viernes, 30 de marzo de 2018

El álbum más hermoso de la historia del rock.



No hay otra manera de definir la música incluida en este glorioso disco de Sigur Rós, aparecido en 1999, la música de esta modesta banda de 4 islandeses, quienes aún eran muy jóvenes en dicho año, pero que tenían un enorme talento creativo y un inmenso, interminable sentido estético de la música. Lo digo sin temor a equivocarme, se trata del disco más hermoso de toda la historia del rock. Entiéndase el término de hermosura, como la máxima muestra de estética, belleza, sensibilidad y humildad dentro de un álbum de rock. Ni ellos mismos han podido igualar el nivel de belleza que alcanzaron en este, su segundo trabajo.

En su debut, el místico "Von" de 1999, se percibía un aire completamente diferente en la banda. Eran más oscuros, menos brillantes, aunque igual de fríos. Pero en este "Ágætis Byrjun" hubo un factor para que el sonido de la banda se puliera: la llegada del virtuosísimo y sensibilísimo tecladista/pianista Kjartan Sveinsson, quien aportó su enorme talento y capacidad para elevar el nivel de la música. El resto de la alineación era el mismo: Jón Þór Birgisson (mejor conocido como Jónsi) en la voz y las guitarras (incluyendo el fantástico arco para cuerdas), Georg Hólm en el bajo y Ágúst Ævar Gunnarsson en la batería.

Así que la joven banda se metió al estudio de grabación en Álafoss, suburbio de la capital islandesa de Reykjavík, y comenzó la magia. Todos los elementos estaban presentes: la sensibilidad tanto de Jónsi como de Kjartan, la juventud vivida en uno de los países con mejor calidad de vida en el mundo, el eterno invierno islandés, los paisajes nubosos y la ausencia de bosques, los cientos de volcanes que abundan en la lejana isla del norte de Europa, los oscuros inviernos, los breves veranos, el amor a la música, la influencia de Pink Floyd, el rarísimo idioma islandés, el aún más raro idioma inventado por Jónsi: el vonlenska, la guitarra tocada con un arco para violín, el piano, el bajo, la batería, la madera, la calefacción, el puerto, el océano Atlántico, la soledad de vivir en una isla. Todo eso, de alguna manera se conjuntó y se mezcló entre las notas y las melodías, entre los sonidos y los cantos. Elementos que están y no están, que no los escuchamos pero sí que los percibimos.


Un extraño intro, con música al revés, es la que nos da la bienvenida. Breve pero hermosa, cálida. El frío islandés viene en "Svefn-g-Englar", el segundo tema que, al ritmo de un sonar, nos sumerge entre las nubes, nos lleva hacia abajo, pero abajo hay nubes. Es majestuoso el sonido de la sexta cuerda de la guitarra tocada con un arco de violín, tan estruendoso, tan sensible, tan frío, tan hermoso. Flotamos en un iceberg entre las nubes con esta lenta, pero nada pesada canción. Justo a la mitad, la canción se aisla más, entre los coros agudísimos de Jónsi, y los sonidos de fondo, es fácil dejarse ir, perderse en la majestuoidad inesperada. Hace frío, pero un frío de enorme belleza. La canción de bienvenida es enorme; Sigur Rós e Islandia, tan cerca y a la vez tan lejos del Reino Unido. Y luego comienza "Starálfur", elegantísima con sus cuerdas, con su piano de tres notas que tanto dice en tan poco contenido, con su letra fantasiosa, de alguna manera el islandés, un idioma tan raro para nosotros, suena elegante y sofisticado. Mientras el clima musical se esclarece, el asombro no deja de ser un elemento vital de la música. Qué facil lo hacen sonar estos veinteañeros, como si hacer música de esta altura fuera lo más fácil del mundo.

Una vez que nos han elevado, que nos han llevado al mismísimo paraíso, la banda nos regresa a Tierra con 3 canciones densas, la primera, "Flugufrelsarinn" es la menos vistosa del álbum, una oscura e intrincada canción en donde las voces sobresalen por encima de los instrumentos, pero en donde la misma emotividad la vemos plasmada en los emtivos cambios de ánimo de las estrofas a los coros. Se trata de un viaje al inframundo, al interior del cráter de un volcán, en donde el calor no es agradable, en donde extrañamos los paisajes y ansiamos regresar a ellos. Sin embargo, la banda nos lleva a un nivel más abajo de nuestra psique con "Ný Batterí, y justo aquí nos damos cuenta que esta oscuridad es parte de la belleza del álbum, que no todo lo bello tiene que brillar, que las cuevas tambien en su interior guardan grandes tesoros, entre la penumbra y la soledad. "Ný Batterí" es muy pesada, muy ominosa. Da miedo por momentos, los metales iniciales no son bellos en un sentido convencional, sino que son viscerales y nos abren paso por las misteriosas notas con que abre la canción. La llegada de las percusiones sólo confirma nuestras sospechas, y nos atrapan en un suspenso del que no queremos alejarnos, hasta que la canción implota y la emotividad explota y nos explota la cabeza sin que podamos evitarlo. Para cerrar esta triada de canciones oscuras, llega la fantástica "Hjartað Hamast (bamm bamm bamm)", que de inicio suena un poco como jazz de mala muerte, pero que conforme avanza, se adentra en nuestras mentes, con sutileza y suavidad, para que, una vez bien adentro, estalle en mil pedazos con la apabullante emotividad de los coros, en los que a lo lejos podemos escuchar un piano, un arco con guitarra, la voz de Jónsi que grita desesperadamente, y un ruido blanco que acapara todo sin que nos demos cuenta. El dramatismo aquí es parte fundamental, la confusión y el aparente caos sólo tienen sentido dentro de nuestras cabezas, en donde todo tiene una razón de ser, siempre. La canción finalmente nos saca a flote de forma gloriosa y catártica, luego de habernos mostrado una nueva y hasta ahora, desconocida faceta de la belleza.

Pero la banda nos complace, nos regresa a los terrenos de la belleza explícita, la belleza con sentido, la belleza de lo evidente. Y lo hace nuevamente con una triada de canciones inconmensurables, celestiales. La primera de ellas, "Viðrar Vel Til Loftárása" es un auténtico monumento. Se toma 5 minutos para mostrarnos con total calma y sin prisa alguna, su hermosa introducción de piano, al que se le añaden poco a poco más y más instrumentos. Pero desde el inicio estamos en el paraíso mismo, estamos viendo un poquito del mundo que se esconde al final de éste, ese mundo que tanto se nos promete, y en el que muchos escépticos dejan de creer una vez que crecen y se empapan de la crueldad de nuestro propio mundo. Aquí está, en forma de música. El hermosísimo piano, las discretas cuerdas, las delicadas percusiones, y la lejana voz de Jónsi que es un instrumento más, la nostalgia implícita, la suavidad armónica, la perfección melódica, la sensibilidad majestuosa y la humildad frente a los demás elementos, estamos ante una canción sin pretenciones, no nos quiere apantallar, no quiere lucirse, sólo es bella porque es, y en su naturaleza, nos llena a nosotros de sensibilidad y de humildad, nos hace rendirnos ante su majestuosidad celestial. Una vez que la canción se rompe, la emotividad se desboca y las emociones, que ya estaban a flor de piel, no pueden evitar expresarse en nuestro involuntario ser, ya sea a través de una sonrisa, una lágrima o un aplauso. Aquí no existe la pasividad, no hay impasibles ante esta obra monumental. Es la mano de Dios mismo tocando instrumentos de los humanos, y mostrándose ante nosotros en su lenguaje universal.

Pero aquí no acaba el viaje espiritual-musical. "Olsen Olsen" es otro pedacito de cielo, es el pedacito de Islandia que bajó de entre las nubes para convertirse en tierra, y en gente, y en música. La estructura de la canción es tan simple que tampoco podemos considerar a esta canción como pretenciosa. En su soledad y abandono radica su belleza, pues los primeros minutos de canción son de una intimidad única. El bajo como protagonista, la batería como un preciso acompañante, el arco de guitarra como un hermoso adorno, y en el eco, la voz que vocaliza sin decir nada, mientras la música es la que nos dice todo, como para sentir que regresamos al mismo iceberg en el que estábamos minutos antes, contemplando el océnao, las olas, y la nada. La paz. Esa paz que sólo llega con la soledad, está musicalizada en la primera parte de la canción, mientras que en la segunda parte nos sentimos cálidamente acompañados, mientras la música se hace melódica y memorable, nosotros sentimos que ahora podemos compartir nuestro sentir a través de estas notas, y el acompañamiento instrumental es la clave para hacernos sentir así. Es como sumergirnos en nuestra mente, y descubrirnos, para luego emerger y compartir nuestro ser con los demás. Así se siente "Olsen Olsen", que en su final se conecta con la tercera de estas obras monumentales.

La homónima "Ágætis Byrjun" es una canción muchísimo más orgánica, menos celestial y más terrenal. Pero en la tierra también hay belleza, y dentro de nosotros está la belleza de la nostalgia, de los recuerdos, del pasado y el presente. De lo perdido y lo encontrado. De lo más lejano y lo más cercano. De eso trata esta deliciosa canción, de lo que nosotros, como seres humanos, podemos perder y recuperar, alejar y acercar a nosotros, expresado mediante una reunión de amigos, tan casual como las que todos nosotros hemos vivido en nuestras vidas. Aquí ya no hay cuerdas ni coros. Sólo son los cuatro músicos con sus instrumentos, sin efectos ni arreglos. Una guitarra acústica y melódica, un piano hermosísimo y brillante, un bajo preciso y precioso y una batería que se luce en su simpleza, y relaja el ambiente de la canción. No más. Sigur Rós nos demuestra lo que se necesita para hacer otra canción celestial, lo mismo que muchos otros músicos tienen al alcance de su mano. Con esa nostalgia tan humana, regresamos suavemente del paraíso, luego de haberle conocido en una mínima parte, agradecidos y entusiasmados. Es el efecto que tiene la música en uno. Con "Avalon" la banda cierra el álbum, cerciorándose de que estemos de regreso en nuestra realidad. Una instrumental a manera de epílogo, y termina el álbum más hermoso de la historia del rock.


