sábado, 9 de octubre de 2021

15 cantos celestiales, con Sigur Rós

 


Nadie jamás hubiese pensado que una banda proveniente de un país tan  ignoto como lo es Islandia, sería la productora de canciones tan bellas y tan emotivas, tanto que tuvieron un inexorable alcance mundial. Islandia es un país sumamente aislado del resto del mundo. Hablan un idioma que sólo es oficial en su pequeña isla, viven rodeados de volcanes activos, y cuando es invierno las temperaturas son extremadamente frías. Pensar en vivir en un lugar así de inhóspito, parecería ser algo ilógico. Y sin embargo, todos estos factores son esenciales para entender el sonido de esta banda. Cantan en un idioma raro, tienen un fuego interno que es avasallador, pero la carcasa de su música es tan helada como los paisajes de su país natal. Contrastes tan inusuales como perfectos, para obtener, por ejemplo, estas 15 maravillosas canciones.


15. "Hafssól" (1997)


Enigmática canción extraída de su primer álbum, se trata de una atmósfera que de tanto en tanto emite sonidos, armonías, notas y cantos. La confusión no invadirá de momento, hasta que comprendemos que de esto va la canción. Un llanto en la tormenta, que se deja oír sólo lo suficiente para sumergirnos en él, pero no tanto como para no poder regresar. Es hasta la segunda mitad de la canción que, sostenido en una base monótona, la canción cobra fuerzas, y culmina de manera emotiva. 


14. "Mílanó" (2005)


Esta canción tiene toda la pinta de haber sido compuesta para el álbum anterior. Cubierta con el velo de melancolía que caracterizó a las canciones de la banda en el álbum "( )", esta pieza se sostiene en una dulce melodía tocada con las notas más agudas de un piano, y sobre ella se construye una canción en esencia, simple, con estrofa-coro que se repite. Pero la forma en la que la canción nace suavemente, y se rompe con cada estribillo, es lo que la hace destacar notablemente. No necesitamos más que eso para disfrutar de una canción.


13. "Samskeyti" (2002)


La belleza llevada a su faceta más minimalista. La canción es instrumental, y tiene como columna vertebral una hermosa melodía de piano que se repite incansablemente, y que somos incapaces de dejar de escuchar, precisamente por su belleza y melancolía innata. Lo que hace crecer a la canción son los demás instrumentos que cobijan a este piano, y que de a poco lo van elevando, casi involuntariamente, hasta llevarlo al clímax, donde la canción (y nosotros) revienta de manera apoteósica en el cambio de octava más poderoso de la música contemporánea. Al final, sólo podemos dar las gracias a Kjartan Sveinsson, por estos 6 minutos y medio de música genuina.


12. "Hjartað Hámast" (1999)


Extrañamente, esta canción inicia como una pieza de jazz, algo casi ajeno al sonido de la banda. Pero muy pronto recompone, con la entrada del bajo y la guitarra, para entrar en una fase de plena oscuridad, en donde la voz es casi un susurro, y los instrumentos se esconden y tocan sólo lo mínimo necesario. Hasta que, de manera hermosamente contrastante, llega el estribillo, en principio nada bello, pero que con el claroscuro generado con la sección anterior, termina por apabullarnos y ser un brillo en la ominosidad creada por los músicos. Para la segunda vuelta, el coro es aún más apoteósico, y con él, llega el climático final de la canción.


11. "Von" (1997)


Esta canción va como en línea recta, sin grandes cambios, sin contrastes, sin crescendos ni explosiones de emotividad. Y en ello radica su gran belleza. El ritmo, casi tribal, sostiene una melodía simple que se presenta en diversas capas, entre el bajo, unas cuerdas que por ahí suenan (en realidad es una guitarra eléctrica tocada con el arco de un violín), la guitarra con sus arpeggios, y finalmente la voz de Jónsi. Para completar el minimalismo, la letra no dice nada, y a la vez, dice lo que nosotros queramos que diga. 


10. "Svefn-g-Englar" (1999)


La entrada de la guitarra, ejecutada con un arco de violín, y sonando como la cuarta trompeta del apocalipsis, es el recibimiento más estremecedor que podríamos tener para una canción. En realidad la canción no empieza con ese sonido. De hecho, llega hasta el minuto 1:25. Pero es tan icónico, que se graba en la memoria como el primer sonido de la canción. El tema parece transcurrir en un paisaje islandés, helado y sombrío, pero sumamente hermoso. Y esa belleza nos da una sensación de calidez tan extraña, y tan ilógica para lo que estamos escuchando. 


9. "Festival" (2008)


La primera mitad de esta canción es de una belleza inusitada. Jónsi con su voz, y un tímido acompañamiento son capaces de extraerle lágrimas a la más dura de las rocas. Con sólo esos minutos tendríamos más que suficiente para desahogarnos y entregarnos a la música. Pero es que luego viene la segunda parte, una sección más explosiva y dinámica, y que de alguna manera, subsana el terrible dolor y melancolía con el que nos quedamos tras la primera sección. Un círculo perfecto, una vuelta al inicio, tras un filtro emocional como pocos.


8. "Ágætis Byrjun" (1999)


Quizás la versión más simple de la banda, en todas las canciones de la lista. No hay orquestas, no hay guitarras eléctricas, no hay tensión ni clímax. Es una bella y sencilla canción tocada por 4 amigos que se encontraron en casa de uno de ellos, y decidieron tocar con sus instrumentos caseros. El resultado, desde luego, es una canción hermosa. Emotiva sí, pero no por su alcance, sino por su falta de él, por su sencillez y bajo perfil. A veces, lo más simple es lo más bonito de la vida.


7. "Glósoli" (2005)


Esta es una de esas canciones que te restauran la fe por la humanidad. Si existe alguien capaz de hacer esta música, alguien capaz de tocar las fibras que Sigur Rós toca con esta canción, entonces todo vale la pena. Todo es perfecto, todo aporta. Todo forma parte de la experiencia que representan los 6 minutos que dura esta canción. Y todo, absolutamente todo, hace que valga la pena. Esta canción es todo lo que está bien en el mundo.


