miércoles, 22 de junio de 2022

La Radiografía (o sea, la discografía de Radiohead)

 


Presentada en orden ascendente, usando como único criterio mi percepción de cada obra.

9. Pablo Honey (1993)


El primer álbum de Radiohead es el que menos suena a Radiohead, e irónicamente, es el que contiene el sonido de Radiohead con el que la mayoría de la gente lo asocia. Todo, claro, debido al éxito descomunal de "Creep", segundo track del álbum. Y efectivamente, el sonido general de la obra se asemeja mucho a este icónico tema: el grunge desolador, depresivo, guitarrero y altamente digerible para una generación juvenil desubicada (como lo son todas). Actualmente, los fans "cerebrales" de la banda odian este álbum. La banda misma odia este álbum. Pero si nos ponemos en el contexto adecuado (considerando a una banda de chicos que quieren encajar, con un primer álbum alineado al mainstream, sin experiencia, criterio ni expectativas, dada su naturaleza de novatos), y sobre todo, si olvidamos por un momento lo que la banda haría en años posteriores, podemos llegar a valorar algunas de las canciones. Por ejemplo, la abridora "You" es un buen tema, una canción bastante destacable si la comparamos con el grueso de bandas de rock de la época. Mismo caso para temas como "Stop Whispering", "Anyone Can Play Guitar", "Prove Yourself" o "Thinking About You". Por su parte, la ya mencionada "Creep", con todo y que está demasiado explotada y a muchos fans "únicos e irrepetibles" esto les escuece, con todo y que se le acusó de plagio (de manera excesivamente rigurosa, si me preguntan), y con todo y el desagrado que genera el que les guste a las personas que también escuchan "de todo", no deja de ser una canción icónica, universal e inmortal. 


8. The King of Limbs (2011)


Aquí nos situamos en el extremo diametralmente opuesto. La banda ya está consolidada, ya desarrolló un sonido excepcional, ya se volvió uno de los hitos del rock neomilenario, y finalmente la curva desciende e inevitablemente tienen que flaquear después de tantos años de obras geniales. Desciende al nivel de Radiohead, claro. Lo que significa que este álbum no es un bodrio, ni mucho menos. Simple y sencillamente, suena demasiado a Radiohead, y quizás este es el mayor pecado de la banda en la última década. Aunque siendo estrictos, este álbum suena, la primer mitad a Thom Yorke y la segunda mitad a Radiohead. Hay que tomar en cuenta que algunos años atrás, Thom Yorke (líder de la banda) publicó su primer disco solista, y su sonido se asemeja demasiado a los 4 primeros cortes de esta obra, tanto que pareciera que fueron temas desechados de aquella obra para ser incluidos en esta. Las otras 4 canciones (porque sí, el álbum se compone de sólo 8 temas) suenan al Radiohead que escuchamos 4 años atrás, en su álbum previo. Esta repetición de sonidos, nada sutil, le hace ser uno de los álbumes menos brillantes de la banda. Aunque es innegable la calidad musical en temas como "Morning Mr. Magpie", "Little By Little", "Codex" o "Give Up The Ghost".


7. A Moon Shaped Pool (2016)


Este es el último álbum de Radiohead que se ha publicado, al menos el último con material original. Y es otro álbum con muy buenas canciones, pero con muy poca trascendencia. Tanto que podríamos decir que es tan sólo un ligero paso hacia adelante con respecto a lo presentado en The King Of Limbs. Y este ligero paso adelante se debe a que la música, en su estructura, es mucho más orgánica. Se utiliza una mayor cantidad de instrumentos "acústicos" en vez de sus versiones ya sea eléctricas o sintetizadas (sin que lleguen a desaparecer del todo). Y ello hace que la música fluya de manera más natural, y a pesar de que la complejidad de algunas canciones está al nivel de lo presentado en obras previas, resulta más fácil procesarlas e interiorizarlas gracias al sonido natural de los instrumentos. Pero más allá de eso, la música sigue sonando, para bien y para mal, a Radiohead y solo a Radiohead. Esto significa que, mientras todas las cualidades musicales que han hecho destacar a la banda están presentes, también se refugian en pocos elementos, arreglos y/o recursos distintos a los ya utilizados anteriormente. Por lo cual no se ofrece nada nuevo, nada innovador, nada destellante, y lamentablemente Radiohead nos tuvo acostumbrados, por muchísimos años, que cada álbum nuevo sería una nueva sorpresa, un nuevo sonido, y un destrozadero de cerebros alrededor del mundo. Supongo que todos debemos acostumbrarnos al hecho de que esos días ya jamás regresarán. 


