obra inicia con "Intro", un breve jam jazzístico de menos de un minuto, en beat de 5/8 que nos anuncia el estilo que escucharemos a lo largo de la obra. A continuación. "Chaos Space Marine" (primer tema donde se menciona "el estilo de Billie Eilish") confirma el sonido, y añade otro elemento recurrente: las estructuras peculiares en las canciones. El tema contiene 3 secciones principales que sólo aparecen una vez, digamos una estrofa, un coro y un puente, por ponerlo en términos convencionales. Pero entre cambios de ritmo, variaciones en la emotividad y arreglos exquisitos, la canción logra interiorizarse en nuestra mente con suma facilidad. 


"Concorde" tiene un inicio mucho más calmo, mucho más lento y acompasado (en 3/4), y los cambios de ritmo emocionantes y apabullantes de la canción anterior, aquí no aparecen. En su lugar tenemos un lento y poderoso crescendo, que nos sumerge en el cúmulo de emociones (deprimentes principalmente) hasta que, cerca del final, la canción estalla en una coda majestuosa en la que los instrumentistas se lucen en sus capacidades. Algo similar sucede con "Bread Song", sostenida en un arpeggio de guitarra tan sutil como tenso, que justamente genera un nerviosismo constante, anticipando algo que tarda en llegar, y que cuando llega, no es tal y como pensábamos que sería. Porque dada la experiencia con el tema previo, era lógico esperar un clímax apabullante, que te destrozaría el alma con sus acordes desgarradores, y sin embargo, el clímax es sumamente luminoso, con el mismo beat nervioso pero con acordes mucho más lúcidos y esperanzadores, por lo que la sensación al finalizar la canción es muy distinta a lo percibido en el track anterior.


Luego viene "Good Will Hunting" (segundo tema donde se menciona "el estilo de Billie Eilish"), quizás la canción más accesible del disco, pero no por ello menos buena. La canción es una bocanada de aire fresco, porque nos otorga un lapso de sencillez que no deja de asombrarnos por su belleza, pero nos relaja del reto que representa la escucha de temas mucho más densos y profundos (más allá de su enérgico final). Pronto aprendemos a apreciar esta gran canción, en su naturaleza cuasi popera, y sin problemas se convertirá en una de nuestras preferidas. Inmediatamente después aparece la antítesis de lo que representa esta canción, con "Haldern", una canción con menos brillos, con un perfil mucho más bajo, pero con una profundidad inmensa, que a base de repeticiones, cual rotomartillo, logra adentrarse más y más en nuestro espíritu para indagar sobre aquello que nos aqueja, aquello que nos hace sentir la canción, pero que no identificamos a la primer escucha por lo inmerso que está en nuestro subconsciente. La canción requiere de 3 o 4 escuchas para poder empezar a apreciarla, pero una vez que lo hacemos, nos damos cuenta del inmenso poder oculto que tienen los 5 minutos que dura esta pequeña obra de arte.


Luego viene otro descanso, el último antes del gigantesco cierre del disco. "Mark's Theme" es una breve y deliciosa pieza instrumental, primero a base de metales, y luego sostenida sobre un piano tan sutil como exquisito. La banda sabe que necesitamos esto antes de lo que se avecina. 


"The Place Where He Inserted The Blade" podría ser, sin ningún problema, la canción abrochadora de cualquier disco. Tiene todas las características que debería tener una canción final de álbum. Es emotiva, es catártica, es épica y majestuosa. Sin embargo, las dos canciones que le siguen lo son aún más. Este tema es un jazz de mala muerte, extraído de un oscuro bar en lo profundo de la Nueva Orleans de los años 20 (del siglo pasado).  Ese tipo de jazz que escuchas a media noche con un trago de whisky, con la corbata suelta, la camisa arremangada, los ojos llorosos y un cigarro en la mano derecha. Ese tipo de jazz que aparece involuntaria e inconscientemente en nuestros corazones luego de haber sentido el doloroso embate de la amargura, el desaire, el abandono y la desesperanza. Desde las dos primeras notas de piano, con las que inicia el tema, ya nos duele. A todos nos duele, a todos nos gusta, todos hemos sentido ese dolor, todos hemos pasado por allí, y todos quisimos haber tenido la oportunidad de acompañar nuestra amargura con una delicia de canción, así de precisa y así de oportuna, como lo es esta maravilla. Si aquí hubiese terminado el disco, habría sido un buen dísco.


Luego viene "Snow Globes", con toda la disposición de hacernos pedazos, de destruir la poca cordura que nos queda, con una incesante y creciente sucesión de acordes, que empiezan de la manera más sutil posible, como para que los conozcamos, nos acostumbremos a ellos, y luego se van nutriendo poco  a poco con sonidos, cada uno más letal que el anterior, hasta que llega un punto donde la canción es insostenible en su emotividad, y estalla, al igual que nosotros si estamos prestando atención. Y eso que en ningún momento he hablado de las letras de las canciones, que si las incluimos en la ecuación, no tendríamos escapatoria alguna. Esta, por ejemplo, inicia de manera contundente diciendo "debemos dejar que la pinza haga lo que mejor sabe hacer". Para muchos esta canción puede ser la más incómoda del álbum, y ello se debe a que hace muy bien lo que debería hacer. Se mete en nuestras cabezas y sacude todo lo que se encuentra a su paso. Una cualidad que pocos sabrán apreciar, pero que es inherente a las verdaderas obras de arte. Si el disco hubiese terminado aquí, habría sido un gran álbum.