6. "Ára Bátur" (2008)


Hubo una época en la que, con escuchar los primeros 10 segundos de una canción de Sigur Rós, sabías en automático que sería un himno, una canción que sí o sí te iba a sacar unas lágrimas, no por la tristeza, sino por el asombro de escuchar música tan celestial y tan terrenal al mismo tiempo. Música que, de una u otra forma, iba a cambiar tu día, iba a cambiar tu perspectiva del momento, y te iba a regalar un pedacito de eso que sólo los verdaderos artistas poseen. Todo eso lo encontramos en esta pieza de arte.


5. "Andvari"


La canción definitiva para una despedida. No puede haber mejores notas, mejores armonías, para dejar atrás algo, o alguien, que las que tiene esta belleza. Todo es melancolía, todo es tristeza, todo es nostalgia. Y si de alguna manera hay que hacer una despedida, sobre todo de alguien muy significativo, qué mejor que hacerlo con esta canción, tan elegante, tan sublime y tan directa en su sentir. No hay miramientos al momento de transmitir un sentimiento, no extienden innecesariamente lo inevitable, ni tampoco lo reducen al mínimo para apaciguar. Lo dejan en su justa medida para que duela, y para que sea hermoso.


4. "Olsen Olsen" (1999)


Esta canción es un regalo de la banda, al mundo y a los escuchas que se atrevían a sumergirse en la música de la entonces desconocida agrupación. Al principio, parece ser una misteriosa y entrañable canción, pero después todo es alegría, todo es gozo, todo es amor a la música, al arte, a la vida misma. Es imposible no escuchar de principio a fin esta canción, y terminar sintiéndose nuevo, feliz, pleno y lleno del espíritu de renovación. Que duro mucho o poco esa sensación, ya depende de nosotros, pero el impulso inicial nos lo da esta hermosura de canción.


3. "Njónsavelin" (2002)


Pocas veces podemos encontrar una canción de Sigur Rós con un riff de guitarra. Y ésta es una de ellas. Pero, evidentemente, no es un riff como los que conocemos. Éste es sublime, en su sonido, en sus notas, en su tratamiento, es un riff que traspasa las barreras de la lógica, del análisis, y llega directo a donde tiene que llegar, al punto en donde nos hace sentir mil cosas distintas, en donde nos reflejamos en su sonido, y a través de él vemos momentos de nuestro pasado, que involuntariamente aparecen como flashbacks de profunda entrañabilidad. Esta canción es lo que es, por ese hermoso riff de guitarra.


2. "Viðrar Vel Til Loftárása" (1999)


Luego de una enigmática introducción, escuchamos las notas de piano que marcan la melodía principal de la canción, que sigue por casi 5 minutos antes de que aparezca la primera estrofa cantada. Y no nos quejamos de ello, la melodía es hermosa, y toda la canción gira en torno a ella. Incluso la voz, que parece un susurro a la distancia, y cuya función no es tanto la de transmitir palabras, sino sonidos que complementen la música, como un instrumento más. Luego viene el final, y ahí es donde todos, inexorablemente, nos rendimos en agradecimiento ante la majestuosidad de la canción. 


1. "Popplagið" (2002)


La canción definitiva de Sigur Rós. La que resume mejor lo que la banda hace mejor. Una canción que inicia en calma, que inicia de forma convencional, y que en algún punto se rompe, para terminar en el clímax apoteósico, el crescendo más espectacular de la música del siglo XXI. No exagero, los alcances de esta canción son de proporciones históricas. Uno de los aspectos que más me gustan de la canción, es que se aleja un poco de la solemnidad de sus pares, y aquí no se busca la estética, la emotividad sensible ni la melancolía. Aquí se ataca con agresividad, desde su trinchera y sin abandonar su esencia, pero con una explosividad espeluznante. Y sí, de proporciones históricas. Life-changing experience le llaman en otros países.

viernes, 1 de octubre de 2021

10 himnos oscuros de Tool

 


Tool es una de esas bandas que publican poco material (5 álbumes en casi 30 años de existencia) pero cuya música vale la pena esperar. Es difícil encontrar algún punto flaco en la discografía de la banda, quizás lo más cercano a ello se encuentre en su primer álbum, pero entendiendo el contexto, creo que su debut cumple y con creces. Para aquellos que no conozcan a Tool, una manera sencilla de describir su música podría ser como metal progresivo. Sin embargo, los que conocemos de lleno a la banda, sabemos que va más allá de eso. Escuchar su música es una experiencia envolvente, en la que es inevitable sumergirte. Es cierto que se orienta hacia la agresividad del metal. Pero en trasfondo, los mensajes son tan profundos como el psique humano, la deslealtad y el amor mismo, sin cursilerías. Y qué decir de la perfección académica con la que se interpreta la música. Los músicos son unos virtuosos en lo que hacen, y de todos los géneros musicales que existen, sólo el jazz podría albergar a una agrupación con estas características. Veamos entonces, 10 canciones que a mí me parecen fascinantes de esta inigualable agrupación.


10. "Rosetta Stoned"


Con una enigmática letra, que quizás contenga un par de sinsentidos (cosa inusual en la banda) tenemos este despliegue instrumental de más de 11 minutos, en donde los músicos exploran su vertiente más enérgica, con una larga sección inicial que parece no tener fin, a un beat de 10/8 y con aumentos y descensos de volumen apenas lo suficiente para contrastar los unos con los otros, pero sin cortar nunca la potencia que se nos transmite. Finalmente, la dinámica se modifica cerca de los 7 minutos de iniciada la canción, con una sección que aparenta ser un raga hindú (algo muy recurrente en la banda, especialmente a partir de la aparición de Lateralus, su mítico tercer álbum), incluso con una guitarra distorsionada a manera de sitar (o quizás sea un sitar distorsionado). Bastante enigmático, pero espectacular. Sólo la primer probada de los alcances sobrehumanos de Tool. Ojo con el final de la canción.


