jueves, 1 de julio de 2021

15 canciones predilectas de U2

 


Para algunos es una de las bandas más sobrevaloradas de la historia del rock, y para otros es una injusticia la forma en que se demerita el trabajo de los irlandeses. Sin embargo, a pesar de que su evolución musical se vio truncada muy temprano en su carrera, nadie puede negar el legado histórico que tiene Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry  Mullen jr., dentro de la escena rockera. Se trató del brillo musical más intenso en el rock ochentero, y más allá de su alcance político y humanitario, en lo estrictamente musical son un hito que hicieron grandes canciones, pero sobre todo, grandes álbumes. Para celebrarlo haré la ya habitual lista de mis 15 canciones preferidas. 


15. "Pride (In The Name Of Love)" del álbum The Unforgettable Fire de 1984


Una canción extremadamente política, con la que se hicieron de un renombre en los Estados Unidos (que siempre fue el público objetivo de la banda) por su clara referencia hacia la figura de Martin Luther King. La canción es una típica canción de rock pero, como es costumbre en los irlandeses, con una enorme dosis de emotividad que se potencía en los coros. 


14. "Desire" del álbum Rattle And Hum de 1988


Extraído de su no tan afortunado intento por homenajear a las raíces norteamericanas del rock, tenemos esta explosiva y efímera canción, que en su brevedad nos entrega momentos de exquisitez melódica. El coro de la canción es la insignia no sólo del tema, sino de todo el álbum, pues se trató del mayor éxito extraído del plato. 


13. "Beautiful Day" del álbum All That You Can't Leave Behind del 2000


Luego de que los noventa fueran para U2 lo que los ochenta fueron para las grandes bandas de rock de los sesenta y setenta, iniciada una nueva numeración anual publicaron este álbum de resurgimiento, que en un inicio fue bien recibido por todos, pero que muy pronto se agotó a base de repetición tras repetición (la banda lo intentó emular durante todos los 2000s, al igual que intentó emular al Achtung Baby en los 90). Con todo eso, la canción es una auténtica bocanada de aire fresco, no sólo para los seguidores de la banda, sino para el panorama rockero en general, que se veía invadido por géneros que nada tenían que ver con él.


12. "I Still Haven't Found What I'm Looking For" del álbum The Joshua Tree de 1987


La emotividad que tiene esta canción es algo con lo que todos nos relacionamos de alguna manera. Se trata de un gospel modernizado y adaptado al sonido de la banda en los ochentas, que se logró de maravilla y que dadas las condiciones correctas, logrará ponernos la piel chinita por su precisión melódica y emotiva. Si bien, no es la única canción de este estilo en el repertorio de la banda, sí es la más reconocida. 


11. Who's Gonna Ride Your Wild Horses?" del álbum Achtung Baby de 1991


Con una nueva década, la banda renovó su sonido, y el resultado fue el espectacular y vanguardista Achtung Baby. De él se extrae esta joya, una canción que transita entre el shoegazing, el house y el gospel, pero con la característica marca de la banda (fácilmente reconocible por el sonido de la guitarra de The Edge). El nuevo sonido de U2 era por demás esperanzador, y resultó una lástima que en álbumes posteriores esa esperanza se desvaneciera.


10. "Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me" sencillo de 1995


En medio de la crisis musical y creativa más grande de la banda, publican esta canción, parte del soundtrack de una muy mala película de Batman. Todo apuntaba hacia el desastre, pero la banda sale airosa gracias a su ingenioso riff, más la estructura simple y orientada principalmente hacia el rock (y no al dance, trip hop, hip hop o cualquier cosa que experimentaran en esos días). No es la exhibición más brillante de la banda, pero sí es una atractiva y memorable canción de su peor época. 


9. "Sunday Bloody Sunday" del álbum War de 1983


Esta canción fue el primer gran éxito de la banda, y con justa razón. La letra es contundente, y la música no se queda atrás en ese rubro, pero además es ingeniosa e innovadora en una época en la que las innovaciones no eran parte de sistema. La banda jamás volvió a hacer una canción así de poderosa y así de contundente, y como testimonio, sólo nos queda esta joya. 


8. "Hawkmoon 269" del álbum Rattle And Hum de 1988


Siguiendo el éxito que "I Still Haven't Found..." les había dejado un año atrás, la banda decidió volver a adaptar un góspel para su nuevo álbum, y el resultado nuevamente fue una absoluta maravilla. Esta vez, la canción va en un ligero ascenso, de modo que la emotividad es mayor hacia el final que en el principio de ésta. Además, aquí es más notorio el coro característico de esta música, y sólo por ello, está algunos puestos más arriba en mi lista.


7. "Staring At The Sun" del álbum Pop de 1997


Sí, la banda llegó a tener un álbum titulado Pop, y como se puede adivinar, se trató de un álbum desastroso. Sin embargo, de él rescato esta maravilla, que además de traerme un montón de recuerdos de mi infancia, musicalmente es una obra destacada. Con una cierta dosis de rareza, extraída principalmente del inusual sonido de la guitarra, pero en un riff memorable, el tema se erige como un logro musical que otros álbumes no pudieron tener (Zooropa).


6. "Bad" del álbum The Unforgettable Fire de 1984


Todos los reflectores del álbum se van hacia In The Name Of Love, pero ahí, escondida y con bajo perfil, está esta joya musical absoluta, que nuevamente apela a la emotividad (un don innato en prácticamente todos los riffs de The Edge), que desde las primeras notas se encarga de tocar las fibras más sensibles de nuestro oído y de nuestra alma misma. Nadie en los ochenta hacía música así. 