Pero termina con el siguiente tema, el majestuoso e icónico "Basketball Shoes", una minisuite de casi 13 minutos de duración, con una alta dosis de progresividad, pero sobre todo, con cambios de ritmo tan precisos, que nos llevan de la calma a la tensión, de la paz a la guerra, y de la festividad a la tragedia. Como ya decía, el tema está estructurado en forma de minisuite, lo que significa que son diversas secciones unificadas, cada una con una característica propia, pero dentro del marco conceptual de la misma canción. Por eso inicia con un pesado y doliente ritmo que nos ambienta, para luego cambiar a una enérgica y rítmica sección postpunkera, con riff incluido, que luego da pie al apoteósico y sublime final de la canción. Es difícil hallar un adjetivo que describa correctamente lo que transmite esta canción, siento como si todos los adjetivos que uso se quedan cortos en describir el tamaño de la obra. Es la mejor canción que se ha hecho en muchísimos años, desde mi perspectiva. Creo que no he escuchado una canción de este nivel desde que Sigur Rós cerró su obra maestra con "Popplagid", en 2002. Es un cierre perfecto para un álbum perfecto de principio a fin.


Entonces, ¿es este el mejor álbum en 10 años? Yo creo que sin duda. Incluso más años. Un disco que al fin representa a la nueva generación, escondida tras las pantallas de sus dispositivos móviles, y enmascaradas en su perfil de redes sociales. El valor de Black Country, New Road es dar la cara por su generación, con una obra que, sin desvirtuar los valores esenciales de la musicalidad, como sí lo hacen la mayoría de sus contemporáneos, desnuda la naturaleza de la debilidad de esta generación señaladora y correctísima. Y eso es lo más sano que puede ocurrirle a la juventud de nuestros días. 


"Oh, in my bedsheets now wet, of Charlie, I pray to forget

All I've been forms the drone, we sing the rest,

Oh, your generous loan to me, your crippling interest"

miércoles, 22 de junio de 2022

La Radiografía (o sea, la discografía de Radiohead)

 


Presentada en orden ascendente, usando como único criterio mi percepción de cada obra.

9. Pablo Honey (1993)


El primer álbum de Radiohead es el que menos suena a Radiohead, e irónicamente, es el que contiene el sonido de Radiohead con el que la mayoría de la gente lo asocia. Todo, claro, debido al éxito descomunal de "Creep", segundo track del álbum. Y efectivamente, el sonido general de la obra se asemeja mucho a este icónico tema: el grunge desolador, depresivo, guitarrero y altamente digerible para una generación juvenil desubicada (como lo son todas). Actualmente, los fans "cerebrales" de la banda odian este álbum. La banda misma odia este álbum. Pero si nos ponemos en el contexto adecuado (considerando a una banda de chicos que quieren encajar, con un primer álbum alineado al mainstream, sin experiencia, criterio ni expectativas, dada su naturaleza de novatos), y sobre todo, si olvidamos por un momento lo que la banda haría en años posteriores, podemos llegar a valorar algunas de las canciones. Por ejemplo, la abridora "You" es un buen tema, una canción bastante destacable si la comparamos con el grueso de bandas de rock de la época. Mismo caso para temas como "Stop Whispering", "Anyone Can Play Guitar", "Prove Yourself" o "Thinking About You". Por su parte, la ya mencionada "Creep", con todo y que está demasiado explotada y a muchos fans "únicos e irrepetibles" esto les escuece, con todo y que se le acusó de plagio (de manera excesivamente rigurosa, si me preguntan), y con todo y el desagrado que genera el que les guste a las personas que también escuchan "de todo", no deja de ser una canción icónica, universal e inmortal. 


8. The King of Limbs (2011)


Aquí nos situamos en el extremo diametralmente opuesto. La banda ya está consolidada, ya desarrolló un sonido excepcional, ya se volvió uno de los hitos del rock neomilenario, y finalmente la curva desciende e inevitablemente tienen que flaquear después de tantos años de obras geniales. Desciende al nivel de Radiohead, claro. Lo que significa que este álbum no es un bodrio, ni mucho menos. Simple y sencillamente, suena demasiado a Radiohead, y quizás este es el mayor pecado de la banda en la última década. Aunque siendo estrictos, este álbum suena, la primer mitad a Thom Yorke y la segunda mitad a Radiohead. Hay que tomar en cuenta que algunos años atrás, Thom Yorke (líder de la banda) publicó su primer disco solista, y su sonido se asemeja demasiado a los 4 primeros cortes de esta obra, tanto que pareciera que fueron temas desechados de aquella obra para ser incluidos en esta. Las otras 4 canciones (porque sí, el álbum se compone de sólo 8 temas) suenan al Radiohead que escuchamos 4 años atrás, en su álbum previo. Esta repetición de sonidos, nada sutil, le hace ser uno de los álbumes menos brillantes de la banda. Aunque es innegable la calidad musical en temas como "Morning Mr. Magpie", "Little By Little", "Codex" o "Give Up The Ghost".


7. A Moon Shaped Pool (2016)


Este es el último álbum de Radiohead que se ha publicado, al menos el último con material original. Y es otro álbum con muy buenas canciones, pero con muy poca trascendencia. Tanto que podríamos decir que es tan sólo un ligero paso hacia adelante con respecto a lo presentado en The King Of Limbs. Y este ligero paso adelante se debe a que la música, en su estructura, es mucho más orgánica. Se utiliza una mayor cantidad de instrumentos "acústicos" en vez de sus versiones ya sea eléctricas o sintetizadas (sin que lleguen a desaparecer del todo). Y ello hace que la música fluya de manera más natural, y a pesar de que la complejidad de algunas canciones está al nivel de lo presentado en obras previas, resulta más fácil procesarlas e interiorizarlas gracias al sonido natural de los instrumentos. Pero más allá de eso, la música sigue sonando, para bien y para mal, a Radiohead y solo a Radiohead. Esto significa que, mientras todas las cualidades musicales que han hecho destacar a la banda están presentes, también se refugian en pocos elementos, arreglos y/o recursos distintos a los ya utilizados anteriormente. Por lo cual no se ofrece nada nuevo, nada innovador, nada destellante, y lamentablemente Radiohead nos tuvo acostumbrados, por muchísimos años, que cada álbum nuevo sería una nueva sorpresa, un nuevo sonido, y un destrozadero de cerebros alrededor del mundo. Supongo que todos debemos acostumbrarnos al hecho de que esos días ya jamás regresarán. 