9. "Reflection"


Unas percusiones con armónicos perfectamente definidos (como si fuese una tabla) nos reciben para iniciar "Reflection", uno de los mejores temas de la banda. A esto, le sigue un riff inusual de bajo, que nuevamente nos lleva por los caminos de la música de la India, y nos orilla a entrar en una especie de trance tan extenso como disfrutable. A él, se añaden otros sonidos que no reconoceremos de primer instancia, pero que alimentan las armonías de manera espectacular. Incluso el efecto aplicado a la voz de Maynard James Keenan aporta de manera importante para lograr esta suerte de estado de nirvana musical. La banda juega con esta dinámica, hasta la aparición de la guitarra de Adam Jones, casi a los 6 minutos y medio de canción, haciendo que el tema crezca en intensidad de una forma tan natural como disfrutable. Perfectamente se podría realizar una danza tribal con esta espectacular canción. Más allá de este crescendo paulatino, la canción no tiene grandes cambios de ritmo, ni despliegues de complejidad. 


8. "Aenema"


Lejos de los aires hinduístas de los dos temas anteriores, esta canción es una mofa clara hacia todos los conspiracionistas que, hacia finales del siglo XX (época en la que se publica esta canción) pensaban que la llegada del año 2000 sería catastrófica y apocalítpica. El tema inicia con uno de los riffs más reconocidos de la banda, sobre el cual se construye la primer mitad de la canción, con una estructura casi convencional de estrofa-coro-estrofa-coro. Al finalizar el segundo coro es cuando todo se descontrola, pues viene una de las secciones musicales más alucinantes de toda la discografía de Tool. Es muy común que en el mundo del metal se utiliza el doble bombo como recurso rítmico, pero ninguna banda lo usa como Danny Carey en esta canción. De aquí, ahora sí, se viene el apocalipsis en la catártica coda final. Alucinante. 


7. "Schism"


El riff de bajo con el que inicia esta canción es ya un hito de la música del nuevo siglo. Esta canción es la más reconocida de la banda, y sin duda una de las mejores. Con una letra extremadamente inteligente (dice cosas como "I've done the math enough to know/ The dangers of a second guessing/ Doomed to crumble unless we grow/ And strengthen our communcation"), y una estructura casi convencional, la canción no deja las ambientaciones oscuras y los sonidos complejos a los que la banda ya nos tiene acostumbrados (esos cambios de métrica son magistrales). Sólo que esta ocasión, la composición se acerca al oído común, de forma absolutamente inintencionada. Y lo digo porque la banda no lo buscó, incluso, la canción no tiene estribillo. Y a la mitad de la canción hay un largo pasaje instrumental en el que las revoluciones se disminuyen claramente. Aún así, la canción fue del gusto popular. A destacar (nuevamente) el cierre de la canción. 


6. "Third Eye"


Una canción homenaje al entonces recientemente desaparecido standupero Bill Hicks, en la que la banda retoma muchas de sus ideas sobre la psique humana, el tercer ojo y la trascendencia más allá de lo material. Con este tema se cierra el mítico álbum "Aenima" de 1996, y aunque no se parece en nada a lo presentado en los temas anteriores del álbum, lo abrocha de manera espectacular. Construida claramente como una suite, con secciones que varían en ritmos y melodías, podríamos considerar a esta como la primer canción que la banda construyó a manera de música clásica hindú, con su Tala rítmica y su Raga enigmático, y que serviría de bisagra para abrir nuevos horizontes que la banda exploraría y explotaría en álbumes siguientes. Son casi 14 ,minutos de viaje, de ascensos y descensos sonoros que nunca alcanzan un clímax, al menos no como lo conocemos en la música de occidente. En todo momento sentimos que algo está por ocurrir, y es hasta el final de la canción que obtenemos lo que buscábamos, aunque no de la manera en que lo buscábamos. Desconcertante, pero igualmente genial. 


5. "Vicarious"


5 años habían pasado desde la aparición de Lateralus, álbum con el que la banda se consagró como un hito del metal progresivo. 5 años de espera, y al publicarse su siguiente álbum, lo primero que la gente escucha es esto. Un riff que indudablemente es de Tool, pero que de alguna manera, esa guitarra suena diferente, tiene un tratamiento distinto. Lo que no es distinto es la capacidad que tiene Tool de hacer canciones alucinantemente complejas, y aún así mantenernos atentos a cada segundo, cada cambio de ritmo, cada arreglo instrumental, y cada palabra de sus letras. Lo que hacen del minuto 4:20 al minuto 6 aproximadamente, es algo que ninguna otra banda en el mundo de la música es capaz de hacer. Y luego el último minuto de canción, en donde está la confirmación del tamaño de agrupación que es Tool.


4. "Ticks & Leeches"


Si mezcláramos la música hindú con el mejor thrash metal, probablemente el resultado sería esta canción. La banda adopta su versión más agresiva, más enérgica en este tema. Con sólo escuchar los primeros 70 segundos de la canción nos damos cuenta de que lo que estamos escuchando es un nivel de música diferente. La precisión que alcanzan los músicos en estos segundos iniciales es algo a lo que el 95% de bandas de rock en el mundo sólo pueden soñar en alcanzar. Pero la banda dosifica esa energía, con un interludio que enfría las cosas de manera irremediable, sólo para volver a apabullarnos en los minutos finales de la canción, en los que se retoma el poderío, la energía, la fuerza, el virtuosismo y la majestuosidad con los que había empezado la canción. La conclusión a la que llegamos con esta canción es que Tool tiene a uno de los 5 mejores bateristas de los últimos tiempos. 


3. "Eulogy"


El amor y la dedicación que tiene la construcción de esta enorme canción es una de las primeras cualidades que se pueden destacar de ella. La banda se toma poco más de 2 minutos para construir las armonías de la canción, de modo que el tema nos introduce uno por uno, una serie de instrumentos que forman un magnífico paisaje musical, tan bello como oscuro, y tan sublime como ominoso. A esto, le sigue una breve sección con estructura convencional de 2 vueltas de estrofa-coro que deriva en un extraño solo de guitarra, y posteriormente, a una de las secciones más potentes de todo el historial de la banda ("don't you step out of line"), y es aquí donde la canción ya es completamente diferente. En algún punto de las transiciones anteriores, la canción dejó de ser la que era, y se transformó en otra completamente diferente, que retoma pedazos del principio, pero que se potencializa a tal grado, que es hasta el final que se alcanza el punto más alto de intensidad de los 8 minutos y medio que dura la canción. Sí, un himno del metal.