5. "Tryin' To Throw Your Arms Around The World" del álbum Achtung Baby de 1991


Es "la otra" balada del álbum, aunque yo la clasificaría abiertamente como una canción pop, dada la estructura, la melodicidad y la infinidad de recursos de estudio que contiene el tema. No por ello se trata de una canción menor, al contrario, estamos frente a uno de los temas más bellos del mítico álbum noventero de la banda, en donde el esbozo de riff junto con una base rítmica espectacular (en especial el bajo, que nunca se le da mérito al buen Adam Clayuton) crean la atmósfera perfecta para la emotiva letra de Bono. 


4. "Running To Stand Still" del álbum The Joshua Tree de 1987


De este álbum fácilmente pude haber elegido todas las canciones para esta lista, pero dado el sentido subjetivo de la misma, me tuve que ver en la necesidad de elegir mis absolutas preferidas. Y ésta es una de las más. El U2 emotivo de los ochentas creo que es la faceta más grandiosa e insuperable de la banda. Esta canción se sustenta principalmente en 2 acordes, y sobre ellos se construye este auténtico monumento. Quizás esa simplicidad es lo que hace del tema uno de mis favoritos de la banda.


3. "Where The Streets Have No Name" del álbum The Joshua Tree de 1987


De esta manera tan espectacular y poderosa es como inicia el mejor álbum de toda la década de los ochenta, y uno de mis 25 favoritos de todos los tiempos. Una secuencia melódica absolutamente celestial nos recibe, en un órgano, para luego ser alcanzada por Edge y su guitarra. De aquí la canción explota, y Bono nos marca la pauta a seguir. Nos dice cuando emocionarnos, cuando escuchar, cuando estallar y cuando agradecer. Dos estrofas, dos coros, un puente y un coro final. Y eso sí, ese sonido celestial del inicio también nos despedirá, de forma gloriosa, y nos dejará maravillados por la monumental canción que acabamos de escuchar. 


2. "One Tree Hill" del álbum The Joshua Tree de 1987


Todo, absolutamente todo en esta canción es bello. La sucesión melódica, las armonías, las cuerdas que de fondo adornan y sostienen la melodía principal de la canción, la potente voz de Bono, la sublime guitarra de Edge, el delicado sonido del bajo de Adam Clayton y el espectacular ritmo impuesto por Larry Mullen. Todo es perfecto, todo encaja, todo nos guía hacia un destino; la melancolía, la belleza, la soledad y el dolor. Pocas canciones así de perfectas en la música contemporánea. 


1. "One" del álbum Achtung Baby de 1991


Ya sé que es muy cliché que mi canción favorita de U2 sea One, pero es que es una maravilla. Más allá del alcance comercial que evidentemente tiene la canción, musicalmente es maravillosa, la secuencia melódica es perfecta, diseñada para transmitir el mensaje más allá de lo que diga la letra, ese mensaje subjetivo y personal que todos obtenemos de una canción bien hecha, en la que son los sonidos los que nos guían y nos llevan por paisajes diversos, que se acoplan de una u otra forma a nuestro estado de ánimo. Dentro de un álbum vanguardista, mi canción favorita es la más convencional de todas. Inusual en mí. 

martes, 29 de junio de 2021

Metallica en canciones

 


Desde sus inicios, Metallica siempre se caracterizó por ser una banda que generaba polémica, incluso entre sus mismos seguidores. Ya sea por la inclusión de baladas en sus discos, por la sustitución de un elemento fundamental de la banda tras su muerte, el ingreso al mainstream, la demanda contra Napster, o la más reciente, el anuncio de su 'blacklist', es decir, artistas de dudosa reputación (sólo algunos) recreando las canciones de su mítico álbum negro. De cualquier manera, no por ello deja de ser una de las bandas fundamentales no sólo del metal (del cual es un pilar fundamental), sino del rock como género. Así que por ello, he decidido hacer una lista con 15 canciones que a mí me encantan de esta polémica agrupación.


15. "Battery" del álbum Master Of Puppets (1986)


La canción que abre el tercer disco de la banda, inicia, como en su álbum antecesor, con una intro de guitarra acústica, pero a diferencia de su antecesor, las notas no son cursis, baladescas, ni mucho menos; son oscuras y ominosas, y ello se confirma una vez que entran los demás instrumentos. El poderío de la banda se expone con una explosividad característica del género que ellos mismos habían ayudado a crear, el Thrash Metal. 


14. "For Whom The Bell Tolls" del álbum Ride The Lightning (1984)


El segundo álbum de Metallica no fue precisamente un paso adelante para la banda, sin embargo, esta canción es una poderosa muestra de lo que más adelante sería el groove metal. Es una canción lenta, pesada, poderosa, y sumamente teatral (característica del álbum en general, y que en los demás temas no salió tan bien), algo que en su momento no fue bien recibido por los pocos seguidores que tenía la banda. Hoy en día, sin el velo del fanatismo, podemos apreciar el potencial real de la canción.


13. "Eye Of The Beholder" del álbum ...And Justice For All (1988)


Para mi gusto, este es el segundo mejor álbum de la banda, y canciones como esta lo demuestran. La banda ya no sólo hacía canciones extremas, se permitía la experimentación con estructuras diferentes, había más progresión y las canciones no eran lineales. Los cambios de ritmo en la canción, el ingenio para el entrecortado riff y la secuencia melódica hacen de esta canción una suerte de mini-evolución para el thrash metal que, desafortunadamente, no prosperó. Sólo hace falta analizar musicalmente el tema, para descubrir el enorme valor que tiene. 


12. "Whiplash" del álbum Kill 'Em All (1983)


El primer álbum de Metallica era una patada en los bajos para todos los demás géneros de metal que se hacían a principios de los ochenta. Y eso se corrobora en esta poderosa y rapidísima canción, en lo que aún se conocía como Speed Metal, y que nos recuerda un poco al Power Metal de bandas como Helloween. Sólo que sin los elfos, los duendes y las hadas, y con una dosis más cruda de realidad y vísceras. Aunque es cierto que James Hetfield aún sonaba como adolescente. 