6. Hail To The Thief (2003)


Es importante puntualizar que, aunque en esta lista, la diferencia es de solo un puesto entre A Moon Shaped Pool y este disco, musicalmente la diferencia es mucho mayor. Este álbum es una obra mucho mayor, desde el número de canciones, hasta la calidad intrínseca de éstas. Podemos decir que en este disco se reunieron los sonidos de sus 4 álbumes previos, y se sazonaron con una pizca de paranoia política. De modo que podemos encontrar fantásticos temas guitarreros, como la espectacular "2+2=5" o la psicodélica y brillante "There, There", así como temas extremadamente electrónicos como "The Gloaming" o la desconcertante "Backdrifts", e incluso temas deliciosamente acústicos como la hermosa "Sail To The Moon" o la esquizofrénica "Go To Sleep". El resto de las canciones se encuentro dentro de los tres vértices que conforman los 3 estilos mencionados, ya sea más cerca o más lejos de ellos, pero sin salirse de las aristas musicales. Con este álbum sucedieron, principalmente, dos cosas que afectarían positivamente al sonido de la banda, al menos en su álbum siguiente. Primero, la reconciliación de la banda con la versión noventera de sí misma, cosa que les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Segundo, terminaban contrato con su casa discográfica, lo cual significaba que su siguiente álbum lo tendrían que publicar de manera independiente, cosa que, coincidentemente, también les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Si en la discografía de Radiohead tuviéramos que ubicar a un álbum "bisagra", uno que unificara a la banda en sus sonidos y momentos más significativos, definitivamente ese sería Hail To The Thief. 


5. The Bends (1995)


En 1995 estaba ocurriendo un suceso mediático sin precedentes en Inglaterra. La famosa "batalla del Britpop" entre Oasis y Blur. Un suceso que era tan sólo la cima de todo un movimiento musical de resurgimiento del rock británico. Por supuesto que Radiohead no era ajeno a este movimiento, y sin llegar a formar parte del mainstream al que pertenecían otras bandas, sí publicaron un álbum que musicalmente se plantó como uno de los mejores del género. The Bends es Radiohead siendo lo más típicamente británico que pudo llegar a ser la banda. Es un álbum guitarrero, con canciones simples y melódicas, y sin embargo, no desmerece de ninguna manera con los otros "grandes" de la discografía de la banda. Y ello se debe a que, en esencia, son excelentes compositores de canciones. Es cierto que posterior a este álbum, su rumbo musical se dirigiría hacia la experimentación y el distanciamiento (¿alienación?) musical con respecto al ya mencionado mainstream. Pero con esta obra demuestran que, en términos convencionales, pueden hacer canciones increíbles y memorables. Quizás las menos destacada sean "Bones" y "Bullet Proof... I Wish I Was", pero para nada son malas canciones. Es simplemente que las demás canciones son realmente buenas. Canciones como "Planet Telex", "The Bends", "Just", "My Iron Lung" o "Black Star" son indudablemente canciones que son tan fáciles de digerir como difíciles de olvidar por su calidad. Un poquito más arriba quizás, estén "High & Dry", "(Nice Dream)" o "Street Spirit (Fade Out)", canciones que demuestran una mayor capacidad de expresión emotiva (curiosamente son las "baladas" del álbum) y un alcance melódico inusual. Y la cereza del pastel, una de las canciones más desoladoramente bellas y desgarradoramente tristes de la historia del rock (a ese grado), que marcaría la pauta del sonido que haría histórico a Radiohead, la hermosísima "Fake Plastic Trees", un himno a la melancolía y al dolor, tan universal y tan humano, que resulta ser escalofriante. 


4. In Rainbows (2007)


Para efectos de esta lista, sólo estoy considerando el disco principal de In Rainbows (ya que posteriormente apareció el disk 2, como un complemento a la obra, sin realmente aparecer originalmente en ella). Y tomando esto en consideración, nos encontramos solamente con 10 canciones. 10 temas breves (sólo dos de ellos exceden los 5 minutos), que no parecen prometer mucho a simple vista. Escuchamos la primer canción, la rítmica e interesante "15 Step" que ciertamente nos remite a los mejores momentos de la banda, así que el inicio cumple. El segundo track es la inquietante "Bodysnatchers", un enérgico tema que serviría de inspiración a miles de bandas que imitarían el sonido de esta canción por los siguientes 5 años, que también resulta ser una buena canción. Pero no estamos listos para lo que nos espera a partir del tercer track, llegamos inocentes y desprevenidos a abordar la siguiente canción, sin saber que por los próximos 6 temas la banda se va a encargar de desarmarnos, desproveernos de toda defensa, y exponernos a la más bella dosis de crudeza musical, que al mismo tiempo que nos va a asombrar, nos va a despedazar inmisericordemente. "Nude" es la primer embestida, una que lentamente nos advierte lo que sigue, hermosa, doliente, única. "Weird Fishes" es un frenesí que no se aleja de la tónica presentada en la canción previa, solo que mucho más revolucionada, y por ende, mucho más directa. Para este punto ya estamos totalmente indefensos, así que "All I Need", de menos a más, nos entierra la estocada definitiva, una que no podremos resistir porque es tan dulce, tan atractiva, tan sutil, que soportamos el dolor a pesar de todo. "Faust Arp", con todo y su brevedad, será la siguiente tortura (una tortura bellísima, no olvidemos), sobre todo gracias a su peculiar sección de cuerdas, colocadas justo encima de la voz de Thom Yorke y la dulce guitarra de Johnny Greenwood. Ya no tendremos nada que hacer ante la desolación de "Reckoner", edulcorada e inquietante, sabremos apreciar su cruel sinceridad, a pesar de sonar tan hermosa. Si esto no fuera poco, recibimos la inmensa dosis de melancolía que nos regala "House Of Cards" y no habrá manera de evitar sentir con las notas y los acordes de esta triste y bella canción. El descanso llega con "Jigsaw Falling Into Place" (mi canción menos favorita del disco, por cierto), y encaramos el final en "Videotape", que justamente nos habla del final de todo, de un modo tan brutal y tan bello como ha sido todo el álbum. In Rainbows es un viaje que requiere valentía, un viaje que sin duda va a doler, pero que también disfrutaremos en cada nota y en cada herida abierta. 