Y es que no hay que ser un experto en música para detectar la belleza explícita (y también implícita) que abunda en "Agætis Byrjun", una belleza de escalas celestiales, una belleza que pocas veces y en contados momentos hemos escuchado a lo largo de la historia del rock. Muchos le llaman post-rock, muchos otros le dicen ambient, neo-prog o incluso Radiohead Islandés. Yo le llamo rock celestial, escrito para musicalizar el paraíso, y que incidentalmente llegó hasta nuestra cruda y maltrecha Tierra, como para conocer un poquito de lo que hay más allá del supuesto final. El álbum más hermoso de la historia del rock.


jueves, 29 de marzo de 2018

Un disco inusual - "Any Other City" de Life Without Buildings



Generalmente estamos predispuestos a rechazar todo aquello que nos sea desconocido o nos parezca extraño. Solemos acomodarnos a la familiaridad de lo conocido, y difícilmente buscaremos alternativas desconocidas por iniciativa propia. Esta máxima aplica en todos los aspectos de nuestras vidas, y en ello incluyo por supuesto, a nuestros gustos musicales. Es cómodo estancarnos en un estilo, o en algo que a la mayoría le parezca aceptable, y salirnos de esos lineamientos suele ser algo difícil de hacer.

Ahora bien, para aquellos que conocen un poco más a fondo la música, y que pueden presumir de haber escuchado algunos de los álbumes más extraños de la historia, aún les genera cierta incomodidad algún elemento distinto de un género que ya conocen. Es el caso de mucha gente que escuchó a la banda escocesa Life Without Buildings, quienes en 2001 grabaron su único álbum, el delirante y poco conocido "Any Other City". La banda tiene un estilo muy marcado: hacían indie rock con elementos de garage y pop. Sin embargo hay un elemento que les distingue de manera muy marcada: la constante vocalización de Sue Tompkins, quien más que cantar, simplemente recitaba con inusitada energía las letras que ella misma iba improvisando en su cabeza.

A mi gusto, este es un elemento maravilloso que, aunado a la música que por momentos es enloquecida y por otros es melancólica, hace de este álbum una joya escondida, una perla dispuesta a ser descubierta y admirada por todo aquel que se atreva a hacerlo. El álbum, por consiguiente, es más que un álbum indie entre muchos que pasaron al olvido, es más bien una delicia que vale la pena destacar y resaltar por encima de lo más comercial, dentro de ese mismo género, que se ha hecho en los últimos 20 años.

La banda no descubre el hilo negro, ni pretende hacerlo, simplemente hicieron un álbum con una enorme frescura, que viene a renovar nuestros ánimos y deseos de encontrar propuestas nuevas, diferentes y arriesgadas. También sé que no son los primeros ni los últimos en hacerlo. Es justo aquí donde la calidad musical y conceptual hace acto de presencia, pues si el álbum se destaca, además de lo ya mencionado, es por la enorme calidad de todas y cada una de sus canciones. No existe la típica canción de relleno, ni la clásica canción para la radio. Todas las canciones mantienen una misma tónica que hacen del álbum un todo dividido en 10 partes, pero que funciona como una obra total y no como una simple colección de canciones.

Desde "PS Exclusive" hasta la maravillosa "Sorrow", todas las canciones son entermanente disfrutables, aunque si me piden una favorita, estaría indeciso entre "The Leanover", "14 Days" o "New Town". Si embargo, no las destaco por que sean mejores que el resto, sino por un mero gusto personal por esos temas. Desde un punto de vista más objetivo, tengo que decir que todas las canciones son tan buenas como la anterior, y la posterior.

Así que aquí dejo testimonio de un gran álbum (de esos álbumes perfectos para viajar), del que muy pocas personas han escuchado, y que, a pesar de no ser el álbum que cambiaría el rumbo de la historia musical, sí es uno de esos que años después será redescubierto y revalorado como una de las propuestas más originales y maravillosas de la primer década del nuevo milenio. Y con todo merecimiento, pues es (reitero) una absoluta delicia de principio a fin.

Rock progresivo anglosajón: #48. "Radio Gnome Invisible Part 3: You" - Gong (1974)



1. Thoughts For Naught (1:30)
2. A P.H.P.'s Advice (1:37)
3. Magick Mother Invocation (2:11)
4. Master Builder (6:09)
5. A Sprinkling Of Clouds (8:42)
6. Perfect Mystery (2:25)
7. The Isle Of Everywhere (10:21)
8. You Never Blow Your Trip Forever (11:24)

La tercera parte de las obras conceptuales de Gong que llevaban como título común "Radio Gnome Invisible" fue la más destacada de todas. Cierto es que la primera, subtitulada como "Flying Teapot" tiene momentos muy interesantes, y que la segunda subtitulada "Angel's Egg" fue mucho más allá con respecto a la experimentación, sin embargo, esta tercer entrega subtitulada como "You" es la más completa y sólida de las 3.

La superbanda británica (con vocalista francés, pero que cantaba en inglés) tenía 10 integrantes, por lo que la parte musical es muy rica en sonidos y diversa en instrumentos. Y en el caso de este álbum, la banda lo supo aprovechar de gran manera, cosa que se nota desde los primeros minutos del álbum. Luego de la introducción "Thoughts For Naught", tenemos una delicia juguetona y simpatica, además de estar hermosamente orquestada, la cual lleva por nombre "A. P. H. P.'s Advice", y a pesar de ser muy breve, llegamos a disfrutarla enormemente. "Magick Mother Invocation" es una transición que, fiel a su etimología, nos lleva en una especie de trance por poco más de dos minutos, el cual prosigue de manera fantástica en "Master Builder", en el que una especie de rezos aparecen para añadirle más misticismo a la obra, para posteriormente despedazar nuestros oídos de manera espeluznante con el poderoso rock y así elevarnos, e incrementar enormemente su nivel musical, haciendo de los 4 primeros tracks una especie de min-suite bien lograda.

 "A Sprinkling Of Clouds" es una suite de casi 10 minutos dividida en dos partes, la primera es prácticemtne electrónica, con un sonido ambient que nos recuerda mucho al trabajo de Brian Eno, mientras que la segunda mitad es mucho más compleja dada la aparición de más instrumentos y secciones que aceleran y desaceleran a su antojo la velocidad de la canción. "Perfect Mystery" pareciera ser una canción de relleno, dada su corta duración y su nula conexión con sus canciones antecesora y predecesora, respectivamente. Sin embargo, no lo es. Se trata de otro jugueteo, de esos que a Gong le encantaba hacer, y que sabiamente le dedicaron sólo un par de minutos, para sacarnos de manera más suave del trance sonoro en el que estábamos inmersos, por lo que la canción, más allá de ser muy interesante, tiene una función específica muy definida.

Para cerrar el álbum, la banda nos conecta con dos suites, la primera titulada "The Isle Of Everywhere", otra con características de ambient mezcladas con un poco de jazz fusion, y la segunda titulada "You Never Blow Your Trip Forever", la cual continúa con la temática de la canción anterior, aunque con elementos más progresivos y menos místicos. Es así como cierra un buen álbum que, dada su peculiaridad y su originalidad, merece estar en el sitio otorgado dentro de esta lista.


Rock progresivo anglosajón: #49. "Lizard" - King Crimson (1970)



1. Cirkus (including Entry Of The Chameleons) (6:28)
2. Indoor Games (5:41)
3. Happy Family (4:16)
4. Lady Of The Dancing Water (2:44)
5. Lizard:
- a. Prince Rupert Awakes (4:36)
- b. Bolero - The Peacock's Tale (6:39)
- c. The Battle Of The Glass Tears (10:58)
     - i) Dawn Song
    - ii) Last Skirmish
   - iii) Prince Rupert's Lament
- d. Big Top (1:13)

Lizard significa el primer rompimiento de King Crimson, tanto en su alineación como en su estilo musical. Cierto es que permanece el dramatismo y los elementos sinfónicos de sus dos álbumes anteriores, sin embargo, ahora la música tiene un enfoque mucho más oscuro, incluso un tanto siniestro, cosa que en su momento no fue tan bien recibida pero que con la distancia de los años, se ha sabido apreciar y valorar en su justa medida.

Los nuevos cambios en los intérpretes fueron la inclusión de Andy McCulloch en la batería y Gordon Haskell en el bajo y la voz principal. Éste último es el elemento final que hace que el sonido de la banda suene completamente distinto, y a pesar de que la voz de Greg Lake es inigualable, Haskell fue un cambio que benefició a la banda en muchos sentidos, principalmente, el de evitar el estancamiento.

La obra abre con "Cirkus", una dramática y poderosa canción que en nada se parece al jazz rock que abría sus dos álbumes anteriores, ahora se toman su tiempo para ejecutarlo, sin llegar precisamente al frenesí musical, pero sí alcanzando puntos climáticos muy interesantes. Por su parte, "Indoor Games" es una canción que en nada se parece al viejo King Crimson, es un jazz de cámara, provocativo y con una cierta dosis de humor negro, que ayuda al sano distanciamiento conceptual de la banda, con respecto a su pasado inmediato. Quizás "Happy Family" sea la canción menos brillante del álbum, y ello recae en gran parte por la carencia de elementos distintivos o memorables, por lo que le podríamos considerar como una canción meramente de relleno, con todo y su sátira explícita a los Beatles y su estrepitosa ruptura.

La delicadeza hace acto de presencia con "Lady Of The Dancing Water", una suave y delicada canción folk bellamente adornada y sublimemente ejecutada. La canción más grande, en todos sentidos, es la homónima "Lizard", de más de 23 minutos de duración, con momentos diversos que van del pop (con la voz de Jon Anderson, vocalisa de Yes), al progresivo, pasando por momentos de drama, de jazz y de una oscuridad que realmente hacen que se destaque. Sin embargo, no se trata de una suite al nivel de muchas otras de la época, por lo que no hace gran mella en el resultado final del álbum.

Si bien, el álbum no tiene canciones fallidas, tampoco tiene obras gigantescas. Sin embargo, es el primero de toda esta lista en mantener una consistencia de calidad y de no tener flaquezas mayores. Ello le ha valido para estar entre los 50 mejores de esta lista.

Rock progresivo anglosajón: #50. "Brain Salad Surgery" - Emerson, Lake & Palmer (1973)



1. Jerusalem (2:44)
2. Toccata (7:23)
3. Still... You Turn Me On (2:53)
4. Benny The Bouncer (2:21)
5. Karn Evil 9 (1st Impression - Part 1) (8:44)
6. Karn Evil 9 (1st Impression - Part 2) (4:47)
7. Karn Evil 9 (2nd Impression) (7:07)
8. Karn Evil 9 (3rd Impression) (9:03)

Uno de los mayores problemas que presentaron la mayoría de las bandas de rock progresivo, era que, pasado cierto tiempo, perdían la brújula sobre hasta dónde se podía llegar, sobre qué tan lejos se podía llevar un sonido, hasta qué punto es buena música, y a partir de dónde es simplemente gradilocuencia y exageración sonora sin un fondo sustentable. Esto es lo que le pasa a "Brain Salad Surgery", por muchos considerado como el mejor álbum de ELP, cosa que, a mi parecer, no lo es ni cerca.