11. "Nothing Else Matters" del álbum Metallica (1991)


La balada por antonomasia de Metallica, un portento de canción, sí. Los fans la odiaron por ser lenta, delicada, incluso sinfónica. Y dentro del mundillo del metalero y del headbanger eso es un insulto imperdonable. Pero dentro de la música, del rock, es una canción incuestionable, un must para todo amante del género, y sobre todo, una excelente canción. Con toda su introspección, delicadeza y sensibilidad, se trata de uno de los mayores íconos de Metallica, les guste o no a los puristas del metal. 


10. "Seek & Destroy" del álbum Kill 'Em All (1983)


La primer canción insignia de Metallica se sustenta en un maravilloso riff que con el paso de los años se volvió inconfundible para representar no sólo los inicios de la banda, sino del Thrash Metal como género. Y ello es evidente en la forma aún no evolucionada (por momentos suena como Mötley Crue) en la que suena la canción, aún en búsqueda del poderoso sonido que más tarde hallaría la banda. 


9. "Atlas, Rise!" del álbum Hardwired To Self-Destruct (2016)


Justo cuando todos pensábamos que Metallica jamás volvería a hacer una canción decente, y mucho menos una buena canción, como las de sus mejores años, llega este sorprendente tema de su último álbum de estudio (hasta ahora) para hacer que las esperanzas de los amantes de la banda renazcan. Desde el explosivo inicio la canción promete muchas cosas que a lo largo de los seis minutos y medio que dura, las cumple. Thumbs up, definitivamente.


8. "Enter Sandman" del álbum Metallica (1991)


La canción con la que conocí a la banda cuando aún era un niño, y sin lugar a dudas, la más representativa de la banda. Y es que todo es perfecto en la canción. Un riff memorable, el sonido de la voz de Hetfield, la letra atemorizante y las melodías tan metaleras y poderosas, como accesibles y universales. Nuevamente repudiada por los puristas, esta canción es un hito en la historia del rock, y por supuesto, una de mis favoritas de toda la vida.


7. "Through The Never" del álbum Metallica (1991)


Una joya que muchas veces pasa desapercibida dentro de la gran cantidad de canciones archirreconocidas del álbum negro de Metallica. Es una poderosa, thrashera y virtuosísima canción en la que se mezclan de alguna manera la faceta previa y actual (en ese momento) de la banda, y que como resultado tenemos esta joya que, desde que la escuché por primera vez, me voló los sesos, por su velocidad y su poder.


6. "Dyers Eve" del álbum ...And Justice For All (1988)


Quizás la versión más extrema que se vaya a escuchar de Metallica, la encontraremos en la canción que cierra su cuarto álbum, y en donde además, la banda se encarga de reventarnos con su virtuosismo llevado a un nuevo nivel, especialmente el de Lars Ulrich, quien usa el doble bombo como nunca antes (ni después) lo había usado. Quizás esto es lo único de Metallica que se podría considerar como Death Metal (o death metal progresivo). 


5. "The Unforgiven" del álbum Metallica (1991)


Otra de las míticas canciones del álbum negro. Lejos de la posible cursilería de Nothing Else Matters, esta canción es una semi balada pero muy oscura, respetando los antecedentes metaleros de la banda y complementando a la perfección las melodías con los power chords. Y quizás mi momento favorito de la canción es el espectacular solo de guitarra de Kirk Hammet, con una sensibilidad acorde con la oscuridad innata de la canción. 


4. "...And Justice For All" del álbum ...And Justice For All (1988)


A partir de esta canción, las restantes de la lista las podemos ya considerar como canciones enteramente progresivas, dado que no siguen una estructura lineal, y que juegan mucho con los cambios de ritmo, tonalidades y usan múltiples secciones a manera de mini-suites. Y en el caso de esta canción en particular, los cambios radican en algo que la banda usó recurrentemente en el álbum, es decir, el uso de secciones semi-acústicas y secciones poderosamente metaleras. Con eso ya establecido, podemos decir que el inicio de esta canción es un deleite. 


3. "One" del álbum ...And Justice For All (1988)


Otro más de los himnos de Metallica, sólo que este sí tiene la aprobación de los puristas metaleros que dan su aval y la llaman el himno del thrash. No sé si se requiera que un género como el thrash tenga un himno, pero la canción sí es un estandarte de una generación no valorada e incluso vilipendiada. Hablando de la música, todos la conocemos, es un constante crescendo que nos habla de los horrores de la guerra desde la perspectiva de un veterano que lo perdió todo menos la vida (la letra es tan gráfica como espeluznante). Lo que inicia de forma tranquila termina en una vorágine apoteósica de metal en su estado más genuino. 


2. "Master Of Puppets" del álbum Master Of Puppets (1986)


Lejos de cualquier tipo de pretensión (ojo, Slayer y su "canción más pesada de la historia"), llega esta canción a irrumpir en los oídos de los fanáticos del naciente metal extremo, con una estructura musicalmente rica, no eran sólo ruidos y gritos. Hay secciones, hay melodías, hay cambios de ritmo, hay musicalidad en todo sentido. Cada "vuelta" se compone de estrofa, puente, coro, puente 2, coro 2, y vuelve a empezar. Luego de 2 vueltas tenemos el espectacular, casi barroco solo de guitarra de Hammett, y luego se desata el infierno antes de regresar a una vuelta final, con la que se cierra espectacularmente la canción. Una joya que vale al menos 10 veces lo que vale One (para mí).