6. Hail To The Thief (2003)


Es importante puntualizar que, aunque en esta lista, la diferencia es de solo un puesto entre A Moon Shaped Pool y este disco, musicalmente la diferencia es mucho mayor. Este álbum es una obra mucho mayor, desde el número de canciones, hasta la calidad intrínseca de éstas. Podemos decir que en este disco se reunieron los sonidos de sus 4 álbumes previos, y se sazonaron con una pizca de paranoia política. De modo que podemos encontrar fantásticos temas guitarreros, como la espectacular "2+2=5" o la psicodélica y brillante "There, There", así como temas extremadamente electrónicos como "The Gloaming" o la desconcertante "Backdrifts", e incluso temas deliciosamente acústicos como la hermosa "Sail To The Moon" o la esquizofrénica "Go To Sleep". El resto de las canciones se encuentro dentro de los tres vértices que conforman los 3 estilos mencionados, ya sea más cerca o más lejos de ellos, pero sin salirse de las aristas musicales. Con este álbum sucedieron, principalmente, dos cosas que afectarían positivamente al sonido de la banda, al menos en su álbum siguiente. Primero, la reconciliación de la banda con la versión noventera de sí misma, cosa que les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Segundo, terminaban contrato con su casa discográfica, lo cual significaba que su siguiente álbum lo tendrían que publicar de manera independiente, cosa que, coincidentemente, también les permitiría hacer literalmente lo que quisieran en términos de creatividad musical. Si en la discografía de Radiohead tuviéramos que ubicar a un álbum "bisagra", uno que unificara a la banda en sus sonidos y momentos más significativos, definitivamente ese sería Hail To The Thief. 


5. The Bends (1995)


En 1995 estaba ocurriendo un suceso mediático sin precedentes en Inglaterra. La famosa "batalla del Britpop" entre Oasis y Blur. Un suceso que era tan sólo la cima de todo un movimiento musical de resurgimiento del rock británico. Por supuesto que Radiohead no era ajeno a este movimiento, y sin llegar a formar parte del mainstream al que pertenecían otras bandas, sí publicaron un álbum que musicalmente se plantó como uno de los mejores del género. The Bends es Radiohead siendo lo más típicamente británico que pudo llegar a ser la banda. Es un álbum guitarrero, con canciones simples y melódicas, y sin embargo, no desmerece de ninguna manera con los otros "grandes" de la discografía de la banda. Y ello se debe a que, en esencia, son excelentes compositores de canciones. Es cierto que posterior a este álbum, su rumbo musical se dirigiría hacia la experimentación y el distanciamiento (¿alienación?) musical con respecto al ya mencionado mainstream. Pero con esta obra demuestran que, en términos convencionales, pueden hacer canciones increíbles y memorables. Quizás las menos destacada sean "Bones" y "Bullet Proof... I Wish I Was", pero para nada son malas canciones. Es simplemente que las demás canciones son realmente buenas. Canciones como "Planet Telex", "The Bends", "Just", "My Iron Lung" o "Black Star" son indudablemente canciones que son tan fáciles de digerir como difíciles de olvidar por su calidad. Un poquito más arriba quizás, estén "High & Dry", "(Nice Dream)" o "Street Spirit (Fade Out)", canciones que demuestran una mayor capacidad de expresión emotiva (curiosamente son las "baladas" del álbum) y un alcance melódico inusual. Y la cereza del pastel, una de las canciones más desoladoramente bellas y desgarradoramente tristes de la historia del rock (a ese grado), que marcaría la pauta del sonido que haría histórico a Radiohead, la hermosísima "Fake Plastic Trees", un himno a la melancolía y al dolor, tan universal y tan humano, que resulta ser escalofriante. 