Desde la inicial "Jerusalem" sentimos a la banda excesivamente sinfónica, cosa que sí, suena pomposa y magnificente, pero que simplemente esconde a una simple canción que por momentos es intrascendente, y que está excesivamente adornada. Mismo caso podríamos decir que sucede en "Still... You Turn Me On", una bella balada que pudo ser más destacada si se hubiese tratado con mucha más humildad a dicha composición. Ni qué decir de "Benny The Bouncer", un fallidísimo intento de canción western con sintetizadores, que más que ser una fusión interesante, resulta ser ridícula y ñoña.

Pero como siempre, existe la otra cara de la moneda. Si ya tenemos que soportar la excesiva sobreproducción de Greg Lake, pues al menos encontremos la música buena, que debe existir en un álbum como este. Y a pesar de sus excesos, podemos decir que "Toccata" es una buena canción progresiva, que explora las capacidades de los músicos tanto individual como colectivamente, y que al final termina por ser una muy buena canción. Y sí, la fastuosidad sólo está acorde con la gigantesca "Karn Evil 9", de casi 30 minutos de duración y de un ingenio y complejidad destacadísimos. Todos sus movimientos están perfectamente ejecutados, y una vez que nos acostumbremos a la complejidad, desubriremos a una de las grandes suites del rock progresivo.

Nuevamente queda evidenciada la enorme capacidad de Keith Emerson para crear melodías tan intrincadas como complejas, pero satisfactorias, y esto lo detectamos desde el primer minuto de canción. Y un tecladista así de virtuoso acompañado de un baterista como Carl Palmer sólo nos puede entregar resultados gigantescos, y es que eso es "Karn Evil 9", una suprema obra progresiva. Casi tan buena como "Tarkus" (algunos piensan que incluso es mejor).

miércoles, 28 de marzo de 2018

Rock progresivo anglosajón: #51. "Leftoverture" - Kansas (1976)



1. Carry on Wayward Son (5:13)
2. The Wall (4:47)
3. What's on My Mind (3:27)
4. Miracles out of Nowhere (6:29)
5. Opus Insert (4:26)
6. Questions of My Childhood (3:38)
7. Cheyenne Anthem (6:50)
8. Magnum Opus (8:27) :
- a. Father Padilla Meets The Perfect Gnat
- b. Howling At The Moon
- c. Man Overboard
- d. Industry On Parade
- e. Release The Beavers
- f. Gnat Attack

La única banda estadounidense que hace acto de presencia (Zappa era solista en su genial "Hot Rats") en este listado, Kansas publicó su mejor obra progresiva en 1976, dejándonos como legado una muestra perfecta de la mezcla entre el progresivo que se hacía al otro lado del Atlántico y el rock clásico de las zonas rurales de los Estados Unidos, principalmente el sur de dicho país.

Con todo y el hecho de ser su menor obra, al igual que los últimos lugares de esta lista, el álbum es inconsistente, y por ello tiene tanto canciones épicas y maravillosas como canciones débiles e intrascendentes. Entre éstas últimas podemos mencionar a "The Wall", "What's On My MInd" y "Opus Insert", las cuales parecen canciones que no pertenecen al género del progresivo, y que por ende, aportan muy poco a la calidad final del álbum. Sin embargo, por el otro lado, tenemos buenas canciones, y dos canciones que pasaron a la posteridad como clásicas del género.

De entre las canciones buenas, tenemos la bella y emotiva "Miracles Out Of Nowhere", con algunos pasajes realmente deliciosos; la corta pero altamente prog "Questions Of My Childhood", con ese Moog inicial que suena esplendoroso, y con su jugueteo en las estrofas entre silencios y versos, o la iniclamente suave y lenta "Cheyenne Anthem", que después cambiará de ánimo para acelerarse y experimentar con sonidos que terminan por ser totalmente épicos.

Las dos canciones mayores del álbum son la que lo abre y la que lo cierra respectivamente. "Carry On Wayward Son" es un clásico no sólo del progresivo, sino del rock setentero en general. Su maravilloso riff, sus melodias y armonías vocales y su poder guitarrero son marcas indelebles que dejaría la banda para la posteridad. Y qué decir del cierre, la majestuosa hasta en su título "Magnum Opus", con sus 6 movimientos y sus incesantes cambios de ambientación perfectamente logrados y musicalizados, aún en su gran complejidad.

Así que Kansas es mucho más que "Dust In The Wind" (una canción que por cierto, no está ni cerca en cuanto a calidad con la peor cancion de este álbum), y para muestra de ello, esta joya musical, irregular sí, pero a final de cuentas, victoriosa.

Rock progresivo anglosajón: #52. "Emerson, Lake & Palmer" - Emerson, Lake & Palmer (1970)



1. The Barbarian (4:33)
2. Take A Pebble (12:34)
3. Knife-Edge (5:08)
4. The Three Fates (7:45)
- a. Clotho (Royal Festival Hall Organ)
- b. Lachesis (Piano Solo)
- c. Atropos (Piano Trio)
5. Tank (6:52)
6. Lucky Man (4:36)

El concepto de super grupo aún no existía en 1970, aunque ya existían algunos. El caso de Crosby, Stills, Nash & Young es quizás el más destacado del rock de finales de los sesentas y principios de los setentas. Sin embargo, en el progresivo se dio un super grupo en el que se juntaron 3 músicos excepcionalmente virtuosos y capaces en sus respectivos instrumentos, además de ser excelentes compositores y arreglistas. Keith Emerson, proveniente de la reconocida banda The Nice, Carl Palmer proveniente de la poco conocida banda Atomic Rooster y Greg Lake, proveniente de la súper reconocidísima banda King Crimson.

Juntos formaron al power trío más impresionante de todo el rock progresivo. Emerson se dedicaba a ejecutar como Dios Padre todos los teclados, sintetizadores y pianos; Palmer era el maestro absoluto de las percusiones (quizás uno de los 3 mejores bateristas de la historia del rock) y Lake era un buenazo con el bajo, además de tener una voz hermosísima y elegantísima. Entonces fue en 1970 que publicaron su primer álbum, homónimo y un tanto irregular. Se entiende, era el primer contacto de los 3 músicos, y a pesar de provenir de bandas progresivas, tenían estilos musicales completamente distintos, por lo que el acoplarse les costó su dosis de esfuerzo y dedicación, y ello repercutió en la calidad de su debut.

Aún así, nos encontraremos con buenas muestras de rock progresivo a lo largo del álbum. Tanto "The Barbarian" como "Knife Edge" son trabajos progresivos en conjunto, donde los 3 músicos se acoplan a la perfección para entregarnos un par de buenas canciones. Sin embargo, las demás canciones carecen de este elemento unificador, por lo que hacen que el álbum suene dispar, sin que las canciones sean del todo malas. "Take A Pebble" es Greg Lake en su mayoría, con ligeros aportes de Emerson y Palmer. La canción es bastante tranquila, por lo que no tiene aún la energia a a que ELP nos acostumbró en álbumes posteriores. "The Three Fates" (a mi gusto, la mejor del álbum) es Keith Emerson en su máximo esplendor, y los dos músicos restantes sirven como meros acompañantes en la tercera sección de dicha canción, por lo que nuevamente parece más un trabajo indidivual que colectivo. "The Tank" nos permite conocer las enormes capacidades de Carl Palmer, con Emerson como principal acompañante.

Por último, "Lucky Man" casualmente se convirtió en un gran éxito comercial, ya que es una canción muy pop, compuesta por Lake, con sus melodías pegajosas y su ambientación demasiado amable. Es por ello que el debut de ELP no fue precisamente el mejor, sin embargo, sí tiene la calidad suficiente para estar en este listado.

Rock progresivo anglosajón: #53. "In The Wake Of Poseidon" - King Crimson (1970)



1. Peace - A Beginning (0:49)
2. Pictures Of A City (including 42nd At Treadmill) (8:03)
3. Cadence And Cascade (4:27)
4. In The Wake Of Poseidon (incl. Libra's Theme) (7:56)
5. Peace - A Theme (1:15)
6. Cat Food (4:54)
7. The Devil's Triangle (11:39)
- a. Merday Morn
- b. Hand Of Sceiron
- c. Garden Of Worm
8. Peace - An End (1:53)

El segundo álbum de la mítica banda liderada por el enigmático Robert Fripp es quizás el menos brillante de su primer etapa como banda. Se trata de una especie de calca de su extraordinario debut, en el sentido de que contiene canciones símiles en estructura y estilo con respecto a su predecesor, sólo que con una menor calidad. Así, en ambos podemos escuchar un jazz rock de inicio, seguido de una suave canción emotiva, una dramática y épica, y una experimental extensa. La fórmula se desgastó muy rápido y con este álbum, la banda dio un terrible paso hacia atrás, que le marginaría del escalón tan alto en el que se había situado luego de su promer entrega.

Con todo y estas fallas, si analizamos el álbum independientemente de su contexto, nos encontramos con un álbum interesante, al cual le sobran una cuantas canciones, y en el que hay momentos dignos de destacarse. De hecho, explicaré la razón por la que el álbum hace aparición en la lista. Primero que nada, la voz de Greg Lake, tan sofisticada y perfecta es un elemento que sí o sí le da puntos a la calidad musical del plato. De hecho, la del buen Greg Lake me parece la voz más hermosa y deliciosa del progresivo todo. Para la grabación de este álbum, se mantuvo la alineación original, con Robert Fripp en las guitarras y el mellotron, Greg Lake en la voz y el bajo, Mel Collins en los metales, Michael Giles en la batería y Peter Sinfield como letrista.

Aunado a esto, nos encontramos con 3 canciones de muy buen nivel, que resumen muy bien la propuesta del King Crimson original. Me refiero a "Pictures Of A City", un potente jazz rock con pasajes instrumentales de altísima calidad, "Cadence And Cascade" (la única que no canta Greg Lake) que es una canción hermosísisma y delicadísima, y la joya máxima del álbum, "In The Wake Of Poseidon", con su dramatismo a tope, logrado gracias al uso del mellotron de manera magistral.

De las demás canciones hay poco o nada qué rescatar. Pero el poder y a calidad de estas 3 canciones hacen del álbum un trabajo digno de reconocerse y de incluirse en la lista (a mi parecer), y como trabajo menor, para ser de King Crimson, resulta ser un destacadísimo trabajo menor.

martes, 27 de marzo de 2018

Rock Progresivo Anglosajón: #54. "2112" - Rush (1976)



1. 2112: (20:32)
  • I) Overture (4:32)
  • II) The Temples Of Syrinx (2:13)
  • III) Discovery (3:29)
  • IV) Presentation (3:42)
  • V) Oracle:The Dream (2:00)
  • VI) Soliloquy (2:21)
  • VII) The Grand Finale (2:14)
2. A Passage To Bangkok (3:34)
3. The Twilight Zone (3:18)
4. Lessons (3:51)
5. Tears (3:32)
6. Something For Nothing (3:59)

Algunos pensarán que este álbum se encuentra muy abajo en esta lista. ¿De verdad el 2112 de Rush es el número 54? Pues sí, y la razón es muy simple: un álbum muy bueno cumple con una característica siempre, todas sus canciones, o la gran mayoría, deben de ser de muy buena calidad. Si un álbum tiene una canción monumental, pero otras 5 más o menos intrascendentes, se convierte en un álbum de mediano para arriba.