1. "Wherever I May Roam" del álbum Metallica (1991)


Creo que Metallica jamás hizo una canción tan grande como esta. Es lo mejor de lo mejor que propuso Metallica en su historia. Lo mejor del thrash, lo mejor del progresivo, lo mejor incluso del metal accesible. Un riff memorable que inicia el tema de la forma más oscura posible, y que inmediatamente cambia el ritmo para acercarla lo más posible al thrash, y que mantiene un vaiven entre secciones lentas y pesadas, con secciones rápidas y vertiginosas, en la forma de estrofa-puente-coro, que sólo se ven interrumpidos por 2 breves y espectaculares solos de guitarra. La estructura perfecta para la mejor canción de Metallica. 

viernes, 25 de junio de 2021

Los White Stripes y sus canciones

 


Probablemente se trate de la última gran banda de rock (si se le puede llamar banda a un dueto) y el decir eso cuando su último álbum se publicó hace 13 años, refleja la enorme sequía que ha tenido el rock en el nuevo milenio. La enorme influencia que el blues tuvo en Jack White, más el amplio conocimiento histórico que éste tenía sobre el género, hicieron que el dueto fuera uno de los más amplios exponentes del rock en muchos de sus vertientes. De este modo, podemos escucharles temas de garage, punk, hard rock, blues, folk, etc., dentro del amplio repertorio de la banda. Es por ello que he elegido las 15 canciones que más me gustan de este emocionante par de músicos.


15. "Do" (1999)


Aparecida en su primer álbum, esta canción es una especie de balada garagera, que se sustenta en un simple riff a 2 notas y que de alguna manera logra permear algunas de nuestras capas superficiales, y hacernos sentir una especie de emotividad extraña. En ello ayuda mucho el ya mencionado riff, que además es irresistible, como la mayoría de los riffs de Jack White. 


14. "As Ugly As I Seem" (2005)


Aparecida en su quinto álbum, el subvalorado Get Behind Me Satan, esta canción es una maravilla folk, con tintes de emotividad que le acercan más a Leonard Cohen que a Bob Dylan. Además, se trata de uno de los pocos momentos en los que la banda juega un poco con la melancolía y la soledad, incluso la alienación, sin que se traten estos temas realmente a fondo.


13. "Dead Leaves And The Dirty Ground" (2002)


El espectacular track abridor del afamado White Bloos Cells, es uno que desde el riff nos damos cuenta de su grandeza y su poderío. En esencia es un blues, pero disfrazado con un traje garagero que a todos nos engaña, y que acerca más el sonido a los oídos inexpertos. Las tonalidades menores de los acordes se acoplan perfectamente a la crudeza de la guitarra distorsionada, y la letra melancólica es sólo la cereza del pastel.


12. "300 MPH Torrential Outpour Blues" (2008)


Otro blues elegantemente adaptado a los sonidos modernos, que es mucho más fácil de identificar como tal, que en "Dead Leaves...", pero que sigue manteniendo ese elemento melódico que, por naturaleza, el blues no lo tenía, y que en este caso particular, se presenta fantásticamente con un riff que juega con dos notas continuas usando las cuerdas más gordas de una guitarra acústica. Extraída de su último álbum, esta canción nos presenta la faceta más madura y elegante de la banda.


11. "The Union Forever" (2002)


Una canción extraña para lo que la banda nos tenía acostumbrados. Se trata de un tema misterioso hasta cierto punto, sustentado en dos acordes que alternan por segmentos que se ven interrumpidos por unas rupturas a destiempo que para nada desencajan. Incluso el interludio casi a capella no suena fuera de lugar, con todo lo disonante que es con respecto al resto de la canción. El uso de riffs, como podemos ver, es una de las principales cualidades de la banda.


10. "The Big Three Killed My Baby" (1999)


La primer muestra del poderío de la banda, no sólo en esta lista, sino en su carrera discográfica. Es el tercer track de su primer álbum apenas, y con dos acordes y unos secos golpes al tom de piso, el dueto creó su primer canción de rock duro. Aunque, si lo analizamos un poquito más a detalle, descubriremos que, efectivamente, es en esencia, un blues.


9. "I Just Don't Know What To Do With Myself" (2003)


Es el único cover de la lista, y la razón de que se encuentre en ella, es por el fantástico trato que se le da. En un inicio parece una canción juguetona e inofensiva, hasta que las emociones se elevan, y la música se energetiza. La entrada de una guitarra tan poderosa como jamás se le había escuchado a la banda, en la cumbre emotiva de la canción, es uno de los puntos musicales más altos de su mejor álbum.


8. "I'm Slowly Turning Into You" (2008)


Espectacular de principio a fin, esta canción se apoya de un órgano Hammond para lograr un riff maravilloso, que le da un aire soul a la canción, y que en todo momento suena portentoso y gigantesco. Si a eso, le añadimos la guitarra híper distorsionada que toca un segundo riff durante el coro, tenemos una de las mejores canciones del repertorio de la banda.


7. "The Nurse" (2005)


Esto es lo más extraño que hizo la banda en toda su discografía, una canción tan inusual que su temática tétrica y homicida encaja a la perfección con la disonancia y la arritmia que por momentos escuchamos. Unos excesos perfectamente medidos que acercan al tema a la locura, desde la perspectiva de la genialidad. Ya nadie se arriesga de esta manera. 


6. "Little Acorns" (2003)


Otra poderosa muestra del rock duro que eran capaces de ejecutar, desde la simplicidad del rock de garage. Luego de la apacible e incluso motivante introducción hablada, el riff gratamente nos revienta los oídos con su melodía distorsionada, sostenido por unas percusiones que parece que fuesen tocadas por 10 personas simultáneamente. Los que amamos el sonido de la guitarra distorsionada, amaremos esta canción desde la primer escucha.


5. "Ball And Biscuit" (2003)


Seguimos con las tendencias blueseras, pero esta vez el blues lo es abiertamente, y no sólo eso, está perfectamente mezclado con un sonido hardrockero, que especialmente en los solos, suena maravillosamente poderoso, rockero, guitarrero y electrificante. La banda se toma su tiempo para cada segmento, y de los casi 8 minutos que dura la canción, no nos aburriremos en ninguno.