3. Amnesiac (2001)


Surgido casi por accidente, como una colección de remanentes de su obra anterior, Amnesiac tiene tanta fuerza, tanta identidad y tanta belleza que se sostiene por sí mismo como uno de los mejores álbumes de rock de la historia (no es exageración). Es cierto que las canciones que aparecen aquí, fueron pensadas para otro álbum, pero se les dio un arreglo tan particular, que en ningún momento suena como los restos de otra obra, aunque sea su obra "hermana" (siempre me pareció inquietante el pensar qué hubiera pasado si Kid A/Amnesiac hubieran sido publicados como un álbum doble). Aquí tenemos canciones que, a pesar de ser del mismo estilo (rock electrónico), tienen un barniz de sensibilidad diferente, mucho más cálido y emotivo que lo presentado en el álbum previo. El álbum abre con  "Packt Like Sardiness in a Crushd Tin Box", una canción enteramente electrónica que nos hace ver por dónde va el sonido del álbum (aunque no sea del todo cierto). De ahí podemos distinguir a las canciones por su nivel de experimentación, como "Pulk/ Pull Revolving Doors" y su beat hipnótico que sostiene una serie de sonidos tan ininteligibles como fascinantes, o "Dollars And Cents", un exquisito homenaje al krautrock pero con un arreglo de cuerdas sombrío e igualmente bello. Mientras que por otro lado, tenemos a las canciones bellas (que son la mayoría), como "Morning Bell Amnesiac", "Knives Out" (con un video surrealista dirigido ni más ni menos que por Michel Gondry), "I Might Be Wrong" con su ritmo bailable, "Life In A Glass House" con su hiriente sonido bluesero de mala muerte, o "Pyramid Song" y su fantástica y fantasiosa letra. Pero si de emotividad hablamos, hay 2 canciones que inevitablemente llegan directo al alma, y que son capaces de llevarnos (al menos a mí sí) a las lágrimas cuando conectamos con ellas. Me refiero a la breve "You And Whose Army", con una estructura tan simple y un levantón hacia el final de la canción (cuando entra el piano) que sí o sí te rompe el alma, y "Like Spinning Plates", tan experimental como sublime, construida sobre un efecto backwards, tan fría y tan punzante, tan bella y tan agónica, no he escuchado una canción como esta en ningún otro punto de la historia musical. 


2. Kid A (2000)


Este es el álbum que revolucionó a Radiohead y que cambió la industria de la música en más de un sentido. Fue todo un suceso, Radiohead había dejado las guitarras, había abandonado el cálido y cómodo asiento del rock de guitarras, y se había aventurado en el mundo de la música electrónica experimental. La banda perdió a muchos seguidores, y se ganó a unos cuantos nuevos. En términos económicos, fue la mayor pérdida que cualquier banda podría imaginar, un movimiento tan arriesgado que les costó muchísimo más de lo que cualquier banda está dispuesta a arriesgar. Pero artísticamente hablando, fue un movimiento genial, fue una expresión sublime de la búsqueda del arte, de la innovación al costo que sea. Fue por este cambio tan abrupto que Radiohead es una de las bandas más grandes de la historia del rock, uno de los gigantes del nuevo siglo, si no es que el más grande de todos, la última banda legendaria. Con 22 años de distancia, puedo decir que aún me asombra el sonido de esta obra maestra. Nada es orgánico ( en el estricto sentido de la palabra), todo es sintético y frío. Un sonido tan acorde con el cambio de siglo, con el cambio de milenio. En 10 canciones Radiohead revolucionó su mundo, y el mundo de todo aquel amante del rock. Y es que a pesar de no ser estrictamente rock, por el tipo de instrumentos que utilizaron para grabar las canciones, el ambiente y la estructura de las canciones aún pertenece al rock, tanto como el metal o el folk. Sin embargo esto era nuevo. Nadie jamás había presentado música así. Evidentemente las influencias musicales son muy claras: Can, Neu, Kraftwerk, Faust, Tangerine Dream, entre muchas otras bandas alemanas de los 70s. Pero Radiohead hizo lo que nadie ha vuelto a hacer, y quizás nadie vuelva a hacer, al menos dentro del mundo del rock: crear un sonido nuevo, un sonido original, un sonido que nadie jamás había escuchado antes. Muchos dicen que este es el mejor álbum de Radiohead, y en pos de la objetividad, diré que tienen razón. Es el mejor disco de Radiohead, desde cualquier ángulo que se le vea.


1. OK Computer (1997)


Es cierto que Kid A es el álbum que marcó el cambio definitivo en Radiohead, pero es en esta obra en donde se empieza a gestar ese cambio. Ok Computer es, "técnicamente", un disco de guitarras, una continuación a The Bends. Pero en el fondo, percibimos un añadido. En esta obra desaparecen los power chords y aparecen las emociones profundas. La melancolía y la alienación formaron parte inherente a la composición de las canciones. En todos los temas sentimos esa profunda tristeza, más allá de si estamos escuchando la peculiaridad rítmica de la genial "Airbag", la hermosura "McCartniana" de "Karma Police", el estruendo cuasi-punkero de "Electioneering" o la suavidad engañosa de "No Surprises", en todos los temas está presente como un elemento ineludible la melancolía, el dolor, el abrumador fantasma de la desolación y la desesperanza. Evidentemente las canciones son mucho más orgánicas que en Kid A, y eso las hace sentir mucho más sinceras con este fantasma que las acompaña en todo momento. En ese sentido, esto es lo más parecido a un álbum conceptual de Radiohead en todo su historial. Y no porque las letras o la temática esté interconectada a lo largo de los 12 tracks. Sino porque todas las canciones están hermanadas en el espíritu de la tristeza profunda. Y es elemento, tan sutil y tan poderoso a la vez, es lo que multiplica la inconmesurable belleza de la obra. Quizás no es tan innovador como otras obras, quizás no es tan espectacular, tan arriesgado o tan contundente en su mensaje. Pero sí es la semilla que deriva en todo ello. Incluso las canciones menos laureadas, como "Subterranean Homesick Alien", "Climbing Up The Walls", "Lucky" o "The Tourist" son de una enorme belleza potenciada por el elemento ineludible ya mencionado. Ni qué decir de las canciones más reconocidas, como "Exit Music (For a Film)", "Let Down" o "No Surprises". Y luego están las obras maestras, "Paranoid Android" y "Karma Police", dos de las canciones más icónicas y geniales del rock británico. Este álbum es mi favorito de Radiohead, tanto por aspectos subjetivos (fue el primer disco que escuché completo de Radiohead) como por aspectos objetivos. 