Es cierto que la obra que da título al álbum es gigantesca, suprema, monumental. Pero no se trata de un conteo de canciones, sino de álbumes, así que analicemos primero la parte negativa del álbum. Tenemos 5 canciones menores, ninguna pasa de los 4 minutos de duración, no tienen cohesión la una con la otra, y de no ser por "A Passage To Bangkok", todas son prácticamente olvidables. Es cierto que Rush apenas estaba ingresando a los terrenos del progresivo, ya que sus álbumes anteriores estaban más orientados hacia la corriente del hard rock y el heavy metal. Y ello es bastante notorio no sólo en este álbum, sino en el sonido total de la música de esta gran banda canadiense. Pero esta transición de géneros les hizo pagar factura en este álbum.

Ahora bien, pasemos al aspecto positivo. La banda, en su anterior álbum, titulado "Caress Of Steel" ya había escrito no una, sino dos suites progresivas, sin embargo estas eran más experimentos que canciones hechas. Por lo que fue hasta este "2112" que se dedicaron a hacer una suite progresiva con todas las de la ley, bien hecha de principio a fin, y vaya que lo lograron. La canción homónima es uno de los grandes himnos en la historia del progresivo, y hubo muchos elementos que ayudaron a que esto fuera posible.

Uno de estos elementos, que vale la pena recalcar mucho, era el nuevo baterista (de hecho su debut en la banda fue en el álbum anterior), el talentosísismo Neil Peart, quien además de suministrar una dosis de precisión y perfección inconmensurable en las percusiones (para mi gusto, uno de los 5 mejores bateristas del género), también aportó su enorme talento como escritor y letrista, por lo que "2112" tiene una historia perfectamente escrita y descrita, la cual nos hará disfrutar al doble o al triple la magnífica obra.

Con sus 7 movimientos, la canción nos narra la historia de una raza futura, que vive en la opresión artística y la supresión de los talentos individuales. Todos deben cumplir una función en la sociedad, y nada más. Todo esto sucede, bajo el mando de los malévolos Sacerdotes, quienes residen en el fastuoso Templo de Syrinx. Estos sacerdotes son perfectamente descritos en el segundo movimiento de la canción. Para el tercer movimiento, la historia da un giro, en el que un habitante de dicha sociedad encuentra un extraño artefacto de una raza anterior a la suya: una guitarra. Conforme la va explorando, descubre que dicho instrumento es capaz de producir algunos de los sonidos más hermosos que haya escuchado en su vida, así como sentir cosas que jamás había pensado que se podían sentir. Esto lo lleva a pensar que una vez que haga público su descubrimiento, todos se rendirán ante sus pies. Sin embargo, los Sacerdotes apagan su emoción al desacreditar tanto al instrumento, como a la raza anterior (la nuestra) a la que pertenece. Esto lleva al protagonista a la depresión, y luego de un sueño maravilloso en el que convivía con esta raza llena de virtuosismo y creatividad, su único razonamiento fue el encontrarles en una vida posterior, por lo que se suicida. Sin saberlo, mientras él termina su propia vida, su sociedad, la cual conoce el nuevo descubrimiento y sus capacidades, decide rebelarse ante los Sacerdotes, conllevando esto a una sangrienta guerra en la que las fuerzas armadas terminan por suprimir a la rebelión.

Musicalmente, la mezcla de hard rock con pasajes progresivos la ejecutan de manera magistral, y en cada una de las secciones descubriremos una nueva faceta de la banda, las cuales pasan del hard rock, al rock pop, y de éste al proto-punk, terminando con un trágico riff de desenlace, el cual se empalma con el igualmente trágico final de la historia. Los músicos -el ya mencionado Neil Peart en la batería, el genial Alex Lifeson en la guitarra y el poderosamente vocal Geddy Lee, quien también se encarga del bajo y los teclados- demuestran su altísimo nivel de virtuosismo a lo largo de los 20 minutos y medio que dura la obra, y en ningún momento hallaremos un bache o un momento en el que la música decaiga. Por sí sola, esta canción hizo que el álbum apareciera en la lista. Sin duda, una de las 10 mejores canciones en la historia del progresivo.

Rock progresivo anglosajón: #55. "Tales Of Mystery And Imagination" - The Alan Parsons Project (1976)



1. A Dream Within A Dream (3:41)
2. The Raven (3:58)
3. The Tell-Tale Heart (4:42)
4. The Cask Of Amontillado 4:28)
5. (The System Of) Doctor Tarr And Pfofessor Fether (4:12)
6.  The Fall Of The House of Usher:
 I - Prelude (5:52)
 II - Arrival (2:41)
 III - Intermezzo (1:03)
 IV - Pavane (4:34)
 V - Fall (0:52)
7. To One In Paradise (4:29)

Para el número 55 de nuestra lista, nos encontramos con otro álbum debut, el de la peculiar banda The Alan Parsons Project, liderada sí, por el mismo Alan Parsons, mejor conocido por ser co-productor e ingeniero de sonido del mítico "Dark Side Of The Moon" de Pink Floyd. Es decir, el creador de ese sonido tan pulido, tan claro como agua cristalina que tanto abunda en dicho álbum histórico. Ese mismo personaje formó su propia banda, y fue en 1976 que publiaron su inicial álbum, titulado "Tales Of Mystery And Imagination".

Y sí, está enteramente basado en su parte lírica en la obra del genial escritor norteamericano Edgar Allan Poe, por lo que el álbum está plagado de referencias a éste, incluso en lo musical. Y con esto me refiero al sonido del álbum, bastante oscuro, casi gótico. Es cierto que a Alan Parsons en general, y a lo largo de su carrera musical, siempre le ha gustado mezclar lo fastuoso con lo minimalista, y este álbum es prueba de ello, pues no nos encontramos ante un álbum que esté lleno de pasajes sinfónicos ni música exageradamente orquestada. Por el contrario, el álbum tiene momentos suaves, quietos y delicados.

Esto no significa que el álbum no sea muy progresivo, por el contrario, el álbum se emparenta mucho con la obra del mismo Pink Floyd, aunque también encontraremos referencias musicales de Genesis y King Crimson. Sin embargo, por momentos el álbum carece de la chispa necesaria para ser memorable, por lo que si está en esta lista, es por el peculiar sonido general del álbum, así como por un par de canciones en específico. Desde luego, la gigantesca obra del álbum, la suite "The Fall Of The House Of Usher", de más de 16 minutos de duración y con momentos fantásticos, pero también es de destacar el sonido de "The Raven", bastante oscuro y siniestro, tal y como lo es la obra literaria.

Esto hace que de inicio nos haga pensar que estamos ante una monumental obra discográfica, pero lamentablemente, la obra decae en los siguientes temas, de los cuales lo más destacable es el sonido antes mencionado, mas no sus cualidades individuales. Aún así, se trata de un álbum interesante al cual vale la pena escuchar y, por qué no, disfrutar hasta donde nuestra percepción nos lo permita.

Rock progresivo anglosajón: #56. "Hatfield And The North" - Hatfield And The North (1974)



  1. "The Stubbs Effect" (Pip Pyle) – 0:22
  2. "Big Jobs (Poo Poo Extract)" (Richard Sinclair, Pyle) – 0:36
  3. "Going Up To People and Tinkling" (Dave Stewart) – 2:25
  4. "Calyx" (Phil Miller) – 2:45
  5. "Son of 'There's No Place Like Homerton'" (Stewart) – 10:10
  6. "Aigrette" (Miller) – 1:37
  7. "Rifferama" (Sinclair; arranged by Hatfield and the North) – 2:56
  8. "Fol de Rol" (Sinclair, Robert Wyatt) – 3:07
  9. "Shaving Is Boring" (Pyle) – 8:45
  10. "Licks for the Ladies" (Sinclair, Pyle) – 2:37
  11. "Bossa Nochance" (Sinclair) – 0:40
  12. "Big Jobs No. 2 (By Poo and the Wee Wees)" (Sinclair, Pyle) – 2:14
  13. "Lobster in Cleavage Probe" (Stewart) – 3:57
  14. "Gigantic Land Crabs in Earth Takeover Bid" (Stewart) – 3:21
  15. "The Other Stubbs Effect" (Pyle) – 0:38

El último lugar de la lista es el extraño e interesante, aunque bastante irregular homónimo álbum debut de Hatfield And The North, aparecido en 1974. Dicha banda, forma parte de la escena progresiva conocida como Canterbury Scene, debido a la inmensa cantidad de bandas del género que son originarias de dicha ciudad británica, y entre las cuales se guarda una similitud en su sonido y estilo musical. Cierto es que éste pertenece a su vez al rock progresivo, sin embargo posee ciertas características que le distinguen del resto del progresivo inglpes, como lo son sus orgánicas instrumentaciones, los clásicos jugueteos musicales cercanos a lo infantil y la abundancia de enérgicos sonidos jazzeros que se superponen muchas veces a la elegancia y la fineza.

La banda debuta con este álbum el cual tiene estructura de ópera rock, con 15 temas interconectados, de los cuales hay muchos que son meramente de transición, y donde sólo un par destacan por su estructura netamente progresiva. Me refiero a la interesante "Son Of 'There's No Place Like Homerton'" y la deliciosa "Shaving Is Boring". Además, es importante destacar otra canción muy buena, que cuenta con la colaboración de Robert Wyatt, me refiero a la bella "Fol De Rol", experimental al grado de ser destacable, y memorable.

Del resto del álbum, podemos destacar su constante búsqueda de la experimentación, así como algunos momentos de jazz interesantes, pero no mucho más que eso. Sí, es el mejor álbum de la banda, y uno de los más interesantes de la escena de Canterbury, pero ante el resto del progresivo anglosajón, se queda un poco corto.

jueves, 22 de marzo de 2018

Los mejores 56 álbumes de rock progresivo anglosajón (1969-1979)



Así como ya hice mi recuento de los mejores álbumes de rock progresivo italiano, esta vez hago mi recuento de los mejores 56 álbumes de rock progresivo anglosajón, o por artistas anglosajones. Para esta lista únicamente tomaré en cuenta la época setentera del género, o mejor dicho, desde su nacimiento hasta 1979. Incluyo algunos álbumes instrumentales y otros más rebuscados, pero en general se trata de álbumes clásicos. Todos los álbumes tendrán una breve reseña, las cuales subiré en las semanas siguientes.