4. "I Fought Piranhas" (1999)


Para este punto queda claro que la influencia máxima de la banda (como del rock mismo) es el blues, y si no, esta canción de su primer álbum terminará de constatarlo. El corte es medio misterioso, medio sensual, medio explosivo, pero completamente maravilloso de principio a fin. El blues, señoras y señores.


3. "Fell In Love With A Girl" (2002)


Con esta canción la banda se dio a conocer en todo el mundo (incluido yo, y cómo no hacerlo con ese espectacular video), y es curioso, dado que la banda hizo pocas canciones de este corte, es decir, más cercanas al punk que al garage. Eso sí, el uso del riff es casi obligatorio, y el de esta canción casi nos va a recordar a los Ramones. Breve, efectiva, contundente y memorable, esta canción es el compendio perfecto del sonido joven de la banda.


2. "I Can't Wait" (2002)


En algún punto la influencia de los Beatles tenía que hacerse presente en una banda que recolecta y expone los distintos sonidos que ha tenido el rock en su historia. Y como debía de ser, la canción que lo hace es una de mis preferidas. Con secciones claramente definidas, un sentido melódico maravilloso, y sí, un riff acorde con la canción, tenemos al espíritu beatlero en esta espectacular pieza.


1. "Black Math" (2003)


Mi canción favorita. Es garage, es punk, es hard rock, es genial, poderosa, divertida, cambiante, ingeniosa. Lo tiene todo esta canción. El riff es simple y directo, las letras son un tanto burlonas, el solo de guitarra suena espectacular. Pero el verdadero corazón de la canción es esa brillante ruptura, cuando los beats bajan, cuando la guitarra se engruesa, y cuando de repente todo lo que era brillante, se vuelve oscuro por un instante. Brillante.

lunes, 24 de mayo de 2021

15 canciones fundamentales del King Crimson clásico

 


Hablar de King Crimson es hablar de una de las bandas de culto más laureadas en la historia del rock. Como parte del rock progresivo, fueron uno de los pilares del género, y a pesar de que con los años evolucionaron hacia otros horizontes musicales, su legado lo construyeron con su brillante primer época, en la que en 5 años grabaron 7 álbumes que van de lo exótico a lo brillante, y de lo cerebral a lo emotivo. Es por ello que presento 15 canciones fundamentales para valorar la importancia de esta enorme banda dentro de la historia del rock, y además pueden servir como un excelente punto de entrada para quienes aún no se hayan deleitado con la música de los británicos.


15. "Cadence and Cascade" del álbum In The Wake Of Poseidon de 1970


Una hermosa canción que nos presenta una de las múltiples facetas de la banda, la de la sensibilidad y la delicadeza. La canción tiene una estructura simple, y una tersa textura sonora que nos acaricia los oídos y nos deleita además con una letra poética y cuasi-renacentista. Extraída de su repetitivo segundo álbum, en donde la banda parecía autoplagiarse en la estructura de la obra, aún así fueron capaces de regalarnos esta delicia.


14. "Prelude: Song Of The Gulls" del álbum Islands de 1971


Esta maravilla de la música de cámara pertenece al álbum más íntimo y personal de la banda, el ninguneado y terriblemente subvalorado Islands, de 1971. La canción es una pieza instrumental maravillosamente ejecutada por un cuarteto de cuerdas y algunos instrumentos de viento. Con un aire de romanticismo, y con una estructura fácilmente reconocible, esta canción aporta no sólo al concepto intimista e introvertido del álbum al que pertenece, sino que enriquece el de por sí extenso eclecticismo musical de la banda. 


13. "In The Wake Of Poseidon" del álbum In The Wake Of Poseidon de 1970


Esta canción con aires de majestuosidad, nos remite inevitablemente a "Epitaph" de su álbum anterior. En ese sentido, este álbum intentó ser una réplica del exitoso álbum debut de la banda, algo que eventualmente terminó siendo un error. Sin embargo, comparaciones aparte, esta canción se luce por 3 elementos en particular. Primero, su estructura dramática, casi como de obra teatral. Segundo, la maravillosa voz del que, a mi parecer, fue el mejor vocalista de todo el rock progresivo, Greg Lake. Tercero, y finalmente, un elemento que estaría presente en las obras más grandes de la banda: el melotrón. Un sintetizador analógico que musicalmente aportó muchísimo al sonido de las bandas psicodélicas y progresivas, y que hoy se considera un instrumento de culto. Así, nos encontraremos con una majestuosa y portentosa canción, que lamentablemente llegaba en segundo lugar en su carrera de canciones majestuosas y portentosas. 


12. "Formentera Lady" del álbum Islands de 1971


Hablando del intimismo de esta obra, esta canción inicial es más que una canción de amor, es una oda, un poema de rendición de un hombre hacia una mujer. La canción inicia con un par de contrabajos sonando tan graves como les es posible, y en un ambiente de confusión entra la suave voz de Boz Burrell para hablarnos de la belleza de la isla de Formentera, y de la hermosa y exótica mujer que en ella habita. El estribillo es de una belleza inusitada, tanto por su simpleza como por su alcance melódico. Al final del segundo estribillo, la sección se extiende en una improvisación cuasi-jazzística, en la que vientos, metales y una voz de soprano, nos endulzan los oídos con sus sonidos tan enigmáticos como hermosamente ejecutados, hasta culminar la canción.