2. "Forty-Six & 2"


El mejor riff de bajo de toda la historia del metal es la puerta de entrada a esta maravillosa canción. De hecho, esta es la canción de menor duración de todas las presentadas en este listado: apenas 6 minutos. El inicio de la canción es de una exquisitez única, con su calma tensa, su revolvente sonido y  las melodías intrincadas. Después, el tema estalla en el primer coro, en donde apreciamos a plenitud a una banda de rock haciendo lo que mejor sabe hacer. Además de ser la canción más breve del listado, también es la más simple en estructura, estrofa-coro-estrofa2-coro2-puente-solo-coda final. Para ser Tool es extremadamente simple. Y sin embargo, la naturaleza de las melodías y los ritmos hacen que la canción, aún con su estructura convencional, nunca deje de ser enteramente progresiva. Y luego escuchamos el hipnótico solo de guitarra y bajo, con media nota de distancia entre uno y otro, y nos entregamos a él, pues de éste deriva el cierre de la canción. Tool siempre tuvo la cualidad (como ya se vio en las demás canciones de esta lista) de preparar una canción genial con un cierre dos niveles por encima. Esta canción no es la excepción. El final de la canción, es de lo mejor que se le pudo haber ocurrido a cualquier músico para culminar su obra. Tan simple y tan  efectivo. Son unos genios. 

1. "The Grudge"


Desde mi punto de vista, este es el pináculo máximo de la banda en cuanto a 3 elementos: complejidad, progresión y musicalidad en toda la extensión de la palabra, combinadas de una manera tan quirúrgica y perfecta, que justo cuando pensamos que el tema se inclina hacia cualquiera de las 3 esquinas, de inmediato recompone y equilibra. Cuando escuché esta canción por primera vez, realmente escucharla, no podía creer que existiera música así. Los beats complejos, los riffs memorables, los cambios de ritmo, las armonías a veces dulces y a veces oscuras, incluso el matiz de la voz de Maynard James Keenan, a veces agresivo y a veces dulce... todo se compagina de manera perfecta en esta canción. Nada sobra, nada falta. No hay coros, no hay paisajes excesivos sólo hay música que nos lleva de un punto a otro, sin descanso, pero sin confundirnos tampoco. Cuando se debe retomar una sección, se hace sin abusar de ella. Cuando se debe incrementar la complejidad musical, se hace sin excesos. Cuando se debe ser agresivo, se hace sin pretensiones. Cuando se debe ser calmo y melódico, se hace sin hostigar. Todo está en su perfecta medida, y lograr eso es tan difícil, que Tool lo hizo sólo una vez, a mi parecer, en esta espectacular obra. Sobra decir que el final de la canción es todo lo monumental que puede ser el final de una canción. 

jueves, 8 de julio de 2021

15 temas esenciales de The Who

 


The Who fue quizás la banda más potente de aquellas que pertenecieron a la primer invasión británica del rock. Siempre fue una banda enfocada en la potencia, en la pesadez de la música, y ello se refleja en sus canciones más conocidas. Llevaron la rebeldía en el rock un peldaño más arriba, y esa rebeldía no sólo era actitudinal, sino que se reflejaba perfectamente en sus canciones, incluso desde su primer (y mítico) álbum. Así que, para empaparnos de un poco de esa rebeldía, repasemos las que, para mí, son sus 15 canciones esenciales. 


15. "Christmas" del álbum Tommy de 1969


La mayor y mejor ópera rock de la historia, nos contaba la historia de Tommy Walker, un niño con múltiples traumas emocionales que le llevaron a ser ciego y sordomudo, por lo que la canción nos narra el dilema que generaba, en sus familiares, el hecho de que Tommy jamás hubiese aprendido sobre Jesucristo, y el impacto de este hecho en el futuro del niño. Musicalmente es una delicia, tiene una energía innata, que se ve adornada con los coros de Pete Towwnshend y John Entwistle, y un riff de guitarra que está algo escondido, pero una vez que se descubre, no se puede dejar de apreciar. 


14. "My Generation" del álbum My Generation de 1965


La llave de apertura de la banda hacia el mundo de la música. Siempre buscando el sardonismo y la sátira, la canción critica por igual a la generación jóven de mediados de los sesenta, y a los "adultos" de aquellas épocas. La música es estridente y contundente (para la época), incluso podríamos decir que se trata de una de las canciones que inauguraron el garage rock, por su "suciedad" y su aspereza. Con todo y el paso de los años, la canción sigue teniendo una vigencia, más acentuada en la corrección política de nuestros días neomilenarios.


13. "Love Reign O'er Me" del álbum Quadrophenia de 1973


Quadrophenia fue otra ópera rock, aunque con menor calidad que sus álbumes anteriores. Sin embargo, se destaca esta canción como el pináculo no sólo lírica, sino musicalmente, dentro del álbum. Podemos decir que el drama es el tema central de la canción, algo que se percibe desde la velocidad de la canción, el uso del piano y los sintetizadores, y evidentemente, el uso de la voz de Roger Daltrey, tan poderoso como nunca. 


12. "Behind Blue Eyes" del álbum Who's Next de 1971


La naturaleza de esta canción es un tanto extraña. Tenemos inicialmente una balada, muy emotiva y muy visceral en su letra. La ambientación puede ser un tanto íntima, y la música aporta demasiado a esta sensación. La entrada del bajo de Entwistle, justo al inicio del primer coro es un momento estremecedor en el tema. Pero todo esto se rompe de forma atípica (y espectacular) cuando irrumpe la guitarra eléctrica, en un interludio breve y electrizante, que lejos de destruir a la canción, la enriquece y la engruesa. Nadie lo ve venir, y nadie lo puede reprochar. 