viernes, 20 de mayo de 2022

Mis 15 canciones favoritas de Café Tacuba

 


15. "Ojalá que Llueva Café" del Álbum Avalancha de Éxitos (1996)


El huapango mexicano en su esplendor con esta composición original de Juan Luis Guerra. Difícil que no se erice la piel con el poder del verdadero sonido mexicano, ese que no se conoce tanto en el extranjero, y que sí nos representa más como pueblo. 


14. "Volcán" del álbum El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


El sonido misterioso y oscuro con el que inicia esta canción sólo se ve engrandecido cuando la canción va, en sí misma, creciendo y aumentando su nivel emocional. Una vez que estalla, cual volcán, nos deja sólo con los destrozos y el caos de la falsa calma. 


13. "Las Flores" del álbum Re (1994)


Una de las canciones más icónicas de la banda, logra ser romántica sin ser cursi, expresando lo que todos sentimos al estar enamorados de una persona que súbitamente llega a iluminar nuestro mundo. La festividad del ska huapango que conforma la música es el perfecto acompañamiento para este sentimiento tan primal y tan esencial. 


12. "Mediodía" del álbum Cuatro Caminos (2003)


Una de las canciones más genuinamente hermosas de la banda, en donde nos entregan un falso optimismo que no cae en los lugares comunes. La belleza radica en una hermosa melancolía, que percibimos en la música desde las notas iniciales, pero en la letra se nos revela hasta la última línea. 

11. "Volver a Comenzar" del álbum Sino (2007)


Una enorme canción desde cualquier punto de vista. Los 7 minutos de canción se dividen en 3 secciones no cíclicas, la primera casi bailable y con una de las letras más profundas del historial de la banda. La segunda es un puente más tranquilo que conecta con la tercer sección, una suerte de reprise más emotivo de la primer parte. En conjunto, una de las mejores canciones de Café Tacuba, y una de mis preferidas.


10. "Metamorfosis" del álbum Avalancha de Éxitos (1996)


Una ninguneada y olvidada canción de su espectacular álbum de covers. La contrastante letra se ve acompañada de una contrastante música, que acompaña las dos facetas de la protagonista de la canción. De acompañamiento, un increíble arreglo de cuerdas como nunca antes se había escuchado en el rock nacional. 


9. "El Espacio" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Con esta canción entramos ya en terrenos más elevados artísticamente. Esta canción es un deleite de melancolía y belleza combinados con una letra tan vasta como específica. Seas quien seas, esta canción va a tocar tu corazón en más de una manera. 


8. "De Este Lado del Camino" del álbum El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


Qué buena canción es esta. La catársis tan poderosa que inspira esta canción, con su música súper inmersiva y su letra tan expresiva, parece compuesta para uno, sin importar lo que se esté viviendo. Y ese minuto final, es una joya absoluta. 


7. "El Ciclón" del álbum Re (1994)


Inesperadamente, un funk sobre el ciclo de la vida, la naturaleza y lo irrompible que puede resultar ser, más allá de todos los ínfimos esfuerzos que podamos hacer para cambiarlo. Bailable, inteligente y profunda por igual. Una combinación pocas veces vista en cualquier canción de rock. 


6. "El Aparato" del álbum Re (1994)


El sonido de la Jarana en 6/8 (aunque el ritmo de esta canción daría para un análisis teórico musical profundo) nos da inicio a esta canción (y al álbum que pertenece) con una canción espectacular, brillante desde todos sus ángulos. Emotivamente mexicana, y con una peculiar letra que habla sobre la abducción extraterrestre de Pablo, y su esperanza de que sus secuestradores regresen por él. El final de la canción es simplemente espectacular. 


5. "La Locomotora" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Una de las canciones más contundentes de la banda, al menos desde su música. Ese intro con la caja de ritmos marcando un 4/4 sólido, y sobre de él, el contrabajo tocando sus notas más graves con un semitono de distancia entre ellos. Tan oscuro y minimalista que resulta engañoso. Una vez que tenemos más instrumentos, y que entra la voz con una melodía irresistible, tenemos un rock frenético que no para de machacarnos el cerebro con su increíble ingenio. 


4. "Encantamiento Inútil" del álbum Cuatro Caminos (2003)


Los dos acordes de piano con los que inicia esta canción hacen de este uno de los puntos de partida más bellos para cualquier canción. Ya después viene la letra, la música, el dolor, la angustia, la melancolía, y nosotros nos entregamos ante una de las canciones más perfectas jamás hechas en nuestro país. Los coros de Emmanuel del Real son el sonido más hermosamente desgarrador del rock nacional de nuevo milenio. 


3. "El Ave" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Jamás me voy a cansar de alabar lo increíble de la estructura cíclica, circular que tiene esta canción engañosamente optimista. Empezamos desde lo más alto, lo más brillante, hasta sumergirnos en el lodo, en lo más bajo de la humanidad, para después, poco a poco, regresar a la altura, esta vez desde otra perspectiva, para terminar justo donde iniciamos. Es una joya absoluta de una profundidad inagotable, en la que con cada escucha encontraremos algún detalle nuevo y asombroso. 