11. "Lizard" del álbum Lizard de 1970


La majestuosa suite de 23 minutos de duración, con múltiples secciones y estilos variados, es la obra más grande (literalmente) de la banda, y una pieza llena de eclecticismo y emociones mixtas. Para destacar la colaboración de Jon Anderson (Yes) en las voces de la primer sección, una muy romántica y accesible, que nos sirve como puerta de entrada para el caos que la obra habría de generar en secciones posteriores. Por ejemplo, en el bolero, que es la sección siguiente, y en la que el dramatismo hace acto de aparición, gracias al uso del ya mencionado melotrón de Robert Fripp, que enaltece la melodía inicial y la lleva al extremo. Posterior a ello, la obra se rompe, y las demás secciones son menos accesibles que la inicial, pero mucho más sustanciosas. 


10. "Fallen Angel" del álbum Red de 1974


Red sería su último álbum antes del periodo de hibernación que tuvo la banda, y que finalizó hasta entrados los años 80. Por ello también marca el fin de la era clásica de la banda. De ese álbum se extrae esta peculiar obra, que con ciertos tintes de delicadeza, se ciñe al ambiente agresivo-rockero-guitarrero que la banda imprimió en esta obra, una faceta que hasta este punto no les habíamos escuchado, y que les habría de sentar muy bien como carta de despedida. Para este punto, la banda ya era solo un trío (cuando la banda inició, eran un sexteto), y aprovecharon al máximo esta circunstancia minimalista para expresarla de forma brillante en su música. 


9. "I Talk To The Wind" del álbum In The Court Of The Crimson King de 1969


La combinación ganadora. Una hermosa flauta, sonando como la salvación en un periodo de caos que vive la humanidad, entonces y ahora. Una letra poética y melancólica, una enorme sensibilidad musical, un falso final que nos permite un minuto extra de deleite, y la voz de Greg Lake en su faceta más aterciopelada y dulce posible. El resultado es una hermosísima obra que nos deleita con secciones accesibles en estructura, complejas en instrumentación, y que además contrastan con el frenético inicio del álbum. Para muchos, este es el mejor álbum de King Crimson. Para algunos otros, este álbum es el que inauguró el rock progresivo. Para mí, es una obra fundamental, no sólo en la historia musical contemporánea, sino en mi percepción de la música como expresión artística. 


8. "Lark's Tongues In Aspic" del álbum Lark's Tongues In Aspic de 1973


Unas percusiones con un sonido acuoso nos dan la bienvenida a esta extraña canción. 3 minutos de este sonido, que prácticamente es un ASMR, tocando notas variadas que en realidad sólo sirven como un intro para una canción que inmediatamente después entra en una tensión creada por el sonido de dos violines al unísono, casi Hitchcockianos, que se ven estruendosamente interrumpidos por un poderoso y majestuoso riff de guitarra, metalero en esencia, virtuoso en  ejecución, y que se convierte en la médula central de la canción. Luego de esta catarsis, la canción entra un un periodo de calma engalanado por los dos violines que hace un momento creaban tensión, y que ahora son el preámbulo para el majestuoso final, un reprise de la ruptura central de la canción, y que nos deja con los sesos por toda la habitación. Obra cerebral dentro de las obras cerebrales de la música contemporánea. 


7. "21st Century Schizoid Man" del álbum In The Court Of The Crimson King de 1969


Justamente el hombre ilustrado en la peculiar carátula del álbum, es el hombre esquizofrénico del siglo 21. La canción que lo representa es un jazz rock poderoso, caótico, en el que podemos palpar esa esquizofrenia, esa locura, con el mero sonido y tratamiento que se le da a los instrumentos. La estructura de la canción es simple. estrofa-coro-estrofa-coro-solo-estrofa-coro-fin. Lo que la distingue inmediatamente es esa armonización de metales y guitarras que dan inicio a la canción, y que generan una especie de riff insano y desatado. Además, claro, está la voz distorsionada de Greg Lake, aportando más esquizofrenia al asunto. Al final, todos nos sentimos como el hombre de la carátula. Una breve dosis de realidad para aquel que no viva en un mundo loco (aún). 


6. "Red" del álbum Red de 1974


Para todos los que amamos el sonido de la guitarra eléctrica, distorsionada, poderosa, esta canción es una oda a ese sonido y a ese instrumento. Se trata de una canción completamente instrumental, en la que no vamos a extrañar las letras, y en donde los múltiples riffs y las interminables capas de guitarra toman la batuta y nos van guiando a lo largo de la obra, desde una sección calma (estrofa), pasando por una genial sección tensa (puente) hasta desembocar en el aliviante y espléndido descargo musical (coro). Luego tendremos una escalofriante sección con contrabajos, casi como salidos del infierno, y con un motivo musical más, la genial canción termina por lo alto, desde el mismo lugar desde el que inició. Una pequeña obra maestra del rock de guitarras. 


5. "The Court Of The Crimson King" del álbum In The Court Of The Crimson King de 1969


Sólo nos basta un redoble inicial, y la primer nota tocada por el melotrón, para saber que estamos frente a una obra monumental. 5 segundos y la canción ya es majestuosa. Pocas bandas logran hacer eso tan pronto en una canción, y con tan pocos elementos musicales. Esa epicidad inicial se va a mantener a lo largo de toda la sección, con claroscuros musicales que van de la calma bucólica de las estrofas a la grandiosidad explosiva de los coros. Después tendremos un par de interludios, el primero completamente a base de melotrón, completamente hermoso, con un cierto aire circense, pero igualmente portentoso. El segundo mucho más campirano e idílico, menos espectacular. Para finalizar la canción, tenemos una falsa coda, que da pie a el verdadero final, que no es más que una modulación de la melodía principal de la canción, mucho más tensa y esquizofrénica que la original. Quizás un final crudo y realista, considerando a la locura como la temática central del álbum. Sea como sea, esta canción es una obra maestra. 