11. "The Acid Queen" del álbum Tommy de 1969


Otra extraña canción, que se empata con la parte de la historia que se nos narra dentro del contexto del álbum. Tommy, nuestro héroe traumado, ciego y sordomudo, parece no tener remedio, así que sus familiares lo llevan con una prostituta que jura tener la solución para el niño. Algo evidentemente fuera de lugar, pero creíble dentro de nuestro mundo surreal. La voz semi-deformada de Townshend, en el papel de la reina ácida, se empata con la presencia de power chords en el coro, sin embargo, el centro sobre el que gira la canción es el ritmo. Una maravilla.


10. "The Good's Gone" del álbum My Generation de 1965


Se trata de una canción que pasa desapercibida, entre temas ultrarreconocidos como My Generation, The Kids Are Alright o Out In The Street. Sin embargo, a mí me parece una de las mejores canciones del primer álbum de la banda. Mucho más cercana al estilo británico clásico de aquellos años, pero sin olvidar su esencia garagera, esta canción se sostiene en un riff peculiar, de varias cuerdas, y una especie de parsimonia que mantiene el atractivo de la canción en su punto más alto durante toda la duración del tema. 


9. "Our Love Was" del álbum The Who Sell Out de 1967


Mientras las grandes bandas de rock experimentaban con la psicodelia, The Who grababa esta obra, como extraída de una estación de radio. Y con ello, pulían su estilo hacia las dos grandes obras musicales que le sucederían a ésta. Esta canción representa lo contrario a lo presentado en su álbum debut. No es sucio ni garagero, al contrario, es una canción muy limpia, melódica y bien cuidada. Sin embargo, no deja de ser un potente rock, en el que podemos apreciar las enormes capacidades de Keith Moon como baterista, además de ese espectacular solo de guitarra cerca del final. Pocas canciones tan electrizantes como esta.


8. "Go To The Mirror" del álbum Tommy de 1969


Seguramente esta sea la canción más melódica de este listado, una sencilla canción fundamentada en 3 acordes, con una estructura simple y que sin embargo se vuelve absolutamente irresistible. En la canción se nos habla de una de tantas visitas de Tommy con el doctor, quien descubre que el problema del niño no es físico, ni fisiológico, sino psicológico, y revela que el niño ha podido ver, escuchar y hablar todo este tiempo, sólo que ha decidido no hacerlo. 


7. "The Seeker" sencillo de 1970


Esta canción fue un tema solitario que no pertenece a ningún álbum de la banda, y esa ausencia de contexto conceptual la libera de ataduras complejas, cosa que le funciona a la perfección porque se trata sólo de una  canción de rock, bien hecha y perfectamente ejecutada, sin aspiraciones ni pretensiones, aunque también sin tanta profundidad ni alcance. Una sencillez que nos permite disfrutar la canción de principio a fin. Cabe destacar que esta canción yo la conocí gracias a un gran videojuego. 


6. "Pinball Wizard" del álbum Tommy de 1969


Esos acordes iniciales son inconfundibles. Representan la canción más popular de este álbum, y una de las más reconocidas de la banda a nivel mundial. Esa guitarra acústica inicial es engañosa, pues la canción no va por el sendero de la calma y la reflexión, sino todo lo contrario. Townshend hace sonar a su guitarra acústica lo más electrizante posible, y una vez que se le unen los demás instrumentos, la canción se revela. Sin embargo, no es el tema más pesado de la banda, ni mucho menos. Al contrario, es una de las canciones más accesibles que les podamos escuchar.


5. "My Wife" del álbum Who's Next de 1971


La única canción de John Entwistle en todo este listado. Y no es porque el bajista de la banda compusiera malas canciones, todo lo contrario. En esta burlona y divertida canción nos habla de los peligros que tiene el salir de borrachera, no con el mundo ni con la sociedad, sino con su esposa, a quien le teme más que a nadie. Musicalmente es una delicia que siempre va hacia adelante. No es para nada una canción pop, pero tampoco es una enérgica y potente canción de rock. Es un híbrido que se adorna con la nada agraciada voz del propio Entwistle, además de una sección de metales que engalana el momento de mayor monotonía (intencional y no sólo eso, magistral) de la canción. Una joya.


4. "Rael Parts 1&2" del álbum The Who Sell Out de 1967


La canción que cierra su tercer álbum es una mini ópera rock, en la que se condensan distintas secciones en un mismo tema, con una interconexión conceptual que se percibe de manera más clara con la letra de la canción. Más adelante, la banda tomaría la 3era sección de la canción para formar su "Underture" aparecido en el álbum Tommy, dos años más tarde. Como ejercicio musical, la banda ya había intentado algo similar en su álbum anterior, sin embargo, este segundo intento sale mejor airado, rozando en lo memorable.


3. "We're Not Gonna Take It" del álbum Tommy de 1969


Se trata del cierre del espectacular Tommy, en donde el niño ya se recuperó de sus traumas, y abrió un centro de apoyo para niños con situaciones similares, en donde perdió la cabeza y se postró como ídolo a seguir, algo no muy bien recibido que terminó en la destrucción de su campo de pinball. Más allá de la historia, la canción tiene 2 secciones claramente definidas. Una con la temática central de la canción, bastante melódica, mientras que la segunda representa el telón final de la obra, con un motivo que ya se había escuchado en temas anteriores, y que sirve como punto final para la majestuosa obra musical.


2. "Baba O'Riley" del álbum Who's Next de 1971


El espectacular inicio de su mejor álbum, con ese sintetizador sin sentido, al que, uno a uno y a manera de presentación, se le van añadiendo el piano, la batería, el bajo, y finalmente la guitarra y la voz. Son 3 acordes que suenan gigantescos, majestuosos, épicos y por demás gloriosos. Y en esa majestuosidad nos veremos irremediablemente atrapados y asombrados, sintiendo la energía entrar por nuestros oídos y recorrer todo nuestro sistema nervioso, al ritmo de las notas tocadas por la guitarra. Desde lo alto de una montaña iniciamos el viaje más espectacular, de uno de los mejores 10 álbumes de rock de todos los tiempos. 