2. "Trópico de Cáncer" del álbum Re (1994)


Un exquisito Bossa Nova sobre la eterna lucha entre el progreso y la preservación de las raíces culturales, naturales y autóctonas de un pueblo tan rico en tradiciones y tan distante en condiciones de vida como lo es el pueblo mexicano. La lucha del ingeniero Salvador es tan fascinante en su letra, como deliciosa en su música. La refinación y elegancia que los tacubos presentan en esta canción es de un nivel artístico altísimo. 


1. "El Río/El Polen" del álbum Revés/ Yo Soy (1999)


Este par de canciones, que están tan hermanadas en concepto como en esencia musical, son el punto más alto de la carrera de la banda (desde mi punto de vista), una dualidad perfecta de introspección, soledad, descanso y una profunda belleza. La delicadeza, la sensibilidad musical, la precisión y exactitud para expresar emociones tan bellas como tristes, son cualidades que ninguna otra banda nacional ha podido alcanzar, ni siquiera los mismos tacubos. 

lunes, 16 de mayo de 2022

La discografía de Café Tacuba, resumida y en orden



De todas las bandas "mainstream" del rock nacional, la más peculiar sin lugar a dudas es Café Tacuba. Por su sonido único, sus experimentos musicales tan poco valorados en nuestro país, y también por la inconsistencia entre su talento, su oratoria y su actitud. Pero quedándonos estrictamente en lo musical, los Tacubos son una de las expresiones musicales más ricas y extensas de nuestro intento de expresión artística rockera. Es por ello que en este texto voy a ordenar sus álbumes de estudio en forma ascendente (considerando la calidad, desde mi punto de vista personal), con una breve justificación por su respectiva asignación.


8. Café Tacuba (1992)


Su primer obra es una expresión musical muy extraña. Ciertamente, y como en muchos casos sucede, la banda expresa mucha inmadurez en su música. Se percibe a veces como que no tienen aún definido el concepto general de la banda. De modo que algunas canciones tienen un corte chusco (tipo Botellita de Jerez), y otras tienen una mayor seriedad. Algunas se fundamentan en obras literarias, y otras parecen escritas con menos de dos dedos de frente. Aún así, el álbum contiene algunos de los temas más icónicos de principios de los 90. Canciones como "Rarotonga" o "Las Persianas", sin llegar a ser grandes canciones, se mantienen en el colectivo de quienes conocieron el rock a principios de los 90. Y a mi modo de ver, las dos mejores canciones del álbum son las contrastantes "María", un bolero con una letra brillante y una ambientación clásica mexicana; y "La Chica Banda", con un alejamiento intencionado de la poesía y la lírica tradicional que, a diferencia de lo sucedido en otras canciones, funciona a la perfección. Las demás canciones van de lo mediano a lo olvidable. 


7. Jei Beibi (2017)


Su último álbum (hasta la fecha) también es uno de los menos brillantes de la banda. En él se percibe un agotamiento de ideas, un conformismo quizás natural, después de lo conseguido en tantos años de trayectoria. Algunas canciones no son para nada buenas, otras son simpáticas, y unas pocas son realmente buenas canciones. De las primeras, debo decírlo, "Futuro" es quizás una de las canciones más odiosas que haya escuchado de la banda. Y en ese mismo tenor está "Me Gusta tu Manera". Contrastantemente, entre las canciones realmente brillantes podríamos incluir a la emotiva "Diente de León", la dulce y delicadamente bella "El Mundo en que Nací" o la interesantísima "Disolviéndonos". De ahí, las demás canciones son medianamente buenas, pero para nada algo del otro mundo, ni siquiera en el historial de la banda. El sonido del álbum se asemeja más a lo escuchado en Sino, 10 años atrás, y esa semejanza aplica tanto en los aspectos positivos como en los negativos. 


6. Sino (2007)


El inicio de álbum es sensacional. Una canción que empieza desde abajo, suave y tranquila, que va ganando en emotividad y caos hasta llegar al catártico y apoteósico final en donde la fusión con el segundo tema es inevitable. Un inicio esperanzador para una obra musical, que lamentablemente no se honraría en los demás temas. Desde el mismo segundo track, la juguetona pero intrascendente "Tengo Todo", nos damos cuenta que no habrá tanto del genio presentado por la banda en trabajos anteriores. Este álbum quiso representar una cierta evolución de lo presentado en Cuatro Caminos, pero no se logra del todo, ya que la línea musical se desvía constantemente. Es cierto que hay un cierto aire 'indie' que rodea a la mayoría de los temas, pero no en todos los casos funciona, y muchas veces las canciones suenan forzadas en un estilo que ciertamente estaba de moda en aquellos años, pero que no encajaba con la banda. Claro ejemplo de esto son los dos temas más pobres del álbum, "Cierto o Falso", y "De Acuerdo", muy al estilo de los Strokes, y muy lejos de los Tacubos de los que nos enamoramos en los 90. Igualmente tenemos algunas canciones que pecan de exceso de "comodidad sonora", algo que probaron en su tema Eres del disco pasado, y que comercialmente les funcionó, pero musicalmente no tanto. Aquí vemos eso en temas como "Esta Vez" y "Quiero Ver", por lo cual no son tanto de mi agrado. Pero hablemos de las buenas canciones que tiene el álbum, que no son pocas. Ya se mencionó la abridora "Seguir Siendo", y en ese mismo nivel emotivo está la enérgica "53100", además de la divertida y buenvibrosa "Vámonos", la directa y rítmica "El Outsider" o la ultra accesible "Agua". Y un peldaño más arriba están la abrochadora "Gracias", con su ejercicio vocal maravilloso en la primera mitad de la canción, y la energía vibrante e instrumental de la segunda mitad de la misma; la deliciosamente escuchable "Y es que" y sobre todo la genial "Volver a Comenzar", sospechosamente similar en estructura a Paranoid Android de Radiohead, pero con unas texturas y ambientación completamente diferentes. Así tenemos a uno de los buenos álbumes de la banda que, con todo esto, aún está lejos de sus mejores trabajos. 