56. "Hatfield And The North" - Hatfield And The North (1974)
55. "Tales Of Mystery And Imagination" - The Alan Parsons Project (1976)
54. "2112" - Rush (1976)
53. "In The Wake Of Poseidon" - King Crimson (1970)
52. "Emerson, Lake & Palmer" - Emerson, Lake & Palmer (1970)
51. "Leftoverture" - Kansas (1976)
50. "Brain Salad Surgery" - Emerson, Lake & Palmer (1973)
49. "Lizard" - King Crimson (1970)
48. "Radio Gnome Invisible Part 3: You" - Gong (1974)
47. "Ummagumma" - Pink Floyd (1969)
46. "Tarkus" - Emerson, Lake & Palmer (1971)
45. "Relayer" - Yes (1974)
44. "First Utterance" - Comus (1971)
43. "Third" - The Soft Machine (1970)
42. "The Yes Album" - Yes (1971)
41. "In The Land Of Grey And Pink" - Caravan (1971)
40. "Rock Bottom" - Robert Wyatt (1974)
39. "Tubular Bells" - Mike Oldfield (1973)
38. "Nursery Cryme" - Genesis (1971)
37. "Free Hand" - Gentle Giant (1975)
36. "Meddle" - Pink Floyd (1971)
35. "Larks' Tongues In Aspic" - King Crimson (1973)
34. "The Lamb Lies Down On Broadway" - Genesis (1974)
33. "H To He, Who Am The Only One" - Van Der Graaf Generator (1970)
32. "Fragile" - Yes (1971)
31. "Animals" - Pink Floyd (1977)
30. "Camembert Electrique" - Gong (1971)
29. "Mirage" - Camel (1974)
28. "Ommadawn" - Mike Oldfield (1975)
27. "A Trick Of The Tail" - Genesis (1976)
26. "Acquiring The Taste" - Gentle Giant (1971)
25. "Scheherazade And Other Stories" - Renaissance (1975)
24. "Pawn Hearts" - Van Der Graaf Generator (1971)
23. "Foxtrot" - Genesis (1972)
22. "Hemispheres" - Rush (1978)
21. "Trilogy" - Emerson, Lake & Palmer (1972)
20. "Three Friends" - Gentle Giant (1972)
19. "Hot Rats" - Frank Zappa (1969)
18. "Octopus" - Gentle Giant (1972)
17. "Red Queen To Gryphon Three" - Gryphon (1974)
16. "A Farewell To Kings" - Rush (1977)
15. "Voyage Of The Acolyte" - Steve Hackett (1975)
14. "Crime Of The Century" - Supertramp (1974)
13. "The Wall" - Pink Floyd (1979)
12. "Moonmadness" - Camel (1976)
11. "Godbluff" - Van Der Graaf Generator (1974)
10. "Islands" - King Crimson (1971)
9. "In A Glass House" - Gentle Giant (1973)
8. "The Snow Goose" - Camel (1975)
7. "Red" - King Crimson (1974)
6. "Thick As A Brick" - Jethro Tull (1972)
5. "Wish You Were Here" - Pink Floyd (1975)
4. "Selling England By The Pound" - Genesis (1973)
3. "In The Court Of The Crimson King" - King Crimson (1969)
2. "Close To The Edge" - Yes (1972)
1. "Dark Side Of The Moon" - Pink Floyd (1973)

lunes, 19 de marzo de 2018

Damas y caballeros, estamos flotando en el espacio.


Justo como el título lo sugiere, al igual que la primer frase que se escucha al inicio del álbum, escuchar este álbum es un auténtico viaje sonoro, en donde flotaremos junto con la música, sin importarnos mucho hacia dónde nos está llevando. Sólo sabemos que nos lleva aun lugar donde se siente bien estar ahí, y donde todo el mundo que nos rodea parece empequeñecerse y a banalizarse conforme avanzan los minutos.

Y es que esa fue la propuesta de Spiritualized, banda inglesa que hace, en términos generales, rock espacial para disfrutar y dejarse llevar. Desde su espectacular álbum debut, se puede palpar la innegable facilidad que tienen los músicos por crear música que más que entretener, nos reposiciona en lugares diversos de nuestra propia mente, con el sonar de sus sensibles notas, las cuales pueden ser tan suaves como ásperas. Es por ello que, a pesar de que no se trata de su mejor álbum (cosa que debo de enfatizar), la música contenida en "Ladies And Gentleman, We Are Floating In Space" (1997) resulta ser de lo más satisfactoria de principio a fin.

El álbum destaca más por la calidad individual de muchos de sus cortes, más que por su consistencia como obra total. Algunos de los temas son poco lúcidos, y ello demerita en la calidad general del álbum como pieza de arte. Pero al analizar individualmente las canciones, nos encontraremos con que muchas de ellas son inmensamente hermosas. Tal es el ejemplo de la inicial y homónima "Ladies And Gentleman, We Are Floating In Space", la cual logra sobreponer la emotividad de la música por encima de las múltiples voces que algo nos quieren decir, pero no sabemos exatcamente qué es. Con esta canción inicia el viaje, y si no nos hemos preparado, nos será muy difícil regresar de él. Y si no bastaba con ello, el inicio del álbum se multiplica en calidad con "Come Together", una intensa y angelical canción de rock en su más puro estado sideral.

Pero como había mencionado antes, las inconsistencias son parte de este álbum, y ello se hace evidente en la extensa "I Think I'm In Love", la cual sí es cierto que tiene una base musical muy sólida, y que ello le ayuda a que, de un inicio, nos atraiga como miel a las moscas; sin embargo, la canción se extiende demasiado para mi gusto, y ello le resta más de lo que le suma, por lo que si la canción hubiera durado 5 minutos, estaría hablando de una hermosísima canción, sin embargo, hablo de ella como una buena canción que cae un poco en el tedio y la monotonía. Afortunadamente, la banda recompone en "All Of My Thoughts", en la que se retoma la espectacularidad de los dos primeros cortes, gracias a su dinámica pasivo-agresiva que nos mantiene en un balancín emocional perfectamente ejecutado y logrado.

En la misma línea podemos enmarcar a "Stay With Me", una suave y bella canción que despierta nuestra emotividad con suma facilidad, y que se alza como una de las mejores piezas del álbum. Sin embargo, la banda vuelve a hacerlo, y nos entrega un par de cortes que, en el caso del primero, puede pasar desapercibido, y en el caso del segundo, no debió estar en este álbum. Tanto "Electricity" como "Home Of THe Brave" son tracks que nuevamente dañan la consistencia del álbum, y le hunden un poco más, debido a que suenan fuera de lugar, demasiado experimentales al grado de llegar al sinsentido. Por su parte, "The Individual" es otro experimento, un poco menos desastroso que los temas anteriores, y ello es gracias a que los músicos abogan por incursionar en el Noise de manera más abierta, con más valentía y menos cautela, a diferencia de lo hecho en los temas anteriores. Esta vez los sonidos son más estruendosos, pero más genuinos, y la remembranza de un Sonic Youth en plenitud es tan inevitable como plausible. Este elemento, de haberse introducido de la manera correcta (es decir, como se hizo en "The Individual" y no como se hizo tanto en "Electricity" y "Home Of The Brave") habría elevado la calidad del álbum. En fin.

Pero, como ya se había mencionado, este álbum se salva y se rescata por la calidad individual de muchas de sus canciones, y tal es el caso de "Broken Heart", una desgarradora y estremecedora canción que se mantiene en un crescendo constante tanto musical como emocional, y que en su momento más climático, su momento de ruptura, nos quiebra también a nosotros y nos eleva, o nos hunde, dependiendo de nuestro estado de ánimo, pero de una manera artísticamente magistral. Continuando con "No God, Only Religion" tenemos una estupenda experimentación sonora que es igualmente ruidosa como sinfónica, y que hace del vaivén de emociones una expresión sobrehumana de sensibilidad y poder.

Por si algo le faltaba a este álbum, llega "Cool Waves" con su inmensa belleza y sus coros de Gospel para inundarnos de emotividad hasta niveles insospechados. Luego de la vertiginosa canción anterior, "Cool Waves" es tanto un delicioso descanso auditivo, como una maravillosa canción que roza lo supremo, como un excelente preámbulo del cierre del álbum, por lo que debemos estar atentos cuando lleguemos a este punto del álbum, pues estamos antre otra cima artística de éste. Y aunque un álbum así de bueno se merecería terminar dde gloriosa manera, lamentablemente en este caso no es así, pues "Cop Shoot Cop" es nuevamente una buena canción, con elementos más que interesantes y una estructura tan visceral como estremecedora, pero que lamentablemente se extiende demasiado, y termina ahogándose en los minutos finales. Si este tema, en el que se alternan  momentos de smooth jazz con noise y gospel, se huiera recortado en duración, seguramente el cierre del álbum sería mítico, y el álbum mismo sería una obra cercana a la maestría. Pero no.

Entonces nos quedamos con un muy buen álbum, que en definitiva vale la pena escuchar y disfrutar. Uno que nos hará viajar por diversos lugares de nuestro interior, y que fácilmente sabremos apreciar. Un álbum que pudo ser gigantesco, pero que le sobraron minutos y le faltó consistencia. Un álbum con canciones hermosísimas y momentos musicales majestuosos. Pero no es ni siquiera el mejor album de ese año, ni de esa nacionalidad, ni de la misma banda. Aún así, mi recomendación es que se abrochen los cinturones, pues vale la pena flotar en el espacio con un álbum así de bello.

viernes, 16 de marzo de 2018

La elegancia hecha música - "Want One" de Rufus Wainwright



Se trata de uno de los álbumes más elegantes de lo que llevamos de siglo, una de las obras musicales mejor orquestadas en cuanto a armonías y sonidos, mezclando al rock con elementos sinfónicos, sin ser precisamente rock sinfónico. Es más un rock barroco, que de ninguna manera suena excesivo a pesar del extenso uso de instrumentos orquestales. De hecho, por momentos la música pasa de lo majestuoso a lo minimalista, sin sonar falto de cohesión, sino más bien complementando el sonido general del álbum.


Las influencias de los Beatles y los Beach Boys es más que evidente, sin embargo, el autor (a quien por cierto no he mencionado aún) sabe imprimirle un estilo propio que se distingue claramente y que se separa de sus influencias para conformar un conjunto de canciones que, en la vena de lo antes mencionado, van del pop al dream pop, y del rock al art rock. El autor, Rufus Wainwright, era en aquel entonces un joven de 30 años de edad, en plenitud creativa y musical, y es en este álbum, titulado "Want One", que nos regala sus mejores trabajos (a pesar de que muchos se decantan por su álbum hermano, el "Want Two" de 2004).