4. "The Great Deceiver" del álbum Starless And Bible Black de 1974


Con todo lo inconsistente que resulta este álbum, esta canción es una absoluta maravilla. Aún hoy, a 47 años de su publicación, es difícil clasificarla dentro de los cánones de algún género. Aún nos suena extraña, con todo y el paso de los años, y la evolución musical. Ello nos habla de lo adelantada que es la canción, más aún en el año en que fue publicada. Podría decirse que es un jazz metal psicodélico progresivo con antecedentes al math rock de los 2000s y elementos atonales y arrítmicos de avant-garde. Pero decir eso es inventarse un género de la nada. No les puedo decir mucho sobre la canción. La tienen que escuchar para saber de lo que hablo. Me cuesta describir con palabras lo que uno escucha al ponerle play y escuchar tan sólo los primeros 44 segundos de la canción. Además, uno de los deleites máximos es no esperar nada, y recibirlo todo, y es ese el mayor regalo que nos puede dar King Crimson con esta joyita. 


3. "Starless" del álbum Red de 1974


Sin duda Red fue el álbum del minimalismo. Desde el hecho de que a banda se había reducido a un trío, pasando por el título corto del álbum y de las canciones, y terminando con el sonido rockero elemental de la banda. En ese sentido "Starless" no es la excepción. Con todo eso, se trata de un monumento al rock, del tamaño de los más grandes monumentos históricos al rock. La canción inicia con una simple melodía de melotrón a dos notas, con un semitono de distancia entre ellas. Así de simple y así de sencillo. De a poco, la canción va creciendo en volumen, mas no en intensidad. Llegamos al solo de guitarra más minimalista de la historia, a una sola cuerda y con una sola nota que asciende lentamente. Con ello llega al fin la ruptura. Bill Bruford nos demuestra por qué fue uno de los mejores bateristas de rock de la historia, la sección de metales irrumpe en el momento del caos máximo, en donde la parsimonia y la sobriedad del inicio se van al carajo, y culminamos con un poderoso reprise del motivo inicial de la canción, con todo y melotrón incluido, y con todo ese dramatismo gigantesco que nos hace sentir que estamos de pie frente al Empire State, admirando su majestuosidad desde nuestro pequeño  y limitado espacio físico. Gloria pura, hecha canción.


2. "Islands" del álbum Islands de 1970


Una hermosa y doliente canción de blues al puro estilo de Nueva Orleans en los años 20. La melancolía se apodera de esta belleza de canción, que nos recibe con un piano tocando la nota más triste que se puede tocar en un piano, para dar pie a la voz que nos narra los detalles de una isla, su isla, haciendo metáfora sobre como los seres humanos somos, en esencia, islas, que tenemos nuestra belleza y nuestra fealdad intrínsecas a nuestra naturaleza. Justo cuando la canción nos deprime lo suficiente, llega el coro, con esa secuencia de notas esperanzadoras que de alguna forma nos sumergen más en la melancolía, una melancolía de esas que disfrutamos con la misma intensidad con la que nos duele. Este coro nos habla, dentro de la misma metáfora, sobre la necesidad de formar 'archipiélagos' con otras islas (seres humanos). Cada nota, cada instante, nos hunde más en la agonía, y sobre todo cuando esa trompeta, salida del mismísimo funeral de Miles Davis, toca sus primeras notas, sentimos que el mundo, dentro de su inmensa belleza, es un lugar cruel y hostil para formar lazos con otras islas. La salvación llega, de qué otra forma podría ser, con un melotrón tocando esas mismas notas esperanzadoras que escuchamos en el primer coro, para hacernos resurgir del fondo, y descubrir que todo es hermoso, aunque nos duela en el alma, y que la vida misma, en su miseria y crueldad, es lo más hermoso que puede pasarnos, y la experiencia más sublime que cualquier ser consciente puede experimentar, con todo lo tormentosa que pueda llegar a ser. Todo eso en 9 minutos de canción. Así es como se hacen las obras de arte. 


1. "Epitaph" del álbum In The Court Of The Crimson King de 1969


Un redoble y una explosíón de sonidos nos reciben al inicio de esta gigantesca canción, para entrar en calma y dar pie a la hermosa voz de Greg Lake, al principio en calma. El melotrón, como no podía ser de otra forma, es fundamental en el sonido dramático de la canción. Para cuando llegamos al coro, la voz de Lake ya se luce con su inmensa belleza, mientras se lamenta por el inevitable sufrimiento del mañana. Así es como transcurre la que a mi parecer es la mayor canción de King Crimson, del rock progresivo y de todo 1969. Un interludio operístico aumenta los niveles de dramatismo, que en esta canción quedan de maravilla, para al fin culminar con una estrofa más, desde lo más alto de una montaña, y que resuena en el coro final, que de forma agónica se extiende de forma infinita, y que en su perpetuidad, nos dejara con los sentimientos a flor de piel, tanto por su belleza como por el impacto inevitable que tiene al atravesar la frontera de nuestros oídos y conectar directamente con esa misteriosa zona de nuestra materia gris que nos hace apreciar con emociones todas las expresiones sublimes de la naturaleza, y del ser humano en conexión con ella a través del arte. Eso que nos hace estremecer, que nos hace llorar y reír simultáneamente, y que, aún a la distancia, nos unifica como especie y como espíritus sensibles y pensantes. No cualquier canción nos lleva a ese límite.

sábado, 20 de febrero de 2021

15 temas icónicos de Nirvana (para mí)

 


Debido al aniversario del nacimiento de Kurt Cobain, en el cual hubiese cumplido 54 años de edad, decidí hacer esta lista de canciones que son fundamentales no sólo para mí como amante del rock, y que además conocí desde mi infancia, sino para el género mismo que, en su momento, se vio salvado, elevado y reinventado por este personaje tan frágil y tan icónico. Vamos entonces a ver estas 15 grandes canciones de Nirvana que, para mí, son fundamentales.