1. "Won't Get Fooled Again" del álbum Who's Next de 1971


Anteriormente ya hablamos del épico inicio de este álbum, y ahora hablemos del monumental cierre del mismo. Una canción extremadamente política, pero desde una postura de protesta, en donde se expresa la inconformidad de un pueblo con su gobierno, se llame derechista o izquierdista. Más allá de las acepciones políticas, la música es poderosa, monumental, aún más gigantesco que todo lo que hayamos escuchado antes. Un órgano creando un ritmo constante y persistente sustenta una serie de power chords que nos introducen al tema. El desarrollo del tema es espectacular, con una guitarra irresistible para los que amamos el air guitar, y luego de una falsa calma, llega el final de la canción, con el grito rockero más espectacular de la historia. Una obra maestra. 

jueves, 1 de julio de 2021

15 canciones predilectas de U2

 


Para algunos es una de las bandas más sobrevaloradas de la historia del rock, y para otros es una injusticia la forma en que se demerita el trabajo de los irlandeses. Sin embargo, a pesar de que su evolución musical se vio truncada muy temprano en su carrera, nadie puede negar el legado histórico que tiene Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry  Mullen jr., dentro de la escena rockera. Se trató del brillo musical más intenso en el rock ochentero, y más allá de su alcance político y humanitario, en lo estrictamente musical son un hito que hicieron grandes canciones, pero sobre todo, grandes álbumes. Para celebrarlo haré la ya habitual lista de mis 15 canciones preferidas. 


15. "Pride (In The Name Of Love)" del álbum The Unforgettable Fire de 1984


Una canción extremadamente política, con la que se hicieron de un renombre en los Estados Unidos (que siempre fue el público objetivo de la banda) por su clara referencia hacia la figura de Martin Luther King. La canción es una típica canción de rock pero, como es costumbre en los irlandeses, con una enorme dosis de emotividad que se potencía en los coros. 


14. "Desire" del álbum Rattle And Hum de 1988


Extraído de su no tan afortunado intento por homenajear a las raíces norteamericanas del rock, tenemos esta explosiva y efímera canción, que en su brevedad nos entrega momentos de exquisitez melódica. El coro de la canción es la insignia no sólo del tema, sino de todo el álbum, pues se trató del mayor éxito extraído del plato. 


13. "Beautiful Day" del álbum All That You Can't Leave Behind del 2000


Luego de que los noventa fueran para U2 lo que los ochenta fueron para las grandes bandas de rock de los sesenta y setenta, iniciada una nueva numeración anual publicaron este álbum de resurgimiento, que en un inicio fue bien recibido por todos, pero que muy pronto se agotó a base de repetición tras repetición (la banda lo intentó emular durante todos los 2000s, al igual que intentó emular al Achtung Baby en los 90). Con todo eso, la canción es una auténtica bocanada de aire fresco, no sólo para los seguidores de la banda, sino para el panorama rockero en general, que se veía invadido por géneros que nada tenían que ver con él.


12. "I Still Haven't Found What I'm Looking For" del álbum The Joshua Tree de 1987


La emotividad que tiene esta canción es algo con lo que todos nos relacionamos de alguna manera. Se trata de un gospel modernizado y adaptado al sonido de la banda en los ochentas, que se logró de maravilla y que dadas las condiciones correctas, logrará ponernos la piel chinita por su precisión melódica y emotiva. Si bien, no es la única canción de este estilo en el repertorio de la banda, sí es la más reconocida. 


11. Who's Gonna Ride Your Wild Horses?" del álbum Achtung Baby de 1991


Con una nueva década, la banda renovó su sonido, y el resultado fue el espectacular y vanguardista Achtung Baby. De él se extrae esta joya, una canción que transita entre el shoegazing, el house y el gospel, pero con la característica marca de la banda (fácilmente reconocible por el sonido de la guitarra de The Edge). El nuevo sonido de U2 era por demás esperanzador, y resultó una lástima que en álbumes posteriores esa esperanza se desvaneciera.


10. "Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me" sencillo de 1995


En medio de la crisis musical y creativa más grande de la banda, publican esta canción, parte del soundtrack de una muy mala película de Batman. Todo apuntaba hacia el desastre, pero la banda sale airosa gracias a su ingenioso riff, más la estructura simple y orientada principalmente hacia el rock (y no al dance, trip hop, hip hop o cualquier cosa que experimentaran en esos días). No es la exhibición más brillante de la banda, pero sí es una atractiva y memorable canción de su peor época. 


9. "Sunday Bloody Sunday" del álbum War de 1983


Esta canción fue el primer gran éxito de la banda, y con justa razón. La letra es contundente, y la música no se queda atrás en ese rubro, pero además es ingeniosa e innovadora en una época en la que las innovaciones no eran parte de sistema. La banda jamás volvió a hacer una canción así de poderosa y así de contundente, y como testimonio, sólo nos queda esta joya. 


8. "Hawkmoon 269" del álbum Rattle And Hum de 1988


Siguiendo el éxito que "I Still Haven't Found..." les había dejado un año atrás, la banda decidió volver a adaptar un góspel para su nuevo álbum, y el resultado nuevamente fue una absoluta maravilla. Esta vez, la canción va en un ligero ascenso, de modo que la emotividad es mayor hacia el final que en el principio de ésta. Además, aquí es más notorio el coro característico de esta música, y sólo por ello, está algunos puestos más arriba en mi lista.


7. "Staring At The Sun" del álbum Pop de 1997


Sí, la banda llegó a tener un álbum titulado Pop, y como se puede adivinar, se trató de un álbum desastroso. Sin embargo, de él rescato esta maravilla, que además de traerme un montón de recuerdos de mi infancia, musicalmente es una obra destacada. Con una cierta dosis de rareza, extraída principalmente del inusual sonido de la guitarra, pero en un riff memorable, el tema se erige como un logro musical que otros álbumes no pudieron tener (Zooropa).


6. "Bad" del álbum The Unforgettable Fire de 1984


Todos los reflectores del álbum se van hacia In The Name Of Love, pero ahí, escondida y con bajo perfil, está esta joya musical absoluta, que nuevamente apela a la emotividad (un don innato en prácticamente todos los riffs de The Edge), que desde las primeras notas se encarga de tocar las fibras más sensibles de nuestro oído y de nuestra alma misma. Nadie en los ochenta hacía música así. 