5. Avalancha de Éxitos (1996)


Uno de los clásicos de la banda, que no está más arriba en la lista por dos razones concretas (bueno, tres): Primero, no son obras originales, sino covers. Segundo, son sólo 8 canciones. Tercero, el tema final. Sin embargo, este último punto es altamente debatible, porque es algo que afecta a mi percepción del álbum, y no es una crítica apegada a nada concreto, más que mi gusto particular. Lo que sí se acerca a la objetividad es decir que los 8 temas que conforman esta breve obra musical son brillantes de principio a fin. No hay un solo tema flojo, aburrido, mal hecho, ni fuera de lugar. Quizás la menos atractiva para ciertas personas sea la instrumental "Perfidia", que a mi parecer es una delicia. Aunque en Spotify, la canción menos escuchada es "No Me Comprendes", aunque creo que es una de las canciones más exquisitas en el repertorio de la banda, una canción suave (no suave tipo "soft", sino suave tipo "smooth"), sabrosona en ritmo, y rica en instrumentos, sonidos y armonías. Un deleite. Todos están familiarizados con el slang chilango en "Chilanga Banda" (valga la redundancia),  las deliciosas melodías de "Cómo Te Extraño" o la majestuosidad del haupango mexicano en "Ojalá Que Llueva Café". Un poco menos conocida es la energía latinrockera en "No Controles", o la excentricidad semi-industrial de "Alármala de Tos". Sin embargo, la única canción que no he mencionado es mi favorita del álbum. La dualidad de la increíble "Metamorfosis", que como su título anticipa, es un tema que tiene dos caras, tanto en su letra como en su música. Una faceta de bondad y otra de maldad, ambas acompañadas de un exquisito arreglo de cuerdas que no resalta en todo momento, pero sí lo hace en momentos puntuales de la canción, y lo hace de manera brillante. Con este álbum nos enfrentamos por primera vez (en esta lista) ante la historia pura del rock nacional. 


4. El Objeto Antes Llamado Disco (2012)


A mi parecer, este álbum es el último genuinamente tacubo. Un álbum oscuro, con momentos sombríos y también momentos brillantes. No todas las canciones del álbum son obras maestras, pero sí creo que no hay canciones malas en este disco. Aunque sí tiene cambios abruptos en las emociones transmitidas a lo largo de la obra, por lo que fácilmente podríamos dividirla en 3 partes. La primera parte contiene 2 temas interesantes y un tema gigantesco. Las abridoras son "Pájaros", un collage de sintetizadores, guitarras y voces que crean una atmósfera atractiva para iniciar un álbum como debe de ser, y "Andamios", otro tema deliciosamente atmosférico, tipo dream pop, aunque con más guitarras y menos sintetizadores (a excepción del regreso de la caja de ritmos, que ya se le extrañaba). "De Este Lado del Camino" es una canción majestuosa desde su mero inicio. Una letra poderosa, un crescendo musical y emotivo desgarrador, y una construcción ambiental de sonidos sintetizados que sólo incrementan el etéreo paisaje musical que cubre a la canción hasta llegar al maravilloso cierre de la canción, en donde caemos en cuenta del tamaño de canción que acabamos de escuchar. Con "Espuma" se abre el segundo tercio del álbum, quizás el de menor sustancia musical, en donde las cosas se aligeran un poco con temas un tanto más mundanos. "Olita de Altamar" es un homenaje a la música andina con muchos sintetizadores de por medio, y "Aprovéchate" es otro homenaje, esta vez al rock chileno de finales de los 80. No son malas canciones, pero tampoco están a la altura de las 3 iniciales. Caso contrario de "Zopilotes", otra gran canción que abre la última parte del álbum, una sección un tanto más oscura, con sonidos más siniestros y atmósferas más densas. En "Yo Busco" tenemos una canción musicalmente un poco más accesible, pero en la letra tenemos un mensaje mucho más denso. Si esta canción hubiese estado en su álbum siguiente, hubiese encajado mejor (y hubiese sido la mejor del plato). "Tan Mal" es otra canción muy pesada por momentos. Pesada en su ambientación, en las emociones que transmite, en el arreglo de ciertos instrumentos. Es como un tema de Post Punk adaptado al estilo de los tacubos. Finalmente, se cierra el álbum con otra canción de las grandes. "Volcán" repite un poco la fórmula de "De Este Lado del Camino", en empezar suave e ir creciendo gradualmente hasta estallar en el clímax final. Aunque este tema tiene una carga nostálgica mucho más notoria, y en ese sentido, es más turbia que la otra mencionada. Quizás sea el último gran álbum de Café Tacuba, y como tal, no desmerece ante los puntos más altos de su obra. 


3. Cuatro Caminos (2003)


El gran cambio de dirección artística que tuvo la banda, lo dio con este álbum, uno de los más brillantes no sólo de la banda, no sólo del rock nacional, sino de todo el rock hispanohablante. La banda empezó a hacer rock de una manera mucho más tradicional. Es decir, cambiaron la caja de ritmos por una batería convencional. Metieron más guitarras. Las canciones tenían estructuras más convencionales. Las instrumentaciones no eran tan variadas. La principal influencia de la banda venía del rock británico de aquellos años. El Café Tacuba que todos conocemos hoy en día, nació en este álbum. Y antes no era así, era otro ente mucho más folclórico y arriesgado. Pero hablemos de las canciones. Son 14 en total, todas ellas de muy alta calidad. Si tuviera que hacer tiers, serían 3. Primero, el tier de las canciones buenas, en donde entrarían "Cero y Uno", "Camino y Vereda", "Eres", "Recuerdo Prestado" y "Tomar el Fresco". Todas ellas grandes canciones, sólidas, con momentos brillantes y una consistencia ejemplar. Luego estaría el tier de las canciones brillantes, en donde estarían joyas como "Eo (El Sonidero)" y su sabrosura, "¿Qué Pasará?" con su poder guitarrero y sus arreglos ingeniosos, "Soy o Estoy" y su letra produnda, "Puntos Cardinales" y su exquisito ambiente pop, "Desperté" y su romanticismo inagotable, y "Hoy Es" con su aire esperanzador. Finalmente, el tier más alto es el de las canciones geniales, en donde 3 canciones alcanzan este rango. "Mediodía" es la emotividad hecha canción, un grito que comienza como un suspiro mientras se va llenando de aire, de alma y de alegría, hasta que no puede más y estalla en sí misma. "Encantamiento Inútil" está sin problemas entre las 5 mejores canciones de Café Tacuba en toda su historia, un oscuro tema cargado de una melancolía que no trata de hacernos sentir bien, sino de simplemente hacernos sentir. Y finalmente, "Hola Adiós" es otro tema oscuro y maravilloso, esta vez con un elemento minimalista en su estructura, y un romanticismo exquisito en su música. La créme del rock mexicano pocas veces alcanzó la altura de este álbum, el más brillantemente convencional de Café Tacuba. 