15. "Smells Like Teen Spirit"


La canción que detonó el movimiento grunge, que definió a la generación X y la canción que reinventó la escena musical. Es el mayor legado de la banda, sin lugar a dudas, y además, es una gran canción. Como es lógico, yo conocí a Nirvana a través de esta canción cuando iba en primaria, y desde entonces me sigue estremeciendo su genial contraste entre lo calmo y lo explosivo. 

14. "All Apologies"

Esta es, de hecho, la segunda canción de Nirvana que conocí, y de igual manera, se grabó en mi mente permanentemente. Una canción menos rockera que Teen Spirit, pero con el mismo contraste de intensidad entre las estrofas y los coros, sólo que esta vez orientado hacia la emotividad, y no hacia la agresividad. 

13. "Swap Meet"

Esta es una canción muy extraña, muy rara. A veces a Kurt Cobain le daba por "experimentar" con riffs raros, y este es uno de ellos. La canción es muy simple, pero desde que la escuché me pareció muy singular e ingeniosa. Además de ser poco conocida, es una de las canciones de su primer álbum, el oscuro y semi-metalero Bleach.

12. "About A Girl"

Me refiero a la versión en vivo del Unplugged, puesto que me parece mucho más limpia y emotiva que la versión de estudio. Es una de las incómodas (y escasas) canciones románticas que hizo Cobain en su breve e intensa carrera musical. Pero musicalmente es una exquisitez, con melodías que no sólo son accesibles, sino que son bellas.

11. "Aero Zeppelin"

Esta canción está más orientada al hard rock que al punk, con su riff de guitarra explosivo y perfectamente acompañado de las percusiones que son igualmente poderosas. La canción se grabó en 1988, pero no se publicó sino hasta 1992, en el compilatorio Incesticide. La primera vez que escuché la canción me quedé completamente boquiabierto, el despliegue rockero de poder es único. 

10. "Heart Shaped Box"

Una canción en apariencia tranquila, pero que en su falsa calma esconde una oscuridad y una crudeza deprimente que fue parte del sonido característico de In Utero, último álbum de estudio de la banda. El riff es tan sencillo como icónico, y la ruptura musical del coro es un elemento del cual Cobain se apoyaba en muchas de sus canciones. 

9. "Plateau"

Otra canción extraída del icónico Unplugged de 1994 (grabado a finales de 1993), esta vez un cover de los Meat Puppets a quienes Cobain admiraba en sus años de juventud. La versión es muy suave y muy bella, muy íntima, y muy ad hoc al ambiente creado por la presentación misma. La elección de los temas ajenos para esta presentación es inmejorable. 

8. "Serve The Servants"

Por alguna razón extraña, esta canción siempre fue mi favorita del In  Utero. Siempre que escuchaba ese álbum, repetía una y otra vez esta canción. Hay algo en ella que me captura y me encanta. El sonido es crudo, áspero y la rasposa voz de Cobain no desmerece en ningún momento. 

7. "Son Of A Gun"

El lado más punk de Nirvana se expresa en esta joyita, un cover de The Vaselines, otra de las bandas a las que Kurt admiraba. Desde el ensordecedor feedback con el que abre la canción, hasta el último rasgueo, la sencillez y melodicidad de la canción la convierten en una memorable desde la primer escucha. Los Ramones estarían orgullosos de escuchar su sonido replicado en esta pequeña maravilla.

6. "Where Did You Sleep Last Night?"

Último cover de esta lista, este tema además es el que cierra el Unplugged, es decir, la última presentación grabada en directo de la banda antes del lamentable suicidio de Kurt. La canción de por sí ya es desgarradora, y en la voz de Cobain, y luego de los hechos sucedidos en los meses siguientes, cobra mayor relevancia, y tiene un mayor significado emotivo. La desgarradora voz de Kurt. La despedida de Kurt. La muerte del grunge.

5. "Lithium"

Uno de los puntos altos de los años noventa es esta melódica canción. Con una estructura musical tan simple como efectiva, y con un sonido inconfundible de la guitarra y la voz de Kurt cantando un coro compuesto sólo por "yeah's", representando lo poco (y mucho) que tenía que decir la generación X, harta de los ochentas falsamente idílicos, esta canción es un auténtico referente no sólo del grunge, no sólo de la década de los noventas, sino del rock mismo como género y como movimiento cultural. 

4. "Polly"

Generalmente en un álbum de rock, la canción acústica es la que trae la paz, la estética, el lado más amable del artista. En el caso de Nevermind, segundo álbum de la banda, Polly es la canción acústica, y quizás se trate de la canción más sombría y oscura de la banda. La temática nos narra un secuestro a una chica, y la música acompaña a la perfección con notas graves y en escalas menores. 

3. "Aneurysm"

Otro de los grandes temas de la banda, aparecido de forma inédita en Incesticide de 1992. Es un tema con diversas secciones, entrelazadas de forma muy ingeniosa y conectadas entre sí por un crescendo caótico muy similar al de A Day In  The Life de los Beatles, sólo que en versión grunge. Para los que dudan del ingenio creativo de Kurt, escuchen esta joya.

2. "On A Plain"

A pesar de ser una canción de grunge, y a pesar de que su letra no es la más optimista, ni mucho menos, esta canción siempre me ha puesto de buen humor. Quizás es su simplicidad, quizás es su estructura ingeniosa, pero esta canción me alegra en el instante que la escucho. 

1. "Come As You Are"

Es la segunda canción más famosa de la banda, y es mi favorita indiscutible. Es melódica, es oscura, es extraña, es depresiva, es rockera, es innovadora. Todos los elementos de esta canción son llevados al punto artístico más alto, y ello hace que la canción sea, por mucho, mi canción favorita. El solo sonido de esa guitarra, modificado, acuoso, estruendoso, me cautiva inexorablemente.