martes, 29 de junio de 2021

Metallica en canciones

 


Desde sus inicios, Metallica siempre se caracterizó por ser una banda que generaba polémica, incluso entre sus mismos seguidores. Ya sea por la inclusión de baladas en sus discos, por la sustitución de un elemento fundamental de la banda tras su muerte, el ingreso al mainstream, la demanda contra Napster, o la más reciente, el anuncio de su 'blacklist', es decir, artistas de dudosa reputación (sólo algunos) recreando las canciones de su mítico álbum negro. De cualquier manera, no por ello deja de ser una de las bandas fundamentales no sólo del metal (del cual es un pilar fundamental), sino del rock como género. Así que por ello, he decidido hacer una lista con 15 canciones que a mí me encantan de esta polémica agrupación.


15. "Battery" del álbum Master Of Puppets (1986)


La canción que abre el tercer disco de la banda, inicia, como en su álbum antecesor, con una intro de guitarra acústica, pero a diferencia de su antecesor, las notas no son cursis, baladescas, ni mucho menos; son oscuras y ominosas, y ello se confirma una vez que entran los demás instrumentos. El poderío de la banda se expone con una explosividad característica del género que ellos mismos habían ayudado a crear, el Thrash Metal. 


14. "For Whom The Bell Tolls" del álbum Ride The Lightning (1984)


El segundo álbum de Metallica no fue precisamente un paso adelante para la banda, sin embargo, esta canción es una poderosa muestra de lo que más adelante sería el groove metal. Es una canción lenta, pesada, poderosa, y sumamente teatral (característica del álbum en general, y que en los demás temas no salió tan bien), algo que en su momento no fue bien recibido por los pocos seguidores que tenía la banda. Hoy en día, sin el velo del fanatismo, podemos apreciar el potencial real de la canción.


13. "Eye Of The Beholder" del álbum ...And Justice For All (1988)


Para mi gusto, este es el segundo mejor álbum de la banda, y canciones como esta lo demuestran. La banda ya no sólo hacía canciones extremas, se permitía la experimentación con estructuras diferentes, había más progresión y las canciones no eran lineales. Los cambios de ritmo en la canción, el ingenio para el entrecortado riff y la secuencia melódica hacen de esta canción una suerte de mini-evolución para el thrash metal que, desafortunadamente, no prosperó. Sólo hace falta analizar musicalmente el tema, para descubrir el enorme valor que tiene. 


12. "Whiplash" del álbum Kill 'Em All (1983)


El primer álbum de Metallica era una patada en los bajos para todos los demás géneros de metal que se hacían a principios de los ochenta. Y eso se corrobora en esta poderosa y rapidísima canción, en lo que aún se conocía como Speed Metal, y que nos recuerda un poco al Power Metal de bandas como Helloween. Sólo que sin los elfos, los duendes y las hadas, y con una dosis más cruda de realidad y vísceras. Aunque es cierto que James Hetfield aún sonaba como adolescente. 


11. "Nothing Else Matters" del álbum Metallica (1991)


La balada por antonomasia de Metallica, un portento de canción, sí. Los fans la odiaron por ser lenta, delicada, incluso sinfónica. Y dentro del mundillo del metalero y del headbanger eso es un insulto imperdonable. Pero dentro de la música, del rock, es una canción incuestionable, un must para todo amante del género, y sobre todo, una excelente canción. Con toda su introspección, delicadeza y sensibilidad, se trata de uno de los mayores íconos de Metallica, les guste o no a los puristas del metal. 


10. "Seek & Destroy" del álbum Kill 'Em All (1983)


La primer canción insignia de Metallica se sustenta en un maravilloso riff que con el paso de los años se volvió inconfundible para representar no sólo los inicios de la banda, sino del Thrash Metal como género. Y ello es evidente en la forma aún no evolucionada (por momentos suena como Mötley Crue) en la que suena la canción, aún en búsqueda del poderoso sonido que más tarde hallaría la banda. 


9. "Atlas, Rise!" del álbum Hardwired To Self-Destruct (2016)


Justo cuando todos pensábamos que Metallica jamás volvería a hacer una canción decente, y mucho menos una buena canción, como las de sus mejores años, llega este sorprendente tema de su último álbum de estudio (hasta ahora) para hacer que las esperanzas de los amantes de la banda renazcan. Desde el explosivo inicio la canción promete muchas cosas que a lo largo de los seis minutos y medio que dura, las cumple. Thumbs up, definitivamente.


8. "Enter Sandman" del álbum Metallica (1991)


La canción con la que conocí a la banda cuando aún era un niño, y sin lugar a dudas, la más representativa de la banda. Y es que todo es perfecto en la canción. Un riff memorable, el sonido de la voz de Hetfield, la letra atemorizante y las melodías tan metaleras y poderosas, como accesibles y universales. Nuevamente repudiada por los puristas, esta canción es un hito en la historia del rock, y por supuesto, una de mis favoritas de toda la vida.


7. "Through The Never" del álbum Metallica (1991)


Una joya que muchas veces pasa desapercibida dentro de la gran cantidad de canciones archirreconocidas del álbum negro de Metallica. Es una poderosa, thrashera y virtuosísima canción en la que se mezclan de alguna manera la faceta previa y actual (en ese momento) de la banda, y que como resultado tenemos esta joya que, desde que la escuché por primera vez, me voló los sesos, por su velocidad y su poder.


6. "Dyers Eve" del álbum ...And Justice For All (1988)


Quizás la versión más extrema que se vaya a escuchar de Metallica, la encontraremos en la canción que cierra su cuarto álbum, y en donde además, la banda se encarga de reventarnos con su virtuosismo llevado a un nuevo nivel, especialmente el de Lars Ulrich, quien usa el doble bombo como nunca antes (ni después) lo había usado. Quizás esto es lo único de Metallica que se podría considerar como Death Metal (o death metal progresivo). 


5. "The Unforgiven" del álbum Metallica (1991)


Otra de las míticas canciones del álbum negro. Lejos de la posible cursilería de Nothing Else Matters, esta canción es una semi balada pero muy oscura, respetando los antecedentes metaleros de la banda y complementando a la perfección las melodías con los power chords. Y quizás mi momento favorito de la canción es el espectacular solo de guitarra de Kirk Hammet, con una sensibilidad acorde con la oscuridad innata de la canción. 


4. "...And Justice For All" del álbum ...And Justice For All (1988)


A partir de esta canción, las restantes de la lista las podemos ya considerar como canciones enteramente progresivas, dado que no siguen una estructura lineal, y que juegan mucho con los cambios de ritmo, tonalidades y usan múltiples secciones a manera de mini-suites. Y en el caso de esta canción en particular, los cambios radican en algo que la banda usó recurrentemente en el álbum, es decir, el uso de secciones semi-acústicas y secciones poderosamente metaleras. Con eso ya establecido, podemos decir que el inicio de esta canción es un deleite. 


3. "One" del álbum ...And Justice For All (1988)


Otro más de los himnos de Metallica, sólo que este sí tiene la aprobación de los puristas metaleros que dan su aval y la llaman el himno del thrash. No sé si se requiera que un género como el thrash tenga un himno, pero la canción sí es un estandarte de una generación no valorada e incluso vilipendiada. Hablando de la música, todos la conocemos, es un constante crescendo que nos habla de los horrores de la guerra desde la perspectiva de un veterano que lo perdió todo menos la vida (la letra es tan gráfica como espeluznante). Lo que inicia de forma tranquila termina en una vorágine apoteósica de metal en su estado más genuino. 


2. "Master Of Puppets" del álbum Master Of Puppets (1986)


Lejos de cualquier tipo de pretensión (ojo, Slayer y su "canción más pesada de la historia"), llega esta canción a irrumpir en los oídos de los fanáticos del naciente metal extremo, con una estructura musicalmente rica, no eran sólo ruidos y gritos. Hay secciones, hay melodías, hay cambios de ritmo, hay musicalidad en todo sentido. Cada "vuelta" se compone de estrofa, puente, coro, puente 2, coro 2, y vuelve a empezar. Luego de 2 vueltas tenemos el espectacular, casi barroco solo de guitarra de Hammett, y luego se desata el infierno antes de regresar a una vuelta final, con la que se cierra espectacularmente la canción. Una joya que vale al menos 10 veces lo que vale One (para mí).


1. "Wherever I May Roam" del álbum Metallica (1991)


Creo que Metallica jamás hizo una canción tan grande como esta. Es lo mejor de lo mejor que propuso Metallica en su historia. Lo mejor del thrash, lo mejor del progresivo, lo mejor incluso del metal accesible. Un riff memorable que inicia el tema de la forma más oscura posible, y que inmediatamente cambia el ritmo para acercarla lo más posible al thrash, y que mantiene un vaiven entre secciones lentas y pesadas, con secciones rápidas y vertiginosas, en la forma de estrofa-puente-coro, que sólo se ven interrumpidos por 2 breves y espectaculares solos de guitarra. La estructura perfecta para la mejor canción de Metallica. 

viernes, 25 de junio de 2021

Los White Stripes y sus canciones

 


Probablemente se trate de la última gran banda de rock (si se le puede llamar banda a un dueto) y el decir eso cuando su último álbum se publicó hace 13 años, refleja la enorme sequía que ha tenido el rock en el nuevo milenio. La enorme influencia que el blues tuvo en Jack White, más el amplio conocimiento histórico que éste tenía sobre el género, hicieron que el dueto fuera uno de los más amplios exponentes del rock en muchos de sus vertientes. De este modo, podemos escucharles temas de garage, punk, hard rock, blues, folk, etc., dentro del amplio repertorio de la banda. Es por ello que he elegido las 15 canciones que más me gustan de este emocionante par de músicos.


15. "Do" (1999)


Aparecida en su primer álbum, esta canción es una especie de balada garagera, que se sustenta en un simple riff a 2 notas y que de alguna manera logra permear algunas de nuestras capas superficiales, y hacernos sentir una especie de emotividad extraña. En ello ayuda mucho el ya mencionado riff, que además es irresistible, como la mayoría de los riffs de Jack White. 


14. "As Ugly As I Seem" (2005)


Aparecida en su quinto álbum, el subvalorado Get Behind Me Satan, esta canción es una maravilla folk, con tintes de emotividad que le acercan más a Leonard Cohen que a Bob Dylan. Además, se trata de uno de los pocos momentos en los que la banda juega un poco con la melancolía y la soledad, incluso la alienación, sin que se traten estos temas realmente a fondo.


13. "Dead Leaves And The Dirty Ground" (2002)


El espectacular track abridor del afamado White Bloos Cells, es uno que desde el riff nos damos cuenta de su grandeza y su poderío. En esencia es un blues, pero disfrazado con un traje garagero que a todos nos engaña, y que acerca más el sonido a los oídos inexpertos. Las tonalidades menores de los acordes se acoplan perfectamente a la crudeza de la guitarra distorsionada, y la letra melancólica es sólo la cereza del pastel.


12. "300 MPH Torrential Outpour Blues" (2008)


Otro blues elegantemente adaptado a los sonidos modernos, que es mucho más fácil de identificar como tal, que en "Dead Leaves...", pero que sigue manteniendo ese elemento melódico que, por naturaleza, el blues no lo tenía, y que en este caso particular, se presenta fantásticamente con un riff que juega con dos notas continuas usando las cuerdas más gordas de una guitarra acústica. Extraída de su último álbum, esta canción nos presenta la faceta más madura y elegante de la banda.


11. "The Union Forever" (2002)


Una canción extraña para lo que la banda nos tenía acostumbrados. Se trata de un tema misterioso hasta cierto punto, sustentado en dos acordes que alternan por segmentos que se ven interrumpidos por unas rupturas a destiempo que para nada desencajan. Incluso el interludio casi a capella no suena fuera de lugar, con todo lo disonante que es con respecto al resto de la canción. El uso de riffs, como podemos ver, es una de las principales cualidades de la banda.


10. "The Big Three Killed My Baby" (1999)


La primer muestra del poderío de la banda, no sólo en esta lista, sino en su carrera discográfica. Es el tercer track de su primer álbum apenas, y con dos acordes y unos secos golpes al tom de piso, el dueto creó su primer canción de rock duro. Aunque, si lo analizamos un poquito más a detalle, descubriremos que, efectivamente, es en esencia, un blues.


9. "I Just Don't Know What To Do With Myself" (2003)


Es el único cover de la lista, y la razón de que se encuentre en ella, es por el fantástico trato que se le da. En un inicio parece una canción juguetona e inofensiva, hasta que las emociones se elevan, y la música se energetiza. La entrada de una guitarra tan poderosa como jamás se le había escuchado a la banda, en la cumbre emotiva de la canción, es uno de los puntos musicales más altos de su mejor álbum.


8. "I'm Slowly Turning Into You" (2008)


Espectacular de principio a fin, esta canción se apoya de un órgano Hammond para lograr un riff maravilloso, que le da un aire soul a la canción, y que en todo momento suena portentoso y gigantesco. Si a eso, le añadimos la guitarra híper distorsionada que toca un segundo riff durante el coro, tenemos una de las mejores canciones del repertorio de la banda.


7. "The Nurse" (2005)


Esto es lo más extraño que hizo la banda en toda su discografía, una canción tan inusual que su temática tétrica y homicida encaja a la perfección con la disonancia y la arritmia que por momentos escuchamos. Unos excesos perfectamente medidos que acercan al tema a la locura, desde la perspectiva de la genialidad. Ya nadie se arriesga de esta manera. 


6. "Little Acorns" (2003)


Otra poderosa muestra del rock duro que eran capaces de ejecutar, desde la simplicidad del rock de garage. Luego de la apacible e incluso motivante introducción hablada, el riff gratamente nos revienta los oídos con su melodía distorsionada, sostenido por unas percusiones que parece que fuesen tocadas por 10 personas simultáneamente. Los que amamos el sonido de la guitarra distorsionada, amaremos esta canción desde la primer escucha.


5. "Ball And Biscuit" (2003)


Seguimos con las tendencias blueseras, pero esta vez el blues lo es abiertamente, y no sólo eso, está perfectamente mezclado con un sonido hardrockero, que especialmente en los solos, suena maravillosamente poderoso, rockero, guitarrero y electrificante. La banda se toma su tiempo para cada segmento, y de los casi 8 minutos que dura la canción, no nos aburriremos en ninguno.


4. "I Fought Piranhas" (1999)


Para este punto queda claro que la influencia máxima de la banda (como del rock mismo) es el blues, y si no, esta canción de su primer álbum terminará de constatarlo. El corte es medio misterioso, medio sensual, medio explosivo, pero completamente maravilloso de principio a fin. El blues, señoras y señores.


3. "Fell In Love With A Girl" (2002)


Con esta canción la banda se dio a conocer en todo el mundo (incluido yo, y cómo no hacerlo con ese espectacular video), y es curioso, dado que la banda hizo pocas canciones de este corte, es decir, más cercanas al punk que al garage. Eso sí, el uso del riff es casi obligatorio, y el de esta canción casi nos va a recordar a los Ramones. Breve, efectiva, contundente y memorable, esta canción es el compendio perfecto del sonido joven de la banda.


2. "I Can't Wait" (2002)


En algún punto la influencia de los Beatles tenía que hacerse presente en una banda que recolecta y expone los distintos sonidos que ha tenido el rock en su historia. Y como debía de ser, la canción que lo hace es una de mis preferidas. Con secciones claramente definidas, un sentido melódico maravilloso, y sí, un riff acorde con la canción, tenemos al espíritu beatlero en esta espectacular pieza.


1. "Black Math" (2003)


Mi canción favorita. Es garage, es punk, es hard rock, es genial, poderosa, divertida, cambiante, ingeniosa. Lo tiene todo esta canción. El riff es simple y directo, las letras son un tanto burlonas, el solo de guitarra suena espectacular. Pero el verdadero corazón de la canción es esa brillante ruptura, cuando los beats bajan, cuando la guitarra se engruesa, y cuando de repente todo lo que era brillante, se vuelve oscuro por un instante. Brillante.