2. Re (1994)


Le decían "del álbum blanco del rock hispanohablante". No sé si alcance ese estatus, pero lo que sí alcanza es el estatus de uno de los 5 mejores discos de rock latinoamericano de todos los tiempos. Y lo hace por tratarse de una obra única, una amalgama de sonidos, estilos, influencias, que dicen lo mismo del pasado que del presente (el presente de 1994) y que en sí mismas representan una visión al futuro. Es uno de esos álbumes en los que no sabes qué esperar a continuación. Una característica que se pudiera tomar como una debilidad, claro. El álbum no tiene consistencia, no tiene un concepto musical definido, es ambiguo en el sentido de la esencia musical. Pero por el contrario, esa es su mayor virtud, una virtud que sólo en un álbum así se  le puede llamar virtud. La experiencia de escuchar las 20 canciones que conforman la obra es una experiencia única, inigualable, irrepetible, emocionante y que pocos álbumes de la escena del rock mundial podrán conseguir. Además, es un álbum esencialmente mexicano. El crisol de sonidos del que se alimenta la inagotable creatividad de las canciones proviene del ambiente musical popular de nuestro país. Por lo que la virtud se duplica. Para el extranjero, es una visión a México, no en su tradición ni en su historia, pero sí en su cultura y en su esencia. De alguna manera, estas canciones nos representan, ya sea en su letra, en su música, en su contexto o en su espíritu. Canciones como el jarocho de "El Aparato", el ranchero de "La Ingrata", el bolero de "Esa Noche", el apego a las raíces en "Ixtepec", la banda sinaloense de "El Fin de la Infancia", el exquisito sonido de los tríos en "Madrugal", el sabor costeño de "La Negrita", la conexión con las colonias populares de "El Tlatoani del Barrio" o el ska con inicio huapango de "Las Flores". Todas ellas monumentos en sí mismos de lo que somos como mexicanos en más de un sentido. Incluso las canciones con sonidos no autóctonos, como el funk de "El Ciclón", el metal de "El Borrego", la delicia del bossa nova en "Trópico de Cáncer", el pop de "El Metro", el grunge en "La Pinta", el mambo en "El Puñal y El Corazón" o el disco setentero en "El Baile y El Salón" resultan ser obras majestuosas que representan nuestras raíces de maneras mucho más ambiguas. Así que, 59 minutos y 20 canciones después, habremos conocido un pedacito de México a través de un álbum que le honra de la forma más artística posible. 


1. Revés / Yo Soy (1999)


El disco experimental. El disco desconocido. El que no está en plataformas. El que les hizo perder su contrato con EMI. El disco de culto. El mejor disco de rock mexicano de la historia. La banda tenía en mente un proyecto que los directivos no les dejaron desarrollar. Y aún así entregaron un trabajo increíble, que la gente de más poder en la industria se encargó de enterrar y hacer olvidar. El álbum es un fantasma. No existe en ningún formato. Es como si jamás hubiese existido. Sin embargo, lo más importante es lo que siempre prevalece, y en este caso, por más campañas de desprestigio gracias a su bajísimo nivel de ventas, la música prevaleció. Y ciertamente, no es música para cualquiera, sobre todo si consideramos que se trata de un álbum doble, del cual el primer disco es instrumental, experimental y carente de accesibilidad musical. Incluso las canciones tienen títulos raros, números, iniciales, o incluso sin título. Son 13 canciones en este primer disco, que se escuchan con gran asombro para quienes realmente escuchan música. Para quienes no, después de una canción ya se habrán aburrido. Quizás el tema más conocido de esta mitad sea "13", porque es la que más cercana está a lo que se podría denominar como medianamente accesible. Pero hay joyas como "9" en su ambiente autóctono-industrial, "11" con su beat de 5/8 que juega con nuestra orientación musical, "5" con sus geniales y abruptos cambios, "10" y su asombroso collage de sonidos, "5.1" como una exquisita reinterpretación a vientos y cuerdas de "5", o "M.C." en colaboración con el Kronos Quartet (que no es poca cosa). Sin embargo, el brillo máximo lo hallamos en el disco 2, el que tiene canciones más convencionales, y que todas en conjunto conforman una obra redonda, maravillosamente intimista y profundamente doliente. Aquí la experimentación con ritmos ya no está presente, y más bien se trata de hacer un viaje de introspección para encontrarnos dentro de los densos y melancólicos sonidos que la banda desarrolla en los 15 temas que le conforman. Es por ello que podemos encontrarnos con temas tan macabros como "Dos Niños", "El Padre"o "La Locomotora", una auténtica obra maestra del rock esta última. Pero también podemos encontrarnos con canciones de profunda belleza, como esa maravillosa dualidad que conforman "El Río" y "El Polen", en uno de los momentos más sublimes de todo el rock de los 90, además de delicias como "El Espacio", "Árboles Frutales" o "Lento". Mención aparte se merece el enorme portento de canción que es "El Ave", en tema único con una estructura tan peculiar como genial, y un trasfondo oculto en una fachada alegre y optimista. Una obra maestra de canción (de la que ya hice una breve reseña aquí). En resumidas cuentas, este álbum es el punto más alto de sofisticación, emotividad y creatividad que haya tenido cualquier banda de rock nacional en sus 64 años de existencia.