5. "Tryin' To Throw Your Arms Around The World" del álbum Achtung Baby de 1991


Es "la otra" balada del álbum, aunque yo la clasificaría abiertamente como una canción pop, dada la estructura, la melodicidad y la infinidad de recursos de estudio que contiene el tema. No por ello se trata de una canción menor, al contrario, estamos frente a uno de los temas más bellos del mítico álbum noventero de la banda, en donde el esbozo de riff junto con una base rítmica espectacular (en especial el bajo, que nunca se le da mérito al buen Adam Clayuton) crean la atmósfera perfecta para la emotiva letra de Bono. 


4. "Running To Stand Still" del álbum The Joshua Tree de 1987


De este álbum fácilmente pude haber elegido todas las canciones para esta lista, pero dado el sentido subjetivo de la misma, me tuve que ver en la necesidad de elegir mis absolutas preferidas. Y ésta es una de las más. El U2 emotivo de los ochentas creo que es la faceta más grandiosa e insuperable de la banda. Esta canción se sustenta principalmente en 2 acordes, y sobre ellos se construye este auténtico monumento. Quizás esa simplicidad es lo que hace del tema uno de mis favoritos de la banda.


3. "Where The Streets Have No Name" del álbum The Joshua Tree de 1987


De esta manera tan espectacular y poderosa es como inicia el mejor álbum de toda la década de los ochenta, y uno de mis 25 favoritos de todos los tiempos. Una secuencia melódica absolutamente celestial nos recibe, en un órgano, para luego ser alcanzada por Edge y su guitarra. De aquí la canción explota, y Bono nos marca la pauta a seguir. Nos dice cuando emocionarnos, cuando escuchar, cuando estallar y cuando agradecer. Dos estrofas, dos coros, un puente y un coro final. Y eso sí, ese sonido celestial del inicio también nos despedirá, de forma gloriosa, y nos dejará maravillados por la monumental canción que acabamos de escuchar. 


2. "One Tree Hill" del álbum The Joshua Tree de 1987


Todo, absolutamente todo en esta canción es bello. La sucesión melódica, las armonías, las cuerdas que de fondo adornan y sostienen la melodía principal de la canción, la potente voz de Bono, la sublime guitarra de Edge, el delicado sonido del bajo de Adam Clayton y el espectacular ritmo impuesto por Larry Mullen. Todo es perfecto, todo encaja, todo nos guía hacia un destino; la melancolía, la belleza, la soledad y el dolor. Pocas canciones así de perfectas en la música contemporánea. 


1. "One" del álbum Achtung Baby de 1991


Ya sé que es muy cliché que mi canción favorita de U2 sea One, pero es que es una maravilla. Más allá del alcance comercial que evidentemente tiene la canción, musicalmente es maravillosa, la secuencia melódica es perfecta, diseñada para transmitir el mensaje más allá de lo que diga la letra, ese mensaje subjetivo y personal que todos obtenemos de una canción bien hecha, en la que son los sonidos los que nos guían y nos llevan por paisajes diversos, que se acoplan de una u otra forma a nuestro estado de ánimo. Dentro de un álbum vanguardista, mi canción favorita es la más convencional de todas. Inusual en mí. 

martes, 29 de junio de 2021

Metallica en canciones

 


Desde sus inicios, Metallica siempre se caracterizó por ser una banda que generaba polémica, incluso entre sus mismos seguidores. Ya sea por la inclusión de baladas en sus discos, por la sustitución de un elemento fundamental de la banda tras su muerte, el ingreso al mainstream, la demanda contra Napster, o la más reciente, el anuncio de su 'blacklist', es decir, artistas de dudosa reputación (sólo algunos) recreando las canciones de su mítico álbum negro. De cualquier manera, no por ello deja de ser una de las bandas fundamentales no sólo del metal (del cual es un pilar fundamental), sino del rock como género. Así que por ello, he decidido hacer una lista con 15 canciones que a mí me encantan de esta polémica agrupación.


15. "Battery" del álbum Master Of Puppets (1986)


La canción que abre el tercer disco de la banda, inicia, como en su álbum antecesor, con una intro de guitarra acústica, pero a diferencia de su antecesor, las notas no son cursis, baladescas, ni mucho menos; son oscuras y ominosas, y ello se confirma una vez que entran los demás instrumentos. El poderío de la banda se expone con una explosividad característica del género que ellos mismos habían ayudado a crear, el Thrash Metal. 


14. "For Whom The Bell Tolls" del álbum Ride The Lightning (1984)


El segundo álbum de Metallica no fue precisamente un paso adelante para la banda, sin embargo, esta canción es una poderosa muestra de lo que más adelante sería el groove metal. Es una canción lenta, pesada, poderosa, y sumamente teatral (característica del álbum en general, y que en los demás temas no salió tan bien), algo que en su momento no fue bien recibido por los pocos seguidores que tenía la banda. Hoy en día, sin el velo del fanatismo, podemos apreciar el potencial real de la canción.


13. "Eye Of The Beholder" del álbum ...And Justice For All (1988)


Para mi gusto, este es el segundo mejor álbum de la banda, y canciones como esta lo demuestran. La banda ya no sólo hacía canciones extremas, se permitía la experimentación con estructuras diferentes, había más progresión y las canciones no eran lineales. Los cambios de ritmo en la canción, el ingenio para el entrecortado riff y la secuencia melódica hacen de esta canción una suerte de mini-evolución para el thrash metal que, desafortunadamente, no prosperó. Sólo hace falta analizar musicalmente el tema, para descubrir el enorme valor que tiene. 


12. "Whiplash" del álbum Kill 'Em All (1983)


El primer álbum de Metallica era una patada en los bajos para todos los demás géneros de metal que se hacían a principios de los ochenta. Y eso se corrobora en esta poderosa y rapidísima canción, en lo que aún se conocía como Speed Metal, y que nos recuerda un poco al Power Metal de bandas como Helloween. Sólo que sin los elfos, los duendes y las hadas, y con una dosis más cruda de realidad y vísceras. Aunque es cierto que James Hetfield aún sonaba como adolescente. 


11. "Nothing Else Matters" del álbum Metallica (1991)


La balada por antonomasia de Metallica, un portento de canción, sí. Los fans la odiaron por ser lenta, delicada, incluso sinfónica. Y dentro del mundillo del metalero y del headbanger eso es un insulto imperdonable. Pero dentro de la música, del rock, es una canción incuestionable, un must para todo amante del género, y sobre todo, una excelente canción. Con toda su introspección, delicadeza y sensibilidad, se trata de uno de los mayores íconos de Metallica, les guste o no a los puristas del metal. 


10. "Seek & Destroy" del álbum Kill 'Em All (1983)


La primer canción insignia de Metallica se sustenta en un maravilloso riff que con el paso de los años se volvió inconfundible para representar no sólo los inicios de la banda, sino del Thrash Metal como género. Y ello es evidente en la forma aún no evolucionada (por momentos suena como Mötley Crue) en la que suena la canción, aún en búsqueda del poderoso sonido que más tarde hallaría la banda. 


9. "Atlas, Rise!" del álbum Hardwired To Self-Destruct (2016)


Justo cuando todos pensábamos que Metallica jamás volvería a hacer una canción decente, y mucho menos una buena canción, como las de sus mejores años, llega este sorprendente tema de su último álbum de estudio (hasta ahora) para hacer que las esperanzas de los amantes de la banda renazcan. Desde el explosivo inicio la canción promete muchas cosas que a lo largo de los seis minutos y medio que dura, las cumple. Thumbs up, definitivamente.


8. "Enter Sandman" del álbum Metallica (1991)


La canción con la que conocí a la banda cuando aún era un niño, y sin lugar a dudas, la más representativa de la banda. Y es que todo es perfecto en la canción. Un riff memorable, el sonido de la voz de Hetfield, la letra atemorizante y las melodías tan metaleras y poderosas, como accesibles y universales. Nuevamente repudiada por los puristas, esta canción es un hito en la historia del rock, y por supuesto, una de mis favoritas de toda la vida.


7. "Through The Never" del álbum Metallica (1991)


Una joya que muchas veces pasa desapercibida dentro de la gran cantidad de canciones archirreconocidas del álbum negro de Metallica. Es una poderosa, thrashera y virtuosísima canción en la que se mezclan de alguna manera la faceta previa y actual (en ese momento) de la banda, y que como resultado tenemos esta joya que, desde que la escuché por primera vez, me voló los sesos, por su velocidad y su poder.


6. "Dyers Eve" del álbum ...And Justice For All (1988)


Quizás la versión más extrema que se vaya a escuchar de Metallica, la encontraremos en la canción que cierra su cuarto álbum, y en donde además, la banda se encarga de reventarnos con su virtuosismo llevado a un nuevo nivel, especialmente el de Lars Ulrich, quien usa el doble bombo como nunca antes (ni después) lo había usado. Quizás esto es lo único de Metallica que se podría considerar como Death Metal (o death metal progresivo). 


5. "The Unforgiven" del álbum Metallica (1991)


Otra de las míticas canciones del álbum negro. Lejos de la posible cursilería de Nothing Else Matters, esta canción es una semi balada pero muy oscura, respetando los antecedentes metaleros de la banda y complementando a la perfección las melodías con los power chords. Y quizás mi momento favorito de la canción es el espectacular solo de guitarra de Kirk Hammet, con una sensibilidad acorde con la oscuridad innata de la canción. 


4. "...And Justice For All" del álbum ...And Justice For All (1988)


A partir de esta canción, las restantes de la lista las podemos ya considerar como canciones enteramente progresivas, dado que no siguen una estructura lineal, y que juegan mucho con los cambios de ritmo, tonalidades y usan múltiples secciones a manera de mini-suites. Y en el caso de esta canción en particular, los cambios radican en algo que la banda usó recurrentemente en el álbum, es decir, el uso de secciones semi-acústicas y secciones poderosamente metaleras. Con eso ya establecido, podemos decir que el inicio de esta canción es un deleite. 


3. "One" del álbum ...And Justice For All (1988)


Otro más de los himnos de Metallica, sólo que este sí tiene la aprobación de los puristas metaleros que dan su aval y la llaman el himno del thrash. No sé si se requiera que un género como el thrash tenga un himno, pero la canción sí es un estandarte de una generación no valorada e incluso vilipendiada. Hablando de la música, todos la conocemos, es un constante crescendo que nos habla de los horrores de la guerra desde la perspectiva de un veterano que lo perdió todo menos la vida (la letra es tan gráfica como espeluznante). Lo que inicia de forma tranquila termina en una vorágine apoteósica de metal en su estado más genuino. 


2. "Master Of Puppets" del álbum Master Of Puppets (1986)


Lejos de cualquier tipo de pretensión (ojo, Slayer y su "canción más pesada de la historia"), llega esta canción a irrumpir en los oídos de los fanáticos del naciente metal extremo, con una estructura musicalmente rica, no eran sólo ruidos y gritos. Hay secciones, hay melodías, hay cambios de ritmo, hay musicalidad en todo sentido. Cada "vuelta" se compone de estrofa, puente, coro, puente 2, coro 2, y vuelve a empezar. Luego de 2 vueltas tenemos el espectacular, casi barroco solo de guitarra de Hammett, y luego se desata el infierno antes de regresar a una vuelta final, con la que se cierra espectacularmente la canción. Una joya que vale al menos 10 veces lo que vale One (para mí).


1. "Wherever I May Roam" del álbum Metallica (1991)


Creo que Metallica jamás hizo una canción tan grande como esta. Es lo mejor de lo mejor que propuso Metallica en su historia. Lo mejor del thrash, lo mejor del progresivo, lo mejor incluso del metal accesible. Un riff memorable que inicia el tema de la forma más oscura posible, y que inmediatamente cambia el ritmo para acercarla lo más posible al thrash, y que mantiene un vaiven entre secciones lentas y pesadas, con secciones rápidas y vertiginosas, en la forma de estrofa-puente-coro, que sólo se ven interrumpidos por 2 breves y espectaculares solos de guitarra. La estructura perfecta para la mejor canción de Metallica.