El álbum se conforma por 14 canciones de diferentes manufacturas. Tenemos las canciones majestuosas y gigantescas, como la inicial "Oh What A World", una maravilla de canción que sabe homenajear al famoso Bolero de Maurice Ravel, adaptándolo al estilo del músico canadiense, y poniendo desde el mero principio la vara muy alta para el resto del álbum. De la música, podemos decir que está bastante elaborada y magistralmente ejecutada, por lo que su sonido, a pesar de lo complejo que pueda parecer, jamás deja de ser elegante y refinado. Para ello es de mucha ayuda tanto la voz del propio Rufus, como de sus arreglos a la canción. Otra canción de similares características, aunque estructuralmente muy distinta, es la épica "Go Or Go Ahead", mucho menos preciosista, pero mucho más orgánica y emotiva. De inicio parece ser una tranquila canción, sin embargo, muy pronto el autor la llevará a lo más alto con su propia voz, y con la introducción de los demás instrumentos. Pero la voz es la que se lleva a cuestas toda la emotividad de la canción; no es tanto lo que canta, sino cómo lo canta, y por la forma magistral en que lo hace, este es el elemento de mayor peso en esta canción. Aunque no se minimiza de ninguna manera a la música, que es maravillosa también, con su sonido melancólico y desolado, además de los bellos coros de fondo que añaden dramatismo a la canción. La tercer y última canción de corte majestuoso en el álbum, es la esperanzadora y motivadora "Beautiful Child", una oda al amor a la vida, al valor de los sueños, a lo genuino de nuestros sentimientos más profundos. Para mi gusto personal, esta canción es la mejor del álbum, pues lo tiene todo: orquestaciones complejas, una voz majestuosa, una emotividad sin igual, y un espíritu que se transmite con sólo escucharle, sin la necesidad de comprender los elementos técnicos o líricos que ya de por sí son complejos. La canción nos elevará fácilmente y nos llevará de viaje por algunos de los rincones más lejanos de nuestra imaginación y nuestra creatividad innata. Por tan sólo estas 3 canciones, el álbum ya valdría la pena.


Pero también hay canciones de otro corte distinto, como lo son las de sonido pop barroco, entre las que podemos incluir la finísima "I Don't Know What It Is", la vertiginosa y poderosamente popera "Movies Of Myself", la cual además aboga por nuestro lado más rítmico, siendo una pieza prácticamente bailable y alegre; la entrañable "14th Street", plenamente romántica y explícitamente melosa, sin excederse, manteniendo la elegancia por delante, con sus adornos deliciosos, como los coros de fondo, o la exquisita "11:11", un pop dulce y suave. Además, también tenemos a las baladas suaves y sensibles, como la etérea y experimental "Vicious World", en donde nuevamente esos coros de fondo engalanan a la bella melodía, "Pretty Things" con ese piano inconsistente en ritmo, como sustento de la canción; la smooth-jazzera "Harvester Of Hearts", la cual resulta er uno de los mayores deleites del álbum, y qué decir de la canción que cierra el álbum, de manera melancólica e íntima, titulada"Dinner At Eight".


Sin embargo, hay dos canciones que, en su minimalismo, aparentan ser simples pero resultan ser dos joyas extrañas y únicas en el álbum: la maravillosa y finísima "Natasha", que de inmediato nos enamorará por su inmensa belleza, y la elegantísima "Vibrate", con su letra llena de referencias a la cultura de principios de siglo, y su música basada en pinchazos a los instrumentos de un cuarteto de cuerdas, lo cuales hacen perfecto acompañamiento al delicioso falsetto vocal de Wainwright, cosa que de verdad nos hará estremecer.


Este álbum, que cumple 15 años de su aparición en este 2018, es una de las obras más finas y maravillosas de la música de principios de siglo, y una de las más ignoradas. Es por ello que hago homenaje al trabajo de este excelente compositor del que casi todos hemos escuchado pero que en realidad desconocemos su obra. Una obra digna de reconocerse y disfrutarse de principio a fin.

jueves, 15 de marzo de 2018

El Nacimiento del Dream Pop - Treasure, Cocteau Twins



El Dream Pop ces un género musical caracterizado por sus densas atmósferas, sus melodías melancólicas y su ambientación de ensueño. Es como el hijo del ambient con el pop psicodélico, hermano del rock gótico y del shoegazing. En cierta manera, podríamos decir que el nacimiento del género se dio en la década de los años 80, aunque para mi gusto personal, la primer canción de Dream Pop en la historia es "With A Little Help From My Friends" de los Beatles, sí, esa que cantaba alegremente Ringo Starr y que está bellamente orquestada y adornada al grado de sonar como sacada de un sueño. Evidentemente en aquel momento no se le adjudicó título alguno al género de dicha canción, pues pertenecía por sí misma a algo mucho, mucho más grande.

Así que, en el estricto sentido, puedo decir que el Dream Pop nació plenamente con un álbum de 1984 publicado por la peculiar banda escocesa Cocteau Twins, conformada por Elizabeth Fraser (voz), Robin Guthrie (guitarras) y Simon Raymonde (bajo), el cual llevaba por título "Treasure", un título muy apropiado para lo que la banda propondría en esta novedosa grabación. Es cierto que en sus dos álbumes anteriores, así como en sus diversos EP's publicados entre 1982 y 1984, la banda ya había mostrado indicios sonoros del pop de ensueño, sin embargo, la mezcla de éstos con sonidos del rock gótico y el post punk evitaban que como tal se terminara de gestar el estilo que, una vez hallado, no habrían de soltar en el resto de su carrera.

"Treasure" está conformado por 10 tracks, todos ellos con un nombre propio por título, y nombres de diversos orígenes y significados, por lo que no encontramos nombres ingleses comunes como John o Mark o Steve. No, los nombres elegidos por la banda son Ivo, Lorelei, Beatrix, Persephone, Pandora, Amelia, Aloysius, Cicely, Otterley y Donimo. Todas ellas de una manufactura muy refinada (acorde con los sonidos de la época) y con una elegancia innata que no está peleada en absoluto con la innovación y el uso de sintetizadores. Todo lo contrario, las cajas de ritmos, los órganos y demás sintetizadores son el fundamento base para la ambientación de la música, además claro, de la angelical voz duplicada de Fraser, ya sea en las estrofas principales o en los coros que de vez en cuando aparecen a lo largo del álbum.

De todos los tracks, quizás el más conocido es "Lorelei", dado su éxito comercial menor, sin embargo, estas canciones no están hechas para la radio, ni para ser escuchadas de manera individual; todas conforman un concepto meramente sonoro que se aprecia de manera unificada cuando se escuchan los 10 temas de manera continua, por lo que lo recomendable es eso, escuchar el álbum completo de principio a fin. Mi track favorito es "Beatrix", y no porque crea que es mejor que los demás, sino porque fue el primer tema del álbum que escuché, y el que me enganchó al sonido del álbum. Sin embargo, en las canciones no hay inconsistencia alguna que haga que desmerezca un tema con respecto a otro.

Desde la calidez de "Ivo" hasta la frialdad épica de "Donimo", pasando por la dulzura de la ya mencionada "Beatrix", el sonido semi industrializado de "Persephone" o "Cicely", la belleza de "Pandora" y "Aloysius" o la suavidad de "Otterley", que es todo lo ambient que puede ser una canción de dream pop, todas las canciones están recubiertas de un etéreo y denso aire que engalana e incrementa la sofisticación del sonido final. Cierto es que es inevitable el detectar que la música es ochentera; es una cualidad de la que muy poca música de esa época es capaz de prescindir, sin embargo, en el caso de este álbum, es un elemento que le favorece, ya que de alguna manera explotan ese sonido ochentero al grado de hacerle sonar bello y mágico.

Así que estamos ante un álbum plenamente fundacional, no por ser el primero en tocar ese género en la historia, sino por detonarlo a nivel mundial e influir a infinidad de artistas posterior a su aparición. Un álbum fundacional como el "Nevermind" de Nirvana, el "Revolver" de los Beatles, el "Never Mind The Bollocks" de los Sex Pistols, o el"Definitely Maybe" de Oasis, por mencionar a algunos.

Esto hace de "Treasure" una joya doblemente valiosa, muy a pesar de su poco reconocimiento con el paso del tiempo. Entonces, disfrutemos de un álbum denso pero accesible, bello pero extraño, calmo pero intenso. Una joya máxima de la década ochentera, y un punto de partida para muchas bandas excepcionales de años posteriores.

martes, 13 de marzo de 2018

El mejor álbum del siglo, o la obra dedicada al estado céntrico de Illinois, o el mayor legado del señor Sufjan Stevens, o de cómo honrar al amor que se le tiene a la música sin atentar contra sus principios y fundamentos.



Se veía venir. Para 2005 el nacido en Detroit, Michigan en 1975, de ascendencia armenia y con un genio creativo bastante notable, Sufjan Stevens, ya había grabado una serie de álbumes y EP's de enorme calidad. Cuando cumplió 25 años publicó su primer álbum. A los 28 grabó el álbum dedicado a su estado natal, Michigan, el cual fue ampliamente alabado. Para 2004 el ascenso creativo continuaba con esa maravilla llamada Seven Swans. Se veía venir que este singular músico nos regalaría un trabajo gigantesco.

Entonces, cuando cumplió 30 años, su enorme talento acompañado de la gracia divina (en la que él mismo cree fervientemente) dieron como resultado un enorme regalo para el mundo. Él decía que iba a componer un álbum para cada estado de la Unión Americana, cosa casi imposible. Sin embargo, sí que le dedicó su esfuerzo y dedicación al estado que él mismo considera como el centro de su país natal, Illinois. Así que comenzó a grabar, con instrumentos de baja fidelidad auditiva, y con enormes orquestaciones, el que sería su obra maestra, y uno de los 3 mejores álbumes (para mí) de lo que llevamos de siglo.