4. In Rainbows (2007)


Para efectos de esta lista, sólo estoy considerando el disco principal de In Rainbows (ya que posteriormente apareció el disk 2, como un complemento a la obra, sin realmente aparecer originalmente en ella). Y tomando esto en consideración, nos encontramos solamente con 10 canciones. 10 temas breves (sólo dos de ellos exceden los 5 minutos), que no parecen prometer mucho a simple vista. Escuchamos la primer canción, la rítmica e interesante "15 Step" que ciertamente nos remite a los mejores momentos de la banda, así que el inicio cumple. El segundo track es la inquietante "Bodysnatchers", un enérgico tema que serviría de inspiración a miles de bandas que imitarían el sonido de esta canción por los siguientes 5 años, que también resulta ser una buena canción. Pero no estamos listos para lo que nos espera a partir del tercer track, llegamos inocentes y desprevenidos a abordar la siguiente canción, sin saber que por los próximos 6 temas la banda se va a encargar de desarmarnos, desproveernos de toda defensa, y exponernos a la más bella dosis de crudeza musical, que al mismo tiempo que nos va a asombrar, nos va a despedazar inmisericordemente. "Nude" es la primer embestida, una que lentamente nos advierte lo que sigue, hermosa, doliente, única. "Weird Fishes" es un frenesí que no se aleja de la tónica presentada en la canción previa, solo que mucho más revolucionada, y por ende, mucho más directa. Para este punto ya estamos totalmente indefensos, así que "All I Need", de menos a más, nos entierra la estocada definitiva, una que no podremos resistir porque es tan dulce, tan atractiva, tan sutil, que soportamos el dolor a pesar de todo. "Faust Arp", con todo y su brevedad, será la siguiente tortura (una tortura bellísima, no olvidemos), sobre todo gracias a su peculiar sección de cuerdas, colocadas justo encima de la voz de Thom Yorke y la dulce guitarra de Johnny Greenwood. Ya no tendremos nada que hacer ante la desolación de "Reckoner", edulcorada e inquietante, sabremos apreciar su cruel sinceridad, a pesar de sonar tan hermosa. Si esto no fuera poco, recibimos la inmensa dosis de melancolía que nos regala "House Of Cards" y no habrá manera de evitar sentir con las notas y los acordes de esta triste y bella canción. El descanso llega con "Jigsaw Falling Into Place" (mi canción menos favorita del disco, por cierto), y encaramos el final en "Videotape", que justamente nos habla del final de todo, de un modo tan brutal y tan bello como ha sido todo el álbum. In Rainbows es un viaje que requiere valentía, un viaje que sin duda va a doler, pero que también disfrutaremos en cada nota y en cada herida abierta. 


3. Amnesiac (2001)


Surgido casi por accidente, como una colección de remanentes de su obra anterior, Amnesiac tiene tanta fuerza, tanta identidad y tanta belleza que se sostiene por sí mismo como uno de los mejores álbumes de rock de la historia (no es exageración). Es cierto que las canciones que aparecen aquí, fueron pensadas para otro álbum, pero se les dio un arreglo tan particular, que en ningún momento suena como los restos de otra obra, aunque sea su obra "hermana" (siempre me pareció inquietante el pensar qué hubiera pasado si Kid A/Amnesiac hubieran sido publicados como un álbum doble). Aquí tenemos canciones que, a pesar de ser del mismo estilo (rock electrónico), tienen un barniz de sensibilidad diferente, mucho más cálido y emotivo que lo presentado en el álbum previo. El álbum abre con  "Packt Like Sardiness in a Crushd Tin Box", una canción enteramente electrónica que nos hace ver por dónde va el sonido del álbum (aunque no sea del todo cierto). De ahí podemos distinguir a las canciones por su nivel de experimentación, como "Pulk/ Pull Revolving Doors" y su beat hipnótico que sostiene una serie de sonidos tan ininteligibles como fascinantes, o "Dollars And Cents", un exquisito homenaje al krautrock pero con un arreglo de cuerdas sombrío e igualmente bello. Mientras que por otro lado, tenemos a las canciones bellas (que son la mayoría), como "Morning Bell Amnesiac", "Knives Out" (con un video surrealista dirigido ni más ni menos que por Michel Gondry), "I Might Be Wrong" con su ritmo bailable, "Life In A Glass House" con su hiriente sonido bluesero de mala muerte, o "Pyramid Song" y su fantástica y fantasiosa letra. Pero si de emotividad hablamos, hay 2 canciones que inevitablemente llegan directo al alma, y que son capaces de llevarnos (al menos a mí sí) a las lágrimas cuando conectamos con ellas. Me refiero a la breve "You And Whose Army", con una estructura tan simple y un levantón hacia el final de la canción (cuando entra el piano) que sí o sí te rompe el alma, y "Like Spinning Plates", tan experimental como sublime, construida sobre un efecto backwards, tan fría y tan punzante, tan bella y tan agónica, no he escuchado una canción como esta en ningún otro punto de la historia musical. 


2. Kid A (2000)


Este es el álbum que revolucionó a Radiohead y que cambió la industria de la música en más de un sentido. Fue todo un suceso, Radiohead había dejado las guitarras, había abandonado el cálido y cómodo asiento del rock de guitarras, y se había aventurado en el mundo de la música electrónica experimental. La banda perdió a muchos seguidores, y se ganó a unos cuantos nuevos. En términos económicos, fue la mayor pérdida que cualquier banda podría imaginar, un movimiento tan arriesgado que les costó muchísimo más de lo que cualquier banda está dispuesta a arriesgar. Pero artísticamente hablando, fue un movimiento genial, fue una expresión sublime de la búsqueda del arte, de la innovación al costo que sea. Fue por este cambio tan abrupto que Radiohead es una de las bandas más grandes de la historia del rock, uno de los gigantes del nuevo siglo, si no es que el más grande de todos, la última banda legendaria. Con 22 años de distancia, puedo decir que aún me asombra el sonido de esta obra maestra. Nada es orgánico ( en el estricto sentido de la palabra), todo es sintético y frío. Un sonido tan acorde con el cambio de siglo, con el cambio de milenio. En 10 canciones Radiohead revolucionó su mundo, y el mundo de todo aquel amante del rock. Y es que a pesar de no ser estrictamente rock, por el tipo de instrumentos que utilizaron para grabar las canciones, el ambiente y la estructura de las canciones aún pertenece al rock, tanto como el metal o el folk. Sin embargo esto era nuevo. Nadie jamás había presentado música así. Evidentemente las influencias musicales son muy claras: Can, Neu, Kraftwerk, Faust, Tangerine Dream, entre muchas otras bandas alemanas de los 70s. Pero Radiohead hizo lo que nadie ha vuelto a hacer, y quizás nadie vuelva a hacer, al menos dentro del mundo del rock: crear un sonido nuevo, un sonido original, un sonido que nadie jamás había escuchado antes. Muchos dicen que este es el mejor álbum de Radiohead, y en pos de la objetividad, diré que tienen razón. Es el mejor disco de Radiohead, desde cualquier ángulo que se le vea.


1. OK Computer (1997)


Es cierto que Kid A es el álbum que marcó el cambio definitivo en Radiohead, pero es en esta obra en donde se empieza a gestar ese cambio. Ok Computer es, "técnicamente", un disco de guitarras, una continuación a The Bends. Pero en el fondo, percibimos un añadido. En esta obra desaparecen los power chords y aparecen las emociones profundas. La melancolía y la alienación formaron parte inherente a la composición de las canciones. En todos los temas sentimos esa profunda tristeza, más allá de si estamos escuchando la peculiaridad rítmica de la genial "Airbag", la hermosura "McCartniana" de "Karma Police", el estruendo cuasi-punkero de "Electioneering" o la suavidad engañosa de "No Surprises", en todos los temas está presente como un elemento ineludible la melancolía, el dolor, el abrumador fantasma de la desolación y la desesperanza. Evidentemente las canciones son mucho más orgánicas que en Kid A, y eso las hace sentir mucho más sinceras con este fantasma que las acompaña en todo momento. En ese sentido, esto es lo más parecido a un álbum conceptual de Radiohead en todo su historial. Y no porque las letras o la temática esté interconectada a lo largo de los 12 tracks. Sino porque todas las canciones están hermanadas en el espíritu de la tristeza profunda. Y es elemento, tan sutil y tan poderoso a la vez, es lo que multiplica la inconmesurable belleza de la obra. Quizás no es tan innovador como otras obras, quizás no es tan espectacular, tan arriesgado o tan contundente en su mensaje. Pero sí es la semilla que deriva en todo ello. Incluso las canciones menos laureadas, como "Subterranean Homesick Alien", "Climbing Up The Walls", "Lucky" o "The Tourist" son de una enorme belleza potenciada por el elemento ineludible ya mencionado. Ni qué decir de las canciones más reconocidas, como "Exit Music (For a Film)", "Let Down" o "No Surprises". Y luego están las obras maestras, "Paranoid Android" y "Karma Police", dos de las canciones más icónicas y geniales del rock británico. Este álbum es mi favorito de Radiohead, tanto por aspectos subjetivos (fue el primer disco que escuché completo de Radiohead) como por aspectos objetivos.