Tanto el álbum, como las canciones, tienen títulos muy descriptivos, y las letras hacen referencia a sucesos, personajes, lugares y demás siuaciones originadas o acontecidas en el ya mencionado estado norteño de Estados Unidos. Todo mundo conoce el álbum como "Illinois", aunque su verdadero nombre es "Sufjan Stevens Invites You To: Come On, Feel The Illinoise".  La obra abre con una suave y delicada canción a base de piano, que narra un avistamiento ovni sucedido años atrás, y lleva por nombre "Concerning The UFO Sighting Near Highland, Illinois". De inmediato resalta la suavidad de la voz de Stevens, así como su sensibilidad musical. Seguido, una canción en la que tardo más en escribir su nombre que en lo que dura: "The Black Hawk War, or, How To Demolish An Entire Civilization And Still Feel Good About Yourself In The Morning, or, We Apologize For The Inconvenience But You're Going To Have To Leave Now, or, I Have Fought The Big Knives And Continue To Fight Them Until They Are Off Our Lands!", la cual es un crescendo épico, glorioso, que funciona como magistral transición para la primer gran canción del álbum, la jazz-folk "Come On Feel The Illinoise ( Part I: The World's Columbian Exposition, Part II: Carl Sandburg Visits Me In A Dream)", una fantástica canción dividida en dos mitades. La primera muy alegre, vivaz la cual nos habla de la exposición mundial de Columbia, acontecida en Chicago a principios del siglo XIX. Musicalmente existe una enorme variedad de instrumentos, además de que la canción está en un beat rarísimo. Sin embargo, esta complejidad aparente no es ningún impedimento para que la canción entre como cuchillo en mantequilla por nuestros oídos, y se grabe en nuestra memoria con suma facilidad. La segunda mitad es más introspectiva, mientras Sufjan nos narra una extraña visita en sueños, los sonidos folk de antes pasan a ser orquestales, gracias a la aparición de un cuarteto de cuerdas que sostiene a toda la emotividad de esta segunda mitad, al grado de transportarnos suavemente hasta el final de la canción, y hacernos sentir estremecer con cada segundo que se acerca a éste. Estamos dopados con la hermosa droga musical de la que no pudimos escaparnos, y ahora nos encontramos en un éxtasis emocional y cerebral.

Pero tanta alegría se ve apagada de pronto, gracias al siguiente track, el estremecedor y escalofriante "John Wayne Gacy Jr.", el cual nos narra la historia del famoso asesino serial que además animaba fiestas infantiles disfrazado de payaso. Musicalmente estamos ante un folk maravilloso, a base de piano, bajo y guitarra, que sube y baja de intensidad conforme se nos cuenta la aterradora historia. Para cerrar con broche de oro Sufjan nos dice que "...en nuestro mejor comportamiento, nosotros somos justo como él...". Fantástico. Pero regresemos a la alegría de antes. "Jacksonville" se encargará de ello con una facilidad impresionante. Las cuerdas iniciales nos indican que algo maravilloso comienza, y la canción da un giro inmediato al suplir esas cuerdas con un banjo y un riff de guitarra campirano y agradable. Además de la capacidad que tiene el compositor para acomodar las letras de las canciones en melodías que se disfrutan para cantar. "I'm not afraid of the black man running, he's got it right, he's got a better life coming" cantamos con enorme deleite mientras la canción comienza. En el puente regresan las cuerdas brevemente, y el coro es una melodía en trompeta que es imposible de olvidar. El susto del asesino serial ya ha pasado.

Luego del bervísimo interludio de cuerdas "A Short Reprise For Mary Todd, Who Went Insane, But For Very Good Reasons", escucharemos otra de las delicias del álbum, "Decatur, or Round Of Applause For Your Stepmother", una canción folk nuevamente con el banjo como protagonista, que más que ser bella, es deliciosa, gozosa y disfrutable. La letra, más que hablar sobre la ciudad (Decatur) nos habla de la valía que tiene una madre (o madrastra) en la vida de las personas. Si leemos la letra, gozaremos lo doble, no por el contenido, sino por la métrica; es fantástica. "One Last 'Woo-Hoo!' For The Pullman" es eso, un último Woo-Hoo que dura 6 segundos, pero que antecede a otra magnánima canción, "Chicago" (el nombre oficial es "Go!, Chicago!, Go!, Yeah!"), un hermoso pop con armonías vocales, cuarteto de cuerdas, y unas melodías tan simples como perfectas. Las ambientaciones sinfónicas le suben un par de peldaños a la canción, por lo que no podremos evitar el escucharla hacia arriba, cosa que más que ser algo negativo, la engrandece aun más. Y el coro es uno de los más pegajosos que haya escuchado en toda mi vida. Vaya joya. Y es que no era para menos, la canción dedicada a la gran metrópoli del estado, y una de las 3 ciudades más importantes del país, una ciudad con tanta historia y tantos matices, tendría que ser memorable y gigantesca, justo como lo es la ciudad.

La emotividad y sensibilidad nuevamente hacen acto de presencia, y lo hacen con otra escalofriante y estremecedora canción. "Casimir Pulasky Day" lleva por nombre, gracias a la festividad local que se celebra en el estado, en honor al caudillo polaco Casimir Pulaski, quien contribuyó de sobremanera en la revolución americana, y la cual se celebra el primer lunes de marzo. Pero la letra nos habla de algo más humano y crudo. Tú conoces al amor de tu vida, y de pronto descubren que tiene cáncer, y te pones a recordar los momentos que los marcaron como pareja, como seres de amor y de luz. Inevitablemente se va y por  duro que sea, lo tienes que aceptar. La línea que dice "...On the first of march, on the holiday, i thought i saw you breathing" debe ser el punto de quiebre para todos los escuchas. Un poco de intervención divina para humanizar más a la letra, y unas lágrimas de nuestra parte hacen el resto. La música es folk, una guitarra, un banjo que toca el riff más triste que haya escuchado en mi vida, y una trompeta que de pronto aparece para sumergirnos más en la tristeza. La sensibilidad.

Otro breve interludio aparece para apaciguar las aguas, y permitirnos secar nuestras lágrimas: "To The workers Of The Rock River Valley Region, I Have An Idea Concerning Your Predicament". Esto es necesario, pues el siguiente tema es el más alegre quizás y el más fantasioso de todo el álbum, "The Man From Metropolis Steals Our Hearts", y sí, habla del mismísimo superman. La canción es energía pura, de pronto pasa de ser un rock duro a una sauve melodía  folk. Los coros son otra vez memorables y las melodías vocales se nos grabarán en nuestra cabeza irremediablemente. Una más, pues ya son muchas las canciones con estas características en un mismo álbum. Es por ello que doy crédito a la intervención divina para la realización de este álbum: no puede ser sólo humano algo tan majestuoso. A continuación, uno de los interludios más extraños, con más identidad, tanto así que no se podría considerar como una transición, sino como una canción por sí misma: "Prairie Fire That Wanders About (Peoria)", referente a la ciudad con ese nombre en el estado inspiración del álbum. Y ahora sí, una transición, "A Conjuction Of Drones Simulating The Way In Which Sufjan Stevens Has An Existential Crisis In The Great Godfrey Maze".

Las canciones siguen y siguen, y la proxima es una auténtica oda al amor, tanto en su letra como en su música. "The Predatory Wasp Of The Palisades Is Out To Get Us!" es otra gran canción, esta vez referente al primer amor, a lo que sentimos en el estómago y al dolor de perderlo, cosas que todos nosotros hemos sentido. La música igualmente lo transmite, pues pasa de un inicio calmo y sensible (la fase de conocer a la otra persona) a una ruptura maravillosa y literalmente extasiante (el enamorarse), que roza la epicidad y aumenta nuestras pulsaciones con cada nota. Luego viene la pérdida y la canción pierde la magia que antes relucía, desembocando en una canción de terror clásico. "They Are Night Zombies!! They Are Neighbors!! They Have Come Back From The Dead!! Ahhhh!!" tiene por nombre esta peculiar y memorable canción, la cual tiene un coro intrincado pero pegajoso. Inicia deletreando el nombre del estado en unas armonías vocales bellísimas, pero la música es siempre oscura, y sí, nos habla de una invasión zombie de la que tenemos que sobrevivir. La parte final de la canción, en donde todas las voces se juntan, es un delicioso caos ordenado que nos asombrará enormemente, y que una vez finalizado, dimensionaremos como uno de los momentos musicals más altos y plenos en todo el álbum.

A continuación, la aparición de dos interludios nos marca el inicio del fin del álbum, primero "Let's Hear That String Part Again, Because I Don't Think They Heard It All The Way Out In The Bushnell", un breve y bello corte de cuerdas de apenas 40 segundos de duración, y posteriormente "In This Temple As In The Hearts Of Man For Whom He Saved The Earth", con un bajo perfil que adelanta la tónica de la siguiente canción: "The Seer's Tower", una enigmática y oscura canción que contrasta totalmente con todo lo que hemos escuchado en el álbum, y que de alguna forma, nos permite reflexionar sobre lo que hemos escuchado, y nos prepara para el gran cierre que tiene el álbum.

Cuando ya todo parecía terminado, llega una última muestra del ingenio, la creatividad, el virtuosismo, la sensibilidad y el enorme talento de Sufjan. "The Tallest Man, The Broadest Shoulders (Part I: The Great Frontier, Part II: Come To Me Only With Playthings Now)", una especie de remebranza a drede del primer gran tema del álbum, el homónimo. Incluso las reminiscencias llegan a la estructura de la canción, dividida en dos partes, así como en la música misma: las melodías del piano, el beat raro, la alegría contrastada con la sensibilidad de una parte y la otra. Pero de ninguna manera es un autoplagio, ni un mal logrado intento de repetir el nivel de la homónima. Se trata de un cierre conceptual para el álbum, una forma de regresar al punto inicial luego de haber viajado por infinidad de lugares y escuchado infinidad de maravillas. "Riffs And Variations On A Single Note For Jelly Roll, Earl Hines, Louis Armstrong, Baby Dodds And The King Of Swing, To Name A Few" es el último interludio, que da pie a la instrumental final "Out Of Egypt, Into The Great Laugh Of Mankind, And I Shake My Sandals As I Run", una épica orquestación, emotiva y deliciosa que ahora sí, pone el broche de oro que un álbum así de giganteso necesitaba.

Estamos ante uno de los grandes álbumes de la historia, el legado de Sufjan Stevens, una obra majestuosa que jamás será igualada, y que no tenía un antecesor con el cual compararla, lo cual hace que su originalidad sea aun mayor, en una época en la que ser original es casi imposible. Señor Stevens, Sufjan, gracias por esta maravilla, por este regalo para mí, pues lo he adoptado como mío. En realidad es un regalo para todos los amantes de la música, para toda la humanidad que en cierta forma, está representada en alguna de las canciones, sin importar de donde sean o cual sea su situación. La universalidad del álbum hace que más que ser un álbum para Illinois, sea un álbum para la Tierra, y todos sus habitantes.

Todos somos Illinoise, amén.

lunes, 12 de marzo de 2018

Bon Jovi, o el intermedio justo entre los Beatles y los Rolling Stones.




Desde niño, y gracias a mi hermano mayor, me ha gustado el rock y sus derivados. Él fue quien me enseñó la maravillosa música de los Beatles a mis tiernos 4 años de edad. Además, a través de él conocí a muchas bandas de rock de épocas anteriores a la mía. Una de ellas fue Bon Jovi, aquella banda oriunda de New Jersey que tocaba rock que lo mismo podía sonar duro como popero. Sus canciones más conocidas me las sabía de memoria desde pequeño, además por la antes mencionada intervención fraternal, por la facilidad melódica de sus canciones. Canciones memorables y accesibles, que hoy en día son considerados sí o sí como clásicos del rock, aún para los más puristas.

Y es que ese es el mayor mérito de la banda liderada por el sobrino del exitoso productor Tony Bongiovi, el hacer buenas canciones de rock, que además son melódicas y pegajosas. Es cierto que en su época inicial sólo tuvieron un éxito, la vertiginosa "Runaway" de su álbum debut aparecido en 1984. También es cierto que sus dos primeros álbumes no sólo son olvidables, sino que también se podrían considerar como prescindibles e intrascendentes. Sin embargo, el ingenio de la dupla compositora de la banda, conformada por Jon Bon Jovi y su guitarrista principal Richie Sambora, nos regalaría en su tercer álbum algunas de las canciones ochenteras más memorables, disfrutables, simples y efectivas que se hayan escrito.

Fue en "Slippery When Wet" que el rock duro ochentero se mezcló con las melodías beatlescas y las letras simples pero ingeniosas, para que existieran canciones tan importantes como "You Give Love A Bad Name", "Livin' On A Prayer" y sobre todo "Wanted Dead Or Alive". Por ello, nos resulta imposible no simpatizar con esta música por demás accesible, y bien hecha. Es cierto que es más pop que rock, pero la influencia de los Stones y los Beatles es más que presente en cada uno de los tres temas antes mencionados. Además, no es necesario hacer jazz fusion, thrash metal o post punk, por poner algunos ejemplos, para que la música sea buena o tenga valía. El pop-rock es de hecho el punto de partida para todo lo que hoy conocemos. Y si el pop-rock está bien hecho, entonces las canciones trascienden y siguen gustando a más de 30 años de haber sido publicadas.

Melódicamente, armónicamente y rítmicamente, no escuchamos ningún facilismo, al menos en las 3 canciones que ya se han indicado, los arreglos son simples pero no malos, la estructura de las canciones es netamente rockera y los músicos son suficientemente capaces como para entregarnos música de alta calidad en ejecución y composición. Por donde se le mire, no hay forma de desprestigiar a esta música. Ahora bien, de ese álbum sólo he mencionado a 3 canciones, y no es sólo porque sean las más conocidas, sino porque son las 3 mejores canciones de la época ochentera de la banda. Tanto el resto de ese álbum, como la totalidad del subsecuente "New Jersey" de 1988 son de menor valía. En éste último la música sobrepasa las pretenciones, cae en los facilismos, en la grandilocuencia, la autocomplacencia y la tentación de la fanfarronería del glam metal ochentero, la cual se apodera no sólo de la actitud de los músicos, sino de sus resultados artísticos también. Por lo que esas 3 canciones son todo lo que tenemos como fundamento hasta ahora, entonces, ¿por qué dedicarle un escrito a ua banda que en 4 discos sólo escribió 3 canciones buenas?

Bueno, primero que nada, por el valor emocional que esta banda tiene para mí, porque me sé muchas de sus canciones ochenteras a pesar de reconocer que son excesivas, pobres o intrascendentes. Pero también por lo que vendría después de su decepcionante álbum de 1988 (el año de mi nacimiento, por cierto). La banda sufriría una ruptura más que necesaria, en la que todos se dedicaron a lo suyo, siendo lo más destacable la muy buena banda sonora de Jon Bon Jovi a la película "Young Guns II" de 1990. Esto no sólo marcó el inicio de una nueva era en la banda, sino que significa el segundo de sus méritos como banda a lo largo de tantos años: la rapidez de adaptación a los cambios sufridos por el mundo musical.

En 1991, mientras la banda estaba separada, el rock a nivel mundial sufrió una transformación bestial e irreversible, liderada por el grunge y su maltrecho frontman, Kurt Cobain. Así que todas esas banditas con peinados de señoras y rock fanfarrón tuvieron que afrontar una dura disyuntiva: reinventarse o morir. Y mientras el 99% de esas bandas murieron, Bon Jovi se reinventó. Así que para 1992 publicarían su primer álbum noventero, el fresco y hasta fino "Keep The Faith", de 1992. No iban a subirse al tren del grunge, la banda nunca mostró señas de ser depresivos, ni agresivos. Así que su música se movió a terrenos más coloridos, sin dejar de hacer rock en su totalidad. De ahí se extraen grandes canciones como "Keep The Faith", "In These Arms" o "Bed Of Roses", ésta última una perfecta muestra de la reinvención de la banda, pues aunque fácilmente pudo ser una power ballad, se quedó en una sensible y delicada canción pop. El álbum como tal, entra de pronto a los terrenos del house, el dance y demás sonidos que antes le escuchamos a U2 en su aclamado "Achtung Baby". Así que mientras Def Leppard sacaba un disco aún de glam metal, el cual sonaba avejentado y fuera de lugar, Bon Jovi era una banda nueva, que buscaba seguir ostentando el lugar en lo alto de las listas de popularidad, sin atentar en contra de sí mismos a un nivel musical.

La aparición posterir de un disco recopilatorio (que siempre vivirá en mis memorias como un dador de algunos de los momentos más felices de mi infancia) llamado "Crossroads" en 1994 hacía pensar que la banda ya había agotado su fuente de creatividad. Con él apareció un sencillo efectivo (aunque muy meloso, para mi gusto) que se llamaba "Always", mucho más popero que rockero, pero que logró nuevamente colarse en la memoria colectiva por muchos años después de su aparición. Sin embargo éste también era un espejismo, pues la banda se encontraba planeando xel que resultaría ser su mejor álbum, el más oscuro y hasta furibundo de toda su carrera, además de ser el que me motivó para hacer este escrito.


Fue en 1995 que publicaron "These Days", un álbum a mi parecer infravalorado, que tuvo éxitos comerciales pero trascendió más por su calidad artística que por su nivel de popularidad. Un álbum menos accesible, más rasposo y rockero, acogiendo las raíces del género y adoptándolas para hacer por primera vez música más rockera que popera. Y por alguna razón, nadie recuerda este álbum, y si acaso una canción es la que más o menos se recuerda (en México sólo se recuerda por su lamentable versión en español). Pero bueno, más allá de eso, el álbum marca el pico creativo más alto de la banda. Tan sólo para empezar, "Hey God" empieza con las notas más oscuras que se le hayan escuchado a la banda, pesadas y lentas.

Sin llegar a ser un álbum histórico, ni una obra maestra, sí puedo decir que de las 14 canciones que le conforman, por lo menos 8 son de una calidad altísima, superando el nivel artístico de cualquier otra cosa que haya hecho la banda en su historia, nivel que jamás volverían a alcanzar. La ya mencionada "Hey God", un potente reclamo al creador con la voz de Jon sonando más rockera que nunca. La deliciosa y muy stoniana "Somethig For The Pain", con un riff maravilloso y unas armonías vocales perfectas, incluso experimentales en algún punto de la canción, pero tomando mucho de las raíces del rock. La anti-romántica y con toques de soul y R&B "This Ain't A Love Song", que fue la más popular del álbum y que, como decía, tiene un nivel de emotividad cercano al de mejor soul de los años 60. Qué decir de "These Days", es la más entrañable de todas las canciones del álbum, y quizás la mejor en el historial de la banda, quizás. En sus más de 6 minutos de duración nos encontramos con una perfecta mezcla de rock y pop, de Stones y Beatles, y mientras las melodías son deliciosas y las guitarras y los solos son poderosos, la emotividad de la canción nos hace sentir infinidad de cosas.

Otra enorme canción es "Lie To Me", más oscura que su antecesora, incluso por momentos deprimente, lo cual es también algo nuevo que la banda supo explotar muy bien, dando resultados mejores a los esperados. Y si antes decía que quizás la canción homónima era la mejor de la banda en su historia, es porque también ese lugar lo podría tomar la impresionante "My Guitar Lies Bleeding In My Arms", una gigantesca muestra del blues más emotivo que se haya escuchado en muchos años, que además nuevamente contiene una letra desesperanzadora, más real y cruda, perfectamente acoplada con la fascinante música que de principio a fin no tiene falla alguna. Por su parte, "Hearts Breaking Even" es otro soul/R&B maravilloso y por demás disfrutable. La emotividad de la banda está alcanzando niveles altísimos, y con ello la música también se eleva. Otra vez, los Rollling Stones hacen acto de presencia en esta maravillosa canción, adornada con melodías beatlescas y reitero, un alma gigantesca. El buen Sam Cooke, el gran Otis Redding y la diosa Aretha dejaron un legado gigantesco, presente en esta delicia.

La última de las enormes canciones del álbum, a mi gusto, es la pop-rockera "If That's What It Takes", muy a la McCartney, llena de melodías accesibles y un alma rockera, tal y como el resto del álbum. Las demás canciones que no mencioné, no son malas en absoluto, sólo que al lado de las 8 grandes canciones del álbum, sí se ensombrecen un poco. Pero por mucho, este álbum es el mayor legado artístico de la banda, un rescate al rock verdadero que jamás habían hecho y que jamás volverían a hacer, una mezcla perfecta entre Beatles y Rolling Stones. Hacer eso no debe ser nada fácil.

Posterior a esto, la banda sufriría una segunda separación, la cual les ayudó para regresar con más fuerza que nunca, con su poperísimo, aunque destacable álbum de 2000 llamado "Crush", del cual se extrae la canción más famosa de la banda, "It´s My Life". Sin embargo el alma rockera se había ido, y ya jamás regresaría, por lo que el buen pop del disco no trascendió más allá de su estandarte de canción, y sus niveles de ventas en aquel año.

Y es con ello que muere la historia de Bon Jovi, algunos álbumes posteriores confirmaron la debacle inexorable de la banda, como la de cualquier otra. Muchos puristas desprestigian su trabajo, lleno de altibajos, pero con una joya de la que nadie se acuerda, y que está ahí, para recordarnos que la verdadera década gloriosa de la banda no fueron los años 80, sino los magistrales 90. A mí me gusta la banda desde niño, pero también con los ojos y el conocimiento de años de escuchar música, he redescubierto el verdadero valor de esta banda, y he encontrado la joya que quedará para la posteridad como su mejor trabajo, casualmente el más rockero y con mayores referencias a las raíces del rock. ¿Coincidencia?

"...I'll send this songs to you wherever you are, as my guitar lies bleeding in my